Ennis
entró al salón donde las dos mujeres reían.
Habían
pasado tantas cosas desagradables en sus vidas últimamente que era grato
recuperar las risas.
Sobre todo
si las que reían eran ellas dos.
Había visto los ojos grises de su madre nublados por el dolor y la
preocupación , ahora volvían a tener la calma y dulzura de siempre. A la otra
mujer la había conocido en muy malas condiciones, ahora estaba recuperada
y el brillo en sus ojos negros era
vivaz y alegre. Bladian había cambiado mucho desde su llegada.Tras el
casamiento de su hermano Dionis con Kalymera Blackdalion , ella había aceptado
quedarse en el Castillo de los Cerezos y
pasaba mucho tiempo con Elady. Ennis solía pensar que la joven había encontrado
en la calidez de Ely el cariño de madre que le había sido arrebatado.
Las
observó un momento y luego habló para anunciar su presencia.
-Noticias
de Connor – notificó mientras atravesaba el salón dando largos pasos y extendía
la carta a su madre.
-¡Vaya! ha
escrito. Anteriormente durante sus “ausencias” nunca escribía, llegué a pensar
que tu hermano había olvidado sus lecciones de escritura, ahora escribe
regularmente. Supongo que Shara tiene que ver con que haya recordado que sabe
escribir.
Bladian río ante el comentario , los
Blackdalion solían bromear unos sobre otros, pero había aprendido que sólo era una forma más de expresar lo mucho
que se querían. Eran una familia muy
unida con profundos lazos de amor.
Elady leyó
en voz baja la carta y se detuvo
repentinamente.
-Busca a
tu padre y tus hermanos – le dijo a Ennis y este se preocupó por la urgencia en
la voz de la mujer.
-¿Sucedió
algo malo? – preguntó intranquilo
-No – dijo
Elady y una amplia sonrisa iluminó su rostro- Connor va a tener un hijo, vas a
ser tío.
-¡Conn va
a ser padre! – exclamó él alegre y se
retiró presuroso en busca Kyrios, Cal y Fair, mientras por pedido de Elady ,
Bladian buscaba a Kalymera y Dionis.
En poco
tiempo la familia se reunió alrededor de Elady para escuchar las buenas
noticias.
- Dice que
hubiera querido contárnoslo personalmente pero no quería dejarla sola y no está
seguro que sea aconsejable que ella viaje. – contó Elady a su familia
-¿Connor no está seguro de algo ? – preguntó
Caleb divertido imaginando a su hermano
en su nuevo papel.
-Es
lógico - lo defendió Kyrios- no es fácil la primera vez que sabes que vas
a ser padre.
-Creo que
deberé darle unos consejos , antes de que encierre a Shara para
protegerla...después de todo es tu hijo – dijo Elady y su esposo se sonrojó por
la alusión .
-No hay
que preocuparse , Shara lo pondrá en su lugar – comentó Kalymera acurrucada en brazos de Dio, mientras éste la
miraba con falsa reprobación por su comentario.
-
Podríamos visitarlos – propuso Caleb y todos estuvieron de acuerdo.
En
cuestión de segundos Kalymera , Elady y Fair se pusieron a organizar el viaje y
los hombres se encargaron de ultimar los detalles.
Ennis los
observó divertido, si bien la guerra ya había terminado su familia estaba
preparando un nuevo asedio y Levany era el objetivo
En
realidad todos estaban muy felices por
la noticia. No sólo por la alegría de la pareja , sino porque sería el primer
nieto y el primer sobrino en la familia. En secreto todos estaban pensando en
malcriar hasta el cansancio al nuevo Blackdalion.
La joven
se había retirado un rato antes de la reunión familiar, estaba afuera del
Castillo respirando el aire fresco de los últimos días de primavera.
-¿Aún
están organizando la invasión a casa de
Connor ? -preguntó Dian al joven moreno que se le acercaba.
-Sí
–Contestó Ennis sonriendo- supongo que va a arrepentirse de haber escrito esa
carta
-¿Y Dio?
-Creo que
tu hermano va a encabezar la misión, está muy cambiado- comentó pensativo
-Es feliz
– respondió ella con sencillez
-También
Kalymera – dijo él y se quedó observando a Dian
-Nunca te
di las gracias por cómo te portaste con él, sé que para Connor y Caleb ha sido
difícil aceptarlo pero tú les diste una oportunidad como te pedí...
- Fue
fácil sabiendo lo mucho que se aman – dijo él restándole importancia -Hay algo
que te quiero preguntar desde hace mucho, cuando nos conocimos y hablamos sobre
la pérdida de nuestro poder dijiste que yo era afortunado ¿ a qué te referías?
-A esto –
dijo ella volteándose y haciendo un gesto que abarcaba el jardín y el Castillo-
Tienes una familia maravillosa, y un hogar en que el has pasado momentos
felices, el poder era sólo algo más para ti. Para mi y Dionis nuestro poder era
todo, al perderlo me sentí vacía...-dijo ella-
-¿Dian...?
–la llamó él dubitativo y la joven lo miró con atención-
-¿Sí?
-Aquella
vez, cuando usé mi poder para defender a Kaly ,fue diferente, yo sentí ...–a
Ennis se le hacía difícil explicar lo que había sentido, nunca lo había hablado
con nadie pero consideraba que Bladian lo entendería- una gran fuerza en mi interior y me sentí
completo... como si antes sólo hubiese sido una sombra de mí mismo ¿siempre es
así?
-Supongo
que sí, nunca me lo pregunté hasta ahora. Para mi era una sensación normal,
algo que siempre tuve, sólo al perderlo sentí que estaba incompleta, que me
faltaba algo ...
-¿Sabes ?,
en realidad no me importa tanto haberlo
perdido, fue por la mejor causa, sólo que me hubiese gustado entender esa parte
mía antes de que se desvaneciera.
-Entiendo..-dijo
ella suavemente
-¿De
verdad? Porque a veces ni yo mismo lo hago
-También
yo me siento perdida a veces – dijo la joven y sus ojos oscuros perdieron
brillo
Ennis en
un mudo gesto de consuelo y complicidad cubrió la delicada mano femenina con la
suya.
-No estás
sola – dijo finalmente ganándose una
sonrisa de la joven.
Desde la galería Elady contempló a Ennis. De
sus tres hijos varones era el más parecido físicamente a Kyrios, el largo cabello oscuro que rozaba sus hombros ,
los ojos azules e incluso el aire de vulnerabilidad que solía tener su esposo
cuando era joven. Vulnerabilidad que en
el padre se debía a la falta de un hogar
y en Ennis se debía a no saber quien era.
Había nacido con el don de la magia y aquello siempre lo había confundido
, no obstante la reciente pérdida de aquel don lo había desconcertado aún más.
Kalymera, Connor y Caleb eran felices pero en Ennis había una tristeza
que Elady no podía soportar
Cuando sus
hijos eran pequeños y sufrían por algo
Kyrios solía decirle que cuando fueran adultos sería más fácil. Sin embargo, la
experiencia le había enseñado a Elady que eso era mentira, que sus hijos
hubiesen crecido significaba que tenían
problemas de adultos y estos eran más complicados de resolver. De niños los
podía abrazar y consolar contándoles cuentos, haciéndolos reír o con un gran
trozo de torta de chocolate, ahora apenas si les llegaba al hombro a aquellos
hombres que eran sus hijos. Y Ennis le resultaba muy difícil de consolar en
aquel momento , ella ni siquiera había
podido entender el don de su hijo, sólo lo había amado aunque no supiera qué
hacer con aquel aliento de magia que latía en él.
La
impotencia persistía en ella, esta vez
no podía intervenir y sólo deseó que la
magia que lo había herido encontrase el camino para curarlo.
La familia
entera llegó a Levany para celebrar las buenas nuevas, el castillo estaba
casi totalmente restaurado y la
aldea entera parecía respirar felicidad.
Además de los Blackdalion , habían arribado amigos tentados por la fiesta que
Connor estaba organizando. El menor de los leones siempre había amado las
fiestas y la llegada de su primer hijo era una ocasión memorable, aunque
debiera pagar el precio de las continuas bromas de sus hermanos e incluso de su amigo Lukan.
El lugar
estaba lleno de gente y bullicio.
Si Connor
era muy feliz, Shara lo era aún más. La
joven siempre había estado preocupada
por demasiadas cosas, ahora simplemente se dedicaba a disfrutar y ,aunque los
demás censuraban el comportamiento sobreprotector de su esposo, a ella le
encantaba dejarse cuidar. Y también reír, Shara solía pensar que Connor le
había devuelto la risa. Por primera vez en su vida se sentía segura y comprendía que el mundo no se destruiría
porque ella se relajara un poco.
-¿Cómo han tomado los niños la llegada del
bebé? – preguntó Elady sacándola de sus pensamientos.
-Al
principio fue un poco complicado, estaban seguros de mi amor porque soy su hermana pero temían que
Connor dejase de quererlos.
-Es
natural – respondió Ely recordando las dudas de Caleb al saber que tendría un
hermano
-Así que
Connor tuvo que duplicar las sesiones de cuentos y mimos con Leila y usar su
persuasión con Coy.
-¿Connor
persuasivo? – intervino Kyrios con una sonrisa irónica pensando en las veces
que su hijo se había librado de un castigo con una encantadora sonrisa
- Bueno , puede
ser muy convincente cuando quiere – respondió Shar con una mirada especial a su
esposo – Lo cierto es que ahora Kilcoy está muy orgulloso de ser tío y hace
planes sobre lo que le enseñará a su sobrino.-dijo ella y se interrumpió al ver llegar a sus
hermanos cubiertos de manchas rojas , la
joven se sobresaltó pensando que tal vez
se había relajado demasiado. Conn reaccionó antes que ella
-¿Qué les
pasó? - preguntó Connor al ver a sus pequeños cuñados llegar cubiertos de
ronchas
-Fuimos a
buscar flores pero encontramos otro tipo de plantas ...- explicó Kilcoy
mientras se rascaba ansioso.
-Miren
como se han puesto ...- dijo Shara llegando hasta ellos
-Deberían ver a tía Fair ...- dijo Leila
y divertido Connor vio como Caleb se
incorporaba de un salto para ir a buscar a su esposa.
-Bien
niños, Caleb se ocupará de Fair y yo de ustedes ... – dijo Shara mientras
llevaba a los niños al interior para curarlos.
-Al menos
esta vez tú no tuviste nada que ver – mencionó en voz baja Dionis a Kalymera que contemplaba divertida
la escena.
-Dio , yo
soy incapaz de meterme en problemas –
dijo ella con una sonrisa inocente y Dionis la besó.
