viernes, 7 de septiembre de 2012

No creo en las novelas de amor 2° parte



Capítulo 6

Era la mejor de las épocas, era la peor de las épocas; era la edad de la sabiduría, era la edad de la locura; era la edad de creer, era la edad de la incredulidad; era la estación de la luz, era la estación de las tinieblas; era la primavera de la esperanza, era el invierno de la desesperanza; lo teníamos todo ante nosotros y no teníamos nada…
Charles Dickens

-Ahhhhhhhhhhhhhh….-suspiró Susana por enésima vez , lo que obligó a Taly a dejar de mirar la pantalla de su portátil donde estaba armando el cierre de su trabajo y mirar fijamente a su amiga.
-Bueno ya…dime por qué estás lanzando suspiros propios de Scarlet O´Hara –dijo mirándola con severidad y bajando un poco sus lentes para verse más amenazante.
-¿No estás ocupada?
-Sí, pero si seguimos así creo que pondré un largo “ahhhhhhhhhhhhhh” como conclusión a mi teoría y temo que no les convencerá a los asistentes al Seminario. Así que cuéntame –dijo y se acercó a la ventana donde su amiga leía una novela.
-Es que está tan emocionante, ella acaba de cambiar ,se encuentran en una fiesta y él está totalmente deslumbrado.
-¿Cambiar?...¿en qué se transformó? ¿en un camello?
-¡Talulha!.Claro que no, verás es que ella lo amó desde la infancia, pero era una jovencita tímida y poco agraciada, ahora se ha arreglado como una princesa y él por fin la ve como mujer. No puede quitarle los ojos de encima.
-¡Por Dios Su! Quema ese libro, y si es posible a la protagonista.¿Es que la tonta no tiene autoestima?¿Necesita cambiar para gustarle a él?. Ves por eso no me gustan las novelas. Él debería quererla tal cuál es, y verla aunque sea una pequeña ratita insignificante, por qué tiene que cambiar para deslumbrarlo. Las mujeres de esas novelas siempre son tontas, un vestido largo, un peinado nuevo y él descubre que la ama, cielos alguien debería castrarlo y a ella enviarla a recibir tratamiento.
-Odio esas tonterías, lo mismo que cuando alguno de esos héroes exclama algo como “te convertiré en mujer”,¿qué se supone que ella era antes, una calabaza? Es una reverenda tontería..y la mujer que quiere cambiar su forma de ser por un hombre , ni siquiera tengo un apelativo adecuado…-declaró la joven haciendo gestos con la manos.
-¡Taly! No lo entiendes.
-Francamente no.
-En el fondo creo que toda mujer desea entrar a un lugar y deslumbrar a todos los presentes, que todos se den vuelta para verla pasar, sobre todo si es el hombre que ama. Me parece que debería haber una ley, todas deberíamos saber lo que es sentirse hermosa una vez en la vida …tan sólo una vez–dijo Susana.
-Yo creo que todas las mujeres deberían saber lo que es tener un cerebro una vez en la vida, eso facilitaría nuestras vidas. Y créeme no habría tanta venta de chocolates ni tanto psicólogo millonario si las mujeres tuvieran más sentido común para alejarse de tanta tontería romántica.
-Yo creo que lo tuyo es grave, no puedes renegar así del romance y el amor…
-¡Claro que puedo! No hay ni una historia que haya acabado bien, piénsalo Su…¿quiénes son los amantes representativos del amor ideal?
-Romeo y Julieta – contestó Susana sin dudarlo.
-¡Ja,muertos!.De haber sobrevivido a ese romance adolescente, ni los recordaríamos. Además,¿te imaginas las reuniones familiares y decidir con qué familia festejarían el año nuevo?
-A ti te gusta Shakespeare…-arguyó Susana.
-Sí, Hamlet está muy bien  aunque  un poco loco y también me agrada  Henry V…pero siempre me disgustó Romeo y Julieta.
-¿Y qué me dices de tu tía abuela? Ella tuvo un gran amor, de hecho empezó esta tienda con las cosas que trajo de sus aventuras por el mundo…
-¡Otro feliz ejemplo! Sí, se enamoró de un romántico aventurero y lo siguió por el mundo, admiraron las bellezas de la antigüedad y se amaron mientras él le recitaba poesía antigua  que le estremecía el corazón. Fueron felices, hasta que a él se lo comieron los cocodrilos…
-¿Se lo comieron los cocodrilos? Yo creía que él se había casado con otra…
-Sí, cuando se le acabó el dinero se casó con una rica heredera que eligieron sus padres y abandonó a mi tía. Él se hizo acreedor  de una fortuna, dejó el lirismo a cambio de una panza llena y una suculenta cuenta bancaria y ella regresó a casa con el corazón destrozado para abrir esta tienda. Dime , sinceramente,¿ no hubiera sido mejor que se lo comieran los cocodrilos…?
-Fue una mujer feliz, y yo recuerdo que cuando me contaba las historias no había amargura en ella-se defendió Susana.
-¡Por suerte de grande recobró la compostura! Fue feliz y lo bastante inteligente como para alejarse de los hombres estúpidos. Pero si quieres seguimos con las felices historias de mi familia, allí la tienes…mi madre que se fugó de su casa para ir tras el amor de  su vida que no dudó en abandonarla embarazada. Tuvo que volver avergonzada a su casa paterna cargando un bolso y una panza de siete meses. Y como si eso fuera poco, ella no aprendió la lección y sigue eligiendo uno peor que otro…-exclamó Taly ofuscada
-Estoy yo .Mi historia terminó bien –dijo Susana mirándola ilusionada y Taly asintió.
-Bueno mi querida Su, no tengo nada que decir sobre eso. -dijo Talulha  en voz baja, aunque en realidad tenía mucho que decir pero no quería herir a Susana.
Susana se había casado con un compañero de secundaria apenas  se graduaron , ella había salido embarazada por lo que no les había quedado otra opción.Claro que Su siempre había dicho que lo amaba y que era la persona más feliz del mundo, pero Taly estaba convencida que era porque no había tenido oportunidad de conocer nada más. De hecho ni siquiera había podido ir a la Universidad mientras él si  había estudiado y ahora se la pasaba más tiempo en el trabajo que con su familia.Su era una persona cálida y expresiva , pero su esposo no y Taly siempre se preguntaba si el apego de su amiga a las novelas románticas era para llenar el vacío que sentía en su vida real. Pero bajo ninguna circunstancia se lo diría, Susana era feliz así o al menos parecía serlo y mientras ella no le dijera lo contario Talulha no intervendría.
Incluso a veces le asustaba aquella faceta de su amiga, cuando la veía como ama de casa y madre plenamente dedicada a sus tareas de esposa le daba la sensación de toparse con una extraña.Y ahora estaba allí sentada bajo la ventana como cuando niñas , tratando de convencerla de creer en el amor, con fe inquebrantable mientras ella debatía cada uno de sus argumentos.
-¿Taly?-la llamó Su y ella volvió a la realidad.
-Mmmmm
-Bien, ya entendí. Cambiemos de tema.¿Dime aceptaste el trabajo en la ciudad?
-Sip. No tenía muchas ganas, pero en verdad le tengo aprecio al Profesor y es una oportunidad de volver a trabajar en algo relacionado con la arqueología. Además el dinero no me viene mal, las ventas han sido escasas últimamente.
-No has vendido nada más aparte de la alfombra, ¿verdad?
-Un par de jarrones – contestó bajando la mirada. Cualquier mención a la alfombra le hacía recordar al dueño actual.¿Qué habría hecho con la alfombra? Taly solía consolarse pensando que cada dos por tres él se tropezaría como ella, pero en el fondo estaba segura de que no era así. Aidan no era del tipo de hombre que se tropezara fácilmente. Y estaba segura que hasta la maldita alfombra se sentiría dichosa de que él la pisara.
-¿Sabes dónde venden cobras?-preguntó de repente y Susana la miró intrigada.
-¿Qué?
-Nada Su, no me hagas caso…
-¿Y dónde vas a vivir?¿Alquilarás algo?
-Son sólo dos meses, el profesor me ofreció un pequeño departamento que es de la Universidad .Tiene dos ambientes, pero es suficiente para mí.
-¿Le dijiste a tu madre?
-Sí, como siempre me soltó un discurso sobre la carrera que elegí. Y coronó su charla con su ferviente deseo de que al menos aproveche la oportunidad para encontrar un marido.
-Ja,ja…¿qué respondiste?
-Que mi profesor estaba soltero, pero dado que es bastante mayor se lo presentaría a ella .
-Taly, no tienes remedio.
-¿Quién dijo que quiero curarme?- contestó sonriendo.
-Al menos tráeme un café y muy dulce, para contrarrestar tu encantador carácter- sugirió su amiga.
-Sabes que te quiero Su.
-Y yo a ti. Ahhhhhh, voy a extrañarte.
-Son sólo dos meses –repitió-y córtala con los suspiros.

