sábado, 29 de septiembre de 2012

El poder del León 6°



Ennis entró al salón donde las dos mujeres reían.
Habían pasado tantas cosas desagradables en sus vidas últimamente que  era grato  recuperar las risas.
Sobre todo si las que reían eran  ellas dos.
 Había visto los ojos  grises de su madre nublados por el dolor y la preocupación , ahora volvían a tener la calma y dulzura de siempre. A la otra mujer la había conocido en muy malas condiciones, ahora estaba recuperada y  el brillo en sus ojos  negros era  vivaz y alegre. Bladian había cambiado mucho desde su llegada.Tras el casamiento de su hermano Dionis con Kalymera Blackdalion , ella había aceptado quedarse en el Castillo de los Cerezos  y pasaba mucho tiempo con Elady. Ennis solía pensar que la joven había encontrado en la calidez de Ely el cariño de madre que le había sido arrebatado.

Las observó un momento y luego habló para anunciar su presencia.
-Noticias de Connor – notificó mientras atravesaba el salón dando largos pasos y extendía la carta a su madre.
-¡Vaya! ha escrito. Anteriormente durante sus “ausencias” nunca escribía, llegué a pensar que tu hermano había olvidado sus lecciones de escritura, ahora escribe regularmente. Supongo que Shara tiene que ver con que haya recordado que sabe escribir.
 Bladian río ante el comentario , los Blackdalion solían bromear unos sobre otros, pero había aprendido que  sólo era una forma más de expresar lo mucho que se querían. Eran una familia muy  unida con profundos lazos de amor.
Elady leyó en voz baja  la carta y se detuvo repentinamente.
-Busca a tu padre y tus hermanos – le dijo a Ennis y este se preocupó por la urgencia en la voz de la  mujer.
-¿Sucedió algo malo? – preguntó intranquilo
-No – dijo Elady y una amplia sonrisa iluminó su rostro- Connor va a tener un hijo, vas a ser tío.
-¡Conn va a ser padre! – exclamó  él alegre y se retiró presuroso en busca Kyrios, Cal y Fair, mientras por pedido de Elady , Bladian buscaba a Kalymera y Dionis.
En poco tiempo la familia se reunió alrededor de Elady para escuchar las buenas noticias.
- Dice que hubiera querido contárnoslo personalmente pero no quería dejarla sola y no está seguro que sea aconsejable que ella viaje. – contó Elady a su familia
 -¿Connor no está seguro de algo ? – preguntó Caleb divertido imaginando  a su hermano en su nuevo papel.
-Es lógico  - lo defendió Kyrios-  no es fácil la primera vez que sabes que vas a ser padre.
-Creo que deberé darle unos consejos , antes de que encierre a Shara para protegerla...después de todo es tu hijo – dijo Elady y su esposo se sonrojó por la alusión .
-No hay que preocuparse , Shara lo pondrá en su lugar – comentó Kalymera  acurrucada en brazos de Dio, mientras éste la miraba con falsa reprobación por su comentario.
- Podríamos visitarlos – propuso Caleb y todos estuvieron de acuerdo.
En cuestión de segundos Kalymera , Elady y Fair se pusieron a organizar el viaje y los hombres se encargaron de ultimar los detalles.
Ennis los observó divertido, si bien la guerra ya había terminado su familia estaba preparando un nuevo asedio y Levany era el objetivo
En realidad  todos estaban muy felices por la noticia. No sólo por la alegría de la pareja , sino porque sería el primer nieto y el primer sobrino en la familia. En secreto todos estaban pensando en malcriar hasta el cansancio al nuevo Blackdalion.


La joven se había retirado un rato antes de la reunión familiar, estaba afuera del Castillo respirando el aire fresco de los últimos días de primavera.
-¿Aún están  organizando la invasión a casa de Connor ? -preguntó Dian al joven moreno que se le acercaba.
-Sí –Contestó Ennis sonriendo- supongo que va a arrepentirse de haber escrito esa carta
-¿Y Dio?
-Creo que tu hermano va a encabezar la misión, está muy cambiado- comentó pensativo
-Es feliz – respondió ella con sencillez
-También Kalymera – dijo él y se quedó observando a Dian
-Nunca te di las gracias por cómo te portaste con él, sé que para Connor y Caleb ha sido difícil aceptarlo pero tú les diste una oportunidad como te pedí...
- Fue fácil sabiendo lo mucho que se aman – dijo él restándole importancia -Hay algo que te quiero preguntar desde hace mucho, cuando nos conocimos y hablamos sobre la pérdida de nuestro poder dijiste que yo era afortunado ¿ a qué te referías?
-A esto – dijo ella volteándose y haciendo un gesto que abarcaba el jardín y el Castillo- Tienes una familia maravillosa, y un hogar en que el has pasado momentos felices, el poder era sólo algo más para ti. Para mi y Dionis nuestro poder era todo, al perderlo me sentí vacía...-dijo ella-
-¿Dian...? –la llamó él dubitativo y la joven lo miró con atención-
-¿Sí?
-Aquella vez, cuando usé mi poder para defender a Kaly ,fue diferente, yo sentí ...–a Ennis se le hacía difícil explicar lo que había sentido, nunca lo había hablado con nadie pero consideraba que Bladian lo entendería-  una gran fuerza en mi interior y me sentí completo... como si antes sólo hubiese sido una sombra de mí mismo ¿siempre es así?
-Supongo que sí, nunca me lo pregunté hasta ahora. Para mi era una sensación normal, algo que siempre tuve, sólo al perderlo sentí que estaba incompleta, que me faltaba algo ...
-¿Sabes ?, en realidad  no me importa tanto haberlo perdido, fue por la mejor causa, sólo que me hubiese gustado entender esa parte mía antes de que se desvaneciera.
-Entiendo..-dijo ella suavemente
-¿De verdad? Porque a veces ni yo mismo lo hago
-También yo me siento perdida a veces – dijo la joven y sus ojos oscuros perdieron brillo
Ennis en un mudo gesto de consuelo y complicidad cubrió la delicada mano femenina con la suya.
-No estás sola – dijo finalmente  ganándose una sonrisa de la joven.
   
  Desde la galería Elady contempló a Ennis. De sus tres hijos varones era el más parecido físicamente a Kyrios, el  largo cabello oscuro que rozaba sus hombros , los ojos azules e incluso el aire de vulnerabilidad que solía tener su esposo cuando era joven.  Vulnerabilidad que en el padre se debía a  la falta de un hogar y en Ennis se debía a no saber quien era.
Había nacido con el don de la magia y aquello siempre lo había confundido , no obstante la reciente pérdida de aquel don lo había desconcertado aún más.
Kalymera, Connor y Caleb eran felices pero en Ennis había una tristeza que Elady no podía soportar
Cuando sus hijos eran pequeños  y sufrían por algo Kyrios solía decirle que cuando fueran adultos sería más fácil. Sin embargo, la experiencia le había enseñado a Elady que eso era mentira, que sus hijos hubiesen crecido significaba  que tenían problemas de adultos y estos eran más complicados de resolver. De niños los podía abrazar y consolar contándoles cuentos, haciéndolos reír o con un gran trozo de torta de chocolate, ahora apenas si les llegaba al hombro a aquellos hombres que eran sus hijos. Y Ennis le resultaba muy difícil de consolar en aquel momento  , ella ni siquiera había podido entender el don de su hijo, sólo lo había amado aunque no supiera qué hacer con aquel aliento de magia que latía en él.
La impotencia  persistía en ella, esta vez no podía intervenir y sólo deseó que  la magia que lo había herido encontrase el camino para curarlo.

La familia entera llegó a Levany para celebrar las buenas nuevas, el castillo estaba casi  totalmente restaurado y la aldea  entera parecía respirar felicidad. Además de los Blackdalion , habían arribado amigos tentados por la fiesta que Connor estaba organizando. El menor de los leones siempre había amado las fiestas y la llegada de su primer hijo era una ocasión memorable, aunque debiera pagar el precio de las continuas bromas de sus hermanos  e incluso de su amigo Lukan.
El lugar estaba lleno de gente y bullicio.
Si Connor era muy feliz,  Shara lo era aún más. La joven  siempre había estado preocupada por demasiadas cosas, ahora simplemente se dedicaba a disfrutar y ,aunque los demás censuraban el comportamiento sobreprotector de su esposo, a ella le encantaba dejarse cuidar. Y también reír, Shara solía pensar que Connor le había devuelto la risa. Por primera vez en su vida  se sentía segura y  comprendía que el mundo no se destruiría porque ella  se relajara un poco.
 -¿Cómo han tomado los niños la llegada del bebé? – preguntó Elady sacándola de sus pensamientos.
-Al principio fue un poco complicado, estaban seguros de mi  amor porque soy su hermana pero temían que Connor dejase de quererlos.
-Es natural – respondió Ely recordando las dudas de Caleb al saber que tendría un hermano
-Así que Connor tuvo que duplicar las sesiones de cuentos y mimos con Leila y usar su persuasión con Coy.
-¿Connor persuasivo? – intervino Kyrios con una sonrisa irónica pensando en las veces que su hijo se había librado de un castigo con una encantadora sonrisa
- Bueno , puede ser muy convincente cuando quiere – respondió Shar con una mirada especial a su esposo – Lo cierto es que ahora Kilcoy está muy orgulloso de ser tío y hace planes sobre lo que le enseñará a su sobrino.-dijo ella y  se interrumpió al ver llegar a sus hermanos  cubiertos de manchas rojas , la joven se sobresaltó pensando que tal vez  se había relajado demasiado. Conn reaccionó antes que ella
-¿Qué les pasó? - preguntó Connor al ver a sus pequeños cuñados llegar cubiertos de ronchas
-Fuimos a buscar flores pero encontramos otro tipo de plantas ...- explicó Kilcoy mientras se rascaba ansioso.
-Miren como se han puesto ...- dijo Shara llegando hasta ellos
-Deberían ver a tía Fair ...- dijo Leila y  divertido Connor vio como Caleb se incorporaba de un salto para ir a buscar a su esposa.
-Bien niños, Caleb se ocupará de Fair y yo de ustedes ... – dijo Shara mientras llevaba a los niños al interior para curarlos.
-Al menos esta vez tú no tuviste nada que ver – mencionó en voz baja  Dionis a Kalymera que contemplaba divertida la escena.
-Dio , yo soy incapaz  de meterme en problemas – dijo ella con una sonrisa inocente y Dionis la besó.
 En verdad era una suerte que Kalymera no hubiese terminado igual que los niños y Fair ya que las dos muchachas se potenciaban mutuamente y con frecuencia obligaban a Dio y Caleb  a hacer un frente común tratando de protegerlas de sí mismas. No había un día en que no los sobresaltaran con alguna ocurrencia y no había un día en que no los hicieran totalmente felices.