En verdad era una suerte que Kalymera no
hubiese terminado igual que los niños y Fair ya que las dos muchachas se
potenciaban mutuamente y con frecuencia obligaban a Dio y Caleb a hacer un frente común tratando de
protegerlas de sí mismas. No había un día en que no los sobresaltaran con
alguna ocurrencia y no había un día en que no los hicieran totalmente felices.
Mucho más tarde , cuando después de la
cena todos estaban reunidos una vez más frente al calor
del fuego, Kalymera se detuvo un momento a observarlos en silencio.
Allí estaban sus padres, el amor y la
admiración que sentía por ellos iba más allá de las palabras, junto a ellos estaba Caleb abrazando a Fair.
Su hermano mayor se veía tan serio como
de costumbre, sin embargo algo había cambiado en él, había paz y felicidad en
el corazón de Caleb Blackdalion y se debía a
la mujer que tenía en brazos. Fair lucía el rostro cubierto de manchas
rojas por las plantas urticantes que
había tocado , pero tenía los ojos verdes tan llenos de luz como siempre, era evidente que la joven se sentía amada y
eso era todo lo que necesitaba para ser feliz .
Más
allá estaba Connor tan encantador como siempre, sin embargo él también había
cambiado, ahora tenía responsabilidades y una madurez nueva que lo hacían más
atractivo ,si eso era posible. Junto a él descansaba su esposa, la valiente
Shara tenía una serenidad especial y Kaly sabía que era una de esas personas
que uno quisiera tener cerca en momentos de emergencia porque era una luchadora , aunque no supiera manejar
una espada Shara sabía salir adelante .
Ella
amaba y admiraba a aquellas jóvenes que sus hermanos habían escogido.
Kalymera se detuvo un momento para pensar en su esposo, en realidad lo hizo
porque Dionis apretó el abrazo en torno a ella y su calidez la invadió como
siempre. No había mucho que ella pudiera decir de Dionis Likaios , porque ante
el amor que sentía por él todo lo demás perdía importancia. Dio era el amor.
Por último observó a las dos personas que
permanecían en silencio y apartadas, uno
en cada rincón de la sala, en medio de
aquella bulliciosa reunión familiar ,
Ennis y Bladian.
Era extraño que aquellos dos fueran tan
parecidos , pero lo eran. Ambos tenían un aire austero y tranquilo, de hecho
Ennis siempre había sido el equilibrio en medio de las personalidades extremas
de Caleb y Connor, pero últimamente
aquello se había agudizado. Kalymera no podía decir muy bien qué había
cambiado, pero de alguna forma Ennis se había alejado, se había envuelto en un
manto de suficiencia que los mantenía alejados, era el Ennis de siempre pero al mismo tiempo no lo era. Y lo mismo sucedía
con Bladian, a veces ella tenía la sensación de que su cuñada era una reina,
tenía un aire distante e intocable como si nadie pudiera llegar a ella ...como
si nadie pudiese borrar el dolor.
La magia, pensó Kalymera...”ninguno de
ellos es lo que fue, ninguno está completo.”
Tuvo la urgente necesidad de ir a
abrazarlos a los dos, a su hermano y a su hermana, pero no lo hizo , sólo les
dedicó una bendición silenciosa y se acurrucó en los protectores brazos de Dionis.
Después de
un par de días en Levany, los Blackdalion volvieron al Castillo de los Cerezos
.
“Ya era
hora, necesitamos un poco de privacidad” había exclamado Connor con la diversión
pintada en sus ojos plateados, pero la despedida había sido sumamente emotiva
La vida
continuó su rumbo pero endulzada por el conocimiento de que llegaría un nuevo
ser , que era felizmente deseado y
amado.
El mayor
de los hermanos Blackdalion estaba apoyado pensativo en la cerca de los
establos cuando su menuda esposa se le acercó.
-¿Qué
sucede? -preguntó Fair rodeando con los brazos a Caleb
-Me
preocupa Ennis
-¿Es que
acaso alguna vez dejarás de preocuparte por todo?- preguntó con ternura
-Bueno, es
sólo que no me había dado cuenta antes de que está distinto. Primero por los
casamientos de Kaly y Con , luego me encerré en mi dolor y después....me
cautivó un duende de ojos verdes que tal vez conozcas – dijo sonriéndole a su
esposa
-¿
Distinto? –preguntó ella ignorando las insinuaciones de él.
-Sí , creo
que el perder su poder le afectó más de lo que pensamos. Nunca habla de eso y
me preocupa ...
-Tú nunca
hablas de lo que te preocupa...- dijo acusadora
-Pero te
tengo a ti para sonsacarme todo – contestó divertido-
- Entonces
habla con él Caleb
-Eso haré,
pero primero tengo que hablar con otra persona.
Así fue
como Caleb Blackdalion caminó los escasos kilómetros que separaban al Castillo
de la residencia de Kalymera y Dionis.
Su hermana
lo recibió con una mirada interrogativa
cuando él preguntó por Dio, pero lo
llevó hasta el estudio del mago sin
hacer ningún comentario.
-¿Podemos
hablar ?- le preguntó Caleb a Dionis y
éste lo miró sorprendido ya que el mayor de los hermanos Blackdalion era el
único que seguía guardando cierta distancia.
-Claro
...- respondió cauteloso
-¿ Alguna
vez has hablado con tu hermana sobre la pérdida de su poder? – preguntó
acomodándose en un sillón frente a Dionis
-No...-
dijo Dionis entendiendo de qué quería hablar Caleb- tampoco tú lo has hablado
con Ennis , ¿verdad?
- Es
difícil...
-Sí ..mucho
a veces temo lastimarla si hablamos , por eso lo evito
-Del mismo
modo que evitas usar tu don cuando ellos están cerca
-¿Qué?
-Siempre
usas tu don , creas flores para Kaly o arreglas tu casa , no techaste el
granero con el esfuerzo de tus manos -
comentó con una media sonrisa acusadora
– sin embargo nunca usas tu poder si Bladian o Ennis están cerca
-Supongo
que sí – respondió Dio que no había creído que alguien lo notara – es sólo que
no quiero recordarles lo que perdieron...Dian ya sufrió demasiado sin que yo
pudiera evitarlo ...
-Entiendo - respondió Caleb que conocía muy bien lo que
era la culpa- pero , ¿qué tan importante es ese Don? , nunca lo entendí y por
eso no sé lo que siente Ennis , no conozco
el valor de lo que perdió.
-Perdió
una parte de sí mismo. No es fácil de explicar , supongo que sería como perder
la vista o tu habilidad con la espada, no sé , algo que es esencial en ti. Una
parte irremplazable
-¿Tanto
así? – preguntó con la voz cargada de pesar
-Más aún
, creo –respondió Dionis apesadumbrado
-¿Cómo
puedo ayudar a Ennis?
-Me temo
que no lo sé Caleb , por eso no lo hablo con Dian. Si lo descubres, dímelo . –
dijo el mago con una muda súplica en la mirada clara.
-Lo haré –
dijo Caleb y se fue a buscar a su hermano, tal vez nunca supiera cómo ayudarlo
pero siempre era bueno recordarle que estaba allí para él.
-Ennis
quiero hablar contigo – dijo Caleb a su hermano que avanzaba distraído con un
libro en las manos. La seriedad en la propuesta de su hermano mayor alertó a
Ennis
-Sea lo que
sea, yo no lo hice, no puedo culpar a Conn porque está lejos pero probablemente
haya sido Kaly, no te engañes , el que
esté casada no significa que se haya compuesto...
-Ennis
deja la tontería ...- dijo Caleb
-¿Tan
serio es?
-Sí ,
quiero hablarte en serio - dijo Caleb y
Ennis pudo ver la preocupación en los ojos oscuros de su hermano, la unión que
había entre ellos le permitía saber cuál era el motivo que lo afligía.
-Estoy
bien Cal ...
-No lo
pareces y nunca hablamos sobre lo que
pasó
-Caleb tú
no eres el más adecuado para hacerme ese
planteo.
-Lo sé,
por eso lo digo. Estoy aprendiendo Enn, hablar es mejor que guardar todo
adentro, hace que sea más fácil.
-No tengo
nada que decir Caleb...
-Pero
perdiste algo importante para ti... ninguno de nosotros supo nunca qué hacer
con tu magia Ennis, sólo dejamos que lo resolvieras solo. Pensamos que era lo
mejor ya que no lo entendíamos pero tal vez debimos actuar diferente ...
-Caleb,
tal vez esto es lo que debía suceder ¿ no lo has pensado así?. Ese aliento de
magia estuvo en mí y me permitió salvar a Kalymera. Es más de lo que podría
pedir...
-¿Pero te
sientes bien?
-Caleb, en
verdad no sé cómo me siento – contestó con sinceridad- pero no debes
preocuparte. Estoy bien y si necesito algo, hablaré contigo...¿alcanza con eso?
-Bueno, es
algo – dijo Caleb y abrazó a su hermano- Ah por cierto, siempre supe que tú
rompiste el jarrón de la abuela y no Connor – dijo con una sonrisa antes de
alejarse.
Ennis
contempló marcharse a su hermano mayor. Tal vez hubiese perdido la magia pero
aún conservaba su familia y aquello era
lo más importante para él, entonces¿ por qué aún sentía aquel vacío en su
interior?
Dian se despertó repentinamente , deseó poder volver a dormirse pero
sabía que era imposible, así que se levantó y caminó hasta la torre.
Todo era silencio, había una quietud alarmante que la estremecía. Era
la madrugada y no había nadie despierto en el castillo , la luz de la luna se
filtraba dándole un aspecto sobrenatural a los pasillos. La joven descalza subió
la escalera y cuando llegó a su destino vio la
alta figura de alguien mirando hacia el exterior , de alguna manera ella
había sabido que él estaría allí.
-Ennis...- susurró y él la miró extrañado
-¿Tú también? – preguntó él y la joven se le acercó.
-Sí, ¿desde cuando lo sientes Ennis?
-No lo sé, al principio no estaba seguro pero se fue haciendo más
fuerte y últimamente no me deja dormir...no sé que es... ¿Tú lo sabes?
-No. Sólo que es un llamado..y ya no puedo ignorarlo, algo nos llama
...
-¿A Dionis también?
-No , él no lo siente y no le he dicho...está feliz ahora, al fin está tranquilo.
-Entiendo.¿Pero por qué nosotros?
-Huellas...- dijo ella reflexivamente- En nosotros sólo queda una
huella de la magia y de alguna forma siento que este llamado también es una
huella de algo que ya fue...no lo puedo explicar pero tengo que ir.
-¿Ir? ¿Adonde?
