Capítulo
6
Era la mejor de las épocas, era la
peor de las épocas; era la edad de la sabiduría, era la edad de la locura; era
la edad de creer, era la edad de la incredulidad; era la estación de la luz,
era la estación de las tinieblas; era la primavera de la esperanza, era el
invierno de la desesperanza; lo teníamos todo ante nosotros y no teníamos nada…
Charles Dickens
-Ahhhhhhhhhhhhhh….-suspiró Susana por enésima
vez , lo que obligó a Taly a dejar de mirar la pantalla de su portátil donde
estaba armando el cierre de su trabajo y mirar fijamente a su amiga.
-Bueno ya…dime por qué estás lanzando suspiros
propios de Scarlet O´Hara –dijo mirándola con severidad y bajando un poco sus
lentes para verse más amenazante.
-Sí, pero si seguimos así creo que pondré un
largo “ahhhhhhhhhhhhhh” como conclusión a mi teoría y temo que no les
convencerá a los asistentes al Seminario. Así que cuéntame –dijo y se acercó a
la ventana donde su amiga leía una novela.
-Es que está tan emocionante, ella acaba de
cambiar ,se encuentran en una fiesta y él está totalmente deslumbrado.
-¿Cambiar?...¿en qué se transformó? ¿en un
camello?
-¡Talulha!.Claro que no, verás es que ella lo
amó desde la infancia, pero era una jovencita tímida y poco agraciada, ahora se
ha arreglado como una princesa y él por fin la ve como mujer. No puede quitarle
los ojos de encima.
-¡Por Dios Su! Quema ese libro, y si es
posible a la protagonista.¿Es que la tonta no tiene autoestima?¿Necesita cambiar
para gustarle a él?. Ves por eso no me gustan las novelas. Él debería quererla
tal cuál es, y verla aunque sea una pequeña ratita insignificante, por qué
tiene que cambiar para deslumbrarlo. Las mujeres de esas novelas siempre son
tontas, un vestido largo, un peinado nuevo y él descubre que la ama, cielos alguien
debería castrarlo y a ella enviarla a recibir tratamiento.
-Odio esas tonterías, lo mismo que cuando
alguno de esos héroes exclama algo como “te convertiré en mujer”,¿qué se supone
que ella era antes, una calabaza? Es una reverenda tontería..y la mujer que
quiere cambiar su forma de ser por un hombre , ni siquiera tengo un apelativo
adecuado…-declaró la joven haciendo gestos con la manos.
-¡Taly! No lo entiendes.
-Francamente no.
-En el fondo creo que toda mujer desea entrar
a un lugar y deslumbrar a todos los presentes, que todos se den vuelta para
verla pasar, sobre todo si es el hombre que ama. Me parece que debería haber
una ley, todas deberíamos saber lo que es sentirse hermosa una vez en la vida …tan
sólo una vez–dijo Susana.
-Yo creo que todas las mujeres deberían saber
lo que es tener un cerebro una vez en la vida, eso facilitaría nuestras vidas. Y
créeme no habría tanta venta de chocolates ni tanto psicólogo millonario si las
mujeres tuvieran más sentido común para alejarse de tanta tontería romántica.
-Yo creo que lo tuyo es grave, no puedes
renegar así del romance y el amor…
-¡Claro que puedo! No hay ni una historia que
haya acabado bien, piénsalo Su…¿quiénes son los amantes representativos del
amor ideal?
-Romeo y Julieta – contestó Susana sin
dudarlo.
-¡Ja,muertos!.De haber sobrevivido a ese
romance adolescente, ni los recordaríamos. Además,¿te imaginas las reuniones
familiares y decidir con qué familia festejarían el año nuevo?
-A ti te gusta Shakespeare…-arguyó Susana.
-Sí, Hamlet está muy bien aunque
un poco loco y también me agrada
Henry V…pero siempre me disgustó Romeo y Julieta.
-¿Y qué me dices de tu tía abuela? Ella tuvo
un gran amor, de hecho empezó esta tienda con las cosas que trajo de sus
aventuras por el mundo…
-¡Otro feliz ejemplo! Sí, se enamoró de un romántico
aventurero y lo siguió por el mundo, admiraron las bellezas de la antigüedad y
se amaron mientras él le recitaba poesía antigua que le estremecía el corazón. Fueron felices,
hasta que a él se lo comieron los cocodrilos…
-¿Se lo comieron los cocodrilos? Yo creía que
él se había casado con otra…
-Sí, cuando se le acabó el dinero se casó con
una rica heredera que eligieron sus padres y abandonó a mi tía. Él se hizo acreedor de una fortuna, dejó el lirismo a cambio de
una panza llena y una suculenta cuenta bancaria y ella regresó a casa con el
corazón destrozado para abrir esta tienda. Dime , sinceramente,¿ no hubiera
sido mejor que se lo comieran los cocodrilos…?
-Fue una mujer feliz, y yo recuerdo que cuando
me contaba las historias no había amargura en ella-se defendió Susana.
-¡Por suerte de grande recobró la compostura!
Fue feliz y lo bastante inteligente como para alejarse de los hombres
estúpidos. Pero si quieres seguimos con las felices historias de mi familia,
allí la tienes…mi madre que se fugó de su casa para ir tras el amor de su vida que no dudó en abandonarla
embarazada. Tuvo que volver avergonzada a su casa paterna cargando un bolso y
una panza de siete meses. Y como si eso fuera poco, ella no aprendió la lección
y sigue eligiendo uno peor que otro…-exclamó Taly ofuscada
-Estoy yo .Mi historia terminó bien –dijo
Susana mirándola ilusionada y Taly asintió.
-Bueno mi querida Su, no tengo nada que decir
sobre eso. -dijo Talulha en voz baja,
aunque en realidad tenía mucho que decir pero no quería herir a Susana.
Susana se había casado con un compañero de
secundaria apenas se graduaron , ella
había salido embarazada por lo que no les había quedado otra opción.Claro que
Su siempre había dicho que lo amaba y que era la persona más feliz del mundo,
pero Taly estaba convencida que era porque no había tenido oportunidad de
conocer nada más. De hecho ni siquiera había podido ir a la Universidad mientras
él si había estudiado y ahora se la
pasaba más tiempo en el trabajo que con su familia.Su era una persona cálida y
expresiva , pero su esposo no y Taly siempre se preguntaba si el apego de su
amiga a las novelas románticas era para llenar el vacío que sentía en su vida
real. Pero bajo ninguna circunstancia se lo diría, Susana era feliz así o al
menos parecía serlo y mientras ella no le dijera lo contario Talulha no
intervendría.
Incluso a veces le asustaba aquella faceta de
su amiga, cuando la veía como ama de casa y madre plenamente dedicada a sus
tareas de esposa le daba la sensación de toparse con una extraña.Y ahora estaba
allí sentada bajo la ventana como cuando niñas , tratando de convencerla de
creer en el amor, con fe inquebrantable mientras ella debatía cada uno de sus
argumentos.
-¿Taly?-la llamó Su y ella volvió a la
realidad.
-Mmmmm
-Bien, ya entendí. Cambiemos de tema.¿Dime
aceptaste el trabajo en la ciudad?
-Sip. No tenía muchas ganas, pero en verdad le
tengo aprecio al Profesor y es una oportunidad de volver a trabajar en algo
relacionado con la arqueología. Además el dinero no me viene mal, las ventas
han sido escasas últimamente.
