Nunca me había sentido tan idiota, patética
y humillada en mi vida ¿Por qué rayos me invitó? Veo que la abraza y el
majestuoso cabello moreno de la chica le cubre el rostro, me doy la vuelta de
inmediato y prácticamente corro hacia la escalinata que me llevara a la calle. Me
topo a mis hermanas que están aun en la entrada charlando y al verlas veo que al igual que hace unos momentos harán
como si no me conocieran pero al ver mi cara, me preguntan con la mirada y simplemente
hago un gesto de negación y sigo en mi carrera hacia la salida. Dos brazos de
distintos cuerpos me detienen.
-
¿Qué ha pasado? – Me dicen ambas al unísono más que
preocupadas.
-
¡Me voy! – intento zafarme de su agarre, temo ponerme a
sollozar como una condenada adolescente que le han roto el corazón por vez
primera.
-
No sin antes decirnos que ha pasado, hemos logrado
detener a madre por lo menos una hora, no tienes idea de lo que hicimos para que no fuera a tu casa a verte y traerte en persona, mil y un cosas pero lo logramos hasta ahora, ella anda por allí pero estamos al pendiente…
-
No es eso Nata… por favor- e intento irme de nuevo. Me llevan
a una zona alejada de la mirada de los demás. Incapaz de poder detener el
interrogatorio, cuento la historia – Pensé que iba caminando hacia mí y luego…
pues resulta que no, una morena se le ha aventado a los brazos y él la recibió
de mil amores.
-
¿Estás segura? – pregunta Nata preocupada.
-
¿Qué mas seguridad quieres? Estaba frente a ellos. Me fui
y ni enterado, seguía aferrándola apasionadamente si quieres detalles ¡me
siento tan estúpida!
-
No te irás. – Dice Enaí con un ceño en su rostro.
-
No me quedaré por nada del mundo yo…
-
Si te vas, será peor. Le darás a entender que te ha
afectado.
-
Es que me ha afectado Enaí.
-
Lo sé, pero no tiene por que saberlo. Que crea que has
venido para darte a conocer como una Stone y nada más, tu invitación te ha
pillado de paso y solo. No venias exactamente por él, sí eso le dirás.
-
Pero, creo me vio.
-
Dile que saliste a reunirte con nosotras, tus hermanas.
-
No sé si pueda.
-
¡Podrás! Lo haremos juntas, vamos. – Nata me lo dice y me
anima a caminar. – Recuerda todas esas lecciones de madre.
-
¡Madre! Me querrá presentar a todo el mundo- Gruño y me
doy la vuelta, ambas me detienen de nuevo.
-
Eso, concéntrate en otras cosas y todo fluirá.
-
Nata, con Madre nada fluye
todo se espesa.
-
Las tres Stone en una fiesta por vez primera desde… -
Enaí trata de recordar.
-
Desde que somos niñas. –Bufo nada elegantemente.
Lo que sigue a eso no lo tengo claro, en
cuanto entramos escucho más que veo flashes, ¿Dónde estaban esos fotógrafos cuando
yo entre sola? Seguro ni sabían quien rayos era.
Pero al entrar con mis hermanas que son
más que conocidas, todo mundo parece voltear a vernos, los flashes se disparan
y muchas personas salen a nuestro encuentro todo caras curiosas y sonrisas.
Es tu hermana la menor ¿verdad? – Sí, esa soy yo. Podrían preguntarme a mi
directamente, pero parece que soy muuuy pequeña para contestar.
¿Es la pequeña Jade? – De pequeña nada, bien que estoy en la
treintena.
Pero que bella es Jade, igual que
ustedes – Díganselo al idiota de Ethan
por favor.
¿Dónde estaba metida? – Ahora mismo Timbuctú suena genial, ¿existe
ese lugar?
Oh, te pareces a tu madre – Me atraganto con la copa de champagne que
alguien puso en mi mano. Sonrío a la
fuerza.
-
Parece que estás mostrando los colmillos y vas a morder a
alguien. – Me susurra Nata que está a punto de echarse a reír.
-
Estaba sonriendo- Contesto igual susurrando aunque
furiosamente.
-
Sí, claro. Si eso era una sonrisa, yo soy el hada del
bosque.
