jueves, 29 de septiembre de 2011

Di que sí... Cap 4


-          Tranquilo, todo va salir bien. – Le decía Krista al nervioso novio.
-          Sé que es la experta, pero, siempre algo puede salir mal.
-          No veo qué.
-          Que ella me diga que no, por ejemplo.
-          ¿Duda de que ella lo ame? – Preguntó ocultando el destello de alarma en su voz, ella no perdía nada si la novia decía que no, ya había pasado dos veces, pero la derrota y el corazón roto no se lo deseaba a nadie.
-          Sé que me ama. – Fue la respuesta, ella suspiró aliviada.
-          Entonces, adelante… Ya verá como todo sale bien. El hombre regresó a la sala de cine, donde le esperaba la novia, le entregó las palomitas que había ido a comprar pretexto que había servido para arreglar los detallitos finales con Krista. Las luces de la sala se apagaron y Krista por su transmisor se comunicó con Zulema otra de sus ayudantes. – Todo listo, que empiece la función. - Empezaron los clásicos avances de películas por estrenarse, y después los comerciales, en eso apareció el que había sido preparado por ellos, apareció el chico en cuestión teniendo el mar de fondo, la melodía favorita de la pareja sonaba suavemente.

-          Desde que te vi, no pude apartar los ojos de ti. –Decía en su declaración, nunca lo había dicho en voz alta pero ni una sola declaración de amor le parecía cursi y pensar así si que era cursi, por eso Krista mejor se callaba. – después no pude apartar las manos de ti, y ahora no quiero mi vida lejos de ti ¿te casarías conmigo? – Suspiros por parte de las féminas se oyeron por todos lados, las luces se encendieron y la novia feliz aceptó. Una propuesta más que ha sido un éxito se felicitó Kris. ¿Qué más podía pedirle a la vida? Un trabajo que le encantaba, una excelente amiga y socia, tenía dinero, ¿faltaba algo para hacer la ecuación perfecta? No. Se dijo de inmediato, un hombre, NO. Con Luke había tenido más que suficiente.
-          ¿Algo sencillo? ¿Alguna idea en particular? – preguntaba Nat al cliente que tenía delante a la mañana siguiente muy temprano.
 Krista entró y esperó pacientemente en el sofá mientras mordisqueaba distraída una galleta de chocolate, últimamente llegaban más y más clientes, necesitaban una reestructuración completa para poder atenderlos a todos.
-          No quiero nada demasiado elaborado ni tumultuoso.
-          ¿Una cena romántica para dos en donde…?
-          No tan simple…
-          ¿Qué tiene en mente?
-          Pues no se, por eso vine.- Refunfuñó impaciente el hombre.
-          Lo sé. Mire yo solo apunto datos que nos pueden servir para elaborar su propuesta, la de la originalidad está detrás suyo. Kris es todo tuyo.
-          Está bien –Se incorporó y se sentó en una esquina del escritorio.- Dígame ¿duerme con su novia?
-          ¿Qué clase de pregunta es esa?
-          Una que servirá para lo que usted quiere.
-          Sí. Si dormimos juntos.
-          ¿Algún día en especial para proponérselo?
-          Por mí, mañana mismo.
-          OK, antes que ella despierte, ate a su dedo el extremo de una madeja de hilo.
-          ¿El que?
-          Una madeja, ovillo de lana…
-          ¿Y luego?
-          Mejor vamos a su edificio, espero viva en un segundo o tercer piso, si no esto no funcionará.  Allí le explicaré con detalle.
El hombre si vivía en un tercer piso, la habitación daba a la calle y ella compró la madeja de hilo en tono púrpura ya que ese era el color favorito de la novia.
-          Bien, lo que tiene que hacer es súper sencillo, escuche bien. Antes que despierte ate un extremo de la madeja al dedo de su novia. Aviente por la ventana la madeja hacia la acera, alguien de nuestro equipo la recogerá cruzará la calle y la enviará a la azotea del edificio de enfrente, para cuando eso suceda quiero que usted ya haya bajado y esté dirigiéndose a dicha azotea, allí se le entregará la madeja que quedará entre los dos edificios y usted simplemente la enrollará lentamente de tal manera que mueva el dedo de su novia y la despierte, una vez que ella lo haga obviamente se dirigirá a la ventana, ella lo verá, usted señálele la ventana que es donde pondrá por escrito su propuesta.
-          Entiendo, ¿y luego?
-          Cuando ella diga que sí, deslice el anillo a través de la madeja hasta que llegue a sus manos… y eso es todo.
¿Cómo verla? ¿Cómo acercarse a ella? Luke se paseaba de un lado a otro de su oficina, era socio desde hace tres años, tenía éxito, tenía todo lo que un hombre podía querer o eso parecía, salía con mujeres hermosas, era envidiado, pero no la tenía  a ella...

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