-No has vendido nada más aparte de la
alfombra, ¿verdad?
-Un par de jarrones – contestó bajando la
mirada. Cualquier mención a la alfombra le hacía recordar al dueño actual.¿Qué
habría hecho con la alfombra? Taly solía consolarse pensando que cada dos por
tres él se tropezaría como ella, pero en el fondo estaba segura de que no era
así. Aidan no era del tipo de hombre que se tropezara fácilmente. Y estaba
segura que hasta la maldita alfombra se sentiría dichosa de que él la pisara.
-¿Sabes dónde venden cobras?-preguntó de
repente y Susana la miró intrigada.
-¿Qué?
-Nada Su, no me hagas caso…
-¿Y dónde vas a vivir?¿Alquilarás algo?
-Son sólo dos meses, el profesor me ofreció un
pequeño departamento que es de la Universidad .Tiene dos ambientes, pero es
suficiente para mí.
-¿Le dijiste a tu madre?
-Sí, como siempre me soltó un discurso sobre
la carrera que elegí. Y coronó su charla con su ferviente deseo de que al menos
aproveche la oportunidad para encontrar un marido.
-Ja,ja…¿qué respondiste?
-Que mi profesor estaba soltero, pero dado que
es bastante mayor se lo presentaría a ella .
-Taly, no tienes remedio.
-¿Quién dijo que quiero curarme?- contestó
sonriendo.
-Al menos tráeme un café y muy dulce, para
contrarrestar tu encantador carácter- sugirió su amiga.
-Sabes que te quiero Su.
-Y yo a ti. Ahhhhhh, voy a extrañarte.
-Son sólo dos meses –repitió-y córtala con los
suspiros.
Talulha terminó de acomodar sus cosas, había
cerrado la tienda y ahora le tocaba cerrar su casa.
Susana se había ofrecido a abrir la tienda
durante la mañana cuando sus hijos estuvieran en la escuela, aunque las dos
estaban convencidas que era inútil. Sinceramente no era un lugar muy rentable, salvo cuando era
temporada de vacaciones o venía alguien recomendado, la tienda tenía prestigio
pero este no se equiparaba a sus ingresos económicos.
Por otra parte, su madre se había ofrecido a
cuidar su casa, airearla y encargarse del jardín. Taly sonrió al pensar en
ello, su madre no era del tipo amante de las plantas, sin embargo lo haría
bien. Al menos en eso se parecían las dos, eran igual de testarudas y una vez
que se proponían algo iban por ello como toros ciegos.
En verdad amaba a aquella mujer, sin dudas
tenía muchas cosas que reclamarle, algunas imperdonables como su bendito nombre
pero lo cierto era que la amaba. Todo hijo tenía reclamos , pero tal vez si
eran amados era fácil perdonarlos y ella se sabía amada por su madre. Suspiró
profundamente y pensó que aquel hábito de Su era contagioso. Dentro de poco se
veía a sí misma agitando un abanico y fingiendo desmayos.
Lo cierto era que estaba un poco nostálgica,
aún no se había marchado y ya extrañaba.
Tal vez las emotivas despedidas de su madre y
de su mejor amiga habían contribuido a ello.
La joven acomodó las cosas que le restaban en
la última maleta, no llevaba muchas cosas porque no estaría demasiado tiempo, era ante todo una
mujer práctica…no era de las que llevarían tacón a una isla desierta sino más
bien una red para pescar.
Por último echó en su bolso el libro “Historia de dos
ciudades” de Charles Dickens, tal vez porque cuando uno emprendía una nueva
actividad era acometer lo mejor y lo peor, sobretodo era enfrentarse a lo
inesperado.
¿Qué era lo que le esperaba a la vuelta de la
esquina?
Cerró la casa, guardó todo en el baúl de su
autito blanco y partió dispuesta a averiguar qué le deparaba a ella el destino.
Capítulo
7
“Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos
y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y
aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que
viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún.
Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable,
levántate y ve donde él te lleve.
Susana Tamaro
Talulha
salió de la ducha envuelta en una amplia bata de toalla, se sentó junto al
escritorio que había ubicado al lado de la única ventana y mientras tomaba una
taza de café comenzó a escribir una carta.
Mi querida Su:
Antes de irme me
hiciste prometer que tan pronto estuviera instalada te contaría detalladamente
como me había ido. Muy bien aquí estoy cumpliendo mi promesa, ya sabes que amo
las antigüedades, así que nada de e-mail, ni chat, ni siquiera una larga
llamada telefónica, te mando una carta y estoy segura que ésta irá en un sobre
gordo.
Bueno, ya hace una semana que llegué y tengo
bastante para contarte.
El trabajo me gusta mucho, el Profesor es una
eminencia en el campo y puedo aprender mucho de él, el equipo de trabajo es muy
bueno, esté integrado por dos hombres y
una mujer, son gente agradable. Hablan
poco y trabajan mucho y no los conozco lo suficiente para hablarte de ellos aún.
¡Ay Su me había olvidado lo mucho que me
gustaba trabajar en esto! Tenemos un buen número de reliquias para estudiar y
clasificar, hay algunas bellísimas…ayer vi un collar del Imperio Incaico que te encantaría, además
tiene una historia de esas que te gustan a ti
Como te imaginarás estoy totalmente sumergida
en el pasado, creo que si alguien me pregunta la fecha actual dudaría o al
menos le agregará a.C a cualquier fecha que responda.. Juro que es una suerte
que no ande por la vida haciendo la prueba del carbono 14.
Bueno ahora te contaré de mi nuevo
departamento, como te lo adelanté es un lugar chico (mucho) y venía amoblado.
Por supuesto, sin romper la regla de los lugares amoblados, los muebles son
totalmente horribles e incómodos…estoy tentada de pedirte que me envíes algunas
cosas de la tienda.
¿Sería demasiado lujo sentarme en una sillas
Luis XV y tener un par de lámparas Art decó?...Sí supongo que sería demasiado
pedir. Pero debo decirte que lo arreglé bastante bien, no saldrá en las
revistas de decoración pero es habitable
y huele horriblemente a pintura fresca. Sí, no te preocupes ventilé bien
todos los ambientes. En verdad si me hubieras visto recorriendo los mercados de pulgas buscando cosas para mi
lugar, habrías estado orgullosa de mí, también hice milagros con las cortinas y
debo darle la razón a mi madre en que un par de cojines ayudan.
Tengo un par de plantas, entre ellas un
helecho que me robé de una oficina de la Universidad, no querida mía, no me he convertido
en una delincuente. No temas, que los cambios recientes no me inclinaron al
crimen, sólo que lo vi tan abandonado y en tan mal estado que me compadecí y me lo traje. Sí ,¡me
compadecí de un helecho!..y debo decir que es muy agradecido, le han salido
muchos brotes nuevos y estoy segura que será un hermoso ejemplar en poco tiempo.
Así que si me denuncian, ya tengo un argumento para defenderme...salvé una vida.
Vegetal, pero vida al fin.