-
Son hermosas como yo, lo sé. Lo sé. – Oh, oh, es la voz
de nuestra madre, las tres damos un leve respingo y volteamos en cámara lenta o
lo más parecido. –Jade querida, que delicia verte al lado de tus hermanas. –
Esa es mi madre, hablando estilo snob antiguo.
-
Hola Madre – digo y pongo la mejilla la cual ni siquiera
es tocada, recibo un beso al aire igual que mis hermanas.
-
¿Verdad que son lindas mis niñas? – dice al grupo que nos
rodea y todos asienten con rapidez. Mis hermanas se abochornan igual que yo
pero lo disimulan mucho mejor, recuerdo una novela ambientada en la regencia
inglesa, me siento como una doncella virginal tratando de ser la chica de la
temporada para satisfacer a su madre. ¿Habrá leído mi madre esa novela? Creo que
esa y muchas, parece una matrona inglesa ansiosa por casar a sus hijas. Vagamente
recuerdo que alguien me había pedido un baile, la orquesta a diferencia de
otros eventos donde suele tocar después de la cena, ha empezado ya. Busco a quien
me lo ha preguntado, es de rasgos asiáticos y por eso no le he olvidado, quizás
sea el indicado para mí, aunque sea para este baile. Todo el rato he intentado
no buscar a Ethan con la mirada.
-
¿Aun quieres que bailemos? –Le sonrío y enseguida me
lleva a la pista. Lo que sea para alejarme un poco de todo. Voy caminando a la
pista y mi hermana Nata me alcanza.
- Ethan no te ha quitado ojo de encima. – Me dice disimuladamente
y enfilando hacia su mesa.
Se llama Steve y es de ascendencia
japonesa-americana. Es alto y guapo, tiene lo mejor de dos mundos.
Baila divinamente y es más que
agradable, es gracioso y carismático. Me ha hecho reír mientras me daba vueltas
por la pista. Es algo menor que yo, puedo verlo. Es idóneo aun así, pero noto
que no siento ninguna condenada mariposa en el estomago, no siento las piernas de gelatina y no me pone
nerviosa. Vaya que somos masoquistas las mujeres ¿verdad? La música acaba y
Steve me hace prometer que seguiremos bailando, le digo que sí y súbitamente me
despido con un beso en su mejilla por que me ha ayudado a soportar la noche, él
sonríe complacido y busco la mesa de mi familia, preparándome para pasarla con
Madre e intentando ignorar un cierto y
raro cosquilleo en mi nuca, alguien me ve, bueno, lo cierto es que muchos por
curiosidad me observan. Veo a mi Jefa y voy enseguida a saludarla.
-
Jade, has salido del anonimato por lo que veo.
-
Usted sabia quien soy- Le digo confiada.
-
Así es. – Sonrie con complicidad y se acerca a mí. – No me
digas que esto significa que perderé una valiosa secretaria.
-
No lo sé. – Digo triste.
-
Quizás no te perderé querida. – Me dice con mirada
astuta. Nos despedimos para ir a nuestras mesas. Sirven la cena que me sabe a
nada, empiezan los discursos y asombrada veo a Steve subir al podio y hablar
apasionadamente por la causa de la noche, me entusiasma su aguerrido y sincero
discurso a favor de los niños de la guerra, hay imágenes y un video
enternecedor, me encuentro limpiándome discretamente una lágrima. Los discursos
acaban, los agradecimientos también y la música vuelve a hacer su presencia,
complacida veo que he logrado no buscar a Ethan y Steve viene a la mesa con
paso decidido, esa decisión que me hubiera gustado tuviera por mí el gusano
traidor que me ha dejado plantada.
-
Me lo has prometido. – Me dice Steve al llegar a mi mesa.
Mi madre lo evalúa y no parece nada asombrada pese a lo estupendo que ha estado
hace un momento.
-
Lo siento. – Dice una voz que mis mariposas y yo
reconocemos enseguida pues ellas saltan y yo me agarro a mi asiento para no
hacerlo. Es él, ¿Por qué? – Esta pieza me la ha prometido a mí, quizás después –
Despacha a Steve quien todo educación me dice que volverá mientras a mí me sonríe y a él le frunce el ceño.
