Es medio día, he tenido la bendición (casi me
arrodillo y digo una plegaria) de que Lucille no está, corre el rumor de que
lleva varios días con cara de enferma, cosa que no sé, porque trato de no
toparme con ella. Ya se me hacía raro que no hubiera intentado atormentarme por
varios días seguidos. Olvido rápidamente el tema pues no me interesa e ingreso
a la página que me encanta y a la vez odio: YouTube. Llevaba días sin
frecuentarla, después de mi terrorífica creación, pero ahora necesito
despejarme un poco y tengo minutos libres, necesito olvidar que actué como una
perfecta idiota enfrente de uno de los hombres vivos más sexys del mundo.
Carlos se quedaba corto al lado de este.
Solo teneís
que cortar de esta manera, pegar de esta otra y ¡listo! Así de fácil.
Minutos después miro con rabia a la pantalla.
Solía seguir a esa youtuber española, un as
en cuanto a técnicas en cartón para hacer muebles. Después del coso, ahh, todo
ya es un antes y después del coso.
No es que tenga que ver con que el día que lo creé
conocí al Adonis. Quité mi suscripción y le mandé un sentido mensaje mitad
reclamación y mitad amenaza. Menos mal que usé un seudónimo porque creo que me
ha bloqueado. No la culpo.
Veo la hora y justo faltan cinco minutos para el
almuerzo, voy al baño a retocarme el maquillaje o más bien a ponerme un poco.
Obviando el encuentro con el hombre sexy, el día no va mal, estuve sola toda la
mañana, todos andaban fuera de oficina. Entro al cuarto de baño y voy al
espejo, pego un grito, uno fuerte, maldito espejo de dimensiones
estratosféricas. Me refleja en toda mi miseria, ojos hundidos, aun rojos y piel
pálida y apagada. Soy un desastre, menos mal llevaba mi bolsita salvavidas, la
que toda chica debería tener, me tengo que maquillar mejor de lo que lo intenté
en la mañana, vuelvo a gemir al recordar que así me vio el hombre sexy. Al
parecer ya humana salgo del baño, pero no puedo olvidar que tengo mala pata,
verse como un esperpento frente a una Adonis no es algo que ninguna mujer
quiera JAMAS. Me entras unas terribles ganas de golpear algo.
Minutos después estamos en una de las mesas de
afuera de Figaro’s uno encuentra excelente comida italiana solo que preparada
estilo casero. No es nada glamuroso pero cualquiera que se precie de tener buen
paladar ha ido y sigue yendo a este lugar. Lo frecuentamos desde hace años con
Crissa y gozamos del cariño de la abuela de la familia y del resto, por lo que
solemos encontrar mesa aunque esté a reventar, así sea dentro de la cocina, lo
que según sé es un privilegio. Estamos frente a nuestros platos de pasta y
Crissa ríe a carcajadas al escuchar mi historia de la mañana, las gafas
empañadas y todo lo demás. Termino encontrándolo gracioso, quizás porque el día
mejoró.
-
Bueno, no estuvo
Lucille cerca y lo viste de nuevo ¿Qué más puedes pedir?
-
No sé… ¿Qué dejes de
reírte? – Le digo y ataco mi pasta.
-
No puedo. – dice y
sigue riendo sin importar que se la queden mirando, con Crissa siempre es así,
por lo que me encuentro haciendo a veces tonterías con ella sin que me importe
quien me vea. De pronto deja de reírse. - ¡Wow! – exclama.
-
¿Qué? – digo sin
dejar de comer.
-
Mira el hombre que
viene allí, el que trae las gafas negras estilo aviador, traje gris y corbata
azul cobalto, pelo negro corto, caminar de actor de cine en película de los
años 50s y es guapo a rabiar. ¿Acaso están filmando un comercial por aquí?
Automáticamente escupo lo que estoy comiendo. Ni
he visto quien es, pero lo sé. Mi cuerpo me avisa, es él, lo sé. Levanto la
vista lentamente y sigo la mirada embobada de Crissa. Sí, es él. Se detiene
para contestar una llamada y oh sí, parece sacado de un comercial de Dior. Nos
da la espalda mirando hacia la calle y madre mía, Crissa y yo suspiramos al
mismo tiempo.
-
Ese hombre tiene de
todo… - Digo sin poder detener mi contemplación.
-
En las cantidades
justas y necesarias. –Completa mi amiga -Lo que daría por apretar ese trasero.
– Añade Crissa y yo suelto la carcajada. Me
callo al ver a alguien obstaculizando tan bella visión.
-
Como siempre es un
placer oír tu risa tesoro. – David salido de la nada está frente nuestro y
gruño audiblemente.
-
Lárgate. – Le suelta
Crissa.
-
Crissa, querida… que
placer verte.
-
Juro que te clavaré
el tenedor en tu vena aorta.
-
Que agresividad
Crissa, santo cielo, sólo quería saludar…
-
Hola y adiós. – Le
digo lanzándole dardos con la mirada, David tiene la insana idea de que sigo
suspirando por él, raya en el acoso, sería acoso en toda regla de no ser por su
miedo a ser descubierto por Lucille.
