- Pareces león enjaulado. – le comentó Julio al entrar y verlo. – Harás un hueco en la alfombra.
- ¿Ya se lo propusiste a Emily? – Paró de pronto al recordar que Julio había dicho que se lo propondría, podría ser justo lo que necesitaba para llegar a Krista.
- No, aun sigo pensando en usar a Miss. Love, solo que tengo un tirano por Jefe y no me deja nada de tiempo para…
- Calla, yo mismo te acompañaré.
- ¿Qué? – La cara de Julio no tenía precio.
- Lo que acabas de oír. Así no dirás que tu Jefe es un tirano. ¿Podrías moverte y caminar?
No recordaba haberse sentido así de nervioso antes, pero es que ella siempre le había provocado las reacciones más extrañas. Luke aparcó en el estacionamiento del edificio, por lo que él había investigado, todo el lugar era de Miss. Love que era el nombre oficial de la empresa. El lugar era de tres plantas y ubicado en una zona excelente no muy lejos del centro de la ciudad. Llegaron a la recepción donde les preguntaron si tenían una cita.
- No, pero no creo que sea necesario. – Dijo él.
- Me temo que si que lo es. – la recepcionista esbozó una sonrisa divertida. Aunque si por mí fuera lo dejaría pasar créame.
- ¿si? – No quería coquetear con ella, pero si así podía entrar… - Entonces ¿Por qué no lo haces preciosa?
- ¿Luke Evans? – Inquirió una voz femenina que le sonó familiar, se giró a ver a la mujer y se encontró con Natalia Jonas, mejor amiga de Krista y la que se convirtió en su enemiga número uno después del incidente aquel. – Los años te han tratado bien… que mal.
- Yo también me alegro de verte.
- No me digas que cayó en tus redes alguna pobre ingenua y tonta chica y nos has buscado para la propuesta.
- Sí que le caes bien. – Le susurró Julio al lado aguantando la risa.
- Natalia, te presento a Julio. Él es el novio no yo.
- Hola. – Lo saludó amable. – Si no tienen cita no puedo hacer nada. – Le dijo a los dos.
- ¿Qué no eres una de las dueñas? – Preguntó Julio.
- Sí, pero eso no significa…
- Por favor no me hagas pagar por lo que este hombre te haya hecho. – Le dijo Julio y le puso su mejor cara de corderito degollado, eso pareció ablandar al menos un poco a Natalia.
- Está bien, pero solo por que aquí estamos a favor del romance. Pasen a la segunda planta y esperen, allí serán atendidos por algunos de los asistentes.
- Pero, queremos que nos atienda Miss. Love. – Intervino Luke con rapidez.
- Quieres verla, ¿verdad? – Natalia se acercó con paso decidió a él y le dijo con voz amenazante. – Ni en tus mejores sueños te ayudaría a lograr tal cosa.
- No podía esperar menos de ti. – Contestó Luke arrastrando las palabras. – Ella no es una niña ¿sabes?
- Suban a la segunda planta antes de que me arrepienta y, Luke… estás advertido. – Dicho eso Natalia se alejó de ellos sin decir adiós.
- ¿Qué le hiciste a esa mujer?
- Absolutamente nada. – Gruñó Luke.
- Me refiero a Miss. Love por que, es a ella a quien se referían ¿no?
- Olvídalo. – Volvió a gruñir.
- Esto se pone de lo más interesante.
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- Este móvil es el que tienes que darle a tu novia. – Le decía Krista al chico que atendía, era bastante joven no pasaba de los 25 años, quería algo atrevido y diferente. – llámale e inicia la video llamada en cuanto te lances de la avioneta, haz todas las piruetas que quieras para entretenerla y tener toda su atención puesta en ti, mientras te observa abres el paracaídas segundos después, enfoca el móvil de tal manera que vea las letras que irán impresas en tu paracaídas por dentro ¿Cuáles serán, por cierto?
- Vivamos juntos siempre una aventura, cásate conmigo Ana.
- Perfecto, te esperan hoy a las 4:00 pm en la pista de aterrizaje.
En cuanto el chico salió, Krista se quitó la chaqueta y se soltó el pelo, le dolían un poco los hombros y la nuca, se quitó los zapatos y recordó que no podía tirarse a descansar un rato en el sofá puesto que recién lo había cambiado y estaban por traerle uno nuevo, pero estaba tan, tan cansada y la alfombra se veía tan apetecible. Sin detenerse a pensarlo más, se tiró a la alfombra y lanzó un suspiro de alivio.
- Quiero verla, eso ni tú ni nadie va a poder evitarlo. –Luke tenía delante a Natalia quien dudando de él y con razón, les había alcanzado y le pedía se largara del edificio.
- ¿Para que, Luke? Ella está bien, muy bien ¿Le quieres arruinar el día?
- ¿En dónde está?
- ¡Ni muerta te lo digo!
- Tercer piso, la ultima puerta yendo por el pasillo central. – Le dijo Julio quien llegó en ese momento con la información conseguida gracias a una secretaria.
- Gracias. – Dicho eso, esquivó a Natalia y de un salto alcanzó el ascensor, lamentablemente vio que Natalia logró alcanzar el otro ascensor casi inmediatamente. Los dos llegaron prácticamente al mismo tiempo y ambos echaron a correr hacia la oficina de Krista. Obvio que él ganó. Abrió la puerta de golpe y se detuvo al verla tirada en el piso. - ¡Por Dios! ¿Krista, estás bien? – Corrió hacia ella.
Lo último que quería Krista era ser descubierta en el piso de su oficina, pero lo último que habría esperado y deseado en la vida era ver de nuevo a Luke, se incorporó de golpe y casi le dio en la mandíbula.
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