Dormía relajado, era el único día que no tenía prisa por levantarse de la cama. Pero por lo visto, alguien no pensaba de la misma manera al molestarlo a las nueve y media de la mañana de un domingo, como le indicaba el despertador de la mesita de noche. Con cierto pesar alargó el brazo y agarró el móvil, para hallar de forma intermitente el nombre de su hermana. ¿qué habría ocurrido?
-Dime –Dijo con voz ronca al descolgar.
-¿Aún estás en la cama? –Habló su hermana con cierto reproche.
-Sí, lo raro es que tú no después de lo tarde que te recogiste ayer noche –rió bostezando sin mostrar ninguna intención de levantarse de la cama-. Debes querer algo importante, para molestarme un domingo a ésta hora ¿Podría estar acompañado?
-Lo dudo –Rió empleando cierto sarcasmo en las siguientes palabras-. Primero, te fuiste minutos antes que yo y sé que solo. Segundo, si me guio por lo que dicen hoy los diarios, sería imposible dado que tu novia abandonó por malestar la fiesta de ayer. Así que estas solo en esa enorme cama que tienes.
-¿Qué es eso que dijiste? –Se extrañó prestando suma atención a lo que decía Norah-. ¿Diario? ¿Novia? Querida hermanita, podrías concretar un poco más.
-Tú tienes la culpa, estoy segura –Suspiró la chica-. Si Jacqui no me ha llamado aún, es porque no lo ha visto. ¿Por qué la has estado increpando estos días?
-¡Norah, al grano! –Gruñó Kénan impaciente por la palabrería de su hermana.
-Vale, no hace falta dejarme sorda –Replicó un poco molesta por la riña del hombre-. Salís los dos en la prensa sensacionalista. Os presentan, como próxima boda real… Pero la cosa, no queda ahí. Digamos que han aprovechado dos situaciones. Una, la noche que fuimos al cine…
-¿Hay fotos de la otra noche? No recuerdo que hubiera fotógrafos –Se sorprendió.
-Yo voto, que fue alguien que estaba también cenando en el bar –Sopesó Norah-. Sería paparazzi en tiempo libre, pero no dudó en aprovecharse. Publicando una , donde tú tienes el brazo en el respaldo de la silla de Jacqui y le comentas algo en el oído… Con esto, sumando que llegasteis a la gala en tú coche y que estabais bailando juntos cuando se desmayó, comentan un posible embarazo y por ello una próxima boda real.
-¿En serio? –Se sorprendió mucho de que los hubieran tenido en cuenta.
-Es lo único que le faltaba a Jacqui, que se sumaran también los programas del corazón en presionarla para que se case…
-No les hagas mucho caso –Indicó Kénan pensando él todo lo contrario a sus palabras, al ver aquello como una herramienta más para su propósito. La cual, pensaba alimentar de forma desinteresada-. Dales dos días y pasaran a otras noticias que puedan exprimir mejor.
-¿Tú crees? –Dijo no muy convencida-. No te asusta, que uno de ellos se obsesione con vosotros, se ponga a indagar un poco y averigüe de vuestro matrimonio.
-No tiene por que… -Siguió intentando tranquilizar a su hermana.
-Pero se que durante unos días, esto va ha ser una pesadilla para todos –Resopló desde el otro lado de la línea-. ¿No parece molestarte mucho? –Afirmó suspicaz-. Ya se que has pedido paz con ella, pero creo que esto no va ha darte muchos puntos.
-No creo que sea bueno estar enfadados toda la vida –Soltó con buen humor.
-Así sin motivo alguno, tú quieres cambiar eso ¿No estas tramando nada, hermanito? –Inquirió medio sonriendo.
-Por qué tiene que haber un motivo –Rió él-. Simplemente somos personas adultas, para nada jóvenes que viajaron a…
-Casarse en cadena en una fiesta cervecera –Acabó Norah por él-. De verdad, aún no se lo que te impulsó para soltar aquel reto.
-No pareces muy enfadada –Señaló Kénan pensativo-. Es más, nunca lo has parecido.