-
No seas así cariño,
tú sabes que tú eres a quien prefiero por mucho.
-
Vaya, que honor.
Gracias. – Digo con sorna. – Vete, en serio. Ya hiciste tu vida, tengo la mía.
Déjame en paz.
-
Yo sigo viendo tu
vida como siempre. – Dice el muy idiota y deseo tanto… deseo y puedo… - después
de mí, no ha habido nadie. Eso dice mucho ¿no crees?
Me levanto dispuesta a tirarle mi plato de
deliciosa comida al imbécil, lo lamento tanto por la comida, pero David debe
entender que lo quiero si es posible en otro país.
-
Cariño, ¿no irás a
hacer lo que creo que harás verdad? – La voz del Adonis llega de detrás de
David y de pronto se pone en nuestro campo de visión. Menos mal que David no ve
mi cara de asombro pues se concentra en el recién llegado. – Sería desperdiciar
la comida ¿No te parece? Sé que ese temperamento tuyo pide hacerlo, pero
reserva ese fuego para mí ¿quieres?
Adonis, fuego,
temperamento, con él… oh, por Dios. Pasan los
segundos y yo sigo en shock.
-
Hola. Que bueno que
has llegado, estábamos esperándote. Le decía a Kendra que tuviera paciencia,
pero se moría por verte, David… ya lárgate. – Crissa, bendita Crissa, quiero
abrazarla.
Ella sí que sabe como actuar bajo presión, yo sigo
con el plato sosteniéndolo con ambas manos y en modo estático.
-
Baja ese plato
cariño, Kenny por favor… -Insiste Adonis. Lo hago poco a poco y él me sonríe
súper divertido.
-
¿Quién eres? – suelta
David malhumorado.
-
Mi… -empiezo dudosa.
-
Su prometido. –
Crissa, otra vez y en esta ocasión en lugar de querer abrazarla, quiero
matarla…
-
Supongo que no lo
invitaremos a la boda.- Dijo él y yo me sorprendo de que siga en la farsa.
David se dio la vuelta y se fue, mientras yo sigo en estado mutis profundis.
-
¡¿En que estabas
pensando?! –Increpé a Crissa saliendo de mi estupor.
-
Vaya, has recuperado
la voz. – Dijo el Ado… tengo que saber como rayos se llama.
-
¿Cómo te llamas? –
Pregunto a bocajarro, lamento no lucir muy agradecida, digo, él parece un
regalo del cielo o del olimpo en todo caso, pero lo cierto es que Crissa acaba
de complicar mi vida laboral porque a)David encontrará la forma de decirlo en
el trabajo y tendré que proseguir la mentira b)Lucille querrá llegar al fondo
de la situación porque no soportará que vaya a casarme y bueno, porque
básicamente me odia y c)¿Quién rayos creerá que un modelo de Dior anda pues,
conmigo? Aunque dudo de que nos vayan a ver juntos…
-
Para ti su nombre es
“Salvador”. – Me dice Crissa enfurruñada al ver que estoy más que dispuesta a
seguirle gritando.
-
¡Lo era, hasta que se
te ocurrió semejante tontería! ¿Tienes una condenada idea de como me irá en el
trabajo si esto se riega? David era una piedra en el zapato lo mismo que
Lucille, pero ahora que se corra esto, ella me odiará más.
-
Sebastián. – Nos
interrumpe él.
-
¿Perdón? – Bueno, no
cabe duda que cerca de ese hombre mis neuronas entran en ovulación y se
congestionan y explotan o algo así, porque no soy capaz ahora mismo de sumar
dos más dos o de poder tener dos líneas de conversación.
-
Así se llama Ken. –
Me aclara Crissa haciéndome lucir como no, tonta. Respiro profundo y decido
intentar hacerme ver un poco menos neurótica e idiota.
-
Lo siento, en serio,
gracias por lo que hiciste. – Suelto rápidamente.
-
No te he ayudado
precisamente, por lo que veo. – Esta vez me permito verle bien a la cara,
error, fail… retrocede, retrocede.
Me encanta el nombre Sebastian...y la mania que tiene ella de salir arrancando siempre jejejej.
ResponderEliminarSiiiiiii, desde cuando quería usarlo jeje
EliminarAY SISSSSS TE AMODORO DOBLEEEEE! QUé manera de reírme, en serio sis si vuelves a tu período de no escritura tendré que estrangularte, es que amo leerte. "Neuronas en ovulación" ¿eso es posible? Pues tras OMV y DOTS lo creo!!!Y amo al chico, diablos!!! Adonis, Salvador o Sebatian, sólo sé que quiero uno... No sabes lo que me contengo para no hacer trampa
ResponderEliminarSis todo entra en ovulación hasta las neuronas cuanto te topas alguien aasí XDDDDDD
EliminarClava los pies y Diñe que se siente... que te voy yo a llevarle la comida jijiji ya tengamos paciencia... y un churro! !! Quiero más! !! No te vayas
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