Así que a mis ofensas anteriores, ahora
debemos sumarle el robar helechos. Claro que no tengo una gran carrera en la
delincuencia, sólo la vez que le rompí la nariz a Mario cuando íbamos a quinto
grado,¿lo recuerdas?, en realidad él dijo cosas horribles de mis padres
(algunas ciertas pero no menos hirientes) y se lo merecía. Mi otra falta fue
por conducir a alta velocidad en un auto robado, también debo resaltar que ese
incidente fue tu culpa. Tomé el auto de mi madre para llevarte al hospital
cuando ibas a dar a luz a Gabriel,tú te la pasaste rezando todo el camino e
invocando a todos los santos, más por miedo a mi forma de conducir que al parto
, y yo insulté y maldije a tu marido durante todo el trayecto por haberte
embarazado y no estar allí cuando lo necesitabas.¿Lo recuerdas? Aunque salió
todo bien. A propósito,¿cómo están los niños?.Espero que todo esté tranquilo .Les
llevaré regalos cuando vuelva, tu trabajo es educarlos y el mío malcriarlos.
Así
que creo que en definitiva soy una ciudadana bastante decente, pago mis
impuestos ,trato de ser útil y cualquier falta que haya cometido , en general
está justificada por razones humanitarias.
¿Ya estás preocupada por mi, verdad? Toda
está larga perorata sobre helechos y crímenes te ha dado una mala idea de mi
nueva vida, pues tranquilízate, todo marcha a la perfección.
No, definitivamente no voy a terminar
hablando con las plantas…no más de lo que lo hacía antes, al menos.
Por favor Su, asegúrate de que mi madre no
destruya mi jardín.¿No lo ha hecho aún,verdad?.Bueno creo que ni siquiera ella
puede hacerlo en una semana.
Sabes, te acuerdas de la broma sobre mi
profesor y mi madre…él es tan buen hombre Su,¿por qué ella nunca eligió a alguien
así?
Ah, me imagino que te estarás preguntando
cómo me fue en la presentación en el Seminario.Fui un éxito total, hasta me
aplaudieron. No será como cuando las protagonistas de tus novelas se aparecen
vestidas de fiesta dejando a los hombres con la boca abierta, pero créeme para
mí fue mucho mejor.
No muevas la cabeza Susana, sabes muy bien
que me llevó tiempo y esfuerzo preparar el trabajo y que lo reconocieran fue
muy grato. No, ni el más divino de tus héroes ficcionales se compara con eso.
Incluso un par de los asistentes se acercaron
a hacerme preguntas y el profesor me ofreció publicarlo,¿qué te parece?¿Estás
orgullosa de mí?.
¿Qué más quieres saber?
A ver…la ciudad es linda y horriblemente
grande Su, no sé cómo soporté todos los años que viví aquí mientras estudiaba. Hay
muchos lugares donde ir, pero…en el fondo soy una pueblerina.Las grandes
aventuras no se hicieron para mí…jaja, te estás riendo ¿verdad?.
Tú siempre pensaste que eso de ser arqueóloga
era una especie de declaración de mi espíritu aventurero, pues siento
desilusionarte. Creo que siempre prefiero un buen libro (NO ROMÁNTICO, sí claro
que los hay, no discutas),música tranquila y mi asiento bajo la ventana en
casa.
Aunque si me invitan a explorar las ruinas de
los antiguos imperios no voy a negarme.¿Te imaginas las cartas que te
escribiría en ese caso?
En cuanto a la comida, bien…no me da muchas
ganas de cocinar así que mi heladera es una réplica de un desierto, creo que no
tiene ni una botella de agua dentro.No te alarmes, como cada día en un pequeño
restaurante frente a la
Universidad,me hace recordar al Caffé Notte, incluso me
traigo una vianda a casa para cenar.Pero ahora que terminé de pintar y todo
eso, me encargaré de mi comida, que no es mi intención ponerme a dieta. Sabes
muy bien que soy incapaz de abandonar la comida en aras de los modelos
estéticos, sí puedo hacerlo por estar ocupada con mis antigüedades, pero por
nada más…
También me he encontrado a algunos viejos
compañeros de universidad, no, no a ése…por
suerte. Aunque lamentablemente sí me encontré con Clara,¡ ayyyy, el tiempo no siempre
hace milagros! .Claro que nunca pensé que se volviera agradable, hizo
“adorables comentarios” sobre mi vida pueblerina como dueña de “una tiendita” y
durante toda la velada me llamó Talulha.¿Te conté que aquí todos me llaman
Taly?.El caso es que ella logró hacerlo sonar peor de lo que suena, y cada vez
que lo decía resaltaba cada letra, parecía un insulto. No podía evitar
crisparme en cada ocasión, pero juro que estoy orgullosa de mí misma, no la
asesiné, ni grité, ni dije nada ofensivo.
¿Cuenta que accidentalmente hiciera tropezar
al mozo para que volcara las bebidas sobre ella?
Si alguna vez alguien te pregunta, tú sólo dí
que fue accidental. La gente siempre confía en tu palabra.
Para contenerme te imaginaba a mi lado,
mirándome como cada vez que hago algo inapropiado, eres más efectiva que mi
propia conciencia .Claro que cuando se trata de mi nombre mi conciencia no
existe.
¿Estaré a tiempo de cambiármelo? Si no lo
hice hasta ahora es porque sería un acto
muy infantil y aun no encontré uno adecuado.¿Cuál crees que me identifique?
No, mejor ni
te pregunto con tu afición a los romances, elegirías uno peor que mi
madre.
En fin, esta ha sido mi primera semana
aquí…no tengo mucho más para contarte.¿Y tú?
Tendrás que responderme y con una carta tan
larga e incoherente como esta.
Bueno , un beso grande.
Te quiero mucho.
Taly
Talulha
respiró profundo, había algo más que decir
pero su prudencia decía que se lo guardara, sin embargo extrañamente
necesitaba contarlo. Sin importar las consecuencias Su era su mejor amiga y
decirlo sería un alivio. Al menos haría
que ella dejara de darle vueltas al asunto una y otra vez. No era algo
importante, no tenía por qué ocultarlo ni darle más valor del que tenía,
así que tomó la lapicera nuevamente y
agregó un par de líneas a la carta
PD: Me encontré de nuevo con Aidan Diakos.
PD2:¿Estás marcando mi número de
celular?¡Déjalo ya!
Capítulo8
Por el amor de una rosa, el jardinero es servidor de mil
espinas.
Proverbio Turco
Talulha llevaba un rato examinando unas piezas
que habían llegado a la
Universidad, como el cabello le molestaba y se había
olvidado de llevar un broche, lo había
recogido con un par de lápices, casi como si fueran palillos chinos.
El guardapolvo, llevaba justamente restos de
polvo, antiguo, muy antiguo, y ella
estaba inclinada en la mesa con los lentes casi pegados al objeto que
examinaba.No daba una imagen muy seductora.
-¡Aquí estás! Hay alguien que quiero
presentarte – dijo el profesor Lambert a sus espaldas y cuando ella se giró
pensó que era una broma.Una muy mala.
-¡Tú!- exclamaron los dos al mismo tiempo y
Taly miró a Aidan Diakos como si fuera el objeto más extraño de todos los que
tenía enfrente.
-¿Se conocen? – preguntó el profesor mirando
alternativamente a uno y otro.
-Sí, Talulha y yo nos conocemos. Aunque nunca
imaginé que fuera la alumna de la que me hablaste. Ni siquiera sabía que fuera
arqueóloga.