-Bueno… -Meditó un poco-. Nunca comprendí el motivo de vuestro odio. Y si te soy sincera, pero que quede entre nosotros… -Advirtió en tono levemente amenazante-. Siempre tuve el deseo de que hicierais las paces acabando juntos. A mí punto de ver, formáis una buena pareja. Pero tuvisteis que casaros por una estúpida apuesta –Le reprochó.
-¿De verdad? –Fingió sorpresa, para ocultar su grito apagado de satisfacción-. ¿Nos ves juntos como pareja? Tú no estas muy bien de la cabeza… -Rió en broma.
-Sí –Respondió segura de lo que decía-. Me gusta que quieras enterrar el hacha de guerra… Deberías de tomarte en serio mis palabras, y observar a Jacqui como mujer y no, como amiga de la familia. Pero sí ella te viera venir, estoy segura que te marcaría con las uñas tu atractiva cara –Rió por la cabezonería de su amiga.
Realmente, nunca se había detenido hablar con su hermana sobre aquello. Simplemente, ella había dado por hecho que se llevaban mal y listos. Mientras que él, aceptaba que todos fueran con aquella idea sobre la amiga de Norah. Aceptando como normal, que cuando salían en grupo a pesar de la diferencia de edad, que entre ellos hubiera cierta tensión. Suponía, que en un principio se calló para sí mismo el hecho de sentirse atraído por la futura heredera de la corona. Creyendo que sería una atracción pasajera. Comenzando a sentirse un tanto molesto y pagándolo con ella, al ver lo que suponía que su deseo no desapareciera. La vida de ella, no era muy privada. Y por ser quien era, estaba limitada a muchas cosas. Aunque por aquel entonces ella fuera joven, quien estuviera con ella tenía que aceptar ciertas normas. Y él, no quería normas. Quería sentirse libre y disfrutar de la vida, hasta que tuviera que hacerse cargo de la empresa familiar. Por ello, al ver que su atracción siempre estaba latente en su interior, que no podía eliminarla por más que fuera con diferentes mujeres, que era duro.
Todo era rabia, por haberle robado sin su permiso su corazón. Pero los tiempos cambiaban… Seguía teniendo los mismos deberes por ser princesa. Pero ahora, ella era libre en un punto. El marido no tenía porque ser de sangre azul… Ella, ya podía ser suya… ¿Entonces, le daba un voto de confianza a Norah y le contaba su mayor secreto? ¿No correría ésta a decírselo a Jacqui? Algo le decía, que su esposa también guardaba un secreto a sus dos amigas… Por eso, el decirlo a su hermana era difícil. Ella, bien podía callar hasta que obtuviera permiso de su parte… Ho meditar sobre ello, para observar a su amiga mientras lo decide y llegar sin quererlo, a toparse con un hecho real. Su esposa, desde que se conocieron que se siente atraída hacia él. Enmascarándolo de cara a todos por odio, suponiendo que por ver como él la ignoraba y la trataba de forma incomprensible…
Era una decisión difícil, mejor lo meditaba un poco durante aquel día.
-También lo creo pequeña –Rió-. Bueno, si no es mucho pedir…
-¿Quieres seguir durmiendo? –Se sorprendió la chica.
-Estoy cansado Norah –Mintió-. Han sido días de stress con la nueva colección.
-Claro Kénan, perdona –Se disculpó-. Nos vemos pronto, un beso.
El dormir hasta las once de la mañana, para ella era todo un lujo. Siempre tenía algún deber de cara a la casa real. Pero aquella vez, lo había necesitado de verdad. Y se alegraba que nadie hubiera interrumpido su sueño. Pero ahora que estaba descansada, era mejor levantarse y mirar que podía hacer aquel domingo.
Fue en el momento de lavarse la cara, cuando recordó o cayó, en la idea fatídica de su desmayo de cara a la prensa. Por unos segundos, pudo ver el miedo en el reflejo del espejo. Y una vez más, tenía en su retina el rostro de Kenan. Tan atractivo y sonriente, de ayer por la noche. Dejó la toalla en su lugar con prisas, para salir del dormitorio corriendo en dirección a la terraza donde solían desayunar todos en verano. Allí, estarían todos los periódicos del día. El servicio no los retiraba hasta que se cercioraran que todos habían desayunado. Bajó las escaleras demasiado rápido, sabiendo que podía haber corrido el riesgo de tropezarse y abrirse la crisma. Pero en aquel momento le daba lo mismo, solo quería llegar a la terraza… Donde escuchó las voces de sus hermanas, causando que frenara sus prisas, cogiera aire y entrara más calmada. No quería que vieran su miedo.
