jueves, 15 de noviembre de 2012

Deberes De Princesa 8

Fue todo muy rápido. Tan pronto estaba siendo arrastrada por su prima y Norah, como en un segundo se vio absorbida por una serie de giros sobre sí, en brazos de Kénan en medio de la pista y deslizándose sobre sus pies por la dirección del cuerpo del hombre. Tuvo que parpadear un par de veces, para ver que aquello no era producto de su imaginación. Realmente se hallaba en brazos de él, girando por la pista de baile. Miró un momento por encima de su hombro, para descubrir a las dos chicas en el borde de la pista, cuchicheando entre ellas sin quitarle la mirad de encima. ¡Lo que le faltaba! Tensó la mandíbula con enfado. A parte de sus hermanas, que se sumaran aquellas dos locas.

-Se puede saber que demonios pretendes –Masculló conteniendo su ira y alzando el rostro para fulminarlo con la mirada.
-Bailar un poco –Sonrió sexy, apretando más la mano que descansaba en su cintura.
-Pues te has equivocado de pareja –Señaló nerviosa al ver que su madre y hermanas, se habían sumado a observarlos bailar-. Déjate de tonterías, suéltame como sino ocurriera nada de cara a toda mi familia –Ordenó enfadada-. ¿Qué te he hecho para que me molestes últimamente?
-Tranquilízate Jacqueline –Sonrió relajado-, solo estoy bailando contigo. ¿Qué peligro hay que baile con mi esposa? –Susurró cerca de su oído, notando al momento como ella tensaba aún más todo su cuerpo. ¿Sería por su proximidad? Pensó por un segundo, encantado con aquella idea.
-Eres peor que un dolor de muelas –Admitió con los ojos cerrados, sin dejar de mover su cuerpo bajo la mano de él-. Precisamente por escucharte, que hace años atrás nos casamos sin darnos cuenta… Prefiero ser precavida, y mantener distancias contigo –Dijo sincera, logrando que por un momento él se detuviera y la mirara al rostro para después romper en una pequeña carcajada reanudando nuevamente el baile, cuando vio que ella hacia amago de retirarse-. No tiene gracia –Masculló enfadada-. ¡Y quieres soltarme de una vez! –Demandó completamente desesperada.
-Muy bien –Se sinceró-, confieso que me estoy aprovechando de éste momento –dijo capturando la total atención de ella-. Pero lo hago, solo porque los dos salimos ventajosos de ello…
-¿Qué? –Inclinó el cuello hacia atrás, al tiempo que lo miraba juntando las cejas.
-Tú querías apartarme de Harmonie como yo –Señaló dirigiendo su mirada tras la espalda de ella-. Pues con ésta noche, creo que lo hemos conseguido. Y… -Ella miró un momento detrás de sí, para volver los ojos a él de forma horrorizada-. Creo que tus hermanas dejaran de perseguirte por una temporada con gran número de candidatos al mejor futuro marido.
-¡OH dios mío! –Comenzó ha respirar con cierta dificultad-. Lo has vuelto hacer… -Habló agitada dejando de bailar-. Me has vuelto ha meter en un lío… -Le faltaba aire y no era por culpa del gran numero de gente que asistía aquella fiesta.
-Jacqueline, tranquilízate –Frunció el ceño un tanto preocupado al ver su agitación-. No ocurre nada, solo… ¡EH! –Exclamó asustado cuando la joven se desvaneció dentro del círculo de sus brazos quedando inconsciente-. Mierda Jacqui –La alzó en brazos justo cuando su hermana y Priscilla, acudían junto a él alarmadas por el desmayo de la joven-. Rápido hay que llevarla a un lugar tranquilo. Y avisad al doctor St. Piers, se halla cerca de la puerta al jardín.