Mucho más tarde , cuando después de la cena  todos  estaban reunidos una vez más frente al calor del fuego, Kalymera se detuvo un momento a observarlos en silencio.
Allí estaban sus padres, el amor y la admiración que sentía por ellos iba más allá de las palabras,   junto a ellos estaba Caleb abrazando a Fair. Su hermano mayor   se veía tan serio como de costumbre, sin embargo algo había cambiado en él, había paz y felicidad en el corazón de Caleb Blackdalion y se debía a  la mujer que tenía en brazos. Fair lucía el rostro cubierto de manchas rojas por  las plantas urticantes que había tocado , pero tenía los ojos verdes tan llenos de luz como siempre,  era evidente que la joven se sentía amada y eso era todo lo que necesitaba para ser feliz .
 Más allá estaba Connor tan encantador como siempre, sin embargo él también había cambiado, ahora tenía responsabilidades y una madurez nueva que lo hacían más atractivo ,si eso era posible. Junto a él descansaba su esposa, la valiente Shara tenía una serenidad especial y Kaly sabía que era una de esas personas que uno quisiera tener cerca en momentos de emergencia porque  era una luchadora , aunque no supiera manejar una espada Shara sabía salir adelante .
 Ella amaba y admiraba a aquellas jóvenes que sus hermanos habían escogido.
 Kalymera se detuvo un momento  para pensar en su esposo, en realidad lo hizo porque Dionis apretó el abrazo en torno a ella y su calidez la invadió como siempre. No había mucho que ella pudiera decir de Dionis Likaios , porque ante el amor que sentía por él todo lo demás perdía importancia. Dio era el amor.
Por último observó a las dos personas que permanecían en silencio  y apartadas, uno en cada rincón de la sala,  en medio de aquella bulliciosa reunión familiar ,  Ennis y Bladian.
Era extraño que aquellos dos fueran tan parecidos , pero lo eran.  Ambos  tenían un aire austero y tranquilo, de hecho Ennis siempre había sido el equilibrio en medio de las personalidades extremas de Caleb y Connor, pero últimamente   aquello se había agudizado. Kalymera no podía decir muy bien qué había cambiado, pero de alguna forma Ennis se había alejado, se había envuelto en un manto de suficiencia que los mantenía alejados, era el   Ennis de siempre pero  al mismo tiempo no lo era. Y lo mismo sucedía con Bladian, a veces ella tenía la sensación de que su cuñada era una reina, tenía un aire distante e intocable como si nadie pudiera llegar a ella ...como si nadie pudiese borrar el dolor.
La magia, pensó Kalymera...”ninguno de ellos es lo que fue, ninguno está completo.”
Tuvo la urgente necesidad de ir a abrazarlos a los dos, a su hermano y a su hermana, pero no lo hizo , sólo les dedicó una bendición silenciosa y se acurrucó en los protectores  brazos de Dionis.

Después de un par de días en Levany, los Blackdalion volvieron al Castillo de los Cerezos .
“Ya era hora, necesitamos un poco de privacidad” había exclamado Connor con  la diversión  pintada en sus ojos plateados, pero la despedida había sido sumamente  emotiva
La vida continuó su rumbo pero endulzada por el conocimiento de que llegaría un nuevo ser , que era felizmente  deseado y amado.
El mayor de los hermanos Blackdalion estaba apoyado pensativo en la cerca de los establos cuando su menuda esposa se le acercó.
-¿Qué sucede? -preguntó Fair rodeando con los brazos a Caleb
-Me preocupa Ennis
-¿Es que acaso alguna vez dejarás de preocuparte por todo?- preguntó con ternura
-Bueno, es sólo que no me había dado cuenta antes de que está distinto. Primero por los casamientos de Kaly y Con , luego me encerré en mi dolor y después....me cautivó un duende de ojos verdes que tal vez conozcas – dijo sonriéndole a su esposa
-¿ Distinto? –preguntó ella ignorando las insinuaciones de él.
-Sí , creo que el perder su poder le afectó más de lo que pensamos. Nunca habla de eso y me preocupa ...
-Tú nunca hablas de lo que te preocupa...- dijo acusadora
-Pero te tengo a ti para sonsacarme todo – contestó divertido-
- Entonces habla con él Caleb
-Eso haré, pero primero tengo que hablar con otra persona.
Así fue como Caleb Blackdalion caminó los escasos kilómetros que separaban al Castillo de la residencia de  Kalymera y Dionis.
Su hermana lo  recibió con una mirada interrogativa cuando él preguntó por Dio, pero  lo llevó hasta   el estudio del mago sin hacer ningún comentario.
-¿Podemos hablar ?- le preguntó Caleb a  Dionis y éste lo miró sorprendido ya que el mayor de los hermanos Blackdalion era el único que seguía guardando cierta distancia.
-Claro ...- respondió cauteloso
-¿ Alguna vez has hablado con tu hermana sobre la pérdida de su poder? – preguntó acomodándose en un sillón frente a Dionis
-No...- dijo Dionis entendiendo de qué quería hablar Caleb- tampoco tú lo has hablado con Ennis , ¿verdad?
- Es difícil...
-Sí ..mucho a veces temo lastimarla si hablamos , por eso lo evito
-Del mismo modo que evitas usar tu don cuando ellos están cerca
-¿Qué?
-Siempre usas tu don , creas flores para Kaly o arreglas tu casa , no techaste el granero con el esfuerzo  de tus manos - comentó con una media sonrisa acusadora  – sin embargo nunca usas tu poder si Bladian o Ennis están cerca
-Supongo que sí – respondió Dio que no había creído que alguien lo notara – es sólo que no quiero recordarles lo que perdieron...Dian ya sufrió demasiado sin que yo pudiera evitarlo ...
-Entiendo  - respondió Caleb que conocía muy bien lo que era la culpa- pero , ¿qué tan importante es ese Don? , nunca lo entendí y por eso no sé lo que siente Ennis , no conozco  el valor de lo que perdió.
-Perdió una parte de sí mismo. No es fácil de explicar , supongo que sería como perder la vista o tu habilidad con la espada, no sé , algo que es esencial en ti. Una parte irremplazable
-¿Tanto así? – preguntó con la voz cargada de pesar
-Más aún ,  creo –respondió Dionis apesadumbrado
-¿Cómo puedo ayudar a Ennis?
-Me temo que no lo sé Caleb , por eso no lo hablo con Dian. Si lo descubres, dímelo . – dijo el mago con una muda súplica en la mirada clara.
-Lo haré – dijo Caleb y se fue a buscar a su hermano, tal vez nunca supiera cómo ayudarlo pero siempre era bueno recordarle que estaba allí para él.


-Ennis quiero hablar contigo – dijo Caleb a su hermano que avanzaba distraído con un libro en las manos. La seriedad en la propuesta de su hermano mayor alertó a Ennis
-Sea lo que sea, yo no lo hice, no puedo culpar a Conn porque está lejos pero probablemente haya sido Kaly, no te engañes  , el que esté casada no significa que se haya compuesto...

-Ennis deja la tontería ...- dijo Caleb
-¿Tan serio es?
-Sí , quiero hablarte en serio  - dijo Caleb y Ennis pudo ver la preocupación en los ojos oscuros de su hermano, la unión que había entre ellos le permitía saber cuál era el motivo que lo afligía.
-Estoy bien Cal ...
-No lo pareces  y nunca hablamos sobre lo que pasó
-Caleb tú no eres el más adecuado para  hacerme ese planteo.
-Lo sé, por eso lo digo. Estoy aprendiendo Enn, hablar es mejor que guardar todo adentro, hace que sea más fácil.
-No tengo nada que decir Caleb...
-Pero perdiste algo importante para ti... ninguno de nosotros supo nunca qué hacer con tu magia Ennis, sólo dejamos que lo resolvieras solo. Pensamos que era lo mejor ya que no lo entendíamos pero tal vez debimos actuar diferente ...
-Caleb, tal vez esto es lo que debía suceder ¿ no lo has pensado así?. Ese aliento de magia estuvo en mí y me permitió salvar a Kalymera. Es más de lo que podría pedir...
-¿Pero te sientes bien?
-Caleb, en verdad no sé cómo me siento – contestó con sinceridad- pero no debes preocuparte. Estoy bien y si necesito algo, hablaré contigo...¿alcanza con eso?
-Bueno, es algo – dijo Caleb y abrazó a su hermano- Ah por cierto, siempre supe que tú rompiste el jarrón de la abuela y no Connor – dijo con una sonrisa antes de alejarse.
Ennis contempló marcharse a su hermano mayor. Tal vez hubiese perdido la magia pero aún conservaba  su familia y aquello era lo más importante para él, entonces¿ por qué aún sentía aquel vacío en su interior?