-Señor Diakos , tampoco yo sabía que le
interesaran los restos arqueológicos – saludó ella , aun sentía que su cuerpo
se estremecía por haberlo escuchado llamarla “Talulha”.Y por supuesto que era
un estremecimiento de enojo.
-Claro que le interesan querida, de hecho es uno de nuestros benefactores
–informó el profesor con una sonrisa que dejaba en claro la buena opinión que
tenía del hombre.
-No yo, la empresa – aclaró Aidan con un dejo
de vergüenza.
-Es lo mismo muchacho, tú has sido quien llevó
a cabo la iniciativa.-contestó el hombre palmeándole la espalda.
-No esperaba encontrarte aquí – dijo él dirigiéndose
a Taly.
-Tampoco yo. Y dígame ¿cómo está su alfombra,
funciona bien? – le preguntó ella con fingida inocencia.
-En realidad, cuando vuelo se tuerce un poco
hacia la izquierda, he descubierto que se debe a que tiene una punta algo
levantada, como si alguien la hubiera llevado muchas veces por delante ,¿qué
piensas tú? –respondió él con una sonrisa burlona
-¿Alfombra? – interrumpió el profesor evitando
que Taly le lanzara alguna valiosa reliquia
por la cabeza a Aidan.
-Es una larga historia – le contestó él
-¿Qué les parece si me la cuentan mientras
tomamos algo en la cafetería? – propuso Lambert.
-Lo lamento, tengo mucho que hacer aquí…-se
excusó ella.
-Vamos querida, además lo que tenemos que
hablar te incluye a ti. Tú formarás parte del proyecto que llevaremos a cabo
con la empresa de Aidan.
-Pero profesor…- protestó ella y los dos
hombres la miraron como si fuera una chiquilla insensata, por lo cual
finalmente Taly los acompañó, mejor dicho se arrastró tras ellos expresando con
su cuerpo su total disconformidad.
-No imaginaba que fueras una arqueóloga –
comentó Aidan que se había retrasado un poco para poder hablar con ella. Por
suerte el profesor se había adelantado enfrascado en una discusión con un
alumno que le había salido al cruce para hacerle una consulta
-Lo siento, no suelo andar con el carbono 14
en la mano …
-No, supongo que no, pero tampoco te pareces a
la imagen que tenía de los arqueólogos.
-¿Y qué imagen es esa Señor Diakos?
-Ya sabes…Indiana Jones –respondió él
divertido y la vio sobresaltarse como si la hubieran pinchado.
-¡¿Indiana Jones?!
-Aunque gracias al cielo que no eres buena con
el látigo, me parece que yo saldría perjudicado -susurró y ella sin saber por
qué se sonrojó.
-¿Y usted Señor Diakos a qué se dedica exactamente?- le
preguntó cambiando de tema.
-¿Por qué no me llamas por mi nombre? Me estoy
atragantando con tanto Señor Diakos, creo que no pronunciaban mi nombre con ese
tono desde mi profesora de historia en la secundaria.
-Bueno, dijiste que tu nombre significaba “Fuego”
así que me preocupa que si te llamo así
alguien aparezca con un extintor de incendios – le respondió ella y él
largó la carcajada. Aquella mujer era impredecible y estaba más que feliz de que sus destinos se hubieran vuelto a cruzar
y mucho más aun porque ella sin darse
cuenta acababa de dejarle en claro que recordaba incluso el significado de su
nombre.
Taly se adelantó para alcanzar al profesor
para así poder evitar la cercanía de aquel hombre. ¿Qué posibilidades había de
que se lo encontrara en aquel lugar? Estaba segura que sus encuentros con Aidan
Diakos atentaban contra la ley de probabilidades o al menos iba contra su
tranquilidad mental. Aquel hombre la irritaba, la hacía hacer tonterías y no quería que él estuviera allí, aquel era su lugar de
trabajo y no debía dejar salir lo peor de ella, sin importar lo divertido que
él lo encontrara.
Aidan se apresuró para volver junto a ella.
-Trabajo en una empresa que se encarga de
desarrollo de tecnología en electrónica e informática. Desarrollamos nueva
tecnología– contestó él a su anterior
pregunta y Taly se dio cuenta que una vez más se había sumido demasiado en sus
cavilaciones.
-Eso es un nombre muy largo, ¿no puedes
resumirlo?.¿Tienes un cargo allí o algo así?
-Soy el CEO.
-Demasiado resumen, ¿algo que no sean siglas?
-No es fácil conformarte, ¿verdad?
-No. Soy siempre exigente -respondió ella y no
vio la sonrisa sesgada de él al pensar en todas las implicaciones de aquellas
frases ingeniosas.
-Bueno eso significa que soy el Director
Ejecutivo.
En ese momento arribaron a la cafetería, el
profesor se despidió de su alumno y regresó con ellos para buscar una mesa.
Se sentaron cerca de una ventana y Taly
no pudo evitar notar como observaban las mujeres, la mesera incluida,
a Aidan. Bueno aunque odiara reconocerlo era atractivo, más que atractivo, de
hecho lo había confundido con un gigoló la primera vez que lo había visto, él
concordaba tanto con la imagen de un alto ejecutivo como ella con la de un
arqueólogo. Aunque sin dudas se parecía
al estereotipo de los directores de empresas de las novelas de Susana, pensar
en ello le dio nauseas.
-Ah, bueno, mientras esperamos nuestro café
voy a contarte un poco del trabajo que te mencioné – dijo el profesor y la
joven recordó que había hablado sobre un trabajo que la involucraba con la
empresa de Aidan.
-¿De qué se trata? – preguntó cautelosa. Y fue
Aidan quien respondió.
-Te dije que mi empresa tenía que ver con
desarrollo tecnológico, así que hemos decidido lanzar una campaña y parte de ello es organizar una exposición
de antigüedades.
-Sí, ellos adquirieron hace poco una colección
de valiosos objetos y nosotros tenemos que valuarlos, clasificarlos y
organizarlos para la muestra.
-No me gusta trabajar para coleccionistas
privados, creo que ese tipo de objetos deberían estar disponibles para todo el mundo, son
parte del patrimonio cultural de todas las personas.
-Estoy de acuerdo, la muestra se presentará
primero en nuestra empresa bajo el lema “ Un futuro que respeta el pasado”, es
parte del concepto de nuestros nuevos productos. Pero luego la exposición será
trasladada a la
Universidad y bajo
nuestro auspicio estará disponible para
todo el mundo así como también para los estudios que ustedes quieran llevar a
cabo.- expuso él y ella se sorprendió de lo seguro y capaz que sonaba.
-Así es, por eso decidí que los mejores de mi equipo estén en
el proyecto y eso obviamente te incluye a ti Taly , así que deberás alargar un
poco más tu estadía aquí.
-Pero profesor, yo no tenía planeado quedarme
mucho tiempo…Además me parece que porque
ellos beneficien a la Universidad con
dinero, no significa que nosotros debemos servir a sus intereses, es casi como
si nos sobornaran.
-¡TALY!- se escandalizó el profesor Lambert-
No es así, el Consejo Directivo ha aprobado este proyecto y no se trata de
dinero sino del prestigio de nuestra Institución y de la posibilidad de acceder
a piezas valiosísimas.