Un intenso olor invadió sus fosas nasales, causando que saliera de aquella oscuridad y abriera los ojos veloces, para apartar el rostro hacia un lado y poder evitar aquella desagradable fragancia. Se sorprendió al verse tumbada en un sofá con el doctor St. Piers sonriendo a su lado, mientras que su madre, hermanas, Priscilla y Norah se mantenían a un lado con rostros preocupados.
-OH, que bien…  Ya despertó –Habló más aliviada Emmanuelle.
-Muchas gracias doctor –Dijo Kénan, sorprendiendo a la chica al no haberlo visto tras su cabeza, en el posa brazos de aquel sofá de piel.
-Bien Jacqueline –Suspiró el hombre poniéndose en pie-, deberías de cuidarte un poco más. Te quiero en mi consulta el lunes por la mañana. Tanto stress no es bueno preciosa.
-Sí, doctor –Respondió sonrojada de vergüenza al comprender que se había desmayado en medio de la pista de baile en brazos de Kénan. ¿Cuánta gente se habría dado cuenta?
Se medio incorporó en el sofá, cuando el doctor salía de aquella habitación y volvía a la fiesta. Aún se encontraba un poco confundida por lo ocurrido, pero no para seguir enfadada con Kénan.
-Voy a decirle a tu padre que traiga el coche –Comentó su madre yendo a su lado, para acariciarle su mejilla.
-No, mamá –Pidió con voz suave y alzando el rostro con una leve sonrisa-. No molestes a papá por ésta tontería.
-Pero hija –Comenzó a protestar Emmanuelle.
-Te has desmayado Jacqui –Señaló Priscilla -. Necesitas descansar, últimamente no has tenido mucha paz que digamos –Dijo mirando a las mellizas por un momento-. Yo te llevo a casa.
-No quiero molestar a nadie –Protestó poniéndose en pie-. Tú, tienes que venir después a buscar tus padres y Norah…
-No me importa –Señaló acercándose a ella.
-Aquí el único que se encarga de acercar a Jacqueline soy yo –Dijo Kénan, dando dos pasos al frente para sujetarla por la cintura-. Yo la traje en mí coche por lo tanto es mí deber…
-Vine contigo por petición de mí padre de que no fueras solo… -Se apresuró a señalar ella cortante-. No me va ha llevar nadie, cogeré un taxi y listos. Me encuentro bien, simplemente un poco cansada… No necesito ningún canguro –Afirmó intentando separarse de la sujeción del hombre, que no hacia nada bueno para las miradas de sus hermanas y madre.
-A mí no me compares como tú canguro pequeña –Sonrió guiñándole un ojo el hombre, aumentando más el enfado de la chica-. Me dan igual tus protestas. No me fío que caigas rendida en el taxi.
Ya habría la boca para replicar sobre aquella orden que se había atrevido a formular con toda tranquilidad el hombre, cuando fue interrumpida por la organizadora del evento, que entraba nuevamente en la habitación.
-Emmanuelle querida –Se acercó a ella-, hablé con el doctor y me dijo que Jacqueline necesita descanso. Así que puse un coche oficial en la entrada, para llevarla a casa. ¿Espero que no te importe?
-Muchas gracias Doren –Sonrió Jacqui-, acepto el coche. De ese modo, no creo el inconveniente de que abandonen la fiesta por mi culpa. Y pido disculpas por ocasionarte estos problemas…
-No digas tonterías –Rió Doren acercándose a ella para cogerla del brazo y asó conducirla al exterior-, pero procura no ir tan al límite. Aunque comprendo que con tu cargo, debes mostrarle a muchos que eres buena para ello –Rió mirando a Kénan-. No te ofendas, pero a día de hoy aún sois algo machistas en los negocios.
-No me ofendes –sonrió-. Pero espero  que no me tengas en esa lista –Le guiñó un ojo.
-Claro que no –Sonrió con un pequeño revoloteo de pestañas, causando que Jacqui se encendiera por dentro un poco ante aquel gesto de coqueteo.