Dian se despertó repentinamente , deseó poder volver a dormirse pero sabía que era imposible, así que se levantó y caminó hasta la torre.
Todo era silencio, había una quietud alarmante que la estremecía. Era la madrugada y no había nadie despierto en el castillo , la luz de la luna se filtraba dándole un aspecto sobrenatural a los pasillos. La joven descalza subió la escalera y cuando llegó a su destino vio la  alta figura de alguien mirando hacia el exterior , de alguna manera ella había sabido que él estaría allí.
-Ennis...- susurró y él la miró extrañado
-¿Tú también? – preguntó él y la joven se le acercó.
-Sí, ¿desde cuando lo sientes Ennis?
-No lo sé, al principio no estaba seguro pero se fue haciendo más fuerte y últimamente no me deja dormir...no sé que es... ¿Tú lo sabes?
-No. Sólo que es un llamado..y ya no puedo ignorarlo, algo nos llama ...
-¿A Dionis  también?
-No , él no lo siente y no le he dicho...está feliz ahora,  al fin está tranquilo.
-Entiendo.¿Pero por qué nosotros?
-Huellas...- dijo ella reflexivamente- En nosotros sólo queda una huella de la magia y de alguna forma siento que este llamado también es una huella de algo que ya fue...no lo puedo explicar pero tengo que ir.
-¿Ir? ¿Adonde?
-A Dalalbión , la Ciudad Perdida...
-Dalalbión es un mito –dijo Ennis sorprendido – no existe.
-Ennis ,  Dio y yo nacimos y vivimos allí hasta que nuestros padres murieron.
-Pero es imposible – comentó confuso. Había escuchado las historias sobre la ciudad de los magos pero siempre habían sido sólo cuentos infantiles y su racionalidad le impedía aceptar lo que Dian decía.- ¿Me quieres decir que hay una ciudad de magos que permanece oculta a los demás mortales?
-¿Tan difícil te resulta aceptarlo Blackdalion?
-Sí.
Ella lo miró y suspiró, obviamente la racionalidad de Ennis le impedía aceptar las cosas sin una explicación , tal vez por eso nunca había podido aceptar su poder. Jamás había entendido el don que poseía y algo muy arraigado en él le impedía aceptar lo que no entendía. Bladian clavó sus ojos oscuros  en él y empezó a contarle sobre Dalalbión.
-Fue hace mucho tiempo , los magos ocultaron la ciudad, bueno es mucho más  grande que una ciudad y de esa forma  se apartaron de los demás. Alguna vez diste a entender que aquellos con el don sólo se preocupan por ellos mismos, tal vez sea cierto...Dalalbión fue una forma de cerrarse al mundo exterior. Mis padres vivieron allí y también  la eligieron como lugar para criarnos a Dio y a mi, supongo que era su forma de protegernos, de evitar que nos convirtiéramos en un espectáculo de feria.
Siento que desde allí viene el llamado, ni siquiera sé si puedo volver ya que no poseo mi poder...pero voy a intentarlo.
-Puede ser peligroso, quizá debieras hablarlo con tu hermano.
-No voy a perturbarlo y además Dio jamás iría a Dalalbión , odia a ese lugar y sus habitantes desde la muerte de nuestros padres.Nadie se enfrentó a Deveró, nadie le impidió que lo hiciera...mi hermano no perdona.
-Pero no puedes ir sola ...
-Tengo que ir Ennis, no puedo evitarlo. ¿Lo entiendes  verdad?
-Sí – le dijo él con sus ojos azules brillantes – te entiendo e iré contigo.
-No tienes que hacerlo...
-Sabes que tampoco yo puedo evitarlo – dijo él y le sonrió antes de volverse hacia la ventana tratando de descifrar  la apelación que venía desde la oscuridad nocturna y que  desde un lugar inexistente lo reclamaba.

-  Tengo un plan – dijo en voz baja Ennis acercándose a Dian que estaba en el jardín.
-¿Un plan?
-Si vamos a escaparnos a un lugar peligroso, que ni siquiera debiera existir,  sin decirle a nuestros familiares y  todo porque escuchamos una especie de llamada fantasma, creo que definitivamente necesitamos un plan. – explicó él con una sonrisa conspiradora
-Te escucho  atentamente – dijo llanamente la joven

Así fue como unos días después Dian y Ennis se despidieron de los habitantes del Castillo con la excusa de ir a pasar unos días a Silverest tras haber recibido una invitación de Landros.
Cuando Elady se despidió de su hijo sintió una tristeza que no había sentido antes, ni con la partida  de Cal, tal vez se debiera a que finalmente el impacto de  los acontecimientos pasados la había alcanzado. Trató de ser optimista pero el pesar le oprimía el pecho.
Como siempre Kyrios estaba junto a ella como si pudiera adivinar sus estados de ánimo.
-¿Qué te sucede amor? –preguntó estrechándola contra sí.
-No lo sé Kyrios, ¿crees que estarán bien?
-Claro, sólo van  a casa de Landros.¿ Qué podría sucederles ?– preguntó él y la sintió estremecerse
- Es sólo que me siento extraña,  temo que algo le pase ,él se parece tanto a ti...-comentó ella como si eso explicara algo.
-Tranquila amor, Ennis siempre ha sido muy cauteloso . Es sólo que estás cansada y que has tenido que mostrarte  tan fuerte últimamente , por eso te sientes así. Tranquila  - repitió abrazándola  y como siempre Ely se refugió en los brazos de su esposo.

 Unos días después Ennis cabalgaba preocupado junto a Bladian, sabía que había actuado con imprudencia y que la había puesto en peligro .Él jamás hubiera llevado a una mujer hacia un destino incierto pero sabía que Bladian necesitaba ir,  incluso más qué él mismo. Aquello que acechaba y los llamaba los atraía contra toda prudencia y el joven pensaba que era mejor enfrentarlo juntos. Aunque también sabía que si sobrevivían a aquella travesía, él perdería su cabeza a manos de Dionis y por una vez pensó que el mago actuaría con justa razón.
-¿Por dónde? – preguntó  a la joven  tratando de cortar el rumbo de sus pensamientos y antes de que su sentido del honor lo obligara a llevar a Bladian lejos, donde estuviese a salvo.
-Existen muchas entradas a Dalalbión , pero hay una cerca, iremos por allí. ¿Has visto alguna vez las dos grandes piedras?
-¿La entrada? – preguntó él- Kalymera siempre  dijo que parecían un gran umbral, así que les llamamos “La Entrada”.
-Es un nombre acertado, ya que eso es- respondió ella y vio la incredulidad en los ojos de él- y con un poco de suerte lo verás pronto.
Al llegar a las dos grandes rocas se detuvieron.
-¿Crees que podamos pasar?
-No lo sé Ennis – respondió sinceramente ella, pero los dos sentían que el llamado se intensificaba y una fuerza desconocida los arrastraba .
Bladian fue la primera en pasar a través del arco que formaban las piedras, el joven Blackdalion la siguió.
Repentinamente el paisaje cambió, las verdes colinas desaparecieron y fueron reemplazadas  por un estrecho camino que atravesaba la dura roca de unas tenebrosas montañas. Dos altas paredes se alzaban a sus costados dejando un estrecho paso y en lo alto donde la roca parecía tocar el cielo, se enseñoreaba una feroz tormenta. Nubes negras y relámpagos dominaban el paisaje, sin embargo no había lluvia ni señal en el aire de una precipitación próxima.
-¿Este es el camino a Dalalbión?
-Sí, cuando terminemos de recorrer el paso en la roca llegaremos a la ciudad.
-¿Has estado antes aquí? – preguntó Ennis haciendo referencia al estrecho paso.
-Sí cuando escapé con Dionis.
-Entonces pasaron cerca del Castillo
-No. Dionis manipuló la magia del portal y nos llevó muy lejos.
-¿Puede hacerse algo así?- preguntó Ennis asombrado recordando que su cuñado era solo un niño en aquel entonces.
-Dio puede, por eso Deveró lo quería.
La mención del mago oscuro los sumió en el silencio y conmovidos por el impresionante paisaje siguieron avanzando.
Cuando atravesaron el desfiladero Ennis contempló a la distancia la mítica ciudad de Dalalbión.
Grandes edificios de piedra, cúpulas y murallas formaban un conjunto impresionante. Sin embargo había un clima enrarecido.
-¡Oh cielos ! – exclamó la joven y Ennis entendió que las cosas habían cambiado y que aquel no era el lugar que ella recordaba.
-¿Qué sucedió aquí? – preguntó él evaluando con su mirada el estado de abandono de la ciudad.
-Deveró.- aseveró ella y su rostro se volvió una máscara inexpresiva. Bladian podía percibir la presencia de Deveró en aquel lugar, no importaba que él  hubiese muerto, su maldad  había dejado marcas allí.
Ella se sintió asfixiada , aún tenía demasiado fresco su último encuentro con el  perverso mago. Todavía le dolía demasiado lo que había sucedido. Además los recuerdos del pasado , uno en el que su familia estaba intacta , la desbordaron. Casi podía ver a sus padres caminando por aquellas tierras, recordar su infancia lejana y feliz , antes de que Deveró la destruyera
 -Bladian ...-la llamó Ennis y la voz de él la obligó a sacudirse de los malos recuerdos
Dian miró al hombre que la observaba preocupado y le sonrió para tranquilizarlo , de todas las personas que conocía no imaginaba un mejor compañero que Ennis Blackdalion para enfrentar aquel momento. Tenía una serenidad y una resolución que la tranquilizaba. No tenía la energía desbordante de su hermano menor ni la infranqueable personalidad de Caleb, tampoco se parecía a Dionis. Tenía una madurez  particular, mezclada con un toque de humor y ternura, sólo había una inseguridad en aquel hombre y ella la había visto tiempo atrás al conocerlo. Y aquello que inquietaba a Ennis era lo mismo que la turbaba a ella...el  Don.
En cierta forma pertenecían a la misma especie, ellos dos allí en Dalalbión  respondiendo a un llamado  incomprensible y tratando de encontrarse a sí mismos.
- Aunque lleguemos a ancianos creo que nuestra familia nunca nos va a perdonar esta estupidez – dijo Ennis reflexionando sobre su situación.
- Lo sé – dijo Bladian y sonrió pensando cuan fácil le resultaba pensar en aquellas personas como en su familia. Ahora eran la familia de su hermano Dionis y ciertamente ella también los quería como propios, Elady y Kyrios eran los padres que cualquiera hubiese deseado, Kaly tenía la capacidad de encontrar el lado bueno a todo igual que Fair, Shara era un ejemplo de lucha y responsabilidad y los tres  hermanos Blackdalion eran un grupo más que interesante. Sobretodo Ennis .Sí, en realidad era demasiado fácil adoptarlos como familia , pensó Dian

    Connor Blackdalion yacía recostado en el césped con la cabeza apoyada en el regazo de su esposa.
-¿En qué piensas ? - preguntó ella entrecerrando sus ojos dorados.
- ¿No vas a reírte? – cuestionó arrugando la frente en un extraño gesto de preocupación
-No puedo prometerlo , pero quiero que me cuentes.
-Tengo una sensación extraña y tiene que ver con Ennis...como si algo le sucediera.
-Ve a verlo y te sacas las dudas...
-Pero no quiero dejarte Shar
-Connor yo estaré bien. Además, si es verdad que tu hermano te necesita , debes ir. En realidad no entendí de verdad vuestra unión hasta el otro día, cuando todos vinieron. Ahora sé que siempre será así, en las buenas y en las malas puedes contar con tu familia.  Admiro eso Conn, es el tipo de relación que quiero que tengan Coy y Leila y también nuestros hijos...
-Será un viaje breve, sólo iré  a ver qué sucede – dijo él no muy convencido-
-Ve todo el tiempo que necesites..
-Es que él está raro desde que perdió su Don- siguió explicando más para sí mismo que para Shara- y además en sus veinticinco años jamás causó problemas...así que temo que cuando se meta en uno será en verdad peligroso.
- Ya entiendo,  es inexperto, no como tú – dijo ella con una sonrisa tratando de aliviar la preocupación de su esposo -Ve amor, nosotros estaremos esperándote – agregó luego  acariciando  el rubio cabello.
Connor besó  a Shara y también la panza donde crecía su primer hijo y luego se levantó para partir hacia el Castillo de los Cerezos.