Talulha terminó de acomodar sus cosas, había cerrado la tienda y ahora le tocaba cerrar su casa.
Susana se había ofrecido a abrir la tienda durante la mañana cuando sus hijos estuvieran en la escuela, aunque las dos estaban convencidas que era inútil. Sinceramente  no era un lugar muy rentable, salvo cuando era temporada de vacaciones o venía alguien recomendado, la tienda tenía prestigio pero este no se equiparaba a sus ingresos económicos.
Por otra parte, su madre se había ofrecido a cuidar su casa, airearla y encargarse del jardín. Taly sonrió al pensar en ello, su madre no era del tipo amante de las plantas, sin embargo lo haría bien. Al menos en eso se parecían las dos, eran igual de testarudas y una vez que se proponían algo iban por ello como toros ciegos.
En verdad amaba a aquella mujer, sin dudas tenía muchas cosas que reclamarle, algunas imperdonables como su bendito nombre pero lo cierto era que la amaba. Todo hijo tenía reclamos , pero tal vez si eran amados era fácil perdonarlos y ella se sabía amada por su madre. Suspiró profundamente y pensó que aquel hábito de Su era contagioso. Dentro de poco se veía a sí misma agitando un abanico y fingiendo desmayos.
Lo cierto era que estaba un poco nostálgica, aún no se había marchado y ya extrañaba.
Tal vez las emotivas despedidas de su madre y de su mejor amiga habían contribuido a ello.
La joven acomodó las cosas que le restaban en la última maleta, no llevaba muchas cosas porque no  estaría demasiado tiempo, era ante todo una mujer práctica…no era de las que llevarían tacón a una isla desierta sino más bien una red para pescar.
Por último echó  en su bolso el libro “Historia de dos ciudades” de Charles Dickens, tal vez porque cuando uno emprendía una nueva actividad era acometer lo mejor y lo peor, sobretodo era enfrentarse a lo inesperado.
¿Qué era lo que le esperaba a la vuelta de la esquina?
Cerró la casa, guardó todo en el baúl de su autito blanco y partió dispuesta a averiguar qué le deparaba a ella el destino.
Capítulo 7

“Y luego, cuando ante ti se abran muchos cami­nos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuan­do te hable, levántate y ve donde él te lleve.
Susana Tamaro

Talulha salió de la ducha envuelta en una amplia bata de toalla, se sentó junto al escritorio que había ubicado al lado de la única ventana y mientras tomaba una taza de café comenzó a escribir una carta.