En casa. Soltando un suspiro de alivio al verse libre de todo aquel ajetreo de celebración, se dirigió con paso tranquilo hasta las escaleras para subir a su dormitorio. Donde primero  lo primero que hizo, fue dirigirse al baño para activar el agua caliente de la bañera y poder darse un baño de burbujas, ahora que estaba sola. Lo necesitaba, se notaba el cuello muy tenso. Con el agua cayendo, volvió tras sus pasos hasta el dormitorio para desprenderse de las joyas Saphire y depositarlas en la pequeña caja fuerte propia que tenía allí. Seguidamente, se desabrochó el vestido dejándolo caer al suelo para inclinarse, cogerlo y dejarlo sobre la banqueta. Que se aireara un poco del perfume, antes de colgarlo en el armario. No había necesidad alguna de llevarlo a limpiar a la tintorería. Así que, vestida únicamente con la ropa interior volvió al baño donde cerró la puerta, sacó el encendedor eléctrico de uno de los cajones y prendió fuego a las tres velas que tenía, para dejarlas por diferentes rincones estratégicos. Se desnudó dejando las prendas en el cesto de la ropa sucia y soltando un gemido de placer, se sumergió en la cálida agua con burbujas.
¡Aquello era una bendición! Cerró los ojos por un momento, notando como todo su cuerpo iba relajándose veloz ante aquella agradable temperatura. No estaba estresada… Bueno, puede que un poco sí a causa del lío que habían añadido a su vida sus hermanas. Estaba nerviosa, lo confesaba. Era la futura princesa y como tal, tenía unos deberes principales. Casarse y tener herederos. ¡Pero ya estaba casada! Se mordió el labio inferior con la imagen del rostro de Kénan en mente. ¿Cómo iba a enamorarse de otro hombre, cuando ya lo estaba de él? Pero aquello, no significaba que no tuviera ganas de matarlo algunas veces. ¿Qué mosca le había picado aquellos días que no la dejaba tranquila? Admitía, que el desmayo principalmente había sido a causa de él. Primero, el hallarse entre sus brazos ya la alteraba lo suficiente, para añadirle a más, la visión de su madre y hermanas de ellos dos juntos. Esperaba y rezaba, porque Enora no le hubiera dado a la rueda de su cerebro en cuestión de emparejarlos. Aquello, a parte de ser una enorme tortura sería muy peligroso. No quería que descubrieran ninguno de sus dos secretos. Que ya estaba casada y tristemente enamorada de su marido. Quien por supuesto, era un donjuán que no respondía para nada de igual manera que ella.
Solo esperaba que no saliera ningún reportaje de su desmayo, en las revistas del corazón. Rezaba porque en aquel momento, los periodistas hubieran estado ocupados con otros invitados. Aquella noche, en aquella celebración había cientos de personas importantes por suerte suya. Pero si resultaba todo lo contrario, Kénan sería el único culpable. Aquella noche, había sentido lo mismo que años atrás. Algo en el ambiente que la rodeaba, que premonicionaba peligro. Un peligro, que se vería reflejado en alguna acción que por mala suerte, iba ligado aquel hombre y ella. ¿Qué sería aquella vez? No creía que hubiera nada pero que un matrimonio secreto… Lo mejor, era dejar de darle vueltas a la cabeza. Se pondría su camisón y se iría a dormir. Hasta que no viera los daños, era cosa de tontos el preocuparse.
-¡Me puedes explicar qué demonios es esto! –Gritó Emmanuelle, interrumpiendo al día siguiente de la fiesta en el dormitorio de su hija Enora, quien se despertó sobresaltada.
-¿Mamá? –Pestañeó varias veces al paso de la oscuridad a la luz de la habitación-. ¿Qué ocurre? –Se apartó el cabello de la cara, mientras soltaba un bostezo.