    Caleb salió al exterior del Castillo  ya que le habían anunciado que lo buscaban. Se sorprendió al ver que el visitante era su tío Landros y su sorpresa fue mayor al ver que un hombre joven lo acompañaba. No era alguien que Caleb conociera , sin embargo le provocaba una extraña sensación de familiaridad.
- Tío, ¿por qué no entraste? – preguntó acercándose a los hombres
-Pensé que sería mejor presentarte a Mark primero, él es el hermano de Fair – dijo señalando al joven rubio – fue gravemente  herido en batalla y estuvo recuperándose,  por eso no lo pudimos encontrar antes. Llegó a casa siguiendo el rastro de Fair ...
-¿Dónde está ella? – preguntó el joven impaciente acercándose al mayor de los  Blackdalion.
-¿Qué quieres con ella? – preguntó Caleb suspicaz
-Soy su hermano. – afirmo combativo
-Y yo su esposo y no voy a dejar que nadie la lastime. – contestó desafiante
-Jamás la lastimaría, no sabía que estaba sufriendo. Nunca imaginé que la maltrataran. ¿Quién podría odiar a Fair? –preguntó con la voz turbada por la emoción.
-¿Vas a volver a desaparecer ...?
-No...y nadie va a obligarme a alejarme de mi hermanita .
-Bien, porque ella te extrañó mucho ...- contestó Caleb y  a la distancia Landros sonrió , su sobrino había claudicado- Vamos , entremos e iré a buscarla.
-Veo que en verdad la amas – dijo Mark mientras caminaba junto a su recién descubierto cuñado
-Sí.
-Me alegro porque ella no merece menos.
-Lo sé – respondió Caleb y se apresuró a buscar a su esposa. Cuando la joven se abrazó llorando  a su hermano, Caleb pensó que nunca dejaría de conmoverse por la intensidad de sentimientos que le provocaba su esposa. El dolor de ella era su dolor y su alegría era también la suya.
Fair insistió en presentarlos como si no se hubieran encontrado antes y los dos aceptaron para complacerla. Al ver la genuina alegría de Fair y aquella sonrisa que decía que había recuperado algo que creía perdido para siempre , para Caleb Blackdalion fue fácil darle una sincera bienvenida a su cuñado.
Tras besar a su esposa en la frente la dejó a solas junto a su hermano, invitándolos  que salieran al jardín ya que  tenían mucho que contarse.
Cuando  Caleb guió a su tío al salón principal mientras hablaban del regreso de Mark , no imaginó  la tormenta que estaba a punto de desatarse.
Sus padres, Kalymera y Dionis estaban allí, emocionado Caleb les contó sobre el reencuentro de Fair con su hermano. Sólo cuando su madre se dirigió a Landros, se dio cuenta de cómo lo acontecido no lo había dejado  pensar en nada más.
-¿Landros, por qué Ennis no vino con ustedes?- preguntó Ely a su hermano
-¿Ennis?
-Sí, supongo que por algo tan importante Dian y él podrían haber pegado la vuelta y dejar Silverest para acompañarlos...
-¿Ely de qué hablas? . No veo a Ennis desde el casamiento de Caleb
-Pero él fue con Bladian a tu casa, dijo que tú sabías. Partieron varios días atrás...ya debieron llegar
-Elady , ellos no fueron a Silverest. Ni siquiera me han escrito para anunciar una visita – afirmó Landros totalmente convencido.
-Kyrios...-murmuró  Elady al escuchar a Landros  y su  esposo corrió a su lado al verla palidecer --Ellos nunca llegaron, mejor dicho jamás fueron allí. Ennis nos mintió.
-¿Se fugaron? – preguntó Kalymera confundida
-¡Voy a matarlo! - gritó Dio con sus ojos claros brillando furiosos
Ante la furia del joven mago , Kyrios y Caleb se tensaron y  Kyrios se vio obligado a defender las acciones de su hijo aunque no las entendía.
-Dionis puedes estar seguro de que Ennis jamás le faltará el respeto a Bladian. No sé qué sucede aquí  pero ...él es honorable.
-¡Y un cuerno...!- exclamó Dio
-Dionis...- trató de calmarlo Kalymera y el joven se sentó en un sillón llevándose las manos a la cabeza.
-No lo entienden – dijo él  vencido por el pesar – Sé que Ennis es honorable  , pero esto no se trata de una fuga romántica, es más complicado. Tiene que ver con nuestro poder , estoy seguro y pueden estar en peligro.
Puedo imaginar por qué Dian no me dijo nada pero que Ennis se haya involucrado en esta mentira sin medir el peligro es imperdonable...
-Tranquilo hijo  - dijo Kyrios acercándose a su yerno, podía sentir la frustración del joven y la impotencia  que significaba saber que un ser querido estaba en peligro- Los encontraremos. Y yo me encargaré de Ennis.
Dionis levantó la mirada y al encontrarse con los ojos azules de su suegro se sintió tranquilo. Por primera vez sentía que tenía gente en que confiar, no estaba solo . Tenía una familia  que lo apoyaba.
-Gracias – murmuró y apretó la mano de Kalymera que estaba junto a él.

   Ya habían llegado, ahora sólo les quedaba internarse en aquella ciudad en ruinas para saber qué era lo que los atraía.
Sin embargo cuando intentaron avanzar los caballos se encabritaron y se negaron a moverse en la dirección que les indicaban sus jinetes.
Ennis era muy  bueno con los animales, incluso había criado a aquellos dos pero le resultó imposible calmarlos
-Supongo que tendremos que caminar
-No nos queda otra opción  - respondió Bladian resignada.
Sacaron las cosas que necesitaban de las monturas y soltaron a los caballos con la esperanza de encontrarlos en el futuro.
Delante de ellos parecía extenderse una senda, la tierra estaba marcada y apisonada como si hubiese sido recorrida muchas veces . Hacia allí se encaminó Ennis.
-Espera...-susurró Bladian poniendo una mano sobre el hombro de Ennis para detenerlo. Él se volvió a mirarla y vio en sus ojos oscuros el mismo miedo que reflejaban el día que la había conocido
-¿A qué le temes?  Deveró ya no existe, no puede dañarte Dian...– susurró con suavidad y se acercó a ella. Estudió lentamente el semblante femenino, Bladian era valiente y hermosa sin embargo estaba muy asustada. Él la había conocido en tiempos terribles,  en ese entonces era como si nada del mundo pudiera tocarla ya, luego en su estadía en el Castillo se había recuperado. Había florecido recobrando su fuerza y su vitalidad. Y Ennis había descubierto con el correr de los días, que si dependía de él ,jamás dejaría que Dian volviera a sufrir. La joven también lo miró atentamente y empezó a hablar.
- Yo venía hacia aquí cuando me atrapó. Había escapado de mi hermano para ver que había hecho Deveró con la gente de Dalalbión, peleamos, me venció y cuando iba a matarme descubrió quién era. En ese momento supe que no sólo me había condenado a mí misma sino también a mi hermano. Luego me llevó con él ... día a día tomó mis poderes hasta que no quedó nada. Estaba vacía y con la terrible certeza de que todo había acabado, yo no conocía el miedo Ennis, lo desterré el día que perdimos a nuestros padres, el día que Dionis me dijo que estábamos solos ... Deveró me  devolvió el terror con creces – dijo la joven y Ennis se estremeció pensando en el cautiverio de Bladian- entonces pensé que de tener otra oportunidad mi vida sería diferente.
-Pero eso acabó Dian...
-También me temo a mí misma , a la que fui.  ¿Sabes por qué Deveró pudo herirme?, porque el Don era lo único que yo tenía, mi poder y la soberbia de ser capaz de hacer cosas que eran imposibles para los demás,.al quitarme eso me quitó todo. Tuve mi otra oportunidad Ennis y cambié, no quiero volver a ser  la que fui...me gusta quien soy ahora, lo que encontré – dijo ella mirándolo  con intensidad.
-Bladian, no vas a perder nada. Y no debes temerte a ti misma, antes o ahora eres una mujer increíble ...no hay nada de ti que deba asustarte y nada de ti me asustará jamás – dijo él acercándosele y cuando tomó su cara para besarla, Bladian se dejó llevar. Sólo al romperse el contacto pensó fríamente sobre lo que estaba sucediendo entre ellos.
- ¿Qué estás haciendo Ennis ? – le preguntó confusa
-Creo que le llaman beso...
-Ennis...
-Tranquila Dian – respondió él acariciándole la cara – todo está bien, es lo que debe ser , no tengas miedo.
-Pero...
-Vamos – dijo él tomándola de la mano y echándose a caminar – todavía tenemos que arreglar  algunas cosas
Ella  sólo se aferró a él y se dejó guiar, un rato después se animó a preguntar.
-¿Cuándo? – cuestionó la chica y Ennis supo que le preguntaba acerca del origen de sus sentimientos.
-¿Te molestaría si te digo que no fue una pasión inmediata apenas te vi? – ella lo miró extrañada y él se echó a reír – Supongo que hubo algo desde que te conocí, te veías tan indefensa ...cuando Dionis habló de tu cautiverio sentí un  fuerte instinto protector hacia ti.
-Ennis,  tú tienes instinto protector hacia cualquier cosa que camine...
-Sí, viene de familia, pero fue algo  diferente contigo. Luego cuando me miraste y hablaste del don, sentí que  veías dentro mío , que nos habíamos fundido en uno solo . Más tarde , fue natural la relación entre nosotros... me pediste que le diera una oportunidad a Dionis y  aunque apenas nos conocíamos te sentía cerca. Era tan simple estar allí los dos protegiendo a Kaly y Dio.
Después viniste a casa y nos convertimos en amigos...no sé el momento exacto pero te convertiste en parte de mi. He tenido muchas dudas toda mi vida Dian, pero contigo fue diferente, era lo que debía ser, era perfecto como si todo encajara en su sitio. Tal vez el amor no deba explicarse, sólo agradecer cuando llega a nuestras vidas. – comentó suavemente mirándola con ternura aunque había un brillo travieso en su mirada - ¿Cuándo ? – le preguntó a Bladian y ella río.
--¿Te molestaría si te dijera que  lo mío sí fue pasión a primera vista? ...- le preguntó en tono bromista
-Oh, para nada la pasión no me molesta – le contestó él con un guiño cómplice.
-En realidad..la primera vez no te registré. Estaba asustada y sólo quería estar a salvo. Eras el hermano de Kalymera pero en el momento que me sostuviste impidiendo que cayera sentí algo distinto. Había una conexión entre nosotros , sentí que me despertaban del horror, que volvía a vivir. Luego fue simple como dices tú, era  lo que debía ser,  amigos , estar cerca, confiar en ti, amarte... Se me hizo tan necesario tenerte cerca como respirar.
-Bueno amor – dijo él y los ojos de la chica relumbraron ante el uso de tal apelativo-, te prometo que cuando esto termine voy a demostrarte que no importa cuándo ni cómo, sólo lo que sentimos .
- Tú siempre cumples tus promesas...
-Puedes contar con eso Dian.
-Yo siempre cuento contigo – respondió ella presionando más fuerte la mano de él y Ennis le contestó con una sonrisa llena de confianza y amor. Así, juntos,  avanzaron para enfrentar lo desconocido..