-Ni siquiera sabemos como almacenarlas, ni los
cuidados que debemos tener con ellas, por eso necesitamos que ustedes se involucren
en todo el proceso. El lema de nuestra campaña no es una mentira, nos interesa
conservar el pasado, porque es la única forma de construir un futuro, no se
trata de dinero. Si fuese eso podríamos haber armado un equipo que no estuviera
vinculado al ámbito Universitario –intervino Aidan.
-Pero…
-Es una maravillosa oportunidad – se
entusiasmo el profesor.
-Vamos Talulha , di que sí. El profesor dijo
que tenía una ex alumna brillante que estaba trabajando con él y me pidió que
viniera a conocerla. Nunca imaginé que fueras tú, pero imagino que vas a aceptar , es un desafío,¿no
quieres aceptarlo?.Además si tienes tantas sospechas sobre nuestros intereses
sería bueno que participaras y vigilaras el proceso,¿no crees? – preguntó él y
ella supo que lo hacía a propósito.
Ella no huía de un buen desafío laboral y
aquella era una buena oportunidad, además no quería defraudar las expectativas
del profesor a quien tanto respetaba. Aunque eso significaba volver a ver a
Aidan Diakos, por lo visto venía incluido en el paquete, todo lo dulce siempre
atraía alguna mosca, se dijo a sí misma.
-Está bien – dijo ella y los dos hombres la
miraron satisfechos.
En ese momento el teléfono del profesor sonó y
debió retirarse.
-Lo lamento, pero Aidan puedes terminar de contarle los
detalles, así que aprovechen y terminen tranquilos sus cafés y croissant - dijo el hombre y le anuló a Taly cualquier
posibilidad de escapatoria. No quería estar
tomando un café con Diakos, pero tampoco podía irse. Tuvo que resignarse
y como prueba de su desencanto le dio
una mordida a su croissant con toda la furia del mundo.
Aidan, en cambio estaba disfrutando el
momento. Le dio un sorbo a su café y
trató de sacar todo su tacto para tratar con aquella fierecilla que
tenía delante.
-Dime Talulha…
-Taly – lo corrigió ella que había estado
soportando estoicamente hasta el momento que pronunciara su nombre completo.Él
no dijo nada sobre aquella corrección, sabía que el tema del nombre era zona
conflictiva, sólo sonrió.
- ¿Y…cómo fue que abandonaste tu tienda?
Cuando te conocí tuve la sensación de
que no eras una admiradora de las ciudades.
-Vine a presentar algo en un seminario y el
profesor me había ofrecido un trabajo temporal, así que acepté. Supongo que
puedo soportar la ciudad por un tiempo corto.
-¿Cómo está Susana? – preguntó él
-Bien, gracias- respondió ella cortante ante
la familiaridad de él, se habían cruzado una vez de casualidad, eso no le daba
el derecho para indagar en su vida, ni para preguntar por su amiga con tanta confianza.
Si una campanita sonó en su cabeza intentando alertarla que él sólo intentaba
ser amable, Taly la ignoró completamente.
-¿Así que eres
dueño de una compañía?-preguntó ella provocadora.
-No, sólo soy el Director Ejecutivo .
-¿No tienes suficiente dinero para tener una
empresa propia?- insistió ella y por su tono de voz, Aidan dedujo que en ese
momento el tener dinero no era algo digno.
-No todavía.¡Vaya nunca me he encontrado con
alguien que tenga tantos prejuicios contra mí!.Creo que es una suerte que mi
apellido no sea italiano porque en ese caso me acusarías de pertenecer a la
mafia.
-También hay mafia irlandesa…
-Bueno, pues yo no soy irlandés sólo mi nombre
y una rama de mis antepasados, hasta donde sé tengo la misma nacionalidad que
tú.
-¡¿Eres Tailandés también?!- exclamó ella
mirándolo sorprendida mientras bebía su café. Por un segundo él pareció
desconcertado como si creyera que ella hubiera nacido en Tailandia, luego rió.
-No, creo que no .Pero ya sabes…siempre existe
la posibilidad – le respondió guiñándole un ojo, lo que le recordó a Taly la
charla sobre ser un príncipe perdido del desierto. Casi se atragantó con el
café.
-Ya veo, eres una caja de sorpresas- dijo
irónica.
-No, en realidad sólo soy un hombre común.
-Los hombres comunes no dirigen empresas.
-Mis padres me pagaron la Universidad con mucho
esfuerzo y yo trabajé duro porque era lo que quería. Y así seguí hasta llegar a
donde estoy, creo que somos igual de testarudos Talulha.
-¡Y otra vez el burro al trigo!.No creo que me
parezca en nada a ti, y yo no soy testaruda-dijo ella y él sólo elevó una ceja
en forma interrogativa.
-Está bien, me rindo.- dijo Aidan finalmente y
en ese instante el teléfono de ella sonó. La joven se enzarzó en una
conversación de trabajo y él adivinó que aquella charla estaba llegando a su
final.
-¡Ni se les ocurra! En unos minutos estaré
allí – alertó ella a quienes estaban al otro lado de la línea y luego se volvió
hacia él-Lo siento, surgió algo…
-Debes irte.
-Sí.
-Bueno, nos veremos mañana – le dijo él y ella
lo miró sin comprender.
-Mañana el equipo irá a la empresa para
arreglar los detalles del proyecto porque llegan las reliquias – le explicó él.
-Bueno, hasta mañana entonces – dijo ella
aunque estaba planeando la manera de contraer un virus altamente contagioso que
le impidiera asistir a tal reunión.
-Hasta mañana – dijo él y por alguna razón sus
palabras sonaron a promesa.
Antes de marcharse, Taly se detuvo un momento
y le preguntó lo que la tenía intrigada desde hace un largo tiempo.
-¿Por qué compraste la alfombra?
-Porque me preocupaba que volvieras a caerte –
dijo él con seriedad y sonó demasiado
sincero.
-¡Cómo si fuera posible! –exclamó ella con un
resoplido y se marchó.
“Cómo si fuera posible” volvió a decirse a sí
misma sin saber muy bien a cual de todas las cosas se refería, si a la caída o a la preocupación de Aidan y sin
embargo no pudo evitar sonrojarse al recordar las palabras de él.
Capítulo
9
El amor es una
bellísima flor pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de
un precipicio.
Sthendal
Al despertar , Taly comprobó con desilusión
que estaba sana, muy sana. Nada podría impedir
la reunión con Aidan y para recordárselo el profesor la llamó para confirmarle
el horario y el lugar.
“Trabajo, es trabajo” se dijo a sí misma
intentando convencerse, mientras se preparaba para ir.
Taly era muy puntual, pero en aquella ocasión
se demoró más de lo debido, se aseguró de llegar tarde con la secreta esperanza
de que le avisaran que la reunión se había cancelado o mejor aún que ella
estaba fuera del proyecto, sin embargo nada de eso sucedió. Así que finalmente
tuvo que ir después de que le enviaran un mensaje diciéndole que la esperaban
en la oficina de Diakos.
Finalmente llegó al edificio, dónde estaba la
empresa. La chica elevó la mirada con cierto desprecio por aquella ostentosa
construcción de la modernidad, obviamente
ella prefería los edificios con historia, y si era posible con gárgolas
que lo adornaran …tuvo la fugaz idea de una imagen de Aidan construida en
piedra adornando la entrada de aquel lujoso lugar y se espantó. Últimamente su
imaginación le estaba jugando muy malas pasadas, porque aquello que había
imaginado distaba mucho de ser un monstruoso protector de catedrales
sino que se asemejaba a una grácil estatua griega, plena de belleza y
armonía.