En cuanto salió a la cálida mañana, todas ellas callaron para mirarla por un momento fijamente, y después sonreírle. Pero era obvio, que todas ellas se hallaban nerviosas.
-Buenos días cielo –Sonrió Emmanuelle-. ¿Descansaste bien?
-¡Hola Jacqui! –Sonrió Harmonie-. Te hemos guardado un par de los croissants que más te gustan.
-Gracias –Se acercó a ellas con paso calmado. No tenían que sospechar de su nerviosismo. Pero sí, del de ellas… -. Ya me encuentro bien, el dormir un poco más me ha servido de mucho –Cogió la jarra de zumo de naranja y un vaso limpio-. ¿Llegasteis muy tarde?
-Como de costumbre –respondió su madre-, serían cerca de las cuatro de la mañana.
-Entonces, supongo que Doren estará muy contenta –Señaló bebiendo un buen trago, al tiempo que agarraba uno de los croissants relleno de pasas sultanas-. Todo salió de maravilla, salvando que una de las princesas se desmayara en medio de la pista de baile –Se encogió de hombros y empleó toda la indiferencia que pudo en sus palabras.
-¡No digas tonterías hija! –La reprendió su madre.
-No me creo, que los periódicos no se hayan hecho eco de lo sucedido –Habló con algo de sarcasmo, esperando que le dijeran que los periodistas no se habían dado cuenta de lo sucedido. Pero solo vio miradas furtivas entre ellas y absoluto silencio. Le ocultaban algo, sobre todo porque Enora no había dicho nada aún.
Dio el último bocado al delicioso croissant, agarró el vaso de zumo para terminar su contenido. Y tras limpiarse los labios con la servilleta se giró a la cabecilla de las mellizas. Enora.
-Desembucha –Soltó con tono duro y mirada fría.
-¿Qué quieres que desembuche? –Trató de hacerse la confusa-. Si lo que quieres es que te pida disculpas –Suspiró profundamente-. Lo haré… Supongo que nuestra persecución, ha tenido algo que ver en tu cansancio. Te hemos creado más stress del que realmente ya tienes a diario… Puedes estar segura que no volverá ha ocurrir –Habló con sinceridad pero algo atropellada.
-¿Pero de qué diantres me estás hablando? –Frunció el ceño, utilizando un tono algo exasperado-. Quiero que me cuentes lo que me estáis ocultando.
-No te estamos ocultando nada –Interrumpió su madre.
-Comprendo… -Se cruzó de brazos-. ¿Entonces, porque solo hay tres diarios encima de la mesa?
-Tu padre se ha llevado un par –Respondió intentando sonreír con humor su madre-. Jacqueline, no ocurre nada… -Mintió casi ocultando su nerviosismo-. ¿Qué te ocurre hoy?
-No, mejor di qué os ocurre a vosotras –Se puso en pie con enfado-. No intentéis tomarme el pelo, porque huelo cuando me escondéis alguna noticia… -Se cruzo de brazos-. Muy bien, ya que no me lo decís vosotras, no me queda más remedio que averiguarlo por internet –Amenazó dándose media vuelta, para entrar dentro de la casa pero su hermana Enora la detuvo.
-Esta bien… -Gruñó con fastidio-. Pero no dirijas hacia mí tu enfado –Pidió con media súplica-. Hemos escondido todo lo referente a lo de ayer noche, porque sí han publicado tu desmayo.
-Lo sabía –Respondió con cierta altanería y alzando la barbilla-. ¿Qué dicen? ¿Hacen una pequeña referencia a que tal vez tengo demasiados deberes y no estoy preparada para la sucesión al trono? –Las tres mujeres negaron con la cabeza-. ¿No? –Frunció el ceño, para mostrar en seguida rabia-. Kenan… -Dijo entre dientes, consiguiendo un gesto afirmativo de ellas-. ¿Qué idiotez se han inventado? –Alzó una ceja.