-A Dalalbión , la Ciudad Perdida...
-Dalalbión es un mito –dijo Ennis sorprendido – no existe.
-Ennis , Dio y yo nacimos y
vivimos allí hasta que nuestros padres murieron.
-Pero es imposible – comentó confuso. Había escuchado las historias
sobre la ciudad de los magos pero siempre habían sido sólo cuentos infantiles y
su racionalidad le impedía aceptar lo que Dian decía.- ¿Me quieres decir que
hay una ciudad de magos que permanece oculta a los demás mortales?
-¿Tan difícil te resulta aceptarlo Blackdalion?
-Sí.
Ella lo miró y suspiró, obviamente la racionalidad de Ennis le impedía
aceptar las cosas sin una explicación , tal vez por eso nunca había podido
aceptar su poder. Jamás había entendido el don que poseía y algo muy arraigado
en él le impedía aceptar lo que no entendía. Bladian clavó sus ojos
oscuros en él y empezó a contarle sobre
Dalalbión.
-Fue hace mucho tiempo , los magos ocultaron la ciudad, bueno es mucho
más grande que una ciudad y de esa
forma se apartaron de los demás. Alguna
vez diste a entender que aquellos con el don sólo se preocupan por ellos
mismos, tal vez sea cierto...Dalalbión fue una forma de cerrarse al mundo
exterior. Mis padres vivieron allí y también
la eligieron como lugar para criarnos a Dio y a mi, supongo que era su
forma de protegernos, de evitar que nos convirtiéramos en un espectáculo de
feria.
Siento que desde allí viene el llamado, ni siquiera sé si puedo volver
ya que no poseo mi poder...pero voy a intentarlo.
-Puede ser peligroso, quizá debieras hablarlo con tu hermano.
-No voy a perturbarlo y además Dio jamás iría a Dalalbión , odia a ese
lugar y sus habitantes desde la muerte de nuestros padres.Nadie se enfrentó a
Deveró, nadie le impidió que lo hiciera...mi hermano no perdona.
-Pero no puedes ir sola ...
-Tengo que ir Ennis, no puedo evitarlo. ¿Lo entiendes verdad?
-Sí – le dijo él con sus ojos azules brillantes – te entiendo e iré
contigo.
-No tienes que hacerlo...
-Sabes que tampoco yo puedo evitarlo – dijo él y le sonrió antes de
volverse hacia la ventana tratando de descifrar
la apelación que venía desde la oscuridad nocturna y que desde un lugar inexistente lo reclamaba.
- Tengo un plan – dijo en voz
baja Ennis acercándose a Dian que estaba en el jardín.
-¿Un plan?
-Si vamos a escaparnos a un lugar peligroso, que ni siquiera debiera
existir, sin decirle a nuestros
familiares y todo porque escuchamos una
especie de llamada fantasma, creo que definitivamente necesitamos un plan. –
explicó él con una sonrisa conspiradora
-Te escucho atentamente – dijo
llanamente la joven
Así fue como unos días después Dian y Ennis se despidieron de los
habitantes del Castillo con la excusa de ir a pasar unos días a Silverest tras
haber recibido una invitación de Landros.
Cuando Elady se despidió de su hijo sintió
una tristeza que no había sentido antes, ni con la partida de Cal, tal vez se debiera a que finalmente
el impacto de los acontecimientos
pasados la había alcanzado. Trató de ser optimista pero el pesar le oprimía el
pecho.
Como siempre Kyrios estaba junto a ella como
si pudiera adivinar sus estados de ánimo.
-¿Qué te sucede amor? –preguntó estrechándola
contra sí.
-No lo sé Kyrios, ¿crees que
estarán bien?
-Claro, sólo van a casa de Landros.¿ Qué podría sucederles ?–
preguntó él y la sintió estremecerse
- Es sólo que me siento
extraña, temo que algo le pase ,él se
parece tanto a ti...-comentó ella como si eso explicara algo.
-Tranquila amor, Ennis
siempre ha sido muy cauteloso . Es sólo que estás cansada y que has tenido que
mostrarte tan fuerte últimamente , por eso te sientes así. Tranquila - repitió abrazándola y como siempre Ely se refugió en los brazos
de su esposo.
Unos días después Ennis
cabalgaba preocupado junto a Bladian, sabía que había actuado con imprudencia y
que la había puesto en peligro .Él jamás hubiera llevado a una mujer hacia un
destino incierto pero sabía que Bladian necesitaba ir, incluso más qué él mismo. Aquello que
acechaba y los llamaba los atraía contra toda prudencia y el joven pensaba que
era mejor enfrentarlo juntos. Aunque también sabía que si sobrevivían a aquella
travesía, él perdería su cabeza a manos de Dionis y por una vez pensó que el
mago actuaría con justa razón.
-¿Por dónde? – preguntó a la
joven tratando de cortar el rumbo de sus
pensamientos y antes de que su sentido del honor lo obligara a llevar a Bladian
lejos, donde estuviese a salvo.
-Existen muchas entradas a Dalalbión , pero hay una cerca, iremos por
allí. ¿Has visto alguna vez las dos grandes piedras?
-¿La entrada? – preguntó él- Kalymera siempre dijo que parecían un gran umbral, así que les
llamamos “La Entrada”.
-Es un nombre acertado, ya que eso es- respondió ella y vio la
incredulidad en los ojos de él- y con un poco de suerte lo verás pronto.
Al llegar a las dos grandes rocas se detuvieron.
-¿Crees que podamos pasar?
-No lo sé Ennis – respondió sinceramente ella, pero los dos sentían que
el llamado se intensificaba y una fuerza desconocida los arrastraba .
Bladian fue la primera en pasar a través del arco que formaban las
piedras, el joven Blackdalion la siguió.
Repentinamente el paisaje cambió, las verdes colinas desaparecieron y
fueron reemplazadas por un estrecho
camino que atravesaba la dura roca de unas tenebrosas montañas. Dos altas
paredes se alzaban a sus costados dejando un estrecho paso y en lo alto donde
la roca parecía tocar el cielo, se enseñoreaba una feroz tormenta. Nubes negras
y relámpagos dominaban el paisaje, sin embargo no había lluvia ni señal en el
aire de una precipitación próxima.
-¿Este es el camino a Dalalbión?
-Sí, cuando terminemos de recorrer el paso en la roca llegaremos a la
ciudad.
-¿Has estado antes aquí? – preguntó Ennis haciendo referencia al
estrecho paso.
-Sí cuando escapé con Dionis.
-Entonces pasaron cerca del Castillo
-No. Dionis manipuló la magia del portal y nos llevó muy lejos.
-¿Puede hacerse algo así?- preguntó Ennis asombrado recordando que su
cuñado era solo un niño en aquel entonces.
-Dio puede, por eso Deveró lo quería.
La mención del mago oscuro los sumió en el silencio y conmovidos por el
impresionante paisaje siguieron avanzando.
Cuando atravesaron el desfiladero Ennis contempló a la distancia la
mítica ciudad de Dalalbión.
Grandes edificios de piedra, cúpulas y murallas formaban un conjunto
impresionante. Sin embargo había un clima enrarecido.
-¡Oh cielos ! – exclamó la joven y Ennis
entendió que las cosas habían cambiado y que aquel no era el lugar que ella
recordaba.
-¿Qué sucedió aquí? – preguntó él evaluando con su mirada el estado de
abandono de la ciudad.
-Deveró.-
aseveró ella y su rostro se volvió una máscara inexpresiva. Bladian podía
percibir la presencia de Deveró en aquel lugar, no importaba que él hubiese muerto, su maldad había dejado marcas allí.
Ella se
sintió asfixiada , aún tenía demasiado fresco su último encuentro con el perverso mago. Todavía le dolía demasiado lo
que había sucedido. Además los recuerdos del pasado , uno en el que su familia
estaba intacta , la desbordaron. Casi podía ver a sus padres caminando por
aquellas tierras, recordar su infancia lejana y feliz , antes de que Deveró la
destruyera
-Bladian ...-la llamó Ennis y la voz de él la
obligó a sacudirse de los malos recuerdos
Dian miró
al hombre que la observaba preocupado y le sonrió para tranquilizarlo , de
todas las personas que conocía no imaginaba un mejor compañero que Ennis
Blackdalion para enfrentar aquel momento. Tenía una serenidad y una resolución
que la tranquilizaba. No tenía la energía desbordante de su hermano menor ni la
infranqueable personalidad de Caleb, tampoco se parecía a Dionis. Tenía una
madurez particular, mezclada con un
toque de humor y ternura, sólo había una inseguridad en aquel hombre y ella la
había visto tiempo atrás al conocerlo. Y aquello que inquietaba a Ennis era lo
mismo que la turbaba a ella...el Don.
En cierta
forma pertenecían a la misma especie, ellos dos allí en Dalalbión respondiendo a un llamado incomprensible y tratando de encontrarse a sí
mismos.
- Aunque
lleguemos a ancianos creo que nuestra familia nunca nos va a perdonar esta
estupidez – dijo Ennis reflexionando sobre su situación.
- Lo sé –
dijo Bladian y sonrió pensando cuan fácil le resultaba pensar en aquellas
personas como en su familia. Ahora eran la familia de su hermano Dionis y
ciertamente ella también los quería como propios, Elady y Kyrios eran los
padres que cualquiera hubiese deseado, Kaly tenía la capacidad de encontrar el
lado bueno a todo igual que Fair, Shara era un ejemplo de lucha y
responsabilidad y los tres hermanos
Blackdalion eran un grupo más que interesante. Sobretodo Ennis .Sí, en realidad
era demasiado fácil adoptarlos como familia , pensó Dian
Connor Blackdalion yacía recostado en el césped con la cabeza apoyada en
el regazo de su esposa.
-¿En qué piensas ? - preguntó ella
entrecerrando sus ojos dorados.
- ¿No vas a reírte? – cuestionó arrugando la
frente en un extraño gesto de preocupación
-No puedo prometerlo , pero quiero que me
cuentes.
-Tengo una sensación extraña y tiene que ver
con Ennis...como si algo le sucediera.
-Ve a verlo y te sacas las dudas...
-Pero no quiero dejarte Shar
-Connor yo estaré bien. Además, si es verdad
que tu hermano te necesita , debes ir. En realidad no entendí de verdad vuestra
unión hasta el otro día, cuando todos vinieron. Ahora sé que siempre será así,
en las buenas y en las malas puedes contar con tu familia. Admiro eso Conn, es el tipo de relación que
quiero que tengan Coy y Leila y también nuestros hijos...
-Será un viaje breve, sólo iré a ver qué sucede – dijo él no muy convencido-
-Ve todo el tiempo que necesites..