Sacudió la cabeza para aclarársela, en un
típico gesto de ella y se encaminó hacia la entrada.
Tenía que reconocer que el interior era muy
agradable y muy elegante, se dirigió hacia el mostrador y le pidió a la
recepcionista que la orientara. Minutos después se subió al elevador para ir a
la oficina de Aidan, por primera vez Taly lamentó no fumar, estaba segura que
si llevara un cigarrillo o un encendedor encima se las arreglaría para encender
la alarma de incendios y poder escapar de allí.
Una vocecilla en su interior le dijo que algo le
ocurría si tenía la necesidad de inventar medidas desesperadas para eludir una
simple reunión, un hombre mejor dicho, pero Taly no tenía la mínima intención
de escuchar a su conciencia, así que simplemente ignoró el pensamiento y siguió
avanzando.
Una secretaria de mediana edad la guió hasta
la oficina.
Al entrar, Taly se quedó sin respiración,
estaba convencida que esos acontecimientos acabarían por dañar su cerebro, la
mala oxigenación terminaría por disminuir su nivel intelectual.
No la había sorprendido que sus colegas ya
estuviesen allí, ni que todos se dieran vuelta para mirarla, ni que Aidan la
mirara con una sonrisa e hiciese un breve gesto para darle la bienvenida.
Lo que casi le provoca un infarto precoz fue
que detrás del grupo que estaba reunido,
en una de las paredes claras, estaba colgada la alfombra, enmarcada como si
fuera una obra de arte.¡Era demasiado!
-Acércate Taly .-dijo el profesor y recién
entonces ella recordó que podía moverse y logró avanzar unos pasos.
-Hola Talulha – saludó Aidan y ella pudo ver
que el había descubierto el motivo de su asombro, de hecho la diversión asomaba
en la mirada masculina.
-Hola …-respondió ella y se les acercó.
-No te perdiste mucho, recién comenzamos –
dijo Aidan con amabilidad.
-¿Qué rayos hace eso allí? – preguntó ella sin
poder contenerse y sin un pizca de diplomacia y él elevó una ceja como para
recordarle que no estaban solos.
-Adorna la pared. Es que no combinaba con la
decoración de mi departamento y además es un objeto muy peligroso, así que
pensé que era la mejor opción. Por otra parte, si me canso en las horas de
trabajo y me siento tentado a dar una vuelta, la tengo a mano…-contestó él con
aplomo y los demás tuvieron el sentido común de mantenerse al margen de la
extraña conversación.
-Lamento la tardanza, ¿me pueden informar? –
dijo ella cambiando de tema y se fue a
sentar junto al profesor.
Aidan estaba tentado a largar la carcajada,
pero aquella era una reunión seria. La mezcla entre Talulha y los negocios iba
a traerle un par de dolores de cabeza.
Se sentó y continuaron analizando el proyecto.
Al cabo de un rato una secretaria entró y le
informó algo a Aidan.
-Me dicen que los objetos están en el
depósito, qué les parece si vamos a verlos.-los invitó y todos asintieron.
Taly iba detrás del grupo, con la mirada baja
así que no pudo ver las ocasionales miradas que Aidan le dirigía.
Cuando llegaron al depósito, el hombre le
distribuyó a cada uno de los miembros del grupo una lista con el inventario de
las cosas que contenían las cajas.
-¿Todo esto es parte de la muestra? –preguntó
el profesor y el joven asintió.
-¿Qué le parece si lo comprueba usted mismo?
–dijo señalándole las cajas y los ojos del académico se iluminaron con el brillo de aquel que ama lo que hace.
Entre todos se dedicaron a abrir las cajas y
utilizando guantes ,llevados por el profesor, se dedicaron a extraer uno a uno
los objetos que serían parte de la exhibición.
-¡Oh!- exclamaron todos a la vez al observar como
el profesor sacaba a la luz distintas reliquias prehispánicas pertenecientes a
culturas preincaicas como Chavín,Chimú,Paracas,Mochica y Nasca.
Taly sostuvo con sumo cuidado un bellísimo
collar ornamental de oro y plata proveniente de Perú, mientras uno de sus
compañeros evaluaba un juego de tres piezas de la cultura Chavín.
-Esto es…-dijo la joven y Aidan se asomó por
sobre su hombro.
-…una belleza .-dijo él completando la oración
de ella.
-¡No, es un
robo! –exclamó ella enojada , dejando a todos sin palabras.
-¿Perdón? –preguntó él totalmente desorientado.
-Esto pertenece a sus países de origen, es un
robo…debería estar en los museos correspondientes. Son productos de saqueos
infames que terminan con los patrimonios culturales – continuó ella mientras
apuntaba a Aidan con un dedo como si él fuera el ladrón.
-Taly..-se defendió él utilizando su
sobrenombre ya que sabía que en el estado en que se encontraba no era acertado
llamarla Talulha- todos los artículos fueron comprados en subastas. Es
absolutamente legal.
-¡Legal, ah! Eso no implica que sea correcto.
Un invaluable fragmento original de un manto inca ,con una antigüedad de 1.300
años fue entregado a un coleccionista neoyorquino por la irrisoria suma de 180
dólares en una subasta de Christies. Seguramente es legal, pero es aborrecible…
-Esto no es lo mismo…-insistió él.
-¿Qué lo hace diferente?-lo increpó ella.
-Además, estoy seguro que si hablamos de culpables,
muchos objetos fueron robados y vendidos por los mismos arqueólogos…-la provocó
él y cuando varios pares de miradas se le clavaron se dio cuenta de lo
inadecuado del comentario.
- No trates de justificarte.-dijo la chica.
-¿Y qué hay de tu tienda?-arremetió él
nuevamente.
-¿Qué pasa con mi tienda? – se defendió ella
-¿Estás segura que nada de lo que tienes allí
ha sido robado o algo por el estilo?.Tienes muchas antigüedades allí…
-¡Claro que no! Todas han sido verificadas y a
pesar de ser antigüedades ninguna lo es tanto como para ser patrimonio de la
humanidad como es este caso. Así que no intentes convertirme a mí en la
delincuente…
-Taly…-intervino el profesor intentando calmar
la situación.
-Usted no puede estar de acuerdo con esto – lo
censuró ella.
-Talulha – la llamó Aidan que debió recurrir a
ese nombre para llamarle la atención, fue un éxito pues ella se volvió hacia él
con la mirada de una fiera -Lo cierto es que todos estos objetos estaban en
manos de coleccionistas privados, así que piénsalo como si los hubiéramos
recuperado. Tal vez no sea lo más correcto, pero luego de la exposición le pertenecerán a la Universidad y ustedes
se encargarán de que estén a disposición de todo el mundo. La gente que sólo ha
oído hablar de estas civilizaciones cuando estaban en la escuela, podrán
admirar los vestigios de su cultura. Las culturas prehispánicas, los antiguos
pueblos de la Mesopotamia,
Egipto, ya no serán sólo historias de libros, podrán observar sus maravillas
con sus propios ojos.
-Es verdad Taly, mucha gente podrá verlos y
eso les hará interesar en la magnifica historia de esos pueblos. También es
cierto que pertenecían a colecciones privadas, en lugar de estar encerrados en
vitrinas de lujosas mansiones, estarán al alcance de todas las
personas…-argumentó el profesor y ella hizo un sonido que dejaba en claro su
disgusto y su incapacidad para rebatir aquellas razones.
