Una canción para ti 23°

Los chicos ensayaron un rato la nueva canción e hicieron los ajustes necesarios para que sonara perfecta, cuando estuvieron conformes ordenaron pizzas para tomar un descanso.

-¿Así que conociste a Isabel? ¿Qué tal?- preguntó Luc.

-Ella es un encanto, aunque por otro lado él es un cobarde…-contestó señalando a Leandro.

-Hey, yo sabía que estarían bien solas.- se defendió Leandro.

-Eres increíble, cómo las dejaste solas en su primer encuentro. Isabel es demasiado buena para ti – dijo Dani.

-Lo sé-  reconoció él con una sonrisa tonta y los demás empezaron a molestarlo.

-¿No tengo que conocer a nadie más? – preguntó Emma.

-Yo estoy conociendo a alguien, pero aún no es nada serio como para presentarte, pero me gusta mucho – dijo Dani.

-Nada por aquí – dijo Luc levantando las manos.

-A mí no me miren, estoy en mis veinte, tengo cosas mucho más importantes que logar aún – dijo Cameron y los demás rieron. Algún día Cameron comprendería que el amor no entraba dentro de los cálculos.

-Yo menos- dijo Bin y agregó- Tampoco Tristan, ya sabemos que él siempre tiene muchas pero ninguna para presentar – finalizó y recibió un codazo de parte de Dani y una mirada asesina de parte de Tris.

Emma sonrió, pero era una sonrisa que no le llegaba a la mirada y rápidamente cambió de tema.

Les contó sobre las casas que estaba viendo y Cameron se ofreció ayudarla con eso ya que tenía muchos conocidos en el mercado inmobiliario.

-Deja que él te ayude Emm, sabes que es bueno cuando se trata de invertir dinero – intercedió Leandro.

-Lo sé, pero no quiero molestar.

-Lo bueno de ser estrella de rock es que te deja bastante tiempo libre – le dijo Cameron guiñándole un ojo.

 -Confía en él, nosotros lo hacemos, incluso vamos a dejar que se encargue de hacer que tengamos nuestra propia discográfica un día...-dijo Tristan mientras miraba a su amigo.

-Así que esa es la nueva meta – dijo la chica, pero ella miraba a Tristan, quizá Cameron se encargara de las finanzas pero Tris era el motor, el que siempre los hacía correr a todos tras un sueño y les mostraba que era posible.

-No, en realidad esa es una vieja meta.- aclaró él con una sonrisa seductora.

-Creo que fue la meta de Tris desde el día que no aceptó aquel primer contrato que nos ponían reglas que iban contra lo que era Escudo Azul.

-Ya saben, no me gustan mucho las reglas...-dijo él.

-Y nosotros pensando que te habías convertido en un adulto razonable- dijo Bim.

-¿Alguna vez creímos eso? – preguntó Luc

-¡Nooo!- contestaron todos a coro y rieron.

-Volviendo al tema, ¿qué te parece si mañana paso por ti a la tarde y vemos lo de las casa? – se ofreció Cameron.

-Me parece que necesito una casa con urgencia o los del Hotel me echaran si siguen buscándome hombres distintos cada día…Tristán, Leandro, tú…

-¿Ian también? – preguntó Tristan mirándola.

-Sí, también Ian – respondió ella y hubo un momento de silencio incómodo.

-Parece un buen hombre, está bien lo que tú elijas…-dijo Leandro con sinceridad y Emma le agradeció con una sonrisa.

-Eso no se vale, tú lo dices porque ella aprobó a Isabel pero  si se trata de ser el novio de Emma todos debemos aprobarlo- dijo Luc.

-Te espero mañana, Cam. Necesito privacidad, con urgencia- dijo Emma dando por zanjado el tema.

-Será mejor que te lleve de regreso, por lo visto mañana tendrás un día ocupado- dijo Tristan.

-¿La llevarás en la moto de nuevo? Mejor la llevo en el auto –se ofreció Bim.

-La llevaré yo, por eso no bebí mientras comíamos y a Emma le gusta la moto, ¿verdad?- dijo Tris.

-Digamos que nos estamos conociendo y no es tan malo…-contestó ella.

-Yo pienso que Emma siempre ha sido la más rebelde- dijo Luc sonriendo.

-Sin dudas, soy la oveja negra de este grupo – dijo ella levantando su vaso  con cerveza y guiñando un ojo. Como respuesta Cameron le revolvió el cabello y levantó su vaso para brindar.

-¡Por Emma la rebelde! A la que hemos extrañado mucho…- brindó y sus amigos lo secundaron.