Mi querida Su:
                           Antes de irme me hiciste prometer que tan pronto estuviera instalada te contaría detalladamente como me había ido. Muy bien aquí estoy cumpliendo mi promesa, ya sabes que amo las antigüedades, así que nada de e-mail, ni chat, ni siquiera una larga llamada telefónica, te mando una carta y estoy segura que ésta irá en un sobre gordo.
Bueno, ya hace una semana que llegué y tengo bastante para contarte.
El trabajo me gusta mucho, el Profesor es una eminencia en el campo y puedo aprender mucho de él, el equipo de trabajo es muy bueno, esté integrado por  dos hombres y una mujer, son gente agradable.  Hablan poco y trabajan mucho y no los conozco lo suficiente para hablarte de ellos  aún.
¡Ay Su me había olvidado lo mucho que me gustaba trabajar en esto! Tenemos un buen número de reliquias para estudiar y clasificar, hay algunas bellísimas…ayer vi un collar  del Imperio Incaico que te encantaría, además tiene una historia de esas que te gustan a ti
Como te imaginarás estoy totalmente sumergida en el pasado, creo que si alguien me pregunta la fecha actual dudaría o al menos le agregará a.C a cualquier fecha que responda.. Juro que es una suerte que no ande por la vida haciendo la prueba del carbono 14.
Bueno ahora te contaré de mi nuevo departamento, como te lo adelanté es un lugar chico (mucho) y venía amoblado. Por supuesto, sin romper la regla de los lugares amoblados, los muebles son totalmente horribles e incómodos…estoy tentada de pedirte que me envíes algunas cosas de la tienda.
¿Sería demasiado lujo sentarme en una sillas Luis XV y tener un par de lámparas Art decó?...Sí supongo que sería demasiado pedir. Pero debo decirte que lo arreglé bastante bien, no saldrá en las revistas de decoración pero es habitable  y huele horriblemente a pintura fresca. Sí, no te preocupes ventilé bien todos los ambientes. En verdad si me hubieras visto recorriendo  los mercados de pulgas buscando cosas para mi lugar, habrías estado orgullosa de mí, también hice milagros con las cortinas y debo darle la razón a mi madre en que un par de cojines ayudan.
Tengo un par de plantas, entre ellas un helecho que me robé de una oficina de la Universidad, no querida mía, no me he convertido en una delincuente. No temas, que los cambios recientes no me inclinaron al crimen, sólo que lo vi tan abandonado y en tan  mal estado que me compadecí y me lo traje. Sí ,¡me compadecí de un helecho!..y debo decir que es muy agradecido, le han salido muchos brotes nuevos y estoy segura que será un hermoso ejemplar en poco tiempo. Así que si me denuncian, ya tengo un argumento para defenderme...salvé una vida. Vegetal, pero vida al fin.
Así que a mis ofensas anteriores, ahora debemos sumarle el robar helechos. Claro que no tengo una gran carrera en la delincuencia, sólo la vez que le rompí la nariz a Mario cuando íbamos a quinto grado,¿lo recuerdas?, en realidad él dijo cosas horribles de mis padres (algunas ciertas pero no menos hirientes) y se lo merecía. Mi otra falta fue por conducir a alta velocidad en un auto robado, también debo resaltar que ese incidente fue tu culpa. Tomé el auto de mi madre para llevarte al hospital cuando ibas a dar a luz a Gabriel,tú te la pasaste rezando todo el camino e invocando a todos los santos, más por miedo a mi forma de conducir que al parto , y yo insulté y maldije a tu marido durante todo el trayecto por haberte embarazado y no estar allí cuando lo necesitabas.¿Lo recuerdas? Aunque salió todo bien. A propósito,¿cómo están los niños?.Espero que todo esté tranquilo .Les llevaré regalos cuando vuelva, tu trabajo es educarlos y el mío malcriarlos.
 Así que creo que en definitiva soy una ciudadana bastante decente, pago mis impuestos ,trato de ser útil y cualquier falta que haya cometido , en general está justificada por razones humanitarias.
¿Ya estás preocupada por mi, verdad? Toda está larga perorata sobre helechos y crímenes te ha dado una mala idea de mi nueva vida, pues tranquilízate, todo marcha a la perfección.
No, definitivamente no voy a terminar hablando con las plantas…no más de lo que lo hacía antes, al menos.
Por favor Su, asegúrate de que mi madre no destruya mi jardín.¿No lo ha hecho aún,verdad?.Bueno creo que ni siquiera ella puede hacerlo en una semana.
Sabes, te acuerdas de la broma sobre mi profesor y mi madre…él es tan buen hombre Su,¿por qué ella nunca eligió a alguien así?
Ah, me imagino que te estarás preguntando cómo me fue en la presentación en el Seminario.Fui un éxito total, hasta me aplaudieron. No será como cuando las protagonistas de tus novelas se aparecen vestidas de fiesta dejando a los hombres con la boca abierta, pero créeme para mí fue mucho mejor.
No muevas la cabeza Susana, sabes muy bien que me llevó tiempo y esfuerzo preparar el trabajo y que lo reconocieran fue muy grato. No, ni el más divino de tus héroes ficcionales se compara con eso.
Incluso un par de los asistentes se acercaron a hacerme preguntas y el profesor me ofreció publicarlo,¿qué te parece?¿Estás orgullosa de mí?.
¿Qué más quieres saber?
A ver…la ciudad es linda y horriblemente grande Su, no sé cómo soporté todos los años que viví aquí mientras estudiaba. Hay muchos lugares donde ir, pero…en el fondo soy una pueblerina.Las grandes aventuras no se hicieron para mí…jaja, te estás riendo ¿verdad?.
Tú siempre pensaste que eso de ser arqueóloga era una especie de declaración de mi espíritu aventurero, pues siento desilusionarte. Creo que siempre prefiero un buen libro (NO ROMÁNTICO, sí claro que los hay, no discutas),música tranquila y mi asiento bajo la ventana en casa.
Aunque si me invitan a explorar las ruinas de los antiguos imperios no voy a negarme.¿Te imaginas las cartas que te escribiría en ese caso?
En cuanto a la comida, bien…no me da muchas ganas de cocinar así que mi heladera es una réplica de un desierto, creo que no tiene ni una botella de agua dentro.No te alarmes, como cada día en un pequeño restaurante frente a la Universidad,me hace recordar al Caffé Notte, incluso me traigo una vianda a casa para cenar.Pero ahora que terminé de pintar y todo eso, me encargaré de mi comida, que no es mi intención ponerme a dieta. Sabes muy bien que soy incapaz de abandonar la comida en aras de los modelos estéticos, sí puedo hacerlo por estar ocupada con mis antigüedades, pero por nada más…
También me he encontrado a algunos viejos compañeros de universidad,  no, no a ése…por suerte. Aunque lamentablemente sí me encontré con Clara,¡ ayyyy, el tiempo no siempre hace milagros! .Claro que nunca pensé que se volviera agradable, hizo “adorables comentarios” sobre mi vida pueblerina como dueña de “una tiendita” y durante toda la velada me llamó Talulha.¿Te conté que aquí todos me llaman Taly?.El caso es que ella logró hacerlo sonar peor de lo que suena, y cada vez que lo decía resaltaba cada letra, parecía un insulto. No podía evitar crisparme en cada ocasión, pero juro que estoy orgullosa de mí misma, no la asesiné, ni grité, ni dije nada ofensivo.
¿Cuenta que accidentalmente hiciera tropezar al mozo para que volcara las bebidas sobre ella?
Si alguna vez alguien te pregunta, tú sólo dí que fue accidental. La gente siempre confía en tu palabra.
Para contenerme te imaginaba a mi lado, mirándome como cada vez que hago algo inapropiado, eres más efectiva que mi propia conciencia .Claro que cuando se trata de mi nombre mi conciencia no existe.
¿Estaré a tiempo de cambiármelo? Si no lo hice hasta ahora  es porque sería un acto muy infantil y aun no encontré uno adecuado.¿Cuál crees que me identifique?
No, mejor ni  te pregunto con tu afición a los romances, elegirías uno peor que mi madre.
En fin, esta ha sido mi primera semana aquí…no tengo mucho más para contarte.¿Y tú?
Tendrás que responderme y con una carta tan larga e incoherente como esta.
Bueno , un beso grande.
Te quiero mucho.
                                                                                               Taly


Talulha respiró profundo, había algo más que decir  pero su prudencia decía que se lo guardara, sin embargo extrañamente necesitaba contarlo. Sin importar las consecuencias Su era su mejor amiga y decirlo sería un alivio. Al menos haría  que ella dejara de darle vueltas al asunto una y otra vez. No era algo importante, no tenía por qué ocultarlo ni darle más valor del que tenía, así  que tomó la lapicera nuevamente y agregó un par de líneas a la carta


PD: Me encontré de nuevo con Aidan Diakos.
PD2:¿Estás marcando mi número de celular?¡Déjalo ya!