Tal vez los motivos eran equivocados pero,
ciertamente, el resultado no podía
cuestionarse.
Aidan se sonrió al pensar que de tener la
posibilidad aquella mujer sería capaz de llevar a juicio a las famosas casas de subastas Christies
y Sotheby´s por rematar tesoros de la humanidad. De hecho estaba seguro
que mencionaría aquello en alguna publicación tan pronto le fuera posible.
-Bueno, ahora tenemos que resolver como vamos
a llevar a cabo el trabajo. Podemos trasladar las cosas a la Universidad, si
ustedes deciden que no hay riesgos o bien pueden instalarse a trabajar aquí ,tenemos
algunas oficinas que podemos acondicionar.-propuso Aidan al profesor Lambert
evitando mirar a Taly que se erguía como la dama de la justicia y cuyo
desacuerdo él sentía sin necesidad de miradas ni palabras..
-Eso sería lo mejor, hasta después de la
exposición estos objetos pertenecen a la empresa y no quiero hacerte las cosas
más difíciles-acordó el profesor y Aidan asintió.
-Bien , entonces , acondicionaré el lugar para
que puedan trabajar a partir de mañana, si le parece bien.
-Perfecto –dijo el hombre y Taly pensó que la
idea de perfecto era relativa porque para ella aquello era lo más cercano al
espanto. Por ese día, había logrado no asesinar a Aidan, pero no estaba segura
de poder repetir la proeza si debía seguir encontrándoselo en los próximos días.
Capítulo
10
Sólo aquellos que no esperan nada del amor se enamoran
con facilidad
Eun Hee-kyung
Taly contempló los objetos que tenía en su
mesa de trabajo. Dos días atrás ella y sus compañeros de equipo se habían
instalado en la empresa de Aidan para el proyecto de catalogar , estudiar y
valuar los objetos para la exposición. Para peor de males había tenido que
escuchar una larga perorata de Susana sobre los misteriosos caminos del destino
que hacían que las vidas de dos personas se unieran una y otra vez en forma
misteriosa y sobre lo maravilloso que era aquella posibilidad de trabajar junto
a Aidan.
¡Más misterioso era el ADN de un mosquito y
hasta más sorprendente también! Aquello de cruzarse una y otra vez a Aidan y su manía de llamarla
Talulha sólo eran un gran dolor de cabeza.
De hecho hasta había estado a punto de
quejarse con el profesor Lambert de que eso no estaba en su contrato, pero al
fin decidió actuar como una profesional.
Sacudió la cabeza , en un gesto por
despejarse, se volvió a calzar los lentes y miró cuidadosamente los tesoros que
tenía a su alcance.
Había un par de terracotas del lejano oriente,
unas piezas de joyería prehispánica, una estatuilla de jade, unas finas
porcelanas chinas y una cajita labrada.
Al ver las porcelanas chinas, Taly recordó que
muy poco tiempo atrás se habían rescatado muchas piezas del mar, un grupo de
arqueólogos las había recuperado de un barco hundido de un comerciante desventurado.
La chica se preguntó por el origen de aquellas, ¿pertenecían también a un
cargamento hundido, o habían pasado de manos en manos hasta llegar a ella?
Frunció la frente , haciendo que se le
formaran una serie de arrugas, al recordar el origen dudoso de las piezas y
tomó apuntes mentales para el artículo que estaba escribiendo sobre el oscuro
negocio de las subastas y el contrabando de piezas valiosas.
Luego tomó la caja labrada y observó el anillo
que contenía. Era un Gimmel fabricado por los orfebres del Renacimiento.
El "gimmel", o anillo gemelo,
llevaba dos aros, a veces tres, que se desplegaban en abanico desde el centro
de la base. Al
cerrarse, los aros se unían tan perfectamente que sólo se ve un único anillo,
como símbolo de la unión matrimonial.
Alrededor del año 1600 al "gimmel"
se le unió a otro símbolo romántico, las dos manos agarradas de la
"fede" (término italiano que significa "fe"). Los
aros enlazados del "gimmel" terminaban en unas manos que se
unían cuando el anillo estaba cerrado. Luego a estos símbolos se le añadió un tercero, el corazón. En las
sortijas especialmente elaboradas, un par de manos esmaltadas sujetaban
un gran corazón de diamante.
De esa clase era la sortija que Taly tenía
frente a sí, al mirarla recordó a su mejor amiga. Años atrás cuando Taly había
hecho un seminario sobre joyería antigua, había descubierto la existencia del gimmel
y se lo había contado. Susana había suspirado y luego había mirado su simple
anillo de bodas, una banda lisa de oro, con cierta desilusión. Era obvio que la
chica hubiera preferido tener un anillo gemelo que portara toda aquella simbología romántica,
Taly no le había dado demasiada importancia, pero al ver el creciente desanimo
de su amiga y las contantes referencias que hacía a la extraordinaria joya Renacentista,
había tenido que tomar medidas.
En un descuido de Su, mientras lavaba los
platos, Taly le había robado el anillo matrimonial, lo había tenido varios días
como rehén y cuando la desesperación de su amiga fue patente, se lo devolvió. Desde
ese día Susana, jamás había vuelto a mencionar el gimmel y había amado
devotamente a su simple sortija, que después de todo era el símbolo de su unión
con su marido y llevaba una romántica inscripción en el interior.
¿Qué diría Susana de saber que ahora ella
tenía un auténtico gimmel?
Una curiosidad inusual en ella , le hizo sacar
el anillo de la caja y deslizarlo por su dedo. Elevó la mano para observarlo
mejor, extrañamente le quedaba, encajaba a la perfección en sus dedos finos.
- “Lo que Dios ha unido que no lo separe el
hombre” –dijo una voz profunda junto a ella y la chica pegó un brinco. Aidan
tenía la cabeza asomada a la puerta y la estaba
mirando con diversión.
-¿Qu..qué? – preguntó ella torpemente.
-¿Es lo que dice el interior del anillo ,verdad?-preguntó
el a su vez
-Sí, sí- confirmó ella, esa era la leyenda
típica inscripta dentro de los gimmel y empezó a forcejear para quitarse la
joya con rapidez.
-Te queda…-comentó él entornando los ojos y
ella le dirigió una mirada de odio puro. Era imposible que a ella le quedara
bien una sortija matrimonial, aunque tuviera muchos siglos…
-¡Ajá! – exclamó triunfante al quitársela y
luego lo miró a él- ¿Qué haces aquí?
-Vine a ver cómo va todo y si necesitabas
algo…-contestó amablemente.
-Todo va bien, y no necesito nada, gracias. Tal
vez debería ir a preguntarle a los demás…-sugirió ella y él sonrió al notar que
volvía a tratarlo de usted, lo hacía ocasionalmente cuando estaba ofuscada.
-Ya lo hice, todos están bien- dijo él y entró
a la oficina para luego acomodarse en una silla alta que estaba cerca de ella.
-Póngase cómodo…-dijo ella con sarcasmo pero
él la ignoró.
-Son bonitas – comentó Aidan tomando una
estatuilla pequeña con forma de león y ella se lo arrebató velozmente de las
manos.