-Es que él está raro desde que perdió su Don-
siguió explicando más para sí mismo que para Shara- y además en sus veinticinco
años jamás causó problemas...así que temo que cuando se meta en uno será en
verdad peligroso.
- Ya entiendo, es inexperto, no como tú – dijo ella con una
sonrisa tratando de aliviar la preocupación de su esposo -Ve amor, nosotros
estaremos esperándote – agregó luego
acariciando el rubio cabello.
Connor besó
a Shara y también la panza donde crecía su primer hijo y luego se
levantó para partir hacia el Castillo de los Cerezos.
Caleb salió al exterior del Castillo
ya que le habían anunciado que lo buscaban. Se sorprendió al ver que el
visitante era su tío Landros y su sorpresa fue mayor al ver que un hombre joven
lo acompañaba. No era alguien que Caleb conociera , sin embargo le provocaba
una extraña sensación de familiaridad.
- Tío, ¿por qué no entraste? – preguntó
acercándose a los hombres
-Pensé que sería mejor presentarte a Mark
primero, él es el hermano de Fair – dijo señalando al joven rubio – fue
gravemente herido en batalla y estuvo
recuperándose, por eso no lo pudimos
encontrar antes. Llegó a casa siguiendo el rastro de Fair ...
-¿Dónde está ella? – preguntó el joven
impaciente acercándose al mayor de los
Blackdalion.
-¿Qué quieres con ella? – preguntó Caleb
suspicaz
-Soy su hermano. – afirmo combativo
-Y yo su esposo y no voy a dejar que nadie la
lastime. – contestó desafiante
-Jamás la lastimaría, no sabía que estaba
sufriendo. Nunca imaginé que la maltrataran. ¿Quién podría odiar a Fair?
–preguntó con la voz turbada por la emoción.
-¿Vas a volver a desaparecer ...?
-No...y nadie va a obligarme a alejarme de mi
hermanita .
-Bien, porque ella te extrañó mucho ...-
contestó Caleb y a la distancia Landros
sonrió , su sobrino había claudicado- Vamos , entremos e iré a buscarla.
-Veo que en verdad la amas – dijo Mark
mientras caminaba junto a su recién descubierto cuñado
-Sí.
-Me alegro porque ella no merece menos.
-Lo sé – respondió Caleb y se apresuró a
buscar a su esposa. Cuando la joven se abrazó llorando a su hermano, Caleb pensó que nunca dejaría
de conmoverse por la intensidad de sentimientos que le provocaba su esposa. El
dolor de ella era su dolor y su alegría era también la suya.
Fair insistió en presentarlos como si no se
hubieran encontrado antes y los dos aceptaron para complacerla. Al ver la
genuina alegría de Fair y aquella sonrisa que decía que había recuperado algo
que creía perdido para siempre , para Caleb Blackdalion fue fácil darle una
sincera bienvenida a su cuñado.
Tras besar a su esposa en la frente la dejó a
solas junto a su hermano, invitándolos
que salieran al jardín ya que
tenían mucho que contarse.
Cuando
Caleb guió a su tío al salón principal mientras hablaban del regreso de
Mark , no imaginó la tormenta que estaba
a punto de desatarse.
Sus padres, Kalymera y Dionis estaban allí,
emocionado Caleb les contó sobre el reencuentro de Fair con su hermano. Sólo
cuando su madre se dirigió a Landros, se dio cuenta de cómo lo acontecido no lo
había dejado pensar en nada más.
-¿Landros, por qué Ennis no vino con
ustedes?- preguntó Ely a su hermano
-¿Ennis?
-Sí, supongo que por algo tan importante Dian
y él podrían haber pegado la vuelta y dejar Silverest para acompañarlos...
-¿Ely de qué hablas? . No veo a Ennis desde
el casamiento de Caleb
-Pero él fue con Bladian a tu casa, dijo que
tú sabías. Partieron varios días atrás...ya debieron llegar
-Elady , ellos no fueron a Silverest. Ni
siquiera me han escrito para anunciar una visita – afirmó Landros totalmente
convencido.
-Kyrios...-murmuró Elady al escuchar a Landros y su
esposo corrió a su lado al verla palidecer --Ellos nunca llegaron, mejor
dicho jamás fueron allí. Ennis nos mintió.
-¿Se fugaron? –
preguntó Kalymera confundida
-¡Voy a
matarlo! - gritó Dio con sus ojos claros brillando furiosos
Ante la furia del joven mago , Kyrios y
Caleb se tensaron y Kyrios se vio
obligado a defender las acciones de su hijo aunque no las entendía.
-Dionis
puedes estar seguro de que Ennis jamás le faltará el respeto a Bladian. No sé
qué sucede aquí pero ...él es honorable.
-¡Y un
cuerno...!- exclamó Dio
-Dionis...-
trató de calmarlo Kalymera y el joven se sentó en un sillón llevándose las
manos a la cabeza.
-No lo
entienden – dijo él vencido por el pesar
– Sé que Ennis es honorable , pero esto
no se trata de una fuga romántica, es más complicado. Tiene que ver con nuestro
poder , estoy seguro y pueden estar en peligro.
Puedo
imaginar por qué Dian no me dijo nada pero que Ennis se haya involucrado en
esta mentira sin medir el peligro es imperdonable...
-Tranquilo
hijo - dijo Kyrios acercándose a su
yerno, podía sentir la frustración del joven y la impotencia que significaba saber que un ser querido
estaba en peligro- Los encontraremos. Y yo me encargaré de Ennis.
Dionis
levantó la mirada y al encontrarse con los ojos azules de su suegro se sintió
tranquilo. Por primera vez sentía que tenía gente en que confiar, no estaba
solo . Tenía una familia que lo apoyaba.
-Gracias –
murmuró y apretó la mano de Kalymera que estaba junto a él.
Ya habían llegado, ahora sólo les quedaba
internarse en aquella ciudad en ruinas para saber qué era lo que los atraía.
Sin
embargo cuando intentaron avanzar los caballos se encabritaron y se negaron a
moverse en la dirección que les indicaban sus jinetes.
Ennis era
muy bueno con los animales, incluso
había criado a aquellos dos pero le resultó imposible calmarlos
-Supongo
que tendremos que caminar
-No nos
queda otra opción - respondió Bladian
resignada.
Sacaron
las cosas que necesitaban de las monturas y soltaron a los caballos con la
esperanza de encontrarlos en el futuro.
Delante de
ellos parecía extenderse una senda, la tierra estaba marcada y apisonada como
si hubiese sido recorrida muchas veces . Hacia allí se encaminó Ennis.
-Espera...-susurró
Bladian poniendo una mano sobre el hombro de Ennis para detenerlo. Él se volvió
a mirarla y vio en sus ojos oscuros el mismo miedo que reflejaban el día que la
había conocido
-¿A qué le
temes? Deveró ya no existe, no puede
dañarte Dian...– susurró con suavidad y se acercó a ella. Estudió lentamente el
semblante femenino, Bladian era valiente y hermosa sin embargo estaba muy
asustada. Él la había conocido en tiempos terribles, en ese entonces era como si nada del mundo
pudiera tocarla ya, luego en su estadía en el Castillo se había recuperado.
Había florecido recobrando su fuerza y su vitalidad. Y Ennis había descubierto
con el correr de los días, que si dependía de él ,jamás dejaría que Dian
volviera a sufrir. La joven también lo miró atentamente y empezó a hablar.
- Yo venía
hacia aquí cuando me atrapó. Había escapado de mi hermano para ver que había
hecho Deveró con la gente de Dalalbión, peleamos, me venció y cuando iba a matarme
descubrió quién era. En ese momento supe que no sólo me había condenado a mí
misma sino también a mi hermano. Luego me llevó con él ... día a día tomó mis
poderes hasta que no quedó nada. Estaba vacía y con la terrible certeza de que
todo había acabado, yo no conocía el miedo Ennis, lo desterré el día que
perdimos a nuestros padres, el día que Dionis me dijo que estábamos solos ...
Deveró me devolvió el terror con creces
– dijo la joven y Ennis se estremeció pensando en el cautiverio de Bladian-
entonces pensé que de tener otra oportunidad mi vida sería diferente.
-Pero eso
acabó Dian...
-También
me temo a mí misma , a la que fui.
¿Sabes por qué Deveró pudo herirme?, porque el Don era lo único que yo
tenía, mi poder y la soberbia de ser capaz de hacer cosas que eran imposibles
para los demás,.al quitarme eso me quitó todo. Tuve mi otra oportunidad Ennis y
cambié, no quiero volver a ser la que
fui...me gusta quien soy ahora, lo que encontré – dijo ella mirándolo con intensidad.
-Bladian,
no vas a perder nada. Y no debes temerte a ti misma, antes o ahora eres una
mujer increíble ...no hay nada de ti que deba asustarte y nada de ti me
asustará jamás – dijo él acercándosele y cuando tomó su cara para besarla,
Bladian se dejó llevar. Sólo al romperse el contacto pensó fríamente sobre lo
que estaba sucediendo entre ellos.
- ¿Qué
estás haciendo Ennis ? – le preguntó confusa
-Creo que
le llaman beso...
-Ennis...
-Tranquila
Dian – respondió él acariciándole la cara – todo está bien, es lo que debe ser
, no tengas miedo.
-Pero...
-Vamos –
dijo él tomándola de la mano y echándose a caminar – todavía tenemos que
arreglar algunas cosas
Ella sólo se aferró a él y se dejó guiar, un rato
después se animó a preguntar.
-¿Cuándo?
– cuestionó la chica y Ennis supo que le preguntaba acerca del origen de sus
sentimientos.
-¿Te
molestaría si te digo que no fue una pasión inmediata apenas te vi? – ella lo
miró extrañada y él se echó a reír – Supongo que hubo algo desde que te conocí,
te veías tan indefensa ...cuando Dionis habló de tu cautiverio sentí un fuerte instinto protector hacia ti.
-Ennis, tú tienes instinto protector hacia cualquier
cosa que camine...
-Sí, viene
de familia, pero fue algo diferente
contigo. Luego cuando me miraste y hablaste del don, sentí que veías dentro mío , que nos habíamos fundido
en uno solo . Más tarde , fue natural la relación entre nosotros... me pediste
que le diera una oportunidad a Dionis y
aunque apenas nos conocíamos te sentía cerca. Era tan simple estar allí
los dos protegiendo a Kaly y Dio.