Capítulo8

Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil espinas.
Proverbio Turco

Talulha llevaba un rato examinando unas piezas que habían llegado a la Universidad, como el cabello le molestaba y se había olvidado  de llevar un broche, lo había recogido con un par de lápices, casi como si fueran palillos chinos.
El guardapolvo, llevaba justamente restos de polvo, antiguo, muy antiguo,  y ella estaba inclinada en la mesa con los lentes casi pegados al objeto que examinaba.No daba una imagen muy seductora.
-¡Aquí estás! Hay alguien que quiero presentarte – dijo el profesor Lambert a sus espaldas y cuando ella se giró pensó que era una broma.Una muy mala.
-¡Tú!- exclamaron los dos al mismo tiempo y Taly miró a Aidan Diakos como si fuera el objeto más extraño de todos los que tenía enfrente.
-¿Se conocen? – preguntó el profesor mirando alternativamente a uno y otro.
-Sí, Talulha y yo nos conocemos. Aunque nunca imaginé que fuera la alumna de la que me hablaste. Ni siquiera sabía que fuera arqueóloga.
-Señor Diakos , tampoco yo sabía que le interesaran los restos arqueológicos – saludó ella , aun sentía que su cuerpo se estremecía por haberlo escuchado llamarla “Talulha”.Y por supuesto que era un estremecimiento de enojo.
-Claro que le interesan querida,  de hecho es uno de nuestros benefactores –informó el profesor con una sonrisa que dejaba en claro la buena opinión que tenía del hombre.
-No yo, la empresa – aclaró Aidan con un dejo de vergüenza.
-Es lo mismo muchacho, tú has sido quien llevó a cabo la iniciativa.-contestó el hombre palmeándole la espalda.
-No esperaba encontrarte aquí – dijo él dirigiéndose a Taly.
-Tampoco yo. Y dígame ¿cómo está su alfombra, funciona bien? – le preguntó ella con fingida inocencia.
-En realidad, cuando vuelo se tuerce un poco hacia la izquierda, he descubierto que se debe a que tiene una punta algo levantada, como si alguien la hubiera llevado muchas veces por delante ,¿qué piensas tú? –respondió él con una sonrisa burlona
-¿Alfombra? – interrumpió el profesor evitando que Taly le lanzara alguna valiosa reliquia  por la cabeza a Aidan.
-Es una larga historia – le contestó él
-¿Qué les parece si me la cuentan mientras tomamos algo en la cafetería? – propuso Lambert.
-Lo lamento, tengo mucho que hacer aquí…-se excusó ella.
-Vamos querida, además lo que tenemos que hablar te incluye a ti. Tú formarás parte del proyecto que llevaremos a cabo con la empresa de Aidan.
-Pero profesor…- protestó ella y los dos hombres la miraron como si fuera una chiquilla insensata, por lo cual finalmente Taly los acompañó, mejor dicho se arrastró tras ellos expresando con su cuerpo su total disconformidad.
-No imaginaba que fueras una arqueóloga – comentó Aidan que se había retrasado un poco para poder hablar con ella. Por suerte el profesor se había adelantado enfrascado en una discusión con un alumno que le había salido al cruce para hacerle una consulta
-Lo siento, no suelo andar con el carbono 14 en la mano …
-No, supongo que no, pero tampoco te pareces a la imagen que tenía de los arqueólogos.
-¿Y qué imagen es esa Señor Diakos?
-Ya sabes…Indiana Jones –respondió él divertido y la vio sobresaltarse como si la hubieran pinchado.
-¡¿Indiana Jones?!
-Aunque gracias al cielo que no eres buena con el látigo, me parece que yo saldría perjudicado -susurró y ella sin saber por qué se sonrojó.
-¿Y usted  Señor Diakos a qué se dedica exactamente?- le preguntó cambiando de tema.
-¿Por qué no me llamas por mi nombre? Me estoy atragantando con tanto Señor Diakos, creo que no pronunciaban mi nombre con ese tono desde mi profesora de historia en la secundaria.
-Bueno, dijiste que tu nombre significaba “Fuego” así que me preocupa que si te llamo así  alguien aparezca con un extintor de incendios – le respondió ella y él largó la carcajada. Aquella mujer era impredecible y estaba más que feliz de  que sus destinos se hubieran vuelto a cruzar y mucho más aun  porque ella sin darse cuenta acababa de dejarle en claro que recordaba incluso el significado de su nombre.
Taly se adelantó para alcanzar al profesor para así poder evitar la cercanía de aquel hombre. ¿Qué posibilidades había de que se lo encontrara en aquel lugar? Estaba segura que sus encuentros con Aidan Diakos atentaban contra la ley de probabilidades o al menos iba contra su tranquilidad mental. Aquel hombre la irritaba, la hacía hacer tonterías y  no quería  que él estuviera allí, aquel era su lugar de trabajo y no debía dejar salir lo peor de ella, sin importar lo divertido que él lo encontrara.
Aidan se apresuró para volver junto a ella.
-Trabajo en una empresa que se encarga de desarrollo de tecnología en electrónica e informática. Desarrollamos nueva tecnología– contestó él  a su anterior pregunta y Taly se dio cuenta que una vez más se había sumido demasiado en sus cavilaciones.
-Eso es un nombre muy largo, ¿no puedes resumirlo?.¿Tienes un cargo allí o algo así?
-Soy el CEO.
-Demasiado resumen, ¿algo que no sean siglas?
-No es fácil conformarte, ¿verdad?
-No. Soy siempre exigente -respondió ella y no vio la sonrisa sesgada de él al pensar en todas las implicaciones de aquellas frases ingeniosas.
-Bueno eso significa que soy el Director Ejecutivo.
En ese momento arribaron a la cafetería, el profesor se despidió de su alumno y regresó con ellos para buscar una mesa.
Se sentaron cerca de una ventana y Taly no  pudo evitar  notar como observaban las mujeres, la mesera incluida, a Aidan. Bueno aunque odiara reconocerlo era atractivo, más que atractivo, de hecho lo había confundido con un gigoló la primera vez que lo había visto, él concordaba tanto con la imagen de un alto ejecutivo como ella con la de un arqueólogo. Aunque  sin dudas se parecía al estereotipo de los directores de empresas de las novelas de Susana, pensar en ello le dio nauseas.
-Ah, bueno, mientras esperamos nuestro café voy a contarte un poco del trabajo que te mencioné – dijo el profesor y la joven recordó que había hablado sobre un trabajo que la involucraba con la empresa de Aidan.
-¿De qué se trata? – preguntó cautelosa. Y fue Aidan quien respondió.
-Te dije que mi empresa tenía que ver con desarrollo tecnológico, así que hemos decidido lanzar una campaña  y parte de ello es organizar una exposición de antigüedades.
-Sí, ellos adquirieron hace poco una colección de valiosos objetos y nosotros tenemos que valuarlos, clasificarlos y organizarlos para la muestra.
-No me gusta trabajar para coleccionistas privados, creo que ese tipo de objetos deberían  estar disponibles para todo el mundo, son parte del patrimonio cultural de todas las personas.