-
Ethan, querido… - dice mi madre extasiada mientras yo
trato de buscar mi lengua y mi voz.
-
¿En serio prometiste esta pieza a este… desconocido Jade?
– Dice Enaí con acidez. Ethan sonríe nada ofendido y logra hacer parpadear a mi
hermana.
-
Si no me equivoco lo he visto acompañado ¿no va ofender a
su pareja? – Añade Nata y quiero ahorcarla por ser tan directa.
-
No tengo pareja alguna. – Dice amable y me da el brazo
para que me levante. En tus sueños, quiero decirle pero seria demasiado obvio
lo herida que estoy.
-
Ve querida, ve por supuesto. – Dice mi madre en lo que
parece un delirio, creo me ve casada y aumentando la fortuna familiar.
-
Gracias por tu permiso Madre. – Digo irónica aunque ella
no lo detecta y me levanto muy a mi pesar. Él me lleva de inmediato a la pista
y estoy toda tiesa, no coordino nada y lo piso dos veces, una por equivocación y
la otra por venganza.
-
Con él no te equivocabas. – Me dice.
-
Hola que tal. – Le digo sarcástica ya que ni ha saludado
ni nada por el estilo.
-
Desapareciste.- Dice sin más. – Te vi y al instante te habías
ido.
-
Fui a reunirme con mis hermanas. – Respondo seca.
-
Y después bailabas encantada con otro hombre. – Dice al
parecer molesto ¿Qué rayos?
-
Y yo me fui a reunir con mis hermanas antes de saludarte
por que tú estabas demasiado ocupado teniendo a una mujer en tus brazos. – Le suelto
molesta también.
-
Es Megan. – Dice frunciendo el ceño y cuando ve que
simplemente lo veo sin decir nada añade: - Es una prima.
-
Claro, se notaba el amor.
-
¿Estás celosa? – Pregunta divertido. Pero antes de
contestar la susodicha se desliza entre los dos y me aparte de un empujón
nuevamente, empiezo a sentir que la sangre se me agolpa en la cabeza y bulle
por todo mi cuerpo.
-
¡¿Qué haces?! – Le dice él que parece sorprendido.
-
¡Aléjate de él! – Me dice ella enfadada y tratando de
ponerme un dedo en el pecho, la alejo de un manotazo y salgo de la pista no sin
antes escuchar: vamos a casarnos. Veo
que intenta ir detrás de mí y él la detiene, ¡quiero matar a alguien! A esos
dos de ser posible. Voy a la mesa de los postres para disimular mi enfado antes
de llegar a la mesa por mi bolso y esta vez si largarme. Con furia noto que
ella ha logrado seguirme, intenta agarrarme el cabello y me giro con rapidez,
todo el mundo baila, ríe y bebe, así que nuestra escena en realidad no es observada,
pero si lo es al menos por mis hermanas y por Ethan los veo venir hacia
nosotras.
-
Niña, vete de aquí antes de que armes un escandalo que no
podrás soportar.
-
¡Es mío! – Gimotea y veo que en realidad es muy joven. Ethan
llega antes que mis hermanas.
-
Megan, estás completamente loca.
-
Dile que vamos a casarnos, díselo…
-
¡Cálmate! – Le pide él pero no refuta lo que acaba de
decir. Lo miro herida y él alza las dos manos en gesto de rendición. – Todo tiene
una explicación. – Dice de inmediato. Megan, te llevaré a casa.
-
No. – Dice ella empecinada.
-
Vámonos Jade. – Me dice Nata poniéndose a mi lado y de
nuevo la cámara lenta, Megan me tira un pastelillo de vainilla en mi hermoso
vestido, cae sobre la falda y la miro asombrada. Enaí ni tarda ni perezosa
extiende su mano sobre la parte de atrás de la cabeza de Megan y la entierra en
el primer pastel que hay, uno enorme, toda la cara de la chica queda enterrada
en profundidad, me tapo la boca por la sorpresa y por la risa loca que empieza
a bullir por mi garganta. Ethan observa todo paralizado y mis hermanas me toman
del brazo y me arrastran fuera. Corremos como cenicientas cuyas ropas se harán
harapos en segundos y salimos a la calle, escuchamos pasos y alguien grita mi
nombre.