-Conmigo no te hagas la tonta –Gruñó acercándose a ella, para lanzarle el periódico sensacionalista a las manos-. Acaso quieres matar a tu hermana –Recriminó con tono preocupado-. Por no indicar, el matar las ilusiones de Harmonie… -Soltó un profundo suspiro-. No viste lo que le hizo el stress a tú hermana ayer ¿Cuándo vas a dejarla respirar un poco? Tú tienes tus sueños, pero le has preguntado a tu hermana mayor si el ocupar el trono son los suyos –Las lágrimas se acumulaban en sus ojos-. Solo pido, que le concedas un poco de tiempo para que viva un poco a su manera…
Aún no había desplegado el periódico, porque se había quedado un poco bloqueada ante la actitud desesperada de su madre… Hasta la noche anterior, al ver caer a su hermana inconsciente en medio de la pista de baile, que no pensaba en lo que su actitud podía estar haciendo sobre ella. El resto de la velada, la sonrisa que había mostrado en todo momento era falsa. Su cabeza, no había parado de dar vueltas sobre el día a día de su hermana Jacqueline. Comprendiendo por fin, el que no quisiera pensar en matrimonio todavía. Su madre tenía razón. Ella y Harmonie, siempre habían podido elegir. Jacqui, no… Con gran culpa, abrió el periódico para abrir los ojos de forma desmesurada ante el titular que lucía en primera página. “¿Boda real a la vista?” Y debajo, había fotografías de su hermana junto a Kénan cuando llegaban juntos al evento, posando en la alfombra roja. Otra, donde hacían un comentario era cuando Jacqueline se les unió en la alfombra para posar la familia real junta. Allí, indicaban que tras ella, se hallaba el gran empresario sin abandonarla en ningún momento. La siguiente muestra era de ellos dos bailando juntos, para dar paso a cuando cayó en brazos de Kénan y éste con rostro preocupado la alzaba. Sus manos apretujaron el papel marrón cuando leyeron lo siguiente. “¿Hay también un heredero en camino?” ¡OH dios mío! Acabando, con fotografías de la noche en que su hermana fue al cine. Aquello, lo utilizaban como un indicador a que se llevaban viendo desde un tiempo. Y podían verlo en las imágenes, donde Kénan tenía el brazo alrededor del respaldo de ella… Alguien había tomado aquellas fotos y había decidido juntarlas con las de la fiesta, para crear una noticia del corazón falsa. Y de forma inconsciente, ella podía tener algo de culpa… Pero para nada de forma directa.
-No tengo nada que ver con esto –Señaló dejando caer todo en la cama, para salir de ella-. ¿Lo ha visto Jacqui?
-No –La miró aún con cierta reticencia-. Pues no es lo que dicen en el artículo. Señalan que una fuente muy cercana a la pareja, ha confirmado que es cierto que están saliendo.
-Eso siempre lo dicen –Volteó los ojos yendo hacia la ducha-. Y digo la verdad, mamá –Se asomó por el marco de la puerta-. Digamos que ayer, comprendí el stress de mí hermana. Y que mí actitud de días atrás, no la ha ayudado en nada.
-Me alegra saber eso –Respondió más tranquila-. Pero no creo que le vaya hacer gracia el saber lo que han escrito.
-¿Has quitado todos los periódicos de casa? –Preguntó entrando en la ducha.
-Sí –Suspiró-. En algunos, solo retiré las páginas correspondientes. De ese modo, espero que no sospeche por el momento.
-¿Aún duerme? –Quiso saber Enora.
-Sí –Se puso en pie-. Indiqué que no la molestaran por nada.
-Pero habrá que prepararse ante un ataque de histeria –Aceptó la joven con gran resignamiento-. Sabes que resultará imposible ocultarlo mucho rato.
-Que el señor nos tenga piedad –Suplicó la mujer saliendo del dormitorio.

3 comentarios:

  1. Ohhhhh quiero más y ya que estamos que estos dos hagan algo para que haya heredero en camino, jajajajaja
    ¿he dicho que amo a los caballeros preocupados por su chica?

    ResponderEliminar
  2. Yo también quiero que ya venga heredero en camino!!! muy bueno brujis

    ResponderEliminar
  3. Pero que malas que sois!!! Por qué quereis darle tal cruz a la pobre!!!! Malas!!!!! jejejejje

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...