-Estoy de acuerdo, la muestra se presentará primero en nuestra empresa bajo el lema “ Un futuro que respeta el pasado”, es parte del concepto de nuestros nuevos  productos. Pero luego la exposición será trasladada a la Universidad  y bajo nuestro auspicio estará disponible  para todo el mundo así como también para los estudios que ustedes quieran llevar a cabo.- expuso él y ella se sorprendió de lo seguro y capaz que sonaba.
-Así es, por eso  decidí que los mejores de mi equipo estén en el proyecto y eso obviamente te incluye a ti Taly , así que deberás alargar un poco más tu estadía aquí.
-Pero profesor, yo no tenía planeado quedarme mucho tiempo…Además  me parece que porque ellos  beneficien a la Universidad con dinero, no significa que nosotros debemos servir a sus intereses, es casi como si nos sobornaran.
-¡TALY!- se escandalizó el profesor Lambert- No es así, el Consejo Directivo ha aprobado este proyecto y no se trata de dinero sino del prestigio de nuestra Institución y de la posibilidad de acceder a piezas valiosísimas.
-Ni siquiera sabemos como almacenarlas, ni los cuidados que debemos tener con ellas, por eso necesitamos que ustedes se involucren en todo el proceso. El lema de nuestra campaña no es una mentira, nos interesa conservar el pasado, porque es la única forma de construir un futuro, no se trata de dinero. Si fuese eso podríamos haber armado un equipo que no estuviera vinculado al ámbito Universitario –intervino Aidan.
-Pero…
-Es una maravillosa oportunidad – se entusiasmo el profesor.
-Vamos Talulha , di que sí. El profesor dijo que tenía una ex alumna brillante que estaba trabajando con él y me pidió que viniera a conocerla. Nunca imaginé que fueras tú, pero  imagino que vas a aceptar , es un desafío,¿no quieres aceptarlo?.Además si tienes tantas sospechas sobre nuestros intereses sería bueno que participaras y vigilaras el proceso,¿no crees? – preguntó él y ella supo que lo hacía a propósito.
Ella no huía de un buen desafío laboral y aquella era una buena oportunidad, además no quería defraudar las expectativas del profesor a quien tanto respetaba. Aunque eso significaba volver a ver a Aidan Diakos, por lo visto venía incluido en el paquete, todo lo dulce siempre atraía alguna mosca, se dijo  a sí misma.
-Está bien – dijo ella y los dos hombres la miraron satisfechos.
En ese momento el teléfono del profesor sonó y debió retirarse.
-Lo lamento, pero  Aidan puedes terminar de contarle los detalles, así que aprovechen y terminen tranquilos sus cafés y croissant  - dijo el hombre y le anuló a Taly cualquier posibilidad de escapatoria. No quería estar  tomando un café con Diakos, pero tampoco podía irse. Tuvo que resignarse y  como prueba de su desencanto le dio una mordida a su croissant con toda la furia del mundo.
Aidan, en cambio estaba disfrutando el momento. Le dio un sorbo a su café y  trató de sacar todo su tacto para tratar con aquella fierecilla que tenía delante.
-Dime Talulha…
-Taly – lo corrigió ella que había estado soportando estoicamente hasta el momento que pronunciara su nombre completo.Él no dijo nada sobre aquella corrección, sabía que el tema del nombre era zona conflictiva, sólo sonrió.
- ¿Y…cómo fue que abandonaste tu tienda? Cuando te conocí tuve la sensación  de que no eras una admiradora de las ciudades.
-Vine a presentar algo en un seminario y el profesor me había ofrecido un trabajo temporal, así que acepté. Supongo que puedo soportar la ciudad por un tiempo corto.
-¿Cómo está Susana? – preguntó él
-Bien, gracias- respondió ella cortante ante la familiaridad de él, se habían cruzado una vez de casualidad, eso no le daba el derecho para indagar en su vida, ni para preguntar por su amiga con tanta confianza. Si una campanita sonó en su cabeza intentando alertarla que él sólo intentaba ser amable, Taly la ignoró completamente.
-¿Así que eres  dueño de una compañía?-preguntó ella provocadora.
-No, sólo soy el Director Ejecutivo .
-¿No tienes suficiente dinero para tener una empresa propia?- insistió ella y por su tono de voz, Aidan dedujo que en ese momento el tener dinero no era algo digno.
-No todavía.¡Vaya nunca me he encontrado con alguien que tenga tantos prejuicios contra mí!.Creo que es una suerte que mi apellido no sea italiano porque en ese caso me acusarías de pertenecer a la mafia.
-También hay mafia irlandesa…
-Bueno, pues yo no soy irlandés sólo mi nombre y una rama de mis antepasados, hasta donde sé tengo la misma nacionalidad que tú.
-¡¿Eres Tailandés también?!- exclamó ella mirándolo sorprendida mientras bebía su café. Por un segundo él pareció desconcertado como si creyera que ella hubiera nacido en Tailandia, luego rió.
-No, creo que no .Pero ya sabes…siempre existe la posibilidad – le respondió guiñándole un ojo, lo que le recordó a Taly la charla sobre ser un príncipe perdido del desierto. Casi se atragantó con el café.
-Ya veo, eres una caja de sorpresas- dijo irónica.
-No, en realidad sólo soy un hombre común.
-Los hombres comunes no dirigen empresas.
-Mis padres me pagaron la Universidad con mucho esfuerzo y yo trabajé duro porque era lo que quería. Y así seguí hasta llegar a donde estoy, creo que somos igual de testarudos Talulha.
-¡Y otra vez el burro al trigo!.No creo que me parezca en nada a ti, y yo no soy testaruda-dijo ella y él sólo elevó una ceja en forma interrogativa.
-Está bien, me rindo.- dijo Aidan finalmente y en ese instante el teléfono de ella sonó. La joven se enzarzó en una conversación de trabajo y él adivinó que aquella charla estaba llegando a su final.
-¡Ni se les ocurra! En unos minutos estaré allí – alertó ella a quienes estaban al otro lado de la línea y luego se volvió hacia él-Lo siento, surgió algo…
-Debes irte.
-Sí.
-Bueno, nos veremos mañana – le dijo él y ella lo miró sin comprender.
-Mañana el equipo irá a la empresa para arreglar los detalles del proyecto porque llegan las reliquias – le explicó él.
-Bueno, hasta mañana entonces – dijo ella aunque estaba planeando la manera de contraer un virus altamente contagioso que  le impidiera asistir a tal reunión.
-Hasta mañana – dijo él y por alguna razón sus palabras sonaron a promesa.
Antes de marcharse, Taly se detuvo un momento y le preguntó lo que la tenía intrigada desde hace un largo tiempo.
-¿Por qué compraste la alfombra?
-Porque me preocupaba que volvieras a caerte – dijo él  con seriedad y sonó demasiado sincero.
-¡Cómo si fuera posible! –exclamó ella con un resoplido y se marchó.
“Cómo si fuera posible” volvió a decirse a sí misma sin saber muy bien a cual de todas las cosas se refería, si a  la caída o a la preocupación de Aidan y sin embargo no pudo evitar sonrojarse al recordar las palabras de él.