Después
viniste a casa y nos convertimos en amigos...no sé el momento exacto pero te
convertiste en parte de mi. He tenido muchas dudas toda mi vida Dian, pero
contigo fue diferente, era lo que debía ser, era perfecto como si todo encajara
en su sitio. Tal vez el amor no deba explicarse, sólo agradecer cuando llega a
nuestras vidas. – comentó suavemente mirándola con ternura aunque había un
brillo travieso en su mirada - ¿Cuándo ? – le preguntó a Bladian y ella río.
--¿Te
molestaría si te dijera que lo mío sí
fue pasión a primera vista? ...- le preguntó en tono bromista
-Oh, para
nada la pasión no me molesta – le contestó él con un guiño cómplice.
-En
realidad..la primera vez no te registré. Estaba asustada y sólo quería estar a
salvo. Eras el hermano de Kalymera pero en el momento que me sostuviste
impidiendo que cayera sentí algo distinto. Había una conexión entre nosotros ,
sentí que me despertaban del horror, que volvía a vivir. Luego fue simple como
dices tú, era lo que debía ser, amigos , estar cerca, confiar en ti,
amarte... Se me hizo tan necesario tenerte cerca como respirar.
-Bueno
amor – dijo él y los ojos de la chica relumbraron ante el uso de tal
apelativo-, te prometo que cuando esto termine voy a demostrarte que no importa
cuándo ni cómo, sólo lo que sentimos .
- Tú
siempre cumples tus promesas...
-Puedes
contar con eso Dian.
-Yo
siempre cuento contigo – respondió ella presionando más fuerte la mano de él y
Ennis le contestó con una sonrisa llena de confianza y amor. Así, juntos, avanzaron para enfrentar lo desconocido..
-¡Dalalbión!
... allí fueron -exclamó Dionis de pronto y Kalymera lo miró preocupada.
Desde el
momento que Dio había aceptado su amor por Kaly también había comprendido la
necesidad de ser sincero con ella por lo que la joven sabía toda la historia
sobre la ciudad oculta de los magos.
-¿De
verdad crees que fueron allí?
-Sí, vamos
a avisarle a tu padre...- respondió él y
Kaly pudo ver que las sombras del pasado
habían atrapado a Dionis nuevamente.
-Dio,
ellos estarán bien
-Nada
bueno puede salir de Dalalbión – respondió
él cáustico
-Tú
naciste allí – comentó Kaly conciliadora
-El Dionis
Likaios que nació en Dalalbión también murió allí, hace muchos años. El que soy
ahora nació cuando tú apareciste Kalymera -
dijo él con una seriedad inusitada y la joven entendió que aún
necesitaba tiempo para curar aquella herida. Le tomó la mano y lo acompañó a
avisar a la familia sobre el posible paradero de Ennis y Bladian.
La ciudad
estaba en ruinas, las casas semiderruidas y el antiguo esplendor perdido . Parecía abandonada , sin señales de
nadie, sin embargo era un lugar grande y haría falta más que una inspección a
simple vista para tener alguna certeza. Ennis y Bladian, necesitaban descansar para ver cuáles serían sus siguientes pasos,
así que decidieron entrar en una de las casas
de piedra.
-Hace frío
– dijo Dian abrazándose a sí misma.
-Tal vez
no tenga magia para hacer brotar el fuego pero los Blackdalion siempre viajamos
con esto – dijo él sacando un pedernal
de un pequeño bolso que colgaba en su cintura.
-Creo que
eso será suficiente – dijo ella con una sonrisa
Él le
sonrió a su vez y se inclinó para
encender una fogata que les diera calor
en aquel lugar abandonado.
Una vez
que las chispas hicieron surgir el fuego , la joven se acercó a Ennis acurrucándose junto a él. Quería ahuyentar el
frío de su cuerpo pero también los recuerdos y el dolor que le causaba aquella
ciudad devastada
Dian se adormiló custodiada por Ennis pero el
joven aunque cerró los ojos se mantuvo alerta escuchando atentamente.
Por eso
apenas percibió un sonido reaccionó con presteza y en un gesto instintivo de protección Ennis
atrajo a Bladian cubriéndola con su propio cuerpo.
La joven
se despertó bruscamente y al mismo tiempo que Ennis, vio al viejo que entraba a la casa derruida y los miraba.
Ennis
estaba con la espada desenvainada y en posición de ataque.
-
Tranquilo joven, no vengo a dañarlos – dijo el viejo - sólo quería darles la bienvenida
-¿La
bienvenida ?¿Quién eres?
- Mi nombre es Derval joven Blackdalion y los
estaba esperando
-¿Cómo
sabes mi nombre y qué significa que nos estabas esperando?
-Sé
vuestros nombres porque Dalalbión los llamó , a los dos . Es una historia larga
y preferiría sentarme para contárselas y sin una espada que me apunte – sugirió
sin desviar la vista de la filosa arma de Ennis
-Ennis –
llamó Dian desde atrás del alto guerrero y lo persuadió
-Está bien
, te escuchamos – asintió el joven y volvió a sentarse en el suelo aunque
sin envainar su espada.
-Bien –
dijo el anciano y enfocó sus ojos dorados en los jóvenes que tenía enfrente y
que guardaban una recelosa distancia.- ¿Por dónde empiezo?
-¿Qué
sucedió aquí? – preguntó Dian de pronto y el anciano la miró con una triste
sonrisa.
-Bladian,
supongo que ese es un punto de partida
tan aceptable como cualquier otro. Deveró
vino aquí tras aliarse con Tonan,
antes de que te capturara querida. Él sabía que necesitaba fuerzas y había encontrado
el modo de robar la magia de otros- dijo el hombre y Ennis percibió que Bladian
se estremecía a su lado-. Después de la muerte de tus padres, no quedó nadie
verdaderamente capaz de enfrentarlo, así que fue una victoria bastante fácil
para él. Tenía un ejército propio y aunque la gente de Dalalbión combatió , él ganó. Tomó el poder y se fue,
sin embargo dejó un grupo de aliados en la ciudad , ellos se encargaron de
terminar el trabajo.
Sólo
mujeres, niños y ancianos sobrevivieron y aún ellos perdieron su don, la
mayoría de nuestros hombres murió peleando o en manos del enemigo.Cuando todo
acabó la gente de Deveró quiso ir con él pero
lo que habían hecho tuvo una consecuencia inesperada. No pudieron salir
de Dalalbión, la ciudad se aisló a sí
misma.
-¿Se
aisló? – preguntó Dian confundida
-Nadie
puede entrar ni salir de aquí. Ni los
habitantes de Dalalbión que carecen de poder, ni Palas la discípula de Deveró.
Ella y los suyos decidieron ir al norte de la ciudad y allí están buscando una
salida, y nuestra gente está aquí esperando su hora de morir. No hay alimentos
aquí, las cosechas y el ganado se perdieron en los combates, tampoco queda
agua, sólo esa tormenta maldita que nubla nuestro cielo como señal de la
oscuridad que se cierne sobre nosotros. La gente apenas sobrevive con las
escasas reservas que pudieron salvar, pero eso no durará mucho tiempo.
-Si lo que
dices es verdad – comentó Ennis con cierta desconfianza- tendremos que buscar
ayuda para combatir y sacar a la gente de aquí.
-¿No lo
has entendido muchacho? , nadie puede entrar ni salir de Dalalbión. Ustedes son
toda la ayuda que obtendremos, están solos.
-¿Si nadie
puede entrar ni salir , cómo llegamos aquí? – insistió Ennis
-Fueron
llamados
- ¿Por qué
nosotros? – preguntó Bladian confundida
-Dalalbión
necesitaba ayuda y los llamó...
-Debió
llamar a Dionis, él tiene poder .- dijo Ennis
-Oh ,
no. Dionis Likaios nunca podrá amar este
lugar. En cambio ustedes....
-¿Nosotros
qué? - preguntó Dian con impaciencia
-Tu
familia siempre ha estado unida a esta tierra Bladian Likaios y tú te sientes parte de este lugar a pesar
de todo. Y tú joven Blackdalion – acotó señalando a Ennis- perteneces a los dos
mundos, eres el puente que la gente de Dalalbión siempre ha necesitado, además
sabes guiar a los demás y lo harás con honor y sabiduría.Dalalbión cree en
ustedes aunque ustedes no lo hagan...
-¿Derval
qué se supone que hagamos?
-No lo sé
Ennis Blackdalion, deberán encontrar la respuesta por ustedes mismos ...ahora los dejaré solos para que
piensen sobre lo que les conté, mientras le diré a los demás de su llegada.
-No vimos
a nadie, ¿dónde están los demás?-
-
Escondidos Bladian, ellos tienen miedo ...incluso a ustedes porque Deveró mató
la esperanza – dijo el hombre y se marchó
- Definitivamente esto es lo más estúpido que
he hecho nunca – dijo Ennis mirando a
Bladian
Cuando
Connor llegó al Castillo de los
Cerezos se encontró con todos los
preparativos para el rescate de Ennis y Dian y
una vez más se preguntó si aquel poder de anticipar el futuro que tenía
la abuela de su esposa no se le habría contagiado. Aunque cuando Caleb y
Kalymera lo abrazaron, pensó que había una explicación más simple para sus
presentimientos y tenía que ver con el amor.
Su
padre estaba junto a Dionis analizando
mapas y parecía a punto de combatir la batalla más importante de su vida. Sin
perder tiempo Connor envió un mensajero a Levany para transmitirle las noticias a Shara y pedir que
enviara la mitad de sus hombres a las
tierras Blackdalion. Por primera vez no sabían quien era el enemigo, aunque
presentían que era uno muy fuerte y toda ayuda sería necesaria.
-Amor –
dijo suavemente Elady a Kyrios- ¿No crees que deberíamos avisarle al Rey que no
planeamos una invasión...?
-¿De qué
hablas Ely? – preguntó ceñudo mientras se concentraba en la partida
- Me
refiero a que todo el clan Blackdalion
cabalgando junto a sus ejércitos y con la compañía del mago que derrotó a
Deveró...va a aterrorizar a unos cuantos
-Sólo voy
a buscar a mi hijo ...
-Lo sé
amor – dijo ella con una sonrisa triste
– lo sé.
De esa
manera emprendieron la marcha hacia “ La
entrada”.
Caleb
había dejado a su esposa en el Castillo de los Cerezos bajo el cuidado de Mark.
-¿Qué
haces Fair ? – preguntó su hermano al verla empacar algunas pertenencias
-¿Sabes
rastrear? ¿verdad ? - preguntó ella ansiosa sin prestarle mucha atención.
-Fair...-
dijo observando la decisión en los ojos verdes idénticos a los suyos- no conozco mucho a tu esposo, pero estoy
seguro que si pidió que te quedaras aquí tenía buenas razones. Quiere
protegerte .
