Una canción para ti 18°

6 años después...

“Respiro sin ser vulnerable a los viejos fantasmas

He aprendido a dejar huellas de sol en las sombras

He cruzado muchas noches con una canción como guía

Soy plenitud extendiéndome en mis alas de aire

Espera bajo el cielo azul y me verás volver” 

-¡Oh  es tan atractivo! – comentó la chica .

-Sí, es lógico que todas las mujeres estén tras él, escuché que estaba saliendo con la directora de ese video musical. ¿No te parece lindo, Emma? – preguntó la otra muchacha que había en la sala y señaló a la pantalla donde estaban pasando el último video musical de Escudo Azul.

Emma sonrió y asintió con la cabeza, pero era un gesto vacío. Sin embargo, no pudo evitar mirar el video, en ese instante  Tristan estaba mirando hacia la cámara en un primer plano  y era absolutamente devastador. Los años lo habían hecho un buen trabajo, el adolescente sexy había quedado atrás dando lugar a un hombre adulto totalmente letal. Su mirada, sus gestos tenían la misma rebeldía e insolencia de siempre, pero también había madurez y seguridad, tenía la confianza  que le daba ser una estrella reconocida del rock, la seguridad que exudaba en el escenario y su talento, lo hacían destacar.

Era a un tiempo el mismo de antaño y un hombre distinto, pero cuando lo veía con los otros miembros de la banda, estaba la misma camaradería que los había unido de jóvenes, el mirarse y entenderse, el saber hacer buena música juntos.

Sí, los seis habían madurado, los años no pasaban en vano. Tampoco para ella.

-¡Emma! – insistió una de las chicas y ella volvió a concentrarse.

-Ya, hora de trabajar. ¿Practicaron la canción? – preguntó.

-Sí, es preciosa....no veo la hora de que nuestro álbum esté listo – dijo una de ellas y Emma le sonrió. Era curioso, apenas tenían unos tres años menos que ella, sin embargo sentía que había un abismo. Las veía tan jóvenes, o tal vez fuera que siempre había sido más madura y seria que los demás. Aquellas jovencitas eran muy inmaduras pero tenían voces maravillosas y pronto lanzarían al mercado su nuevo disco, uno para el que Emma había compuesto varias baladas.

Era la primera vez que escribía para alguien que no fuera Escudo Azul, pero ellos la habían animado a hacerlo y dado que eran canciones románticas muy diferentes al estilo rockero había aceptado el desafío.

En los últimos años, había logrado muchas cosas, su título de Berklee, ser una mejor compositora y ser contratada por una gran Compañía discográfica y estaba por publicar un libro de relatos. A pesar de eso había seguido fiel a Escudo Azul y seguía escribiendo todas sus canciones aunque nadie lo supiera.

La identidad detrás de las iniciales E.M que figuraban como nombre del compositor en cada uno de sus discos, seguía siendo una incógnita para el público. Aquello había contribuido a la mística del grupo y Emma sonreía cada vez que en una entrevista ellos se hacían los misteriosos. A lo largo de aquellos años les había enviado sus poemas y Tristan les había puesto música, correo, mail, o incluso por teléfono. De hecho apenas dos meses atrás , Tristan la había llamado a medianoche para hacerla escuchar una melodía que estaba componiendo, era algo frecuente. La había tocado para ella en su guitarra y mientras escuchaba, Emma había empezado a hilvanar palabras en su mente, hasta que una voz femenina había llamado a Tristan, arruinando el ambiente.

Algunas cosas no cambiaban.

Tristan entró a la sala de ensayos y saludó a  sus amigos. Por un segundo pensó en lo diferente que era aquel lugar del antiguo depósito donde ensayaban de adolescentes. Este lugar era muy cómodo, incluso lujoso, con todo lo que ellos habían soñado para hacer la mejor música y les pertenecía.

No podía quejarse, habían llegado muy alto en pocos años, habían tenido algunos contratiempos pero unidos los habían superado y ahora  Escudo Azul era una banda mundialmente reconocida. Tenían discos, premios y fama.

Eran estrellas del rock, aunque  él prefería ser catalogado como músico, el circo del  mundo del espectáculo nunca lo había seducido. Él era feliz haciendo música, así de simple.

También tenían un proyecto a largo plazo y era tener su propio sello discográfico, eso les daría libertad total y era algo que deseaban hacer, así podrían dar oportunidad a jóvenes como ellos.

Como siempre Cameron se encargaba de la parte económica, estaban a salvo en sus manos. Los seis seguían unidos y eso era lo que más agradecía, seguir teniendo a sus amigos a su lado. Habían tenido varias peleas a lo largo del camino que los había llegado al éxito, pero las habían superado, muchas veces con ayuda de Emma, que aún desde la distancia se había entrometido para ayudarlos.
Tristan tenía todo lo que quería, todo lo que había soñado y sin embargo se sentía incompleto como si algo le faltara. Tal vez fuera su naturaleza, tal vez nunca estaría satisfecho.

-Vaya , creo que nuestra compositora se ha enamorado…-dijo Cameron mientras leía en su tablet.

-¿De qué hablas? – preguntó Tristan volviendo a la realidad.

-De sus nuevas canciones, las envió para que les diéramos un vistazo. Y están llenas de sentimiento.

-¿Las que escribió para el dúo ése? – preguntó Tris con cierta molestia.

-Sí, ésas.

-Es normal que sean románticas, son baladas, ¿verdad? – comentó Leandro.

-No, les digo que aquí hay algo más. Emma pone su corazón en lo que escribe y aquí hay demasiado corazón.

- No puedo creer que haga dos años que no la vemos – dijo Luc de pronto.

-Sí mucho tiempo, entre nuestras giras y su pasantía, pero ya la espera acabará. La veremos en unos días – dijo Danny sonriendo.

-Tienes la misma cara de un cachorrito yendo a ver a su dueño, ¿estás tan feliz? – lo molestó Tristan.

-Claro que sí – contestó.

-Todo estamos felices – agregó Bim.

-Claro que sí…después de todo, Emma vuelve – aseveró Leandro

-Emma vuelve…-repitió Tristan como para sí mismo y Cameron le palmeó el hombro