 
Capítulo 9

El amor es una bellísima flor pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un  precipicio.
Sthendal

Al despertar , Taly comprobó con desilusión que estaba sana, muy sana. Nada podría impedir  la reunión con Aidan y para recordárselo el profesor la llamó para confirmarle el horario y el lugar.
“Trabajo, es trabajo” se dijo a sí misma intentando convencerse, mientras se preparaba para ir.
Taly era muy puntual, pero en aquella ocasión se demoró más de lo debido, se aseguró de llegar tarde con la secreta esperanza de que le avisaran que la reunión se había cancelado o mejor aún que ella estaba fuera del proyecto, sin embargo nada de eso sucedió. Así que finalmente tuvo que ir después de que le enviaran un mensaje diciéndole que la esperaban en la oficina de Diakos.
Finalmente llegó al edificio, dónde estaba la empresa. La chica elevó la mirada con cierto desprecio por aquella ostentosa construcción de la modernidad, obviamente  ella prefería los edificios con historia, y si era posible con gárgolas que lo adornaran …tuvo la fugaz idea de una imagen de Aidan construida en piedra adornando la entrada de aquel lujoso lugar y se espantó. Últimamente su imaginación le estaba jugando muy malas pasadas, porque aquello que había imaginado distaba mucho de ser un monstruoso protector  de catedrales  sino que se asemejaba a una grácil estatua griega, plena de belleza y armonía.
Sacudió la cabeza para aclarársela, en un típico gesto de ella y se encaminó hacia la entrada.
Tenía que reconocer que el interior era muy agradable y muy elegante, se dirigió hacia el mostrador y le pidió a la recepcionista que la orientara. Minutos después se subió al elevador para ir a la oficina de Aidan, por primera vez Taly lamentó no fumar, estaba segura que si llevara un cigarrillo o un encendedor encima se las arreglaría para encender la alarma de incendios y poder escapar de allí.
Una vocecilla en su interior le dijo que algo le ocurría si tenía la necesidad de inventar medidas desesperadas para eludir una simple reunión, un hombre mejor dicho, pero Taly no tenía la mínima intención de escuchar a su conciencia, así que simplemente ignoró el pensamiento y siguió avanzando.
Una secretaria de mediana edad la guió hasta la oficina.
Al entrar, Taly se quedó sin respiración, estaba convencida que esos acontecimientos acabarían por dañar su cerebro, la mala oxigenación terminaría por disminuir su nivel intelectual.
No la había sorprendido que sus colegas ya estuviesen allí, ni que todos se dieran vuelta para mirarla, ni que Aidan la mirara con una sonrisa e hiciese un breve gesto para darle la bienvenida.
Lo que casi le provoca un infarto precoz fue que detrás  del grupo que estaba reunido, en una de las paredes claras, estaba colgada la alfombra, enmarcada como si fuera una obra de arte.¡Era demasiado!
-Acércate Taly .-dijo el profesor y recién entonces ella recordó que podía moverse y logró avanzar unos pasos.
-Hola Talulha – saludó Aidan y ella pudo ver que el había descubierto el motivo de su asombro, de hecho la diversión asomaba en la mirada masculina.
-Hola …-respondió ella y se les acercó.
-No te perdiste mucho, recién comenzamos – dijo Aidan con amabilidad.
-¿Qué rayos hace eso allí? – preguntó ella sin poder contenerse y sin un pizca de diplomacia y él elevó una ceja como para recordarle que no estaban solos.
-Adorna la pared. Es que no combinaba con la decoración de mi departamento y además es un objeto muy peligroso, así que pensé que era la mejor opción. Por otra parte, si me canso en las horas de trabajo y me siento tentado a dar una vuelta, la tengo a mano…-contestó él con aplomo y los demás tuvieron el sentido común de mantenerse al margen de la extraña conversación.
-Lamento la tardanza, ¿me pueden informar? – dijo ella  cambiando de tema y se fue a sentar junto al profesor.
Aidan estaba tentado a largar la carcajada, pero aquella era una reunión seria. La mezcla entre Talulha y los negocios iba a traerle un par de dolores de cabeza.
Se sentó y continuaron analizando el proyecto.
Al cabo de un rato una secretaria entró y le informó algo a Aidan.
-Me dicen que los objetos están en el depósito, qué les parece si vamos a verlos.-los invitó y todos asintieron.
Taly iba detrás del grupo, con la mirada baja así que no pudo ver las ocasionales miradas que Aidan le dirigía.
Cuando llegaron al depósito, el hombre le distribuyó a cada uno de los miembros del grupo una lista con el inventario de las cosas que contenían las cajas.
-¿Todo esto es parte de la muestra? –preguntó el profesor y el joven asintió.
-¿Qué le parece si lo comprueba usted mismo? –dijo señalándole  las cajas y  los ojos del académico se iluminaron con el  brillo de aquel que ama lo que hace.
Entre todos se dedicaron a abrir las cajas y utilizando guantes ,llevados por el profesor, se dedicaron a extraer uno a uno los objetos que serían parte de la exhibición.
-¡Oh!- exclamaron todos a la vez al observar como el profesor sacaba a la luz distintas reliquias prehispánicas pertenecientes a culturas preincaicas como Chavín,Chimú,Paracas,Mochica y Nasca.
Taly sostuvo con sumo cuidado un bellísimo collar ornamental de oro y plata proveniente de Perú, mientras uno de sus compañeros evaluaba un juego de tres piezas de la cultura Chavín.
-Esto es…-dijo la joven y Aidan se asomó por sobre su hombro.
-…una belleza .-dijo él completando la oración de ella.
-¡No, es un  robo! –exclamó ella enojada , dejando a todos sin palabras.
-¿Perdón? –preguntó él totalmente desorientado.
-Esto pertenece a sus países de origen, es un robo…debería estar en los museos correspondientes. Son productos de saqueos infames que terminan con los patrimonios culturales – continuó ella mientras apuntaba a Aidan con un dedo como si él fuera el ladrón.
-Taly..-se defendió él utilizando su sobrenombre ya que sabía que en el estado en que se encontraba no era acertado llamarla Talulha- todos los artículos fueron comprados en subastas. Es absolutamente legal.
-¡Legal, ah! Eso no implica que sea correcto. Un invaluable fragmento original de un manto inca ,con una antigüedad de 1.300 años fue entregado a un coleccionista neoyorquino por la irrisoria suma de 180 dólares en una subasta de Christies. Seguramente es legal, pero es aborrecible…
-Esto no es lo mismo…-insistió él.
-¿Qué lo hace diferente?-lo increpó ella.
-Además, estoy seguro que si hablamos de culpables, muchos objetos fueron robados y vendidos por los mismos arqueólogos…-la provocó él y cuando varios pares de miradas se le clavaron se dio cuenta de lo inadecuado del comentario.
- No trates de justificarte.-dijo la chica.
-¿Y qué hay de tu tienda?-arremetió él nuevamente.
-¿Qué pasa con mi tienda? – se defendió ella
-¿Estás segura que nada de lo que tienes allí ha sido robado o algo por el estilo?.Tienes muchas antigüedades allí…
-¡Claro que no! Todas han sido verificadas y a pesar de ser antigüedades ninguna lo es tanto como para ser patrimonio de la humanidad como es este caso. Así que no intentes convertirme a mí en la delincuente…
-Taly…-intervino el profesor intentando calmar la situación.
-Usted no puede estar de acuerdo con esto – lo censuró ella.
-Talulha – la llamó Aidan que debió recurrir a ese nombre para llamarle la atención, fue un éxito pues ella se volvió hacia él con la mirada de una fiera -Lo cierto es que todos estos objetos estaban en manos de coleccionistas privados, así que piénsalo como si los hubiéramos recuperado. Tal vez no sea lo más correcto, pero  luego de la exposición le pertenecerán a la Universidad y ustedes se encargarán de que estén a disposición de todo el mundo. La gente que sólo ha oído hablar de estas civilizaciones cuando estaban en la escuela, podrán admirar los vestigios de su cultura. Las culturas prehispánicas, los antiguos pueblos de la Mesopotamia, Egipto, ya no serán sólo historias de libros, podrán observar sus maravillas con sus propios ojos.
-Es verdad Taly, mucha gente podrá verlos y eso les hará interesar en la magnifica historia de esos pueblos. También es cierto que pertenecían a colecciones privadas, en lugar de estar encerrados en vitrinas de lujosas mansiones, estarán al alcance de todas las personas…-argumentó el profesor y ella hizo un sonido que dejaba en claro su disgusto y su incapacidad para rebatir aquellas razones.
Tal vez los motivos eran equivocados pero, ciertamente, el resultado  no podía cuestionarse.
Aidan se sonrió al pensar que de tener la posibilidad aquella mujer sería capaz de llevar a  juicio a las famosas casas de subastas  Christies  y Sotheby´s por rematar tesoros de la humanidad. De hecho estaba seguro que mencionaría aquello en alguna publicación tan pronto le fuera posible.
-Bueno, ahora tenemos que resolver como vamos a llevar a cabo el trabajo. Podemos trasladar las cosas a la Universidad, si ustedes deciden que no hay riesgos o bien pueden instalarse a trabajar aquí ,tenemos algunas oficinas que podemos acondicionar.-propuso Aidan al profesor Lambert evitando mirar a Taly que se erguía como la dama de la justicia y cuyo desacuerdo él sentía sin necesidad de miradas ni palabras..
-Eso sería lo mejor, hasta después de la exposición estos objetos pertenecen a la empresa y no quiero hacerte las cosas más difíciles-acordó el profesor y Aidan asintió.
-Bien , entonces , acondicionaré el lugar para que puedan trabajar a partir de mañana, si le parece bien.
-Perfecto –dijo el hombre y Taly pensó que la idea de perfecto era relativa porque para ella aquello era lo más cercano al espanto. Por ese día, había logrado no asesinar a Aidan, pero no estaba segura de poder repetir la proeza si debía seguir encontrándoselo en los próximos días.