-¡Dalalbión! ... allí fueron -exclamó Dionis de pronto y Kalymera lo miró preocupada.
Desde el momento que Dio había aceptado su amor por Kaly también había comprendido la necesidad de ser sincero con ella por lo que la joven sabía toda la historia sobre la ciudad oculta de los magos.
-¿De verdad crees que fueron allí?
-Sí, vamos a  avisarle a tu padre...- respondió él y Kaly pudo ver que las sombras del  pasado habían  atrapado a Dionis nuevamente.
-Dio, ellos estarán bien
-Nada bueno puede salir de Dalalbión – respondió  él cáustico
-Tú naciste allí – comentó Kaly conciliadora
-El Dionis Likaios que nació en Dalalbión también murió allí, hace muchos años. El que soy ahora nació cuando tú apareciste Kalymera -  dijo él con una seriedad inusitada y la joven entendió que aún necesitaba tiempo para curar aquella herida. Le tomó la mano y lo acompañó a avisar a la familia sobre el posible paradero de Ennis y Bladian.


La ciudad estaba en ruinas, las casas semiderruidas y el antiguo esplendor  perdido . Parecía abandonada , sin señales de nadie, sin embargo era un lugar grande y haría falta más que una inspección a simple vista para tener alguna certeza. Ennis y Bladian, necesitaban descansar  para ver cuáles serían sus siguientes pasos, así que decidieron entrar en una de las casas  de piedra.
-Hace frío – dijo Dian abrazándose a sí misma.
-Tal vez no tenga magia para hacer brotar el fuego pero los Blackdalion siempre viajamos con esto – dijo él sacando  un pedernal de un pequeño bolso que colgaba en su cintura.
-Creo que eso será suficiente – dijo ella con una sonrisa
Él le sonrió  a su vez y se inclinó para encender una fogata  que les diera calor en aquel lugar abandonado.
Una vez que las chispas hicieron surgir el fuego , la joven se acercó a Ennis  acurrucándose junto a él. Quería ahuyentar el frío de su cuerpo pero también los recuerdos y el dolor que le causaba aquella ciudad devastada
Dian  se adormiló custodiada por Ennis pero el joven aunque cerró los ojos se mantuvo alerta escuchando atentamente.
Por eso apenas percibió un sonido reaccionó con presteza  y en un gesto instintivo de protección Ennis atrajo a Bladian cubriéndola con su propio cuerpo.
La joven se despertó bruscamente y al mismo tiempo que Ennis,  vio al viejo que entraba a  la casa derruida y los miraba.
Ennis estaba con la espada desenvainada y en posición de ataque.
- Tranquilo joven, no vengo a dañarlos – dijo el viejo  - sólo quería darles la bienvenida
-¿La bienvenida ?¿Quién eres?
-  Mi nombre es Derval joven Blackdalion y los estaba esperando
-¿Cómo sabes mi nombre y  qué significa que  nos estabas esperando?
-Sé vuestros nombres porque Dalalbión los llamó , a los dos . Es una historia larga y preferiría sentarme para contárselas y sin una espada que me apunte – sugirió sin desviar la vista de la filosa arma de Ennis
-Ennis – llamó Dian desde atrás del alto guerrero y lo persuadió
-Está bien , te escuchamos – asintió el joven y volvió a sentarse en el suelo  aunque  sin envainar su espada.
-Bien – dijo el anciano y enfocó sus ojos dorados en los jóvenes que tenía enfrente y que guardaban una recelosa distancia.- ¿Por dónde empiezo?
-¿Qué sucedió aquí? – preguntó Dian de pronto y el anciano la miró con una triste sonrisa.
-Bladian, supongo que ese  es un punto de partida tan aceptable como cualquier otro. Deveró  vino aquí  tras aliarse con Tonan, antes de que te capturara querida. Él sabía que necesitaba fuerzas y había encontrado el modo de robar la magia de otros- dijo el hombre y Ennis percibió que Bladian se estremecía a su lado-. Después de la muerte de tus padres, no quedó nadie verdaderamente capaz de enfrentarlo, así que fue una victoria bastante fácil para él. Tenía un ejército propio y aunque la gente de Dalalbión  combatió , él ganó. Tomó el poder y se fue, sin embargo dejó un grupo de aliados en la ciudad , ellos se encargaron de terminar el trabajo.
Sólo mujeres, niños y ancianos sobrevivieron y aún ellos perdieron su don, la mayoría de nuestros hombres murió peleando o en manos del enemigo.Cuando todo acabó la gente de Deveró quiso ir con él pero   lo que habían hecho tuvo una consecuencia inesperada. No pudieron salir de Dalalbión, la ciudad se aisló a sí  misma.
-¿Se aisló? – preguntó Dian confundida
-Nadie puede entrar  ni salir de aquí. Ni los habitantes de Dalalbión que carecen de poder, ni Palas la discípula de Deveró. Ella y los suyos decidieron ir al norte de la ciudad y allí están buscando una salida, y nuestra gente está aquí esperando su hora de morir. No hay alimentos aquí, las cosechas y el ganado se perdieron en los combates, tampoco queda agua, sólo esa tormenta maldita que nubla nuestro cielo como señal de la oscuridad que se cierne sobre nosotros. La gente apenas sobrevive con las escasas reservas que pudieron salvar, pero eso no durará mucho tiempo.
-Si lo que dices es verdad – comentó Ennis con cierta desconfianza- tendremos que buscar ayuda para combatir y sacar a la gente de aquí.
-¿No lo has entendido muchacho? , nadie puede entrar ni salir de Dalalbión. Ustedes son toda la ayuda que obtendremos, están solos.
-¿Si nadie puede entrar ni salir , cómo llegamos aquí? – insistió Ennis
-Fueron llamados
- ¿Por qué nosotros? – preguntó Bladian confundida
-Dalalbión necesitaba ayuda y los llamó...
-Debió llamar a Dionis, él tiene poder .- dijo Ennis
-Oh , no.  Dionis Likaios nunca podrá amar este lugar. En cambio ustedes....
-¿Nosotros qué?  - preguntó Dian con impaciencia
-Tu familia siempre ha estado unida a esta tierra Bladian Likaios  y tú te sientes parte de este lugar a pesar de todo. Y tú joven Blackdalion – acotó señalando a Ennis- perteneces a los dos mundos, eres el puente que la gente de Dalalbión siempre ha necesitado, además sabes guiar a los demás y lo harás con honor y sabiduría.Dalalbión cree en ustedes aunque ustedes no lo hagan...
-¿Derval qué se supone que hagamos?
-No lo sé Ennis Blackdalion, deberán encontrar la respuesta por ustedes  mismos ...ahora los dejaré solos para que piensen sobre lo que les conté, mientras le diré  a los demás de su llegada.
-No vimos a nadie, ¿dónde están los demás?-
- Escondidos Bladian, ellos tienen miedo ...incluso a ustedes porque Deveró mató la esperanza – dijo el hombre y se marchó
-  Definitivamente esto es lo más estúpido que he hecho nunca – dijo Ennis  mirando a Bladian


Cuando Connor llegó al  Castillo de los Cerezos  se encontró con todos los preparativos para el rescate de Ennis y Dian y  una vez más se preguntó si aquel poder de anticipar el futuro que tenía la abuela de su esposa no se le habría contagiado. Aunque cuando Caleb y Kalymera lo abrazaron, pensó que había una explicación más simple para sus presentimientos y tenía que ver con el amor.
Su padre  estaba junto a Dionis analizando mapas y parecía a punto de combatir la batalla más importante de su vida. Sin perder tiempo Connor envió un mensajero a Levany para  transmitirle las noticias a Shara y pedir que enviara  la mitad de sus hombres a las tierras Blackdalion. Por primera vez no sabían quien era el enemigo, aunque presentían que era uno muy fuerte y toda ayuda sería necesaria.
-Amor – dijo suavemente Elady a Kyrios- ¿No crees que deberíamos avisarle al Rey que no planeamos una invasión...?
-¿De qué hablas Ely? – preguntó ceñudo mientras se concentraba en la partida
- Me refiero  a que todo el clan Blackdalion cabalgando junto a sus ejércitos y con la compañía del mago que derrotó a Deveró...va a aterrorizar a unos cuantos
-Sólo voy a buscar a mi  hijo ...
-Lo sé amor – dijo ella con una sonrisa triste  – lo sé.
De esa manera emprendieron  la marcha hacia “ La entrada”.

