domingo, 22 de mayo de 2011

Cine, amores y helado de chocolate

El romance ha sido alimentado durante años por el cine o, tal vez, el cine se ha alimentado de las historias de amor de la vida real. Cualquiera sea el caso, lo cierto es que las películas románticas nos han alimentado el alma.



Yo ( y seguramente también ustedes) he pasado muchas horas de mi vida frente a la pantalla soñando...¿Qué sería de nosotras sin películas de amor? ¿Seríamos más felices con la realidad o más pobres en sueños?
Tanto he soñado con esas historias que me sé de memoria los diálogos de muchas, gracias a haberlas visto hasta el cansancio ( principalmente cansancio de los que me rodean). Y sigo viéndolas cada vez que doy con ellas.
Como con casi todo, hay películas románticas para todos los gustos y ocasiones:

Tenemos las comedias románticas, esas que te arrancan una sonrisa y muchos “ahhhhh”. Con ellas tienes entretenimiento asegurado, son ideales para ver en familia, para llevar a una pareja que no aguanta demasiado lo meloso ( y de paso alleccionarlo sobre como ser romántico) o para reunirse a ver con amigas cuando se quiere algo ligero. No puedo dejar de mencionar a las antiguas reinas de este género como Meg Ryan y Julia Roberts que tan buenos momentos nos han dado.

Después tenemos los clásicos, muchas veces inspirados en la literatura...Aquí entran varias de mis favoritas como Orgullo y Prejuicio, Desayuno en tiffany’s o Sabrina. Tienen escenas memorables , de esas que grabas para siempre y te dejan anhelando un hombre que venga caminando a ti en medio de la neblina matinal para volver a declararse a pesar de su tonto orgullo.
Incluso podemos  apelar a los clásicos en blanco y negro, ideales para combinar con días grises, o porque llueve o porque andamos arrastrando penas. Y ahí tenemos la eterna Casablanca,o Un romance para recordar y La princesa que quería vivir.

Y por último tenemos los dramones...las que nos hicieron llorar y que son ideales para los días que tenemos el corazón roto. Esas las podemos ver mientras estamos usando nuestro viejo pijama y devorando un kilo de helado de chocolate y nos sentimos miserables ( y encantadas con la posibilidad de poder llorar y comer sin mucha culpa).
Entonces nos sentamos frente a la pantalla para disfrutar de Titanic, Ghost, Love Story, Cumbres Borrascosas, Romeo y Julieta  y nos conmovemos porque nos hacen notar que el amor siempre ha estado acompañado de un poco de sufrimiento. No somos las únicas que sufren. Y además nos dan esperanza, porque los grandes amores ( por los que vale la pena vivir y morir) existen, aunque más no sea en una película.

Es verdad que quizá nunca nos topemos con él, que nadie se nos declare en el Empire State, que no podamos crear vínculos más poderosos que la muerte, que ningún hombre nos lleve a una tienda y diga que quiere gastar una cantidad obscena de dinero en ropa para nosotras, no habrá declaraciones grandilocuentes  ni magia, pero podemos seguir soñando con ello.
Y también con frases maravillosas que se nos graban junto a inolvidables imágenes.
A mi, por ejemplo, me encantaría escuchar que alguien diga, tal como Linus en Sabrina “La necesito, y yo no necesito nada”

¿Y ustedes? ¿Qué películas las han hecho soñar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...