 

Capítulo 10

Sólo aquellos que no esperan nada del amor se enamoran con facilidad
Eun Hee-kyung


Taly contempló los objetos que tenía en su mesa de trabajo. Dos días atrás ella y sus compañeros de equipo se habían instalado en la empresa de Aidan para el proyecto de catalogar , estudiar y valuar los objetos para la exposición. Para peor de males había tenido que escuchar una larga perorata de Susana sobre los misteriosos caminos del destino que hacían que las vidas de dos personas se unieran una y otra vez en forma misteriosa y sobre lo maravilloso que era aquella posibilidad de trabajar junto a Aidan.
¡Más misterioso era el ADN de un mosquito y hasta más sorprendente también! Aquello de cruzarse  una y otra vez a Aidan y su manía de llamarla Talulha sólo eran un gran dolor de cabeza.
De hecho hasta había estado a punto de quejarse con el profesor Lambert de que eso no estaba en su contrato, pero al fin decidió actuar como una profesional.
Sacudió la cabeza , en un gesto por despejarse, se volvió a calzar los lentes y miró cuidadosamente los tesoros que tenía a su alcance.
Había un par de terracotas del lejano oriente, unas piezas de joyería prehispánica, una estatuilla de jade, unas finas porcelanas chinas y una cajita labrada.
Al ver las porcelanas chinas, Taly recordó que muy poco tiempo atrás se habían rescatado muchas piezas del mar, un grupo de arqueólogos las había recuperado de un barco hundido de un comerciante desventurado. La chica se preguntó por el origen de aquellas, ¿pertenecían también a un cargamento hundido, o habían pasado de manos en manos hasta llegar a ella?
Frunció la frente , haciendo que se le formaran una serie de arrugas, al recordar el origen dudoso de las piezas y tomó apuntes mentales para el artículo que estaba escribiendo sobre el oscuro negocio de las subastas y el contrabando de piezas valiosas.
Luego tomó la caja labrada y observó el anillo que contenía. Era un Gimmel fabricado por los orfebres del Renacimiento.
El "gimmel", o anillo gemelo, llevaba dos aros, a veces tres, que se desplegaban en abanico desde el centro de la base. Al cerrarse, los aros se unían tan perfectamente que sólo se ve un único anillo, como símbolo de la unión matrimonial.
Alrededor del año 1600 al "gimmel" se le unió a otro símbolo romántico, las dos manos agarradas de la "fede" (término italiano que significa "fe"). Los aros  enlazados del "gimmel" terminaban en unas manos que se unían cuando el anillo estaba cerrado. Luego a estos símbolos se  le añadió un tercero, el corazón. En las sortijas  especialmente elaboradas, un par de manos esmaltadas sujetaban un gran corazón de diamante.
De esa clase era la sortija que Taly tenía frente a sí, al mirarla recordó a su mejor amiga. Años atrás cuando Taly había hecho un seminario sobre joyería antigua, había descubierto la existencia del gimmel y se lo había contado. Susana había suspirado y luego había mirado su simple anillo de bodas, una banda lisa de oro, con cierta desilusión. Era obvio que la chica hubiera preferido tener un anillo gemelo que  portara toda aquella simbología romántica, Taly no le había dado demasiada importancia, pero al ver el creciente desanimo de su amiga y las contantes referencias que hacía a la extraordinaria joya Renacentista, había tenido que tomar medidas.
En un descuido de Su, mientras lavaba los platos, Taly le había robado el anillo matrimonial, lo había tenido varios días como rehén y cuando la desesperación de su amiga fue patente, se lo devolvió. Desde ese día Susana, jamás había vuelto a mencionar el gimmel y había amado devotamente a su simple sortija, que después de todo era el símbolo de su unión con su marido y llevaba una romántica inscripción en el interior.
¿Qué diría Susana de saber que ahora ella tenía un auténtico gimmel?
Una curiosidad inusual en ella , le hizo sacar el anillo de la caja y deslizarlo por su dedo. Elevó la mano para observarlo mejor, extrañamente le quedaba, encajaba a la perfección en sus dedos finos.
- “Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre” –dijo una voz profunda junto a ella y la chica pegó un brinco. Aidan tenía la cabeza asomada a la puerta y la estaba  mirando con diversión.
-¿Qu..qué? – preguntó ella torpemente.
-¿Es lo que dice el interior del anillo ,verdad?-preguntó el a su vez
-Sí, sí- confirmó ella, esa era la leyenda típica inscripta dentro de los gimmel y empezó a forcejear para quitarse la joya con rapidez.
-Te queda…-comentó él entornando los ojos y ella le dirigió una mirada de odio puro. Era imposible que a ella le quedara bien una sortija matrimonial, aunque tuviera muchos siglos…
-¡Ajá! – exclamó triunfante al quitársela y luego lo miró a él- ¿Qué haces aquí?
-Vine a ver cómo va todo y si necesitabas algo…-contestó amablemente.
-Todo va bien, y no necesito nada, gracias. Tal vez debería ir a preguntarle a los demás…-sugirió ella y él sonrió al notar que volvía a tratarlo de usted, lo hacía ocasionalmente cuando  estaba ofuscada.
-Ya lo hice, todos están bien- dijo él y entró a la oficina para luego acomodarse en una silla alta que estaba cerca de ella.
-Póngase cómodo…-dijo ella con sarcasmo pero él la ignoró.
-Son bonitas – comentó Aidan tomando una estatuilla pequeña con forma de león y ella se lo arrebató velozmente de las manos.
-Bonitas son las rosas, esto es mucho más que eso. Y son muy frágiles – le advirtió la joven y él vio como la acomodaba cuidadosamente.
-¿Por qué eres arqueóloga? – le preguntó repentinamente.
-¿Por qué eres mercenario…digo…empresario? -preguntó ella a su vez.
-Muy graciosa. En realidad estudié ingeniería electrónica, luego hice unos cursos de administración y descubrí que me gustaba. Tal vez sea porque tengo tendencia a querer manejar las cosas…-comentó burlándose de sí mismo- Luego me ofrecieron un trabajo en una pequeña empresa y allí empecé, luego las cosas siguieron avanzando hasta que me enviaron como CEO aquí.