-
Oh, por Dios van a encarcelarnos. – Dice Nata nerviosa y
nos dice que vayamos a un callejón oscuro.
-
Ni loca… - empiezo a replicar pero nuevamente soy
arrastrada. En pocos minutos pasamos de ser las Princesas de la fiesta a
mendigas de la calle. No hemos logrado parar ni un solo taxi y hemos avanzado
corriendo, caminando y a trompicones cuando los tacones se negaron a cooperar.
Momento
actual…
Madre nos ha localizado gracias al radar
que bien emplea para saber donde estamos, chips en nuestros teléfonos, por secuestro, por que el
crimen no duerme, por la razón que fuera que nos diera esta vez al menos
tenemos como llegar a casa. Todo iría bien, sino fuera por que Ethan ha bajado también
del otro auto.
-
¿Que haces aquí? – Pregunto molesta. - ¿Vienes para
llevarnos con la policía?
-
Claro que no.- Responde enfadado.
-
¿Entonces?
-
¿Entonces? ¿Es en serio? ¿Tienes idea de todo lo que he
recorrido para encontrarte, encontrarlas? Corrieron como lunáticas a las
calles. – Mis hermanas ya se están subiendo al auto que ha enviado Madre, me
llaman.
-
Tengo que irme, espero tu novia esté bien.
-
Megan no es nada mío.
-
Sí, claro. Felicidades por la boda. – Lo oigo maldecir y
nuevamente soy arrastrada, esta vez por él y a su auto. Me mete en la parte
trasera y empiezo a maldecirlo.
-
No veo otra manera de que me escuches. – Dice mientras
saca la cabeza por la ventana y habla a mis hermanas que están junto a personal
de Madre a punto de iniciar una batalla campal.-
Megan es prima,
lejana pero prima, esta mentalmente inestable, no puedo contradecirla en nada,
es un secreto a voces su condición, tienen que creerlo. –Sigue hablando a mis
hermanas. -Su madre debe saberlo pregúntenle, sí espero… pero a ella no la dejo
ir.
-
Compruébalo. – Oigo que dice Nata y veo a Enaí llamar.
-
¿Qué? ¡sáquenme de aquí! – Ethan me sujeta con una sola
mano sin problema alguno, estoy cansada, irritada y el enorme vestido no me
ayuda en la lucha.
-
Jade, es cierto todo lo que él dice.- Me avisa Nata.
-
Quizás debas oírlo.- Dice Enaí. – Oye, lamento el
pastelazo a Megan.
-
Ella está bien. –Le responde. – Increíble pero lo está. -
Vámonos. –le dice al chofer y empezamos a movernos.
-
Ethan, da igual estoy muy cansada. Solo llévame a mi casa
¿quieres? – Le pido.
-
No, hasta que arreglemos esto.- dice implacable.
-
Te creo. – Digo sin más.
-
¿En serio? – Pregunta cauteloso.
-
Mi madre está enterada de todo lo que haya que saber. Mis
hermanas no habrían dejado que me trajeras si no creyeran en lo que dijiste y
en general creo que no eres un ser despreciable así que te creo, llévame a mi
casa y olvidemos esto ¿si? –De pronto el peso de la noche hace efecto y cae
sobre mí, no puedo tener los ojos abiertos y se lo digo.
-
Mejor.
-
¿cómo? – Bostezo al preguntar.
-
No pienso llevarte a tu casa, iremos a la mía.
-
Esto es un secuestro. – Le digo pero no estoy enfadada. No
quiero discutir solo quiero dormir.
-
¿En serio me crees? – Pregunta de pronto desconcertado.
-
Sí.
-
¿Y tanto drama por esto?
-
¿Qué quieres? Así somos las mujeres… - Me recuesto en el
asiento y siento su mano en mi nuca, me acomoda cerca de él y lo dejo hacer, - minutos después presiento que me quedaré profundamente dormida pero él busca mi
boca y me besa suavemente. – ¿Es todo lo que tienes? – Pregunto provocadora y
enseguida me demuestra que no, llegando
a su casa me queda claro y resulta que no estoy tan cansada después de todo.
Tiempo
después…
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:45 a.m.