-Bonitas son las rosas, esto es mucho más que
eso. Y son muy frágiles – le advirtió la joven y él vio como la acomodaba
cuidadosamente.
-¿Por qué eres arqueóloga? – le preguntó
repentinamente.
-¿Por qué eres mercenario…digo…empresario?
-preguntó ella a su vez.
-Muy graciosa. En realidad estudié ingeniería
electrónica, luego hice unos cursos de administración y descubrí que me
gustaba. Tal vez sea porque tengo tendencia a querer manejar las cosas…-comentó
burlándose de sí mismo- Luego me ofrecieron un trabajo en una pequeña empresa y
allí empecé, luego las cosas siguieron avanzando hasta que me enviaron como CEO
aquí.
-¡Vaya!
-¿Esperabas otra cosa? ¿Algo como que buscaba
fama y fortuna?
-¿No las buscas?
-Ay Talulha , parece que estás decidida a
tener la peor imagen de mí. Me gusta mi trabajo y si me va bien en ello, mejor.
Sólo eso. Y ahora te toca a ti…¿por qué decidiste ser arqueóloga? ¿Un gusto
romántico por el pasado? ¿Añoras épocas en que se usaban cosas como el gimmel
con el que estabas jugando?
-¡No, claro que no! –dijo ella y se sonrojó
por haber sido atrapada en un momento de tontería.
-¿Entonces?
-No lo sé, supongo que mi tía abuela tiene
mucho que ver. Ella es quien me heredó la tienda y cuando era pequeña me contaba
historias sobre los lugares lejanos a los que había viajado, me contaba las
historias de los objetos. Me explicaba como se habían construido las pirámides,
o me hablaba sobre el calendario maya, o la escritura cuneiforme…me gustaba
pensar que en aquellas antiguas civilizaciones habían nacido muchas de las
cosas que nosotros conocíamos. Tal vez tenga que ver con que siempre me ha
gustado saber cómo funcionan las cosas y
estudiar arqueología era como estudiar el origen de todo…quizá sólo
quería entender un poco más del mundo-contó ella y se asombró de haberle dicho
tanto de sí a Aidan, pero él estaba escuchándola tan tranquilamente que ella
simplemente se sintió cómoda. No pensaba volver a bajar la guardia.
-¿De verdad te gusta, cierto?
-Sí. Me gusta mucho.-admitió ella y luego
recordó lo que había querido preguntarle-¿Cómo supiste lo que decía el anillo?
-Bueno, estudié un poco sobre los objetos que
teníamos para la exhibición.Y supongo que el anillo me llamó la atención, como
a ti…
-En realidad, era por Susana. A ella siempre
le gustó la historia sobre estos anillos – se excusó ella.
-¿A ti no?¿No te gusta la idea de que aquellos que se unen en matrimonio deseen que
nada los pueda separar?
-En realidad no. De hecho no creo en
ello…-contestó la chica y Aidan elevó una ceja en señal de curiosidad.
-¿No crees en el matrimonio?
-Mira, de hecho esta idea del matrimonio como
cuestión romántica y todo eso es bastante nueva. Antiguamente era una cuestión
casi comercial, y me parece que era mucho más honesto.
-¿Te parece más honesto que la gente se casara
por obligación o compromiso?-le preguntó incrédulo.
-Si vamos al caso, al menos sabían lo que les
esperaba. No iban con todas esas tontas ilusiones románticas para luego ver
como todo se derrumbaba. Tenían muy en
claro que era una unión, que muchas veces tenía que ver con patrimonio o
títulos de nobleza, pero más que nada que implicaba poder procrear
descendencia. Eso esperaban y eso tenían…
-Eso es una idea absurda.
-¡Claro que no! Eran matrimonios mucho más sólidos
y realistas. ¿Qué gana la gente actual al disfrazar la necesidad de compañía
con promesas de amor eterno?
-¿Amor?- preguntó él a su vez.
-Engaño y juicios de divorcio. – sentenció
ella y él la miró con censura.
-Eso es muy cínico.
-Pero es verdad. A veces parece que en
realidad las mujeres tienen muchas más
ganas de vestirse de blanco y bailar el vals que de establecer una relación
basada sobre bases realistas.
-¿Tú no?
-Bailo muy mal y , ¿sabes que significa el
color blanco en muchas culturas orientales? Luto, eso debería darte una pista…-
respondió ella.
-¡Cielos Talulha! Entonces no vas a casarte…
-No está en mis planes. O al menos tengo muy
en claro las verdaderas razones por las
cuales la gente se une, y nunca lo confundiría con una cuestión amorosa.
-A ver, ilústrame .Me gustaría oír tu teoría –
dijo él y se cruzó de brazos.
-No te burles, no es una teoría, sólo sentido
común. Eso que llaman amor, es sólo una reacción química y de hecho es algo
biológico, es la necesidad de que la
raza se perpetúe, eso que creen es pasión romántica es sólo un mandato de
reproducción.
-¡VAYA! ¿Y qué pasa con la gente mayor,
aquellos que se enamoran cuando su edad reproductiva acabó?
-Bueno, también está la necesidad de
compañía, es buscar a otro para espantar
la soledad. Hay miles de encuestas y estudios que confirman que mucha gente
está en pareja, sólo para no estar sola. De allí que aguanten tantas
situaciones terribles, porque les da más miedo estar solos que consigo mismos.
La gente necesita que haya alguien pendiente de ellos, en algún lugar dijeron
que es algo así como la necesidad de que alguien dé testimonio de tu
existencia.
-¿Entonces todo se reduce a reacciones química y remedio contra la soledad? ¡Y tanta gente en el mundo que se cree enamorada!
-¿Entonces todo se reduce a reacciones química y remedio contra la soledad? ¡Y tanta gente en el mundo que se cree enamorada!
-Vamos Aidan, eres adulto ya para creer en
cuentos. Dime, cuánta gente “enamorada” has visto…
-Mucha, si uno sale a la calle hay miles de
parejas enamoradas. –respondió él sin dudar.
-¿Y cuánto les dura?
-Sabes Taly, me recuerdas al discurso que da
Barbra Streisand en la película “Las dos caras del amor”,¿la has visto?
-No.
-Pues dice muchas cosas parecidas a las que
dices tú. Te gustaría esa parte. Pero , ¿sabes cuál es su conclusión?¿Por qué
la gente sigue enamorándose pese a todo?
-A ver, ilústrame.- retrucó ella
-“Porque mientras dura se siente
endiabladamente bien”-citó él.
-Muchos venenos se sienten bien antes de que te maten y eso no implica que
sean buenos.
-Pero sí que uno los elegiría para morir- le
respondió él con una sonrisa provocativa.
-Entonces,¿ te has enamorado muchas veces? –preguntó ella.
-No Talulha, a decir verdad no. Pero sigo
creyendo…
- ¡JA!¿Esperas a la indicada?
-Tal vez sí.- dijo él con suavidad
-Bueno, si eso pasa. Házmelo saber, tal vez
puedas rebatir mi teoría.
-Créeme, estaré encantado Talulha de probarte
cuanto te equivocas- le dijo y le guiñó un ojo antes de irse.
Taly lo miró en forma despectiva, ella no
solía equivocarse y Aidan Diakos , menos que nadie iba a hacerle creer lo
contrario. Y el que su corazón se agitara cuando él pronunciaba su nombre de
aquella manera no significaba nada.
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