Al día siguiente Leonora sintió mucha
vergüenza de ir a trabajar, tal vez su jefe tuviera la piel dura para aquel
tipo de situaciones pero ella se sentía sumamente avergonzada, casi como si
ella hubiera estado en prisión.
Y para empeorarla había llorado contra
su pecho mientras él la consolaba como a una niña pequeña, había perdido
autoridad moral para reprender a aquel hombre.
Ella siempre tan segura de su autosuficiencia
había necesitado su ayuda, y Bastian Cavendish había sido un gran apoyo, mucho
más de lo que se podía esperar.
La noche anterior, había sido una de
esas ocasiones en que se sentía abrumada por su masculinidad, aunque en general
lo trataba como niño, era un hombre. Uno muy impactante.
Estaba perdida en esos pensamientos
cuando el objeto de su preocupación llegó.
-Buenos días, Leoncito…¿hoy me toca
café?- preguntó sonriendo.
-No, tal vez mañana…
-El mañana no existe.
-¡Ups! – contestó ella.
-Eres una tramposa en el fondo, ¿lo
sabes?
-Señor Cavendish…-dijo ella cambiando el
tono de voz.
-Lo sé, lo sé….-la interrumpió él y puso
un papel sobre el escritorio.
-¿Qué es?
-El importe de la fianza de tu hermano,
lo puedes pagar en cómodas cuotas, ya que insistirás en hacerlo…y sobre los
honorarios del abogado, no debes preocuparte, es un amigo y lo hizo de favor.
-¿Pero..?
-Es verdad, y no aceptaré discusión
sobre eso. Sé que aunque insistiera no puedo hacerte cambiar de idea sobre lo
de la fianza, así que mejor me ahorro la discusió. No es justo que ser
caballero termine en provocarme una migraña debido a tu testarudez.
-No es testarudez, es mi familia, es mi
problema…
-Leoncito, no trates de convencerme,
¿acaso no viste mi bandera blanca?
-Gracias, muchas gracias por lo que
hizo.
-Merezco un café por ello, ¿verdad?
-No, ya que me ayudó tan generosamente,
seguiré cuidando de su salud un poco más, así que jugo de naranjas…- dijo ella
y agradeció que él no hiciera que
aquella situación fuera incómoda. A veces era una ventaja tener un jefe con una
personalidad tan particular.
Leonora entró a la oficina y depositó la
bandeja con jugo de naranjas y sándwiches varios en el escritorio.
-Su desayuno.
-Gracias, supongo. Y al menos no me
trajiste las carpetas con trabajo todavía.- respondió él.
-Al menos averiguó cómo fue la reunión
de ayer, qué sucedió, qué se dijo…
-¿Quieres decir cuántos cuchillos me
clavaron por la espalda?
-Debió quedarse.
-No te preocupes, ya me enteraré, Leoncito.
Sólo me hubiera gustado ver sus caras cuando les dijeron que tuve que ir con mi abogado a la comisaría
a resolver una demanda e impedir un arresto.
-¿Les dejó creer que era usted quién
tenía problemas con la policía?
-Claro, es lo que esperan de mí, sería
muy malo si los defraudara. ¿No crees?
-Ya no sé qué creer, mejor desayune que
en seguida le traigo trabajo
-¿Nunca me dejarás disfrutar de la buena
vida, verdad?
-¿No era eso lo que ha estado haciendo
el último par de décadas?- le preguntó ella a su vez y lo hizo sonreír.
Un par de horas después, Leo se estaba
volviendo loca tratando de responder a alguien que hablaba por teléfono en algo
que parecía ser alemán, ella no sabía de idiomas más que lo básico que había
estudiado en la escuela, así que no sabía cómo responder a aquella persona,
quizá fuera algo importante pero si lo dejaba para pedir ayuda, cortaría.
En ese momento, Bastian salió a pedir un
informe y la vio desesperada mientras sostenía el teléfono.
-¿Qué sucede?- preguntó.
-No sé, no lo entiendo…creo que es alemán
– dijo ella y él agarró el tubo.
Asombrada, Leonora lo escuchó hablar
fluidamente en alemán, y mantener un diálogo con quien fuera que había llamado.
Luego de unos diez minutos, se despidió y colgó.
-Era uno de los empresarios que quiere
trabajar con nosotros…- explicó él.
-¿Habla alemán?
-Sí, tuve una novia alemana, modelo, sexy…-
dijo dibujando una silueta femenina en el aire- ¡Cielos! Y bueno, aprendí un
poco con ella…
-Eso parece, ¿cuántos idiomas habla?-
preguntó mirándolo con sospecha, aquel hombre era una caja de sorpresas.
-Varios…tuve muchas novias extranjeras…
-Una manera muy particular de aprender
idiomas…
-Ya sabes, dicen que en una relación es
necesaria una buena comunicación, así que no viene mal aprender un poco.
-Me preocupa el tipo de conversaciones
que podría mantener con lo que aprendió- objetó ella.
-Podría sorprenderte, Leoncito.
-Eso me temo – respondió ella.
-Hablando de cuestiones internacionales…
-¿De eso hablábamos? – preguntó ella.
-Claro, como iba diciendo, tenemos una
invitación a un evento en la embajada de Francia el día viernes. Y han
decidido, vaya a saber por qué, que soy el mejor representante para dicha
ocasión, calculo que esperan que lo arruine estrepitosamente delante de gente
de muchos países, pero tú estarás allí para evitarlo.
-No creo que corresponda que yo lo
acompañe a una fiesta.
-No es una fiesta, es un cóctel, de
tarde y es algo así como una reunión de trabajo, somos una empresa de
exportaciones e importaciones, mucha gente del rubro estará allí. Y todos van
con sus asistentes, así que es parte de tu trabajo venir conmigo, ponte lo más elegante
que tengas ese día.
-Está bien – respondió pensando que se
lo debía- y de paso averiguaré todo lo que pueda sobre los demás asistentes,
trataré de que nada nos tome por sorpresa.
-Era lo menos que esperaba de mi
leoncito, serás una estupenda guardaespaldas…- la provocó.
-En ese caso deberá subirme el sueldo,
tengo la sensación de que debe haber una fila de gente tras su cabeza. – le dijo
ella y Bastian le guiñó un ojo.
-Tenlo por seguro.
Excelente capítulo Nata! Gracias por compartirlo y esperando con ansiedad el siguiente!!! :)
ResponderEliminarOmo, se viene un cocktel.. ya kiero saber!!!
ResponderEliminarque bien ahora si me voy a dormir con una sonrisa despues de haber leido otro capitulo de leo y bastian. Saludos.
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