-Estas saliendo ha escondidas con él y que puede que haya boda real pronto, a causa tal vez de un posible embarazo que intuyen por tu desmayo… -Escupió veloz Harmonie al ver que nadie decía nada-. Pero…
Solo vieron que la línea de los ojos se tornaba más estrecha de lo que ya estaba, justo antes de que les diera la espalda para desaparecer dentro de la vivienda…. Aquello no presagiaba nada bueno. Si no había explotado en aquel momento, es porque iba en busca de un blanco determinado.
-¿Alguna de vosotras tiene el teléfono particular de Kenan? –Pidió Emmanuelle con cierta esperanza a las dos chicas. Pero al ver sus negativas, se desinfló por completo-. Esto no tiene muy buena pinta… Esperemos, que no de con él en todo el día, de ese modo, puede que para mañana Lunes esté más calmada.
-Yo por mí seguridad –Se puso en pie Enora-, me escapo de casa. No quiero estar en medio, si no logra calmar su enfado.
-Me apunto –La siguió su hermana.
-¿Me dejáis aquí abandonada? –Se hizo la víctima Emmanuelle.
-Mamá –volteó los ojos-, sabes que Jacqui no descarga sus frustraciones contigo, ni con papá… -Se encogió de hombros.- Así que no me esperes hasta media noche por lo menos –Se acercó a besarle la mejilla-. Adiós.
No llegaba a la hora desde que había salido de su casa, cuando marcaba el teléfono de Norah y dejaba que sonara por los altavoces de su coche. En aquel momento, iba conduciendo sin rumbo alguno. Para poder hacerlo, precisaba de las indicaciones de su amiga. Al cuarto tono, pudo escuchar su voz.
-Buenos días –Dijo con voz cantarina-. ¿Te encuentras mejor?
-Déjate de peloteo y dame la dirección de tu hermano –Demandó en una orden.
-Jacqui –Dijo con timidez su amiga.
-Me encuentro bien –Volvió hablar con el mismo tono-. Pero seamos realistas. Se que has visto los periódicos…
-Mi hermano, no tiene culpa de lo que se inventan los periodistas –Lo defendió sin mostrar enfado alguno por la actitud de su amiga-. Jacqui, en dos días se olvidaran de ésta tontería.
-Tú, solo dame su dirección –Volvió a pedir-. Yo se de que me tengo que quejar con él.
-¿Cuándo vais a dejar vuestro absurdo enfado de lado? –Pidió algo desesperada-. Bueno… Mejor dicho, cuando vas ha dejar eso atrás. Se que él te lo pidió… -Confesó con tono no muy seguro, dado que aún se podía molestar más la joven.
-Me das la dirección o empleo, los servicios de la casa real para averiguarlo –La ignoró por completo, para seguir demandando lo mismo sin cambiar su tono.
-Tú ganas… -Masculló su amiga-. Pero yo no quiero saber nada después. Es vuestra guerra… Estáis majaretas –Acto seguido le indicó donde vivía su hermano, para ser colgada de inmediato sin ninguna despedida-. Genial… No pienso molestarme en avisarlo, me están volviendo loca –Renegó enfadada, pero algo en su interior no la dejó pasar del asunto y buscó nuevamente el teléfono de su hermano.
Pelea, pelea...!!! jejej pobre Kenan, no es todo su culpa...! Mas...
ResponderEliminarOHHHHHHHHH se va a a armar pero ya que están en ello, solitos en casa de él....quiero más y pronto. ¿Sí?
ResponderEliminarsi que se reconcilien ahora que estaran solitos.... Todavia me debes la de inocencia robadaaaaa me tienes traumada con esa novela.....
ResponderEliminarSomos dos las que estamos traumadas con Inocencia!!!! EJ apúrateeeeeeeeeeee
EliminarChaaaaaaaacha, no lo dejes asiiiiiiii!!!
ResponderEliminar¡¡¡Espero pronto nuevos capítulos!!!