-¡Vaya!
-¿Esperabas otra cosa? ¿Algo como que buscaba fama y fortuna?
-¿No las buscas?
-Ay Talulha , parece que estás decidida a tener la peor imagen de mí. Me gusta mi trabajo y si me va bien en ello, mejor. Sólo eso. Y ahora te toca a ti…¿por qué decidiste ser arqueóloga? ¿Un gusto romántico por el pasado? ¿Añoras épocas en que se usaban cosas como el gimmel con el que estabas jugando?
-¡No, claro que no! –dijo ella y se sonrojó por haber sido atrapada en un momento de tontería.
-¿Entonces?
-No lo sé, supongo que mi tía abuela tiene mucho que ver. Ella es quien me heredó la tienda y cuando era pequeña me contaba historias sobre los lugares lejanos a los que había viajado, me contaba las historias de los objetos. Me explicaba como se habían construido las pirámides, o me hablaba sobre el calendario maya, o la escritura cuneiforme…me gustaba pensar que en aquellas antiguas civilizaciones habían nacido muchas de las cosas que nosotros conocíamos. Tal vez tenga que ver con que siempre me ha gustado saber cómo funcionan las cosas y  estudiar arqueología era como estudiar el origen de todo…quizá sólo quería entender un poco más del mundo-contó ella y se asombró de haberle dicho tanto de sí a Aidan, pero él estaba escuchándola tan tranquilamente que ella simplemente se sintió cómoda. No pensaba volver a  bajar la guardia.
-¿De verdad te gusta, cierto?
-Sí. Me gusta mucho.-admitió ella y luego recordó lo que había querido preguntarle-¿Cómo supiste lo que decía el anillo?
-Bueno, estudié un poco sobre los objetos que teníamos para la exhibición.Y supongo que el anillo me llamó la atención, como a ti…
-En realidad, era por Susana. A ella siempre le gustó la historia sobre estos anillos – se excusó ella.
-¿A ti no?¿No te gusta la idea de que  aquellos que se unen en matrimonio deseen que nada los pueda separar?
-En realidad no. De hecho no creo en ello…-contestó la chica y Aidan elevó una ceja en señal de curiosidad.
-¿No crees en el matrimonio?
-Mira, de hecho esta idea del matrimonio como cuestión romántica y todo eso es bastante nueva. Antiguamente era una cuestión casi comercial, y me parece que era mucho más honesto.
-¿Te parece más honesto que la gente se casara por obligación o compromiso?-le preguntó incrédulo.
-Si vamos al caso, al menos sabían lo que les esperaba. No iban con todas esas tontas ilusiones románticas para luego ver como todo se derrumbaba.  Tenían muy en claro que era una unión, que muchas veces tenía que ver con patrimonio o títulos de nobleza, pero más que nada que implicaba poder procrear descendencia. Eso esperaban y eso tenían…
-Eso es una idea absurda.
-¡Claro que no! Eran matrimonios mucho más sólidos y realistas. ¿Qué gana la gente actual al disfrazar la necesidad de compañía con promesas de amor eterno?
-¿Amor?- preguntó él a su vez.
-Engaño y juicios de divorcio. – sentenció ella y él la miró con censura.
-Eso es muy cínico.
-Pero es verdad. A veces parece que en realidad  las mujeres tienen muchas más ganas de vestirse de blanco y bailar el vals que de establecer una relación basada sobre bases realistas.
-¿Tú no?
-Bailo muy mal y , ¿sabes que significa el color blanco en muchas culturas orientales? Luto, eso debería darte una pista…- respondió ella.
-¡Cielos Talulha! Entonces no vas a casarte…
-No está en mis planes. O al menos tengo muy en claro  las verdaderas razones por las cuales la gente se une, y nunca lo confundiría con una cuestión amorosa.
-A ver, ilústrame .Me gustaría oír tu teoría – dijo él y se cruzó de brazos.
-No te burles, no es una teoría, sólo sentido común. Eso que llaman amor, es sólo una reacción química y de hecho es algo biológico, es la  necesidad de que la raza se perpetúe, eso que creen es pasión romántica es sólo un mandato de reproducción.
-¡VAYA! ¿Y qué pasa con la gente mayor, aquellos que se enamoran cuando su edad reproductiva acabó?
-Bueno, también está la necesidad de compañía,  es buscar a otro para espantar la soledad. Hay miles de encuestas y estudios que confirman que mucha gente está en pareja, sólo para no estar sola. De allí que aguanten tantas situaciones terribles, porque les da más miedo estar solos que consigo mismos. La gente necesita que haya alguien pendiente de ellos, en algún lugar dijeron que es algo así como la necesidad de que alguien dé testimonio de tu existencia.
-¿Entonces todo se reduce a reacciones química y remedio contra la soledad? ¡Y tanta gente en el mundo que se cree enamorada!
-Vamos Aidan, eres adulto ya para creer en cuentos. Dime, cuánta gente “enamorada” has visto…
-Mucha, si uno sale a la calle hay miles de parejas enamoradas. –respondió él sin dudar.
-¿Y cuánto les dura?
-Sabes Taly, me recuerdas al discurso que da Barbra Streisand en la película “Las dos caras del amor”,¿la has visto?
-No.
-Pues dice muchas cosas parecidas a las que dices tú. Te gustaría esa parte. Pero , ¿sabes cuál es su conclusión?¿Por qué la gente sigue enamorándose pese a todo?
-A ver, ilústrame.- retrucó ella
-“Porque mientras dura se siente endiabladamente bien”-citó él.
-Muchos venenos se sienten bien  antes de que te maten y eso no implica que sean buenos.
-Pero sí que uno los elegiría para morir- le respondió él con una sonrisa provocativa.
 -Entonces,¿ te has enamorado muchas  veces? –preguntó ella.
-No Talulha, a decir verdad no. Pero sigo creyendo…
- ¡JA!¿Esperas a la indicada?
-Tal vez sí.- dijo él con suavidad
-Bueno, si eso pasa. Házmelo saber, tal vez puedas rebatir mi teoría.
-Créeme, estaré encantado Talulha de probarte cuanto te equivocas- le dijo y le guiñó un ojo antes de irse.
Taly lo miró en forma despectiva, ella no solía equivocarse y Aidan Diakos , menos que nadie iba a hacerle creer lo contrario. Y el que su corazón se agitara cuando él pronunciaba su nombre de aquella manera no significaba nada.

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