Caleb había dejado a su esposa en el Castillo de los Cerezos bajo el cuidado de  Mark.
-¿Qué haces Fair ? – preguntó su hermano al verla empacar algunas pertenencias
-¿Sabes rastrear? ¿verdad ? - preguntó ella ansiosa sin prestarle mucha atención.
-Fair...- dijo observando la decisión en los ojos verdes idénticos a los suyos-  no conozco mucho a tu esposo, pero estoy seguro que si pidió que te quedaras aquí tenía buenas razones. Quiere protegerte .
-Lo sé Mark...- dijo ella mirándolo – pero tengo que ir , él va a necesitarme . Hermano  espero que vengas conmigo pero no vas a impedir que lo haga.
-Fair ...
-Por favor... – rogó ella y eso ganó la partida. Él le debía mucho a Fair y su principal propósito era no volver a dejarla sola .
-Voy contigo
Una vez que empacaron  lo básico , Fair  y Mark bajaron al salón principal y allí se encontraron con un hombre bloqueándoles la salida.
Era alto y con unos ojos oscuros  que brillaban entre el enojo y la diversión.
-Caleb – musitó Fair mirando a su esposo - ¿Qué haces aquí?
- Te dije que te quedaras ...
-Lo sé – contestó retadora y se acercó a él que la recibió en sus brazos
- Vine a buscarte Fair, no importa lo que nos espere, sé que la mejor forma de tenerte protegida es a mi lado, te necesito – murmuró él mientras ella sonreía
-Me parece bien  Caleb Blackdalion porque yo también prometí cuidar de ti – respondió ella
Luego los dos acompañados por  Mark, cabalgaron con rapidez para alcanzar a los demás


 Horas después de la visita de Derval , los jóvenes recibieron otra. Una mujer con dos niños entró tímidamente  en la casa donde se alojaban. Era muy joven, aunque  el sufrimiento había borrado la juventud de su mirada,  y estaba extremadamente delgada, un niño de unos tres años  estaba firmemente agarrado a sus faldas y otro de apenas unos meses descansaba en su brazo . En el otro brazo la joven llevaba un paquete.
-Hola ....soy  Suran- dijo suavemente
- Hola – respondió Bladian acercándose a ella y observó como el niño aterrado se escondía tras su madre.
-Ellos no te dañaran   Teod – dijo  Suran y luego  se disculpó con Dian – Lo siento, ha pasado por mucho y tiene miedo...
- Hola Teod – dijo Ennis acercándose y se agachó junto al niño para darle la mano.
-Hola ...- respondió el pequeño tranquilizado por la bondad que veía en los ojos azules del hombre - ¿vas a ayudarnos?  - preguntó con una seriedad inadecuada para una criatura
-Lo intentaré – dijo Ennis  sin pensar en lo que implicaba su respuesta.
Suran  sonrió.
- Derval me envió a que les trajera esto – dijo la joven y extendió el paquete -
Cuando Dian lo desenvolvió vio que era comida
-Pero ustedes lo necesitan más... nosotros aún tenemos víveres
-Lo sé pero no será suficiente si deciden ir al norte.-  explicó
-Aún no sabemos qué hacer – dijo Ennis y pensó que contradecía sus palabras anteriores-
-Derval dijo que nos ayudarían...
-Queremos ayudarlos , - continuó el joven – pero somos sólo nosotros dos y no sé cómo podríamos vencer a la gente de Deveró...
- Entiendo , aún así conserven la comida . La juntamos entre todos y si también han caído prisioneros de Dalalbión la necesitarán más adelante- comentó la joven -. Sé que no podemos pedirles nada, pero al menos nos han traído una esperanza y eso es bastante...
 Bladian observó impotente a la mujer. No sabía qué decirle, tenía un vago recuerdo de la gente de Dalalbión orgullosa de su poder, Señores de la Ciudad Oculta y ahora estaban vencidos. Incluso los niños tenían miedo, como si fuera lo único que conocieran. El pequeño Teod debiera tener poder  y un maravilloso futuro, Deveró sólo le había dejado oscuridad.
- ¿Cómo se llama él ?-- preguntó Dian señalando al bebé.
-Jace , como se llamó su padre...
-Jace – dijo Dian  acariciando la diminuta mano – encontraremos la manera de ayudarte . Lo prometo


-¡Diablos! – gritó agotado Dionis Likaios frente a “La entrada”, el portal debiera haberse abierto para permitirle ir a Dalalbión, pero tras usar todo su poder y los hechizos que conocía seguía cerrado , negándole la entrada.
Cerca había acampado la familia Blackdalion  y lo miraban con preocupación.
El aura de poder lo rodeaba con intensidad pero estaba agotado tras tantos vanos intentos y más aún por la impotencia que sentía.
-Dio – dijo su esposa acercándosele
-¡No me deja entrar! – gritó él y envió una nueva ola de poder para forzar la entrada.
-Dionis basta ...- repitió con firmeza Kalymera y él se volvió a mirarla
- Están allí , lo sé  y no podré ayudar...
-Amor , tienes que confiar
-Kalymera si algo le pasa esta vez...
-Ella estará bien Dionis, Ennis está con ella – dijo y su esposo la miró enfadado
- ¿Y qué se supone que hará él ?
-Va a cuidarla Dio...confía en él como él confió en ti
-Kaly...- musitó con una voz que hablaba de su sufrimiento
- Necesitas descansar hijo  - interrumpió Elady llegando hasta ellos – Si debemos entrar lo haremos y si no  lo logramos es porque no debemos hacerlo Dionis.
El mago observó a aquella menuda mujer y supo que sufría tanto como él, sin embargo se mostraba fuerte y confiada. Aceptó la sugerencia de su suegra y se acercó a los demás sabiendo que no lo culparían por aquel fracaso aunque él lo hiciera.

Después de que Suran se marchó , Ennis y Bladian se quedaron sumidos en sus propios pensamientos, sin embargo había llegado el momento de tomar una decisión.
-Tenemos que ir al norte – dijo convencida Bladian
-¡Es demasiado peligroso!,tenemos que irnos y conseguir ayuda. – la contrarió Ennis
-Ennis ya escuchaste lo que nos dijeron , no podemos salir de aquí
-Si logramos entrar, encontraremos la manera de salir – afirmó él convencido
-Estamos aquí por una razón, necesitan ayuda
-¿Bladian no has pensado que puede ser una trampa? .Tal vez  fueron “ellos”, los del norte , quienes nos llamaron
-Aún así.
-¿Qué ganaríamos entonces? ¿a quién ayudaremos si nos atrapan y  nos utilizan para salir  de Dalalbión..?¡Rayos Dian! , tengo miedo y no me gusta la sensación
-Ennis ...-trató de calmarlo   entendiendo lo que le sucedía. Ennis no temía  por él mismo sino por ella. Los Blackdalion al igual que  su hermano Dionis eran temerarios, enfrentaban el peligro sin pestañear pero se preocupaban por sus seres queridos y en los últimos tiempos Ennis había  temido por Kalymera, por Connor y ahora por ella – Estaremos bien, también sé usar espadas ¿sabes? , Dio  me enseñó – dijo ella para tranquilizarlo.
-Bladian, aunque tengas la extraordinaria  habilidad de tu hermano no va a servirnos de nada. Somos dos  contra quién sabe cuantos, además ellos aún  tienen magia, ¿recuerdas?
-Tenemos que intentarlo
-¿Y si no puedo protegerte? – preguntó él  y la impotencia que Dian percibió en aquella poderosa voz le llegó al alma
-Ennis ,mira dentro de ti , sabes que debemos hacerlo, que para eso fuimos llamados.
-¡Maldición! – gritó él y luego la miró como si después de aquella breve explosión hubiese recuperado la calma- Sí Dian, lo sé ,pero al menos permíteme dejar en claro todas mis objeciones .
Dian sonrió complacida.
-Creo que has dejado tu posición más que clara
-Bien eso me va a consolar mucho cuando nos atraviesen sus armas.
-¡Ennis! – lo censuró ella
Ahora fue el turno de él de sonreír
-Tranquila cariño , voy a hacérselos tan difícil como pueda. Vamos , tenemos que ver si encontramos alguna espada que te sirva antes de ir al norte
- Necesitaré dos – aclaró ella divertida- te dije que Dionis fue mi maestro .

Encontraron sólo una espada que le pudiera servir a Bladian pero aunque hubieran sido diez , Ennis sabía que no sería suficiente para enfrentar al enemigo.
Los sobrevivientes de Dalalbión ofrecieron su ayuda pero los jóvenes no aceptaron, ya era bastante con que ellos dos fuesen a una batalla perdida como para arrastrar a los demás. Aunque les pidieron que cuidaran de Dalalbión en un gesto simbólico de unión y confianza.
Estaban solos , pensó Ennis  ,  sin embargo cuando Teod se le acercó confiado y le obsequió una piedra cristalina para la buena suerte sonrió  sintiendo que peleaba por la mejor causa.
Claro que horas después mientras recorrían a pie  el camino hacia el asentamiento enemigo parte de esa seguridad se perdió. Deseaba  estar tranquilo  y tener tiempo de amar a Bladian, volver a ver a los suyos y forjarse un futuro. Pero también deseaba darle una oportunidad a la gente de Dalalbión, a Teod , a Jace...lo terrible era que no se sentía capaz de sacrificar ninguno de esos sueños en aras del otro.
 Dejaron atrás la ciudad ya que el asentamiento enemigo estaba mucho más allá de la urbe .
Antes de llegar a la residencia de Palas se toparon con un grupo de guardias, alcanzaron a refugiarse tras unas rocas que sobresalían pero sabían que no podrían esconderse demasiado tiempo.
Tampoco querían hacerlo, habían llegado hasta ese punto y no podían volverse atrás. Iban a enfrentar a los guardias y tratar de llegar hasta Palas para que aquello por lo que habían sido llamados les fuese revelado. Ninguno  de los dos quería morir, apreciaban y honraban la vida, sin embargo estaban allí a punto de emprender acciones que implicaban perder la vida. Ninguno podría haber explicado  por qué lo hacía, tenía que ver con ese llamado que latía en ellos y que los había arrastrado hasta Dalalbión.
-¿Lista? – preguntó Ennis en un susurro y pudo percibir la respiración agitada y el fuerte latir del corazón de la mujer que amaba.
-Sí – le contestó en ella y algo de lo que vio en los ojos negros lo llevó a otro momento,  uno en que había sentido que en aquella mirada femenina  se escribía su propio destino.
Los dos, altos, serenos y hermosos en medio de la oscuridad abandonaron su refugio y se lanzaron a la batalla.
 Ennis descubrió que Bladian había dicho la verdad sobre lo buena espadachina que era, pero también era verdad que sus fuerzas eran insuficientes contra aquellos hombres que unían armas y magia.
Pudieron herir a varios y matar a algunos, pero en poco tiempo se vieron reducidos.
-Creo que a nuestra señora le interesará la presencia de estos dos. Tal vez finalmente podamos abandonar Dalalbión  - dijo el que los lideraba y aunque Ennis trató de desasirse de sus captores no pudo. En vano era su altura, juventud y fuerza. Estaba golpeado y cansado, trataba desesperadamente de pensar una manera de escapar pero no podía. Tres hombres lo sujetaban y frente a él, muy cerca , otros sujetaban a Bladian.
La joven tenía la cabeza agachada, abatida por los golpes y el cansancio y también por la conciencia del fracaso.
Eso no, pensó Ennis, no hay que perder la esperanza . Pero él mismo se sentía descorazonado.