-Lo sé
Mark...- dijo ella mirándolo – pero tengo que ir , él va a necesitarme .
Hermano espero que vengas conmigo pero
no vas a impedir que lo haga.
-Fair ...
-Por
favor... – rogó ella y eso ganó la partida. Él le debía mucho a Fair y su
principal propósito era no volver a dejarla sola .
-Voy
contigo
Una vez
que empacaron lo básico , Fair y Mark bajaron al salón principal y allí se
encontraron con un hombre bloqueándoles la salida.
Era alto y
con unos ojos oscuros que brillaban
entre el enojo y la diversión.
-Caleb –
musitó Fair mirando a su esposo - ¿Qué haces aquí?
- Te dije
que te quedaras ...
-Lo sé –
contestó retadora y se acercó a él que la recibió en sus brazos
- Vine a
buscarte Fair, no importa lo que nos espere, sé que la mejor forma de tenerte
protegida es a mi lado, te necesito – murmuró él mientras ella sonreía
-Me parece
bien Caleb Blackdalion porque yo también
prometí cuidar de ti – respondió ella
Luego los
dos acompañados por Mark, cabalgaron con
rapidez para alcanzar a los demás
Horas después de la visita de Derval , los
jóvenes recibieron otra. Una mujer con dos niños entró tímidamente en la casa donde se alojaban. Era muy joven,
aunque el sufrimiento había borrado la
juventud de su mirada, y estaba
extremadamente delgada, un niño de unos tres años estaba firmemente agarrado a sus faldas y
otro de apenas unos meses descansaba en su brazo . En el otro brazo la joven
llevaba un paquete.
-Hola
....soy Suran- dijo suavemente
- Hola –
respondió Bladian acercándose a ella y observó como el niño aterrado se
escondía tras su madre.
-Ellos no
te dañaran Teod – dijo Suran y luego
se disculpó con Dian – Lo siento, ha pasado por mucho y tiene miedo...
- Hola
Teod – dijo Ennis acercándose y se agachó junto al niño para darle la mano.
-Hola ...-
respondió el pequeño tranquilizado por la bondad que veía en los ojos azules
del hombre - ¿vas a ayudarnos? -
preguntó con una seriedad inadecuada para una criatura
-Lo
intentaré – dijo Ennis sin pensar en lo
que implicaba su respuesta.
Suran sonrió.
- Derval
me envió a que les trajera esto – dijo la joven y extendió el paquete -
Cuando
Dian lo desenvolvió vio que era comida
-Pero
ustedes lo necesitan más... nosotros aún tenemos víveres
-Lo sé
pero no será suficiente si deciden ir al norte.- explicó
-Aún no
sabemos qué hacer – dijo Ennis y pensó que contradecía sus palabras anteriores-
-Derval
dijo que nos ayudarían...
-Queremos
ayudarlos , - continuó el joven – pero somos sólo nosotros dos y no sé cómo
podríamos vencer a la gente de Deveró...
- Entiendo
, aún así conserven la comida . La juntamos entre todos y si también han caído
prisioneros de Dalalbión la necesitarán más adelante- comentó la joven -. Sé
que no podemos pedirles nada, pero al menos nos han traído una esperanza y eso
es bastante...
Bladian observó impotente a la mujer. No sabía
qué decirle, tenía un vago recuerdo de la gente de Dalalbión orgullosa de su
poder, Señores de la Ciudad Oculta
y ahora estaban vencidos. Incluso los niños tenían miedo, como si fuera lo
único que conocieran. El pequeño Teod debiera tener poder y un maravilloso futuro, Deveró sólo le había
dejado oscuridad.
- ¿Cómo se
llama él ?-- preguntó Dian señalando al bebé.
-Jace ,
como se llamó su padre...
-Jace –
dijo Dian acariciando la diminuta mano –
encontraremos la manera de ayudarte . Lo prometo
-¡Diablos!
– gritó agotado Dionis Likaios frente a “La entrada”, el portal debiera haberse
abierto para permitirle ir a Dalalbión, pero tras usar todo su poder y los
hechizos que conocía seguía cerrado , negándole la entrada.
Cerca
había acampado la familia Blackdalion y
lo miraban con preocupación.
El aura de
poder lo rodeaba con intensidad pero estaba agotado tras tantos vanos intentos
y más aún por la impotencia que sentía.
-Dio –
dijo su esposa acercándosele
-¡No me
deja entrar! – gritó él y envió una nueva ola de poder para forzar la entrada.
-Dionis
basta ...- repitió con firmeza Kalymera y él se volvió a mirarla
- Están
allí , lo sé y no podré ayudar...
-Amor ,
tienes que confiar
-Kalymera
si algo le pasa esta vez...
-Ella
estará bien Dionis, Ennis está con ella – dijo y su esposo la miró enfadado
- ¿Y qué
se supone que hará él ?
-Va a
cuidarla Dio...confía en él como él confió en ti
-Kaly...-
musitó con una voz que hablaba de su sufrimiento
-
Necesitas descansar hijo - interrumpió
Elady llegando hasta ellos – Si debemos entrar lo haremos y si no lo logramos es porque no debemos hacerlo
Dionis.
El mago
observó a aquella menuda mujer y supo que sufría tanto como él, sin embargo se
mostraba fuerte y confiada. Aceptó la sugerencia de su suegra y se acercó a los
demás sabiendo que no lo culparían por aquel fracaso aunque él lo hiciera.
Después de
que Suran se marchó , Ennis y Bladian se quedaron sumidos en sus propios
pensamientos, sin embargo había llegado el momento de tomar una decisión.
-Tenemos
que ir al norte – dijo convencida Bladian
-¡Es
demasiado peligroso!,tenemos que irnos y conseguir ayuda. – la contrarió Ennis
-Ennis ya
escuchaste lo que nos dijeron , no podemos salir de aquí
-Si
logramos entrar, encontraremos la manera de salir – afirmó él convencido
-Estamos
aquí por una razón, necesitan ayuda
-¿Bladian
no has pensado que puede ser una trampa? .Tal vez fueron “ellos”, los del norte , quienes nos
llamaron
-Aún así.
-¿Qué
ganaríamos entonces? ¿a quién ayudaremos si nos atrapan y nos utilizan para salir de Dalalbión..?¡Rayos Dian! , tengo miedo y
no me gusta la sensación
-Ennis
...-trató de calmarlo entendiendo lo
que le sucedía. Ennis no temía por él
mismo sino por ella. Los Blackdalion al igual que su hermano Dionis eran temerarios,
enfrentaban el peligro sin pestañear pero se preocupaban por sus seres queridos
y en los últimos tiempos Ennis había
temido por Kalymera, por Connor y ahora por ella – Estaremos bien,
también sé usar espadas ¿sabes? , Dio me
enseñó – dijo ella para tranquilizarlo.
-Bladian,
aunque tengas la extraordinaria
habilidad de tu hermano no va a servirnos de nada. Somos dos contra quién sabe cuantos, además ellos aún tienen magia, ¿recuerdas?
-Tenemos
que intentarlo
-¿Y si no
puedo protegerte? – preguntó él y la
impotencia que Dian percibió en aquella poderosa voz le llegó al alma
-Ennis
,mira dentro de ti , sabes que debemos hacerlo, que para eso fuimos llamados.
-¡Maldición!
– gritó él y luego la miró como si después de aquella breve explosión hubiese
recuperado la calma- Sí Dian, lo sé ,pero al menos permíteme dejar en claro
todas mis objeciones .
Dian
sonrió complacida.
-Creo que
has dejado tu posición más que clara
-Bien eso
me va a consolar mucho cuando nos atraviesen sus armas.
-¡Ennis! –
lo censuró ella
Ahora fue
el turno de él de sonreír
-Tranquila
cariño , voy a hacérselos tan difícil como pueda. Vamos , tenemos que ver si
encontramos alguna espada que te sirva antes de ir al norte
-
Necesitaré dos – aclaró ella divertida- te dije que Dionis fue mi maestro .
Encontraron
sólo una espada que le pudiera servir a Bladian pero aunque hubieran sido diez
, Ennis sabía que no sería suficiente para enfrentar al enemigo.
Los
sobrevivientes de Dalalbión ofrecieron su ayuda pero los jóvenes no aceptaron,
ya era bastante con que ellos dos fuesen a una batalla perdida como para
arrastrar a los demás. Aunque les pidieron que cuidaran de Dalalbión en un
gesto simbólico de unión y confianza.
Estaban
solos , pensó Ennis , sin embargo cuando Teod se le acercó confiado
y le obsequió una piedra cristalina para la buena suerte sonrió sintiendo que peleaba por la mejor causa.
Claro que
horas después mientras recorrían a pie
el camino hacia el asentamiento enemigo parte de esa seguridad se
perdió. Deseaba estar tranquilo y tener tiempo de amar a Bladian, volver a ver
a los suyos y forjarse un futuro. Pero también deseaba darle una oportunidad a
la gente de Dalalbión, a Teod , a Jace...lo terrible era que no se sentía capaz
de sacrificar ninguno de esos sueños en aras del otro.
Dejaron atrás la ciudad ya que el asentamiento
enemigo estaba mucho más allá de la urbe .
Antes de
llegar a la residencia de Palas se toparon con un grupo de guardias, alcanzaron
a refugiarse tras unas rocas que sobresalían pero sabían que no podrían
esconderse demasiado tiempo.
Tampoco
querían hacerlo, habían llegado hasta ese punto y no podían volverse atrás.
Iban a enfrentar a los guardias y tratar de llegar hasta Palas para que aquello
por lo que habían sido llamados les fuese revelado. Ninguno de los dos quería morir, apreciaban y honraban
la vida, sin embargo estaban allí a punto de emprender acciones que implicaban
perder la vida. Ninguno podría haber explicado
por qué lo hacía, tenía que ver con ese llamado que latía en ellos y que
los había arrastrado hasta Dalalbión.
-¿Lista? –
preguntó Ennis en un susurro y pudo percibir la respiración agitada y el fuerte
latir del corazón de la mujer que amaba.
-Sí – le
contestó en ella y algo de lo que vio en los ojos negros lo llevó a otro
momento, uno en que había sentido que en
aquella mirada femenina se escribía su
propio destino.
Los dos,
altos, serenos y hermosos en medio de la oscuridad abandonaron su refugio y se
lanzaron a la batalla.
Ennis descubrió que Bladian había dicho la
verdad sobre lo buena espadachina que era, pero también era verdad que sus
fuerzas eran insuficientes contra aquellos hombres que unían armas y magia.
Pudieron
herir a varios y matar a algunos, pero en poco tiempo se vieron reducidos.