Asunto: ¡Lo habías prometido!
Dijiste que serias mi asistente personal y aun así no entregas la renuncia
a mi tía.
Estoy enfadado Jade, realmente enfadado.
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:47 a.m.
Asunto: No sé, no sé…
Querido, sabes que trabajo mas por hobbie que por otra cosa, tu tía es un
amor y tú eres mi amor uno que no me deja trabajar por que solo quiere estar besándome
y metiéndome mano. Cosa que tu tía no hace por cierto.
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:48 a.m.
Asunto: ¿La quieres más a ella?
Mira que cosas raras de la vida, te ofrezco el mejor trabajo del mundo,
estar al lado de un hombre que te ama con locura y con pasión y tú me rechazas.
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:51 a.m.
Asunto: Drama, drama.
Deja el drama querido.
Pd. Estar contigo no es trabajo, nunca lo sería. ¿Nos vemos en casa? Allí hablaremos. Oye
¿podemos fugarnos a las Vegas? Si me dices que sí, seré tu asistente personal.
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:52 a.m.
Asunto: No.
Tu
madre quiere darnos la boda del siglo, déjala. Si no, dejaré de ser su yerno
favorito y no quiero arriesgarme a eso.
Pd.
No te enojes.
Pd2.
Te amo.
Enviado: 24 de Abril de 2015 9:54 a.m.
Asunto: …
Se me dan bien las huidas, las vegas o nada.
Mandé el mensaje riendo por dentro. Odiaba la idea de una
boda grande pero en cierta forma se lo debía a mi madre por los años en que había
hecho lo que había querido. Salí de la oficina dispuesta a ir a la de Ethan y
di un grito al topármelo de improviso enfrente de mí.
-
Así que las Vegas
o nada ¿eh?
-
Bueno, ya me
conoces…
-
Siempre huyendo.
-
No siempre, solo
cuando mis hermanas arman guerra de los pasteles.
-
¿Crees que lo
hagan en nuestra boda? – Preguntó curioso.
-
Yo misma se los
he pedido. – Aseguro perversa, me observa y me cree.
-
Vámonos. – Tira de
mí.
-
¿A dónde?
-
A Las Vegas por
supuesto. – Y ambos explotamos en carcajadas. -Iremos y después fingiremos que
seguimos solteros delante de tu madre, cumplo tu deseo y me aseguro ser el
yerno perfecto.
Solo a alguien tan hermoso por dentro y por fuera como Ethan
buscaría agradar a mi madre en algo como eso.
-
Te amo. – le digo
y me besa. Llegamos al vestíbulo y veo que no hay puerta giratoria, hay una
normal y lo miro interrogante.
-
Está en casa.- Me
dice adivinando lo que quiero saber.
-
¿La puerta?
-
Claro.
-
¡¿Qué?!
-
Es la que nos
unió, es nuestro cupido.
-
¡Júramelo!
-
Está en una de
las puertas que da al jardín, te pido uses la otra por que no quiero tener que
llevarte a urgencias a cada rato. – Dice jocoso y yo me tiro a sus brazos con
las lágrimas escociendo mis ojos.
-
Estás loco. – Le digo
riendo feliz.
-
Por ti amor, solo
por ti.
GRACIAS SIS! Los amé, lo que me he divertido con este trío y YO necesito uno de esos, en serio ¿dónde están en la realidad?
ResponderEliminarPrecioso final con puerta incluida!
Genial historia sis....no tardes mucho en volver, ¿ne? Besos
Gracias a ti por esperar jajaja.. soy Jey
ResponderEliminarPor fin de vuelta!
ResponderEliminarJ.J que buena historia. Gracias, ya me hacia falta!
Si las conociera en persona al leer las hubiera imaginado, aún así fueron la protagonistas
Un fuere abrazo a las tres!
Lu
Donde andaban????? Se les extrañaba! Ahora también estamos en wattpad por cierto, dense una vuelta. Abrazos
EliminarQue bueno es volver a leer sus historias!!!
ResponderEliminarJ.J que gran historia, me encanto, de veras... me hiciste la tarde GRACIAS!!!
Lari
Hola Lari, es bueno saber de ustedes. No se ausenten tanto, saludotes!
Eliminar