Bladian corría peligro y Ennis quería protegerla, evitar aún a costa de su vida que volvieran a herirla.
Dian lo necesitaba y él sintió un chispazo arder en su interior.
Todo lo que quería  estaba amenazado, sus padres , sus hermanos con sus familias, la frágil paz que habían conseguido. Sintió una furia  intensa y fría recorrerle el cuerpo y luego la furia fue reemplazada por algo más peligroso y desconocido.
Sólo un pensamiento le llenaba la mente y el alma.
Dian.
Dian que levantó su mirada y la clavó en él. Entonces sus almas se comunicaron enlazándose profundamente como siempre había sido, como siempre sería.
El poder se desató en su interior y Ennis se entregó a él, reconociéndose por primera vez .


Bladian detestaba aquel sentimiento de impotencia, quería rebelarse  , no podía permitir que volvieran a destruir su mundo.
Había visto morir a sus padres y luego había sido despojada de su don por Deveró...había sobrevivido a todo aquello , pero no estaba segura de   poder soportar ver a Ennis sometido a sus enemigos. No podría resistir que lo dañaran, que perdiera su orgullo , no quería que nada turbara el alma de aquel hombre porque lo amaba. Tampoco quería que dañaran a los suyos o tener que contemplar que la maldad se liberaba y dañaba todo lo bueno que aun quedaba.
Estaba cansada de luchar, quería ser feliz y se replegó en sí misma para encontrar fuerzas en su interior.
 Encontró mucho más, encontró la respuesta que buscaba , entonces alzó la mirada y contempló  los ojos azules que la había sacado del abismo una vez.
Y se sintió libre, supo que ya nadie podría detenerla.
Sin embargo antes de actuar y antes de poder contemplar que sucedía escuchó una poderosa voz.
La conocía, pero ahora tenía un tinte autoritario que no había tenido antes.
Ella reconoció el poder que emanaba del hombre.
-Suéltenla – ordenó Ennis y Dian contempló que los hombres que lo habían estado sujetando yacían desvanecidos en el suelo. Lo vio acercarse a ella irradiando poder, Ennis había recuperado su magia, más que eso , refulgía en él como algo palpable.
Su cabello oscuro se arremolinaba agitado por un viento inexistente , sus ojos azules brillaban y aquellos que intentaban detener su avance eran detenidos por un muro invisible.
Cuando llegó a ella, también  la joven estaba libre pues también el poder de ella había destruido a sus captores. También en ella el Don  era palpable.
-¿Estás bien? – preguntó él ansioso  acariciándola  para asegurarse
-Sí – contestó ella – ¿y tú?
-Sí, aunque no sé cómo .
-Yo sí – dijo ella y en verdad lo entendía. La magia de Ennis nunca había  desaparecido, estaba en él. Lo había estado siempre, sólo que reaccionaba cuando él necesitaba proteger a alguien, así había sido con Kalymera y así con ella. Sólo que esta vez había sido más fuerte, Ennis había abrazado su don con toda su alma y ya nunca lo perdería.- Quisiste defenderme  y por eso encontraste tu poder ...
-Por ti bajaría las estrellas del cielo Dian. – dijo él – Pero temo que no sé controlarlo
- Aprenderás –  auguró ella
-¿Y tú Dian, cómo lo hiciste ?
-Mi poder volvió cuando Deveró murió – explicó ella ante el desconcierto de él – aunque recién ahora lo sé. Estaba allí Ennis, pero yo no lo quería, ¿entiendes? , quería algo más para mí y me negaba a la magia que me había lastimado...pero ahora la acepté porque sé que no es lo único que tengo. Tú estabas allí Ennis y eso fue suficiente.
-Parece que tenemos esperanza después de todo...- musitó con una sonrisa.
-Creo que Palas nos espera.
-Entonces no debemos defraudarla – le contestó él y avanzaron.
Ya no había guardias que pudieran detenerlos pero a medida que se acercaban a donde  la discípula de Deveró  residía , una niebla sobrenatural se levantó y los envolvió.
Sin querer se separaron y Dian sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo
Llamó a Ennis pero nadie le respondió, el peso de la soledad la asustó. Luego percibió una presencia, no podía verlo pero el terror se apoderó de ella.
Deveró estaba allí intentando dañarla, Bladian no entendía cómo  eso era posible , pero era así.
Sin embargo , tomó una decisión, tenía de vuelta sus poderes y esta vez lo mataría antes de que él lo hiciera. Se concentró y ,guiada por su instinto ya que su visión no le ayudaba,   lo atacó con todas sus fuerzas.

Ennis sintió un poderoso golpe que lo hizo tambalear, lo habían atacado y él pensaba defenderse.
Repentinamente sintió que perdía el control sobre su don. Algo demasiado crudo y poderoso se desató en él , era el oscuro deseo de más poder. Lo invadió la necesidad de destruir todo lo que se interpusiera en su camino   unida a la arrogancia de saber que podía hacerlo.
Aún así , aunque tenía el don, quería usar sus propias manos así que se lanzó inclemente sobre su enemigo adivinando su posición. Sin embargo, cuando sus manos se cerraron con fuerza sobre la carne de su adversario , algo pasó.
Un estremecimiento le sacudió el cuerpo y fue como si la neblina que lo rodeaba y que también ocupaba su mente se dispersara.
-Ennis ...- llamó una voz quebrada y él bajó  la mirada al tiempo que soltaba el tosco agarre con que mantenía firmemente sujeta a la mujer que amaba.
-Dian...- gimió él comprendiendo que había estado a punto de matarla – lo siento
-Yo también lo siento...- dijo ella suavemente y él supo que Bladian lo había atacado a su vez.
-No éramos nosotros mismos, nos estaban controlando – dijo él excusando a ambos
-Aún así – murmuró ella dolida pensando que se habían vuelto el uno contra el otro
-No lo hicimos amor, no pudimos. -dijo él enérgicamente como si pudiera leerle el pensamiento - ¿Entiendes?. No pueden controlarnos, jamás nos dañaríamos.
-Ennis – dijo ella conmovida por la intensidad de él y levantó su mano para apoyarla contra la palma masculina. Las dos manos se unieron y fueron rodeadas por luces que las recorrían.
Dian  sintió fluir  el poder del joven Blackdalion y aunque siempre lo había sospechado, confirmó que el Don era diferente  en cada persona. La magia adquiría la personalidad de su dueño. Así, reconocía la esencia de Ennis en su don, poderoso e indómito. También tenía una calidez envolvente y protectora como aquel hombre. Ante todo, su magia era un toque gentil
Los poderes se estaban reconociendo. Ennis  también podía reconocer la esencia de la joven, había entereza , solemnidad  y fuerza con un toque de ternura y pasión que se escondía como si fuera un rescoldo dispuesto a arder .
La mirada oscura de ella se engarzaba en la de él y viceversa,  así también sus dones se entremezclaban y aceptaban unirse como aquellos seres.
Ya nadie podría  volver a enfrentarlos, jamás su propia magia se volvería contra ellos. Ennis y Dian habían decidido compartir su vida amándose y sus dones aceptaban complementarse.
Finalmente la unión se deshizo  pero dejó una huella  profunda.
-Bueno Bladian – dijo él mirándola con intensidad – llegó la hora de que acabemos con esto
-Sí amor, juguemos un poco  - dijo ella con una sonrisa maliciosa demasiado parecida a la de Dionis- ¿Estás muy enojado?
-Sólo un poco, lo suficiente ...- dijo él con los ojos azules chispeantes y extendió su mano hacia Bladian.
Ennis sentía su corazón latir con fuerza  porque ese era su destino y no iba a rehuirlo. Había tratado de oponerse, había utilizado lógicos argumentos pero sabía que  había una única verdad. Lo había sabido al contemplar a la joven madre con sus hijos, lo había sabido al conocer el hambre y la desesperación de los habitantes de Dalalbión , o tal vez lo había sabido antes. Quizás lo había visto en los ojos negros de la mujer que lo acompañaba.
El enfrentamiento fue simple.
La gente de Palas y ella misma intentó detenerlos y atacarlos pero el poder desatado de Ennis y Dian era mucho más poderoso . El sino que los había llevado a Dalalbión los hacía invencibles.
Eran la luz de la esperanza y allí, solos, frente al último resabio de las fuerzas oscuras resultaron vencedores.
-¿Volvemos a Dalalbión ? Debes decirle a Jace que cumpliste tu promesa – dijo Ennis luego de que todo hubiese acabado  y una vez que tuvieron tiempo de recobrarse de lo sucedido.
-Es una buena idea .¡Ennis  ellos también tienen su poder!-exclamó ella  repentinamente
- ¿Lo crees?
-Sí , sólo deben encontrarlo en ellos. Ya no existen las sombras de Deveró, ahora podrán hacerlo . Ya el miedo no puede opacar la magia  - reflexionó ella.
-  Es verdad amor, ya sólo hay luz – dijo él comprendiendo que también los fantasmas de Bladian se habían desvanecido  , la besó suavemente y luego sintió el poder crecer en él junto a un anhelo.
-¿Ennis? – lo llamó ella al ver como el poder volvía a rodearlo
-Luz – musitó él y luego el prodigio se realizó y la tormenta permanente despareció dejando paso a un cielo claro y brillante . Dian río con una risa tan clara como la luz del sol que los iluminaba.