-Creo que
a nuestra señora le interesará la presencia de estos dos. Tal vez finalmente
podamos abandonar Dalalbión - dijo el
que los lideraba y aunque Ennis trató de desasirse de sus captores no pudo. En
vano era su altura, juventud y fuerza. Estaba golpeado y cansado, trataba
desesperadamente de pensar una manera de escapar pero no podía. Tres hombres lo
sujetaban y frente a él, muy cerca , otros sujetaban a Bladian.
La joven
tenía la cabeza agachada, abatida por los golpes y el cansancio y también por
la conciencia del fracaso.
Eso no,
pensó Ennis, no hay que perder la esperanza . Pero él mismo se sentía
descorazonado.
Bladian
corría peligro y Ennis quería protegerla, evitar aún a costa de su vida que
volvieran a herirla.
Dian lo
necesitaba y él sintió un chispazo arder en su interior.
Todo lo
que quería estaba amenazado, sus padres
, sus hermanos con sus familias, la frágil paz que habían conseguido. Sintió
una furia intensa y fría recorrerle el
cuerpo y luego la furia fue reemplazada por algo más peligroso y desconocido.
Sólo un pensamiento le llenaba la mente y
el alma.
Dian.
Dian que
levantó su mirada y la clavó en él. Entonces sus almas se comunicaron
enlazándose profundamente como siempre había sido, como siempre sería.
El poder
se desató en su interior y Ennis se entregó a él, reconociéndose por primera
vez .
Bladian
detestaba aquel sentimiento de impotencia, quería rebelarse , no podía permitir que volvieran a destruir
su mundo.
Había
visto morir a sus padres y luego había sido despojada de su don por
Deveró...había sobrevivido a todo aquello , pero no estaba segura de poder soportar ver a Ennis sometido a sus
enemigos. No podría resistir que lo dañaran, que perdiera su orgullo , no
quería que nada turbara el alma de aquel hombre porque lo amaba. Tampoco quería
que dañaran a los suyos o tener que contemplar que la maldad se liberaba y
dañaba todo lo bueno que aun quedaba.
Estaba
cansada de luchar, quería ser feliz y se replegó en sí misma para encontrar
fuerzas en su interior.
Encontró mucho más, encontró la respuesta que
buscaba , entonces alzó la mirada y contempló
los ojos azules que la había sacado del abismo una vez.
Y se
sintió libre, supo que ya nadie podría detenerla.
Sin
embargo antes de actuar y antes de poder contemplar que sucedía escuchó una
poderosa voz.
La conocía,
pero ahora tenía un tinte autoritario que no había tenido antes.
Ella
reconoció el poder que emanaba del hombre.
-Suéltenla
– ordenó Ennis y Dian contempló que los hombres que lo habían estado sujetando
yacían desvanecidos en el suelo. Lo vio acercarse a ella irradiando poder,
Ennis había recuperado su magia, más que eso , refulgía en él como algo
palpable.
Su cabello
oscuro se arremolinaba agitado por un viento inexistente , sus ojos azules
brillaban y aquellos que intentaban detener su avance eran detenidos por un
muro invisible.
Cuando
llegó a ella, también la joven estaba
libre pues también el poder de ella había destruido a sus captores. También en
ella el Don era palpable.
-¿Estás
bien? – preguntó él ansioso
acariciándola para asegurarse
-Sí –
contestó ella – ¿y tú?
-Sí,
aunque no sé cómo .
-Yo sí –
dijo ella y en verdad lo entendía. La magia de Ennis nunca había desaparecido, estaba en él. Lo había estado
siempre, sólo que reaccionaba cuando él necesitaba proteger a alguien, así
había sido con Kalymera y así con ella. Sólo que esta vez había sido más
fuerte, Ennis había abrazado su don con toda su alma y ya nunca lo perdería.-
Quisiste defenderme y por eso
encontraste tu poder ...
-Por ti
bajaría las estrellas del cielo Dian. – dijo él – Pero temo que no sé
controlarlo
-
Aprenderás – auguró ella
-¿Y tú
Dian, cómo lo hiciste ?
-Mi poder
volvió cuando Deveró murió – explicó ella ante el desconcierto de él – aunque
recién ahora lo sé. Estaba allí Ennis, pero yo no lo quería, ¿entiendes? , quería
algo más para mí y me negaba a la magia que me había lastimado...pero ahora la
acepté porque sé que no es lo único que tengo. Tú estabas allí Ennis y eso fue suficiente.
-Parece
que tenemos esperanza después de todo...- musitó con una sonrisa.
-Creo que
Palas nos espera.
-Entonces
no debemos defraudarla – le contestó él y avanzaron.
Ya no
había guardias que pudieran detenerlos pero a medida que se acercaban a
donde la discípula de Deveró residía , una niebla sobrenatural se levantó
y los envolvió.
Sin querer
se separaron y Dian sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo
Llamó a
Ennis pero nadie le respondió, el peso de la soledad la asustó. Luego percibió
una presencia, no podía verlo pero el terror se apoderó de ella.
Deveró
estaba allí intentando dañarla, Bladian no entendía cómo eso era posible , pero era así.
Sin
embargo , tomó una decisión, tenía de vuelta sus poderes y esta vez lo mataría
antes de que él lo hiciera. Se concentró y ,guiada por su instinto ya que su
visión no le ayudaba, lo atacó con
todas sus fuerzas.
Ennis
sintió un poderoso golpe que lo hizo tambalear, lo habían atacado y él pensaba
defenderse.
Repentinamente
sintió que perdía el control sobre su don. Algo demasiado crudo y poderoso se
desató en él , era el oscuro deseo de más poder. Lo invadió la necesidad de
destruir todo lo que se interpusiera en su camino unida a la arrogancia de saber que podía
hacerlo.
Aún así ,
aunque tenía el don, quería usar sus propias manos así que se lanzó inclemente
sobre su enemigo adivinando su posición. Sin embargo, cuando sus manos se
cerraron con fuerza sobre la carne de su adversario , algo pasó.
Un
estremecimiento le sacudió el cuerpo y fue como si la neblina que lo rodeaba y
que también ocupaba su mente se dispersara.
-Ennis
...- llamó una voz quebrada y él bajó la
mirada al tiempo que soltaba el tosco agarre con que mantenía firmemente sujeta
a la mujer que amaba.
-Dian...-
gimió él comprendiendo que había estado a punto de matarla – lo siento
-Yo
también lo siento...- dijo ella suavemente y él supo que Bladian lo había
atacado a su vez.
-No éramos
nosotros mismos, nos estaban controlando – dijo él excusando a ambos
-Aún así –
murmuró ella dolida pensando que se habían vuelto el uno contra el otro
-No lo
hicimos amor, no pudimos. -dijo él enérgicamente como si pudiera leerle el
pensamiento - ¿Entiendes?. No pueden controlarnos, jamás nos dañaríamos.
-Ennis –
dijo ella conmovida por la intensidad de él y levantó su mano para apoyarla
contra la palma masculina. Las dos manos se unieron y fueron rodeadas por luces
que las recorrían.
Dian sintió fluir
el poder del joven Blackdalion y aunque siempre lo había sospechado,
confirmó que el Don era diferente en
cada persona. La magia adquiría la personalidad de su dueño. Así, reconocía la
esencia de Ennis en su don, poderoso e indómito. También tenía una calidez
envolvente y protectora como aquel hombre. Ante todo, su magia era un toque
gentil
Los
poderes se estaban reconociendo. Ennis
también podía reconocer la esencia de la joven, había entereza ,
solemnidad y fuerza con un toque de
ternura y pasión que se escondía como si fuera un rescoldo dispuesto a arder .
La mirada
oscura de ella se engarzaba en la de él y viceversa, así también sus dones se entremezclaban y
aceptaban unirse como aquellos seres.
Ya nadie
podría volver a enfrentarlos, jamás su
propia magia se volvería contra ellos. Ennis y Dian habían decidido compartir
su vida amándose y sus dones aceptaban complementarse.
Finalmente
la unión se deshizo pero dejó una
huella profunda.
-Bueno
Bladian – dijo él mirándola con intensidad – llegó la hora de que acabemos con
esto
-Sí amor,
juguemos un poco - dijo ella con una
sonrisa maliciosa demasiado parecida a la de Dionis- ¿Estás muy enojado?
-Sólo un
poco, lo suficiente ...- dijo él con los ojos azules chispeantes y extendió su
mano hacia Bladian.
Ennis
sentía su corazón latir con fuerza
porque ese era su destino y no iba a rehuirlo. Había tratado de
oponerse, había utilizado lógicos argumentos pero sabía que había una única verdad. Lo había sabido al
contemplar a la joven madre con sus hijos, lo había sabido al conocer el hambre
y la desesperación de los habitantes de Dalalbión , o tal vez lo había sabido
antes. Quizás lo había visto en los ojos negros de la mujer que lo acompañaba.
El enfrentamiento
fue simple.
La gente
de Palas y ella misma intentó detenerlos y atacarlos pero el poder desatado de
Ennis y Dian era mucho más poderoso . El sino que los había llevado a Dalalbión
los hacía invencibles.
Eran la
luz de la esperanza y allí, solos, frente al último resabio de las fuerzas
oscuras resultaron vencedores.
-¿Volvemos
a Dalalbión ? Debes decirle a Jace que cumpliste tu promesa – dijo Ennis luego
de que todo hubiese acabado y una vez
que tuvieron tiempo de recobrarse de lo sucedido.
-Es una
buena idea .¡Ennis ellos también tienen
su poder!-exclamó ella repentinamente
- ¿Lo
crees?
-Sí , sólo
deben encontrarlo en ellos. Ya no existen las sombras de Deveró, ahora podrán
hacerlo . Ya el miedo no puede opacar la magia
- reflexionó ella.
- Es verdad amor, ya sólo hay luz – dijo él
comprendiendo que también los fantasmas de Bladian se habían desvanecido , la besó suavemente y luego sintió el poder
crecer en él junto a un anhelo.
-¿Ennis? –
lo llamó ella al ver como el poder volvía a rodearlo
-Luz –
musitó él y luego el prodigio se realizó y la tormenta permanente despareció
dejando paso a un cielo claro y brillante . Dian río con una risa tan clara
como la luz del sol que los iluminaba.
Un día
después volvieron a Dalalbión. Agotados, aún sorprendidos por todo lo sucedido
pero felices.
Allí
esperándolos, como si hubiesen estado
convencidos de su regreso exitoso estaban Suran con sus hijos, Derval y los
habitantes de Dalalbión.
Ennis
se agachó junto a Teod e hizo flotar frente al niño la pequeña
piedra que le había dado.