Emma no había no se había dado cuenta de cómo habían pasado las horas estando con sus amigos, cuando regresaron ya era el atardecer y abrazada a la cintura de Tristan vio como el cielo se teñía de colores rojizos, avanzaban a gran velocidad y en silencio, el tiempo parecía ser algo relativo, no estaba segura si llevaban años separados o años juntos.

La eternidad era aquel extraño instante en que el día y la noche se confundían y cuando llegaron a su hotel y se despidieron, sintió que volvía de un sueño.

En la mañana Emma fue al banco a revisar su cuenta de ahorro  para ver cuánto podía invertir en la casa, se sorprendió pues tenía mucho dinero, más de lo que esperaba.

Tendría que hablar de eso con Cameron porque sabía muy bien que su éxito financiero se debía a que los miembros de Escudo Azul le depositaban una parte de sus ganancias más la parte que le correspondía de derechos de autor por las letras. Había discutido por teléfono muchas veces a lo largo de los años por esa situación, agradecía que la ayudaran pero no creía que fuese justo, además ahora tenía un trabajo y sus propios ingresos, tendría que impedir que siguieran dándole dinero como si fuera una niña.

A primera hora de la tarde Cameron pasó a buscarla y fueron a una cafetería para discutir cuáles eran las expectativas de Emma sobre la casa que quería.

Emma reprimió una sonrisa al verlo, llevaba trajes, lentes y parecía más un joven empresario que un rockero, aún así las mujeres volteaban a verlo.

-Ríete de una vez…-le dijo él cuando se sentaron y ordenaron café.

-Yo no…

-Vamos, Emma, te conozco.

-Es que eres algo así como el Clark Kent del rock – le dijo con una sonrisa divertida.

-¿Entonces también soy superman?

-Muchas veces lo eres.

-Deja de bromear a mi costa.

-De acuerdo me comportaré, supongo que es mejor antes que tener admiradoras pidiéndote autógrafos, aunque creo que la mitad de las mujeres que te miran se preguntan si eres o no eres el chico de Escudo Azul”

-Bien, veamos…¿qué has pensado sobre la casa? ¿Alquiler o compra? ¿Departamento o casa? ¿Qué tenías en mente Emma?

-Hay algo de lo que quiero hablar antes…el dinero.

-¿No alcanza para la casa que quieres?- preguntó confuso.

-No es eso Cam, no es necesario que sigan depositándome dinero…yo puedo mantenerme sola.

-A ver, creí que lo habías entendido antes, pero dejaremos claro esto de una vez, tú eres parte de Escudo Azul, nuestras ganancias siempre se han dividido entre siete y así seguirá siendo.

-Yo no soy parte de la banda, no trabajo con ustedes y no es justo…Lo del derecho de autor de las letras está bien, lo entiendo, pero lo demás...es injusto.

-Emma, Escudo Azul no terminó de formarse hasta que tú llegaste.

-Eso es mentira. Tocaban mucho antes de que yo llegara.

-Sí y hacíamos covers, o las canciones que Tris componía pero sin letra o con una francamente terribles. Recién tuvimos identidad cuando empezaste a escribir para nosotros, cuando Tris te encontró,nuestra historia cambió. Teníamos la música, contigo encontramos las palabras para expresarnos…eres parte de Escudo Azul aunque no te subas al escenario. Así que deja de discutir, además, gracias a mi, el dinero está muy bien invertido, no tienes que preocuparte porque volvamos a ser pobres. Incluso si las cosas van mal yo me aseguraré de que los chicos estén bien. Así que ahora hablemos de la casa que quieres.

-Cameron…

-Emma, ya no discutas. No soy fácil de convencer, ¿sabes lo difícil que fue ser un alumno aplicado con todos esos vagos como amigos? Soy duro y terco. Ahora dime…¿departamento o casa?

-Casa – respondió dándose por vencida-será mi primera casa. Antes viví en la de de Tristan y Leandro, luego en la Universidad y los últimos años alquilé un departamento, pero esta será mi primera casa propia.

-¿Entonces has decidido quedarte aquí?

-Por ahora esa es la idea, todo el tiempo que pueda. Mi nuevo trabajo está aquí, ustedes están aquí…

-Buena decisión. Bien, ahora antes de ir a la inmobiliaria, hablemos de la zona que te gusta, las comodidades, los ambientes…

-¿Todo eso?

-Todo eso…no hemos interferido en tu vida en un tiempo, llevamos atraso y pensamos ponernos al día – le dijo con una sonrisa petulante y ella suspiró mitad divertida, mitad preocupada..