Un día después volvieron a Dalalbión. Agotados, aún sorprendidos por todo lo sucedido pero felices.
Allí esperándolos, como si  hubiesen estado convencidos de su regreso exitoso estaban Suran con sus hijos, Derval y los habitantes de Dalalbión.
Ennis se  agachó junto a Teod  e hizo flotar frente al niño la pequeña piedra que le había dado.
-Es tuya ahora – dijo Ennis y le hizo una señal para que levantara la mano –  no la dejes caer – agregó con una sonrisa y el pequeño sorprendido descubrió que tenía la magia necesaria para mantenerla en el aire.
Suran se acercó y le dio un beso en la mejilla al joven Blackdalion.
-Gracias – dijo simplemente  y Ennis tuvo la extraña sensación de volver a su casa.
Mientras tanto y después de observar emocionada a Ennis , Bladian se volvió hacia otra persona .
-¡Lo hicimos Derval !– exclamó  la joven acercándose al anciano que los observaba con una sonrisa aprobadora , había estado a punto de abrazarlo , pero algo se lo había impedido
– Ellos se fueron y la magia ha vuelto, está dentro de cada uno , sólo hay que buscarla...tú no la perdiste  - comentó ella alegremente
-Oh querida mía, estoy muy feliz pero me temo que  hace demasiado tiempo que yo perdí mi magia...
-Derval ...– musitó la joven mientras Ennis se acercaba a ella para abrazarla
-Todo está bien ahora, yo sabía que lo lograrían. No me equivoqué al llamarlos.
-¿Tú nos llamaste? – preguntó Ennis
-Cuiden de Dalalbión queridos míos y ámenla tanto como se aman ustedes – dijo y luego desapareció. Los dos habían aprendido a aceptar lo increíble, así que lo despidieron sonriéndole. Entonces sintieron un ruido y supieron que la última barrera había caído, Dalalbión volvía a estar abierta al mundo exterior .
-Dian ...- dijo Ennis  con una sonrisa traviesa – espero que tu poder sirva para detener a tu hermano porque va a matarme tan pronto me vea. Y creo que mi magia no va a ser suficiente
-Yo voy a protegerte Ennis – contestó con una sonrisa luminosa  y lo besó.
Los dos aceptaron la bienvenida de su nuevo pueblo mientras esperaban la llegada de los refuerzos, porque si de algo estaban seguros es de que su familia estaba en camino.
“Su familia” se repitió Dian a sí misma y sonrió satisfecha.
Aunque cuando los Blackdalion y su ejército arribaron y vio los ojos claros de su hermano brillando  como una amenaza  sintió que la felicidad era agridulce.
Sin embargo aquella sensación se borró cuando Dionis la abrazó sin hacerle ningún reproche.
Ennis no corrió la misma suerte.
-¿Cómo pudiste  irte  así? – preguntó Kyrios con los ojos azules relampagueantes
-Lo siento papá , pero tenía que hacerlo. Tenía que encontrarme a mí mismo – respondió Ennis con la misma intensidad en la mirada.
-Pero trajiste a Bladian contigo...- protestó Kyrios
-Me temo que siempre voy a llevar a Dian conmigo – respondió él arriesgándose al provocar a su padre. Pero después de todo lo sucedido la temeridad de Ennis se había acrecentado.
-Te dejaré en manos de Dionis, él tiene mucho interés en hablar contigo – dijo Kyrios pero luego abrazó  con fuerza a Ennis y antes de irse se volvió  una vez más hacia su hijo - ¿Encontraste lo que buscabas?
-Sí, y  mucho más – respondió y pudo ver la sonrisa  satisfecha de su padre.

Tiempo después del reencuentro, las charlas y las explicaciones, una vez que volvieron a su hogar , Dionis Likaios  con los derechos que le daban ser el hermano mayor  le preguntó a su esposa.
-¿Cuál es el protocolo en estos casos amor? ¿Se supone que debo tratar de matarlo como hicieron conmigo?
-¡Dionis!
-Siempre he tenido la secreta esperanza de que ellos  se enamoraran  de mujeres con muchos hermanos, de ser posible mercenarios o nobles con ejércitos propios, así  me podría vengar de lo que me hicieron pasar contigo. Pero no, el hermano de Fair no ha dado demasiados problemas y ni siquiera estoy seguro de que me agrade ya que la abandonó a su suerte, Kilcoy es un niño y además adora a Connor.
¡Y Ennis!, Ennis que  era mi última posibilidad...yo soy el hermano en cuestión y aunque puedo pulverizarlo , ya que soy muy poderoso...
-Sí, haces aparecer algunas flores de vez en cuando...-acotó Kalymera provocativa mientras Dionis se volvía a mirarla con toda la frialdad posible, que no era mucha ya que sólo había amor en él cada vez que miraba a su esposa.
-Como iba diciendo,  aunque soy muy poderoso...pulverizar a Ennis me pone en un dilema, no creo que a tu madre le agrade, o a ti. Además pierde gracia cuando él ya me amenazó primero...
-Estoy segura que a Bladian tampoco le hará gracia...
- Entonces, qué voy a hacer...¿Crees que es mejor que les de mi bendición y que les diga que me alegra que Bladian haya elegido a Ennis porque es un buen hombre? -preguntó más serio
-Creo que eso estaría bien...no va a herir tu orgullo, al menos no profundamente -respondió ella abrazándolo
-¿Qué voy a hacer contigo pequeña Blackdalion? – preguntó él asiéndola con más fuerza.
-Lo mismo que voy a hacer contigo Dio,  amarte, amarte...-las palabras de Kaly se perdieron en el beso de él y como último pensamiento coherente la joven  deseó que su hermano fuera tan feliz como ella.
Y Ennis que siempre había estado comunicado mentalmente  con sus hermanos, sintió en el alma el deseo de Kalymera en el mismo momento que le proponía casamiento a Bladian y le ofrecía cuidar junto a ella a Dalalbión y su gente.

La magia había encontrado la forma de curar las viejas heridas, porque el amor era lo más mágico de todo.
Podía lograr lo imposible y podía desvanecer la oscuridad. El amor incluso logró que Dionis  volviera a Dalalbión para la boda de su hermana y cuando el pequeño Teod le tomó la mano en un gesto  espontáneo,  el mago hizo las paces con el pasado .


Estaban casados y por fin se habían deshecho de los invitados.
Cuando Dian entró a la estancia para reunirse con su esposo, se sorprendió. Y era muy difícil sorprender a Bladian Likaios .
Había miles de luces que pendían en el aire y brillaban iluminando el lugar como si fueran estrellas.
-¿Te gusta ? – preguntó Ennis ansioso
-Es bellísimo ...-dijo ella acercándosele
-Estoy aprendiendo – comentó avergonzado.
-Estoy segura de que aprenderás muy rápido Ennis, tu magia es poderosa. Creo que le harás sombra a mi hermanito.- comentó orgullosa y divertida porque las habilidades de Ennis le bajarían los humos a Dionis.
-¿Crees que pueda convertirme en lobo? – preguntó divertido
-No creo, sólo Dio lo hace. Aunque tal vez en león...-respondió ella y lo vio sonreír con entusiasmo infantil.
-En verdad no importa , tengo toda la magia que necesito – dijo Ennis  ciñéndola contra él para perderse en aquellos ojos oscuros que siempre le llegaban al alma.
-También yo ...- alcanzó a murmurar ella antes de que la besara.
“Te amo” se escuchó en la noche y  aunque fue pronunciado por dos personas la magia ejerció su poder y  pareció ser el juramento de una sola alma, una que por fin estaba completa.



Epilogo


Se cumplía un nuevo aniversario del casamiento de Kyrios y Elady , por ello toda la familia, amigos y  los habitantes del señorío se habían reunido para el festejo.
Se había organizado en las afueras del castillo en un pequeño claro rodeado por los legendarios árboles de cerezo. Las mujeres de la familia se habían encargado de la decoración, aunque a decir verdad, se habían encargado de darles órdenes a sus fuertes esposos.
La música y las risas sonaban en el aire.
Elady miró complacida a su alrededor.
Todos estaban allí, Kalymera bailaba junto a Dionis que se estaba acostumbrando a ser parte de una familia, pocos días atrás el arisco mago la había llamado madre.
 Connor, Señor de Levany, había asistido con Shara que esperaba a su primer hijo , el  rubio joven derramaba orgullo por su futura paternidad y Ely sabía que sería un gran padre –ya lo demostraba con sus pequeños cuñados-.
 Caleb y Fair permanecían en un rincón disfrutando de su amor y riendo, por primera vez el mayor de sus hijos exteriorizaba su alegría y reía con cada ocurrencia de su adorable esposa.
 Ennis y Bladian, recién llegados de Dalalbión , animaban la fiesta creando prodigios con su arte, él finalmente se había reconciliado con su don y consigo mismo. Estaba completo.
Elady había estado muy preocupada , con frecuencia el temor por el bienestar de los suyos la había hecho flaquear. Había temido por Kyrios y más de una vez en los últimos meses había creído muerto a uno de sus hijos, sin embargo el amor la había hecho continuar. Sentía que el profundo amor que sentían unos por otros, debería protegerlos y afortunadamente todo había salido bien.
Últimamente  había habido muchos cambios en sus vidas, su familia  se ampliaba con rapidez. A veces extrañaba tener a sus hijos cerca, ya no estaban alrededor continuamente. Sólo su hijo mayor vivía en el Castillo y a veces a ella su antiguo hogar le parecía demasiado solitario.
 Sin embargo, cuando el silencio la  entristecía los brazos de Kyrios la rodeaban y se sentía dichosa de tenerlo junto a ella.
Habían sido años extraordinarios y sabía que vendrían muchos más, nuevas aventuras se vislumbraban en el horizonte y ella estaba más que dispuesta a  vivirlas.
Tenía una familia maravillosa y se sentía profundamente  amada por su marido, por sus hijos y por todos aquellos que la rodeaban. El León Negro había cumplido su palabra y la había hecho muy feliz.
Elevó la vista para contemplar el rostro de quien había realizado su sueño. Kyrios estaba junto a ella  como siempre,  disfrutando del agasajo. Tenía los mismos extraordinarios ojos azules, la misma terquedad y arrogancia  del guerrero pero también era  amable , tierno y un magnífico padre. Elady lo miró conmovida, lo amaba, lo amaba profundamente.
Él se volvió a verla , haciendo que su corazón latiera deprisa como el primer día.
-¿En qué piensas  amada? - le preguntó Kyrios
-Ven y te digo – le respondió  provocativa tirando de su brazo para que se inclinara hacia ella ya que también seguía  siendo tan alto como siempre.
Cuando Kyrios bajó su cabeza, ella lo rodeó con los brazos acercándolo más a sí  para susurrarle algo al oído.
-Deseo concedido – le dijo suavemente  Elady  antes de besarlo.

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