-Es tuya
ahora – dijo Ennis y le hizo una señal para que levantara la mano – no la dejes caer – agregó con una sonrisa y
el pequeño sorprendido descubrió que tenía la magia necesaria para mantenerla
en el aire.
Suran se
acercó y le dio un beso en la mejilla al joven Blackdalion.
-Gracias –
dijo simplemente y Ennis tuvo la extraña
sensación de volver a su casa.
Mientras
tanto y después de observar emocionada a Ennis , Bladian se volvió hacia otra
persona .
-¡Lo hicimos Derval !– exclamó la joven acercándose al anciano que los
observaba con una sonrisa aprobadora , había estado a punto de abrazarlo , pero
algo se lo había impedido
– Ellos se fueron y la magia ha vuelto,
está dentro de cada uno , sólo hay que buscarla...tú no la perdiste - comentó ella alegremente
-Oh querida mía, estoy muy feliz pero me
temo que hace demasiado tiempo que yo
perdí mi magia...
-Derval ...– musitó la joven mientras Ennis
se acercaba a ella para abrazarla
-Todo está bien ahora, yo sabía que lo
lograrían. No me equivoqué al llamarlos.
-¿Tú nos llamaste? – preguntó Ennis
-Cuiden
de Dalalbión queridos míos y ámenla tanto como se aman ustedes – dijo y luego
desapareció. Los dos habían aprendido a aceptar lo increíble, así que lo
despidieron sonriéndole. Entonces sintieron un ruido y supieron que la última
barrera había caído, Dalalbión volvía a estar abierta al mundo exterior .
-Dian
...- dijo Ennis con una sonrisa traviesa
– espero que tu poder sirva para detener a tu hermano porque va a matarme tan
pronto me vea. Y creo que mi magia no va a ser suficiente
-Yo voy a protegerte Ennis – contestó con
una sonrisa luminosa y lo besó.
Los dos
aceptaron la bienvenida de su nuevo pueblo mientras esperaban la llegada de los
refuerzos, porque si de algo estaban seguros es de que su familia estaba en
camino.
“Su
familia” se repitió Dian a sí misma y sonrió satisfecha.
Aunque
cuando los Blackdalion y su ejército arribaron y vio los ojos claros de su
hermano brillando como una amenaza sintió que la felicidad era agridulce.
Sin
embargo aquella sensación se borró cuando Dionis la abrazó sin hacerle ningún
reproche.
Ennis no
corrió la misma suerte.
-¿Cómo pudiste irte
así? – preguntó Kyrios con los ojos azules relampagueantes
-Lo siento papá , pero tenía que
hacerlo. Tenía que encontrarme a mí mismo – respondió Ennis con la misma
intensidad en la mirada.
-Pero trajiste a Bladian contigo...-
protestó Kyrios
-Me temo que siempre voy a llevar a
Dian conmigo – respondió él arriesgándose al provocar a su padre. Pero después
de todo lo sucedido la temeridad de Ennis se había acrecentado.
-Te dejaré en manos de Dionis, él
tiene mucho interés en hablar contigo – dijo Kyrios pero luego abrazó con fuerza a Ennis y antes de irse se
volvió una vez más hacia su hijo -
¿Encontraste lo que buscabas?
-Sí, y mucho más – respondió y pudo ver la
sonrisa satisfecha de su padre.
Tiempo después del reencuentro, las charlas
y las explicaciones, una vez que volvieron a su hogar , Dionis Likaios con los derechos que le daban ser el hermano
mayor le preguntó a su esposa.
-¿Cuál es el protocolo en estos casos amor? ¿Se supone que debo tratar
de matarlo como hicieron conmigo?
-¡Dionis!
-Siempre he tenido la secreta esperanza de que ellos se enamoraran
de mujeres con muchos hermanos, de ser posible mercenarios o nobles con
ejércitos propios, así me podría vengar
de lo que me hicieron pasar contigo. Pero no, el hermano de Fair no ha dado
demasiados problemas y ni siquiera estoy seguro de que me agrade ya que la
abandonó a su suerte, Kilcoy es un niño y además adora a Connor.
¡Y Ennis!, Ennis que era mi
última posibilidad...yo soy el hermano en cuestión y aunque puedo pulverizarlo
, ya que soy muy poderoso...
-Sí, haces aparecer algunas flores de vez en cuando...-acotó Kalymera provocativa
mientras Dionis se volvía a mirarla con toda la frialdad posible, que no era
mucha ya que sólo había amor en él cada vez que miraba a su esposa.
-Como iba diciendo, aunque soy
muy poderoso...pulverizar a Ennis me pone en un dilema, no creo que a tu madre
le agrade, o a ti. Además pierde gracia cuando él ya me amenazó primero...
-Estoy segura que a Bladian tampoco le hará gracia...
- Entonces, qué voy a hacer...¿Crees que es mejor que les de mi
bendición y que les diga que me alegra que Bladian haya elegido a Ennis porque
es un buen hombre? -preguntó más serio
-Creo que eso estaría bien...no va a herir tu orgullo, al menos no
profundamente -respondió ella abrazándolo
-¿Qué voy a hacer contigo pequeña Blackdalion? – preguntó él asiéndola
con más fuerza.
-Lo mismo que voy a hacer contigo Dio,
amarte, amarte...-las palabras de Kaly se perdieron en el beso de él y
como último pensamiento coherente la joven
deseó que su hermano fuera tan feliz como ella.
Y Ennis que siempre había estado comunicado mentalmente con sus hermanos, sintió en el alma el deseo
de Kalymera en el mismo momento que le proponía casamiento a Bladian y le
ofrecía cuidar junto a ella a Dalalbión y su gente.
La magia había encontrado la forma de curar las viejas heridas, porque
el amor era lo más mágico de todo.
Podía lograr lo imposible y podía desvanecer la oscuridad. El amor
incluso logró que Dionis volviera a
Dalalbión para la boda de su hermana y cuando el pequeño Teod le tomó la mano
en un gesto espontáneo, el mago hizo las paces con el pasado .
Estaban
casados y por fin se habían deshecho de los invitados.
Cuando
Dian entró a la estancia para reunirse con su esposo, se sorprendió. Y era muy
difícil sorprender a Bladian Likaios .
Había
miles de luces que pendían en el aire y brillaban iluminando el lugar como si
fueran estrellas.
-¿Te gusta
? – preguntó Ennis ansioso
-Es
bellísimo ...-dijo ella acercándosele
-Estoy
aprendiendo – comentó avergonzado.
-Estoy
segura de que aprenderás muy rápido Ennis, tu magia es poderosa. Creo que le
harás sombra a mi hermanito.- comentó orgullosa y divertida porque las
habilidades de Ennis le bajarían los humos a Dionis.
-¿Crees
que pueda convertirme en lobo? – preguntó divertido
-No creo,
sólo Dio lo hace. Aunque tal vez en león...-respondió ella y lo vio sonreír con
entusiasmo infantil.
-En verdad
no importa , tengo toda la magia que necesito – dijo Ennis ciñéndola contra él para perderse en aquellos
ojos oscuros que siempre le llegaban al alma.
-También
yo ...- alcanzó a murmurar ella antes de que la besara.
“Te amo”
se escuchó en la noche y aunque fue
pronunciado por dos personas la magia ejerció su poder y pareció ser el juramento de una sola alma,
una que por fin estaba completa.
Epilogo
Se cumplía
un nuevo aniversario del casamiento de Kyrios y Elady , por ello toda la
familia, amigos y los habitantes del
señorío se habían reunido para el festejo.
Se había
organizado en las afueras del castillo en un pequeño claro rodeado por los
legendarios árboles de cerezo. Las mujeres de la familia se habían encargado de
la decoración, aunque a decir verdad, se habían encargado de darles órdenes a
sus fuertes esposos.
La música
y las risas sonaban en el aire.
Elady miró
complacida a su alrededor.
Todos
estaban allí, Kalymera bailaba junto a Dionis que se estaba acostumbrando a ser
parte de una familia, pocos días atrás el arisco mago la había llamado madre.
Connor, Señor de Levany, había asistido con
Shara que esperaba a su primer hijo , el
rubio joven derramaba orgullo por su futura paternidad y Ely sabía que
sería un gran padre –ya lo demostraba con sus pequeños cuñados-.
Caleb y Fair permanecían en un rincón
disfrutando de su amor y riendo, por primera vez el mayor de sus hijos
exteriorizaba su alegría y reía con cada ocurrencia de su adorable esposa.
Ennis y Bladian, recién llegados de Dalalbión
, animaban la fiesta creando prodigios con su arte, él finalmente se había
reconciliado con su don y consigo mismo. Estaba completo.
Elady había estado muy preocupada , con frecuencia el temor por el
bienestar de los suyos la había hecho flaquear. Había temido por Kyrios y más
de una vez en los últimos meses había creído muerto a uno de sus hijos, sin
embargo el amor la había hecho continuar. Sentía que el profundo amor que
sentían unos por otros, debería protegerlos y afortunadamente todo había salido
bien.
Últimamente había habido muchos cambios en sus vidas, su
familia se ampliaba con rapidez. A veces
extrañaba tener a sus hijos cerca, ya no estaban alrededor continuamente. Sólo
su hijo mayor vivía en el Castillo y a veces a ella su antiguo hogar le parecía
demasiado solitario.
Sin embargo, cuando el silencio la entristecía los brazos de Kyrios la rodeaban
y se sentía dichosa de tenerlo junto a ella.
Habían
sido años extraordinarios y sabía que vendrían muchos más, nuevas aventuras se
vislumbraban en el horizonte y ella estaba más que dispuesta a vivirlas.
Tenía una
familia maravillosa y se sentía profundamente
amada por su marido, por sus hijos y por todos aquellos que la rodeaban.
El León Negro había cumplido su palabra y la había hecho muy feliz.
Elevó la
vista para contemplar el rostro de quien había realizado su sueño. Kyrios
estaba junto a ella como siempre, disfrutando del agasajo. Tenía los mismos
extraordinarios ojos azules, la misma terquedad y arrogancia del guerrero pero también era amable , tierno y un magnífico padre. Elady
lo miró conmovida, lo amaba, lo amaba profundamente.
Él se
volvió a verla , haciendo que su corazón latiera deprisa como el primer día.
-¿En qué
piensas amada? - le preguntó Kyrios
-Ven y te
digo – le respondió provocativa tirando
de su brazo para que se inclinara hacia ella ya que también seguía siendo tan alto como siempre.
Cuando
Kyrios bajó su cabeza, ella lo rodeó con los brazos acercándolo más a sí para susurrarle algo al oído.
-Deseo
concedido – le dijo suavemente
Elady antes de besarlo.
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