sábado, 18 de abril de 2015

HC Final parte 1 "Más sabe la Diabla por vieja que por Diabla"/Semana de Aniv



3 horas antes del evento infortunado.

-      ¿Estás segura? – Preguntó por enésima vez a mi hermana y esta vez oigo por respuesta un nada femenino bufido.
-      ¿En serio creías que mamá no iría a esa fiesta? ¿De que planeta vienes? – Resopla Natalia de nuevo.
-      Del planeta de las mamás normales y comunes. La nuestra ama ser el centro de atención y acudir a toda fiesta habida y por haber ¡Que voy hacer! – Gimoteo.
-      No importa que tipo de evento sea, caridad, política, música, ella estará allí y lo sabes. – Añade mi hermana.
-      ¿Irán ustedes? –Pregunto de pronto sintiendo una pequeña luz de esperanza.
-      No tenia planeado hacerlo, después de todo sabes que nuestra vida publica la reservamos a lo estrictamente necesario.
-      Y por eso las tres somos las ovejas negras de esta familia.


-      Más bien somos su pequeño hato de ovejas negras. –Natalia ríe al decirlo. – Aunque Enaí es la que solía salir más.
-      Eso por que adoraba andar de fiesta, James logró que sentara cabeza o al menos algo de ella. El caso es… que necesito que vayan, las dos.
-      No. – Inmediatamente Natalia se negó.
-      ¡Por favor! Si mamá me ve, estoy segura que querrá presentarme a medio mundo y arrastrarme de un lado a otro del lugar intentando que le de cacería a un marido rico y cumpla con mi deber para la familia.
-      ¡Oh, por Dios! Estás hecha una melodramática, estamos en el siglo XXI.
-      Tú sabes perfectamente que mamá haría eso, no importa que siglo sea, XXI o XXI, ella insistiría en ello. Haría todo ese ritual pero lo cierto es que no quiero que nadie en la empresa sepa quien soy. Bastante agradable es pasar por una simple secretaria.
-      No eres simple ni siquiera siendo secretaria.
-      Gracias. – digo agradecida.
-      No era un cumplido.
-      Lo sabía, aun así gracias. Pero, Nat es que… no quiero que Él sepa.
-      ¿Por qué?
-      Él ve a la verdadera yo. No a la heredera Stone.
-      ¿Y no te has puesto a pensar en que cosas se le pasarán a él por la cabeza cuando vea que no le has dicho quien eres?
-      No, cruzaré ese puente cuando llegue a él.
-      Si es que llegas- Refunfuña Nat.
-      Por favor… por favor… por favor…
-      Oh, cállate.
-      ¿si? ¿si? ¿si?
-      Eres imposible. –Más bufidos y después un pesaroso “Sí”. Brinco de alegría y corro a ver que me pondré esa noche.
2 horas antes del evento infortunado, maldito.
Media tonelada de ropa está sobre mi cama, aun no es ni la mitad de la que tengo pero juro que si es como media tonelada y aun no encuentro algo que me haga ver fenomenal.
-      No es culpa de la ropa, sino de  quien la porta.-Dice burlona Enaí tirada al lado de la pila de prendas, desde hace media hora desistió de su empeño en ayudarme.
-      Muy graciosa.- Gruño y le lanzo un precioso vestido de color lavanda.
-      Todo te seguirá pareciendo mal, tal parece que quieres ser perfecta.
-      Sí, pero solo por esta noche.
-      ¿Tan guapo es? – Enaí se sienta en la cama y me mira interrogante y curiosa. He tenido novios, pero nunca me había tomado tanto trabajo y esfuerzo con un chico.
-      No se trata solo de eso-Digo a regañadientes. Enaí se incorpora aun más y me mira con más curiosidad aun, ¡rayos! Ahora no parará hasta sacarme toda la verdad y esta es… ¿Cuál es? Me encanta, muchísimo y estoy haciendo tontería y media por él ¿Por qué? De pronto yo misma me lo planteo y empiezo a sentir un cosquilleo por todo el cuerpo.
-      ¿Estás enamorada? – Pregunta y veo que ella así lo cree.
-      Apenas lo conozco. – Susurro temiendo decirlo en voz alta por que, ¿y si es cierto que lo estoy?
-      No creo que sea por el golpe en la cabeza ¿o si? – Enaí ríe al ver mi expresión  ultrajada y sigue – Pero, nos has pedido que vayamos a ese evento, cuando ni Nat ni yo íbamos a ir y lo sabes, aun así insististe, no solo eso, tenemos que vigilar a madre para que no te vea y cubrirte toda la noche. Tú no te arriesgarías solo por que sí, sino fuera importante.
-      Bueno, me gusta… mucho.
-      Ajá.
-      No estoy enamorada.
-      Claro.
-      ¡Lo juro!
-      No jures en vano. – Dice Enaí con una sonrisa de hermana mayor sabihonda y quiero matarla.
-      ¡Me pondré lo primero que saque de esa pila, para que veas que no me importa tanto todo este asunto! – Meto la mano en la pila de ropa ignorando las risas de mi hermana y saco un vestido de noche en color verde metálico. –Oh, oh…- Lo dejo abatida sobre la cama.
-      ¿te lo pondrás? – Dice Enaí sin dejar de reír.
Es un vestido de la más reciente colección de un famoso diseñador, es strapless, escote en forma de corazón que muestra casi todo el busto, ceñido a la cintura para abrirse en una falda amplísima, al caminar los diversos tonos de verde metalizado brillan, es hermoso pero nunca he sido dada a mostrar mi busto al completo, me enamoré del vestido nada más verlo y al ponérmelo decidí que cuando fuera más valiente y arriesgada lo usaría, ese día no ha llegado y ya casi se acaba la temporada para la que supuestamente fue diseñado. Mis hermanas han intentando de muchas maneras obtenerlo, chantaje, manipulación y por supuesto el recuerdo constante de que ellas tienen mucho más busto que yo, aun así no lo he soltado. Es mío, no lo uso y quien sabe si lo usaré pero es MIO.
-      Si no lo usas, quieras o no, llores, grites o patalees, me lo llevo y sabes que corro más rápido que tú. – Me amenaza Enaí viendo el vestido con evidente anhelo. Pego un brinco y lo tomo de inmediato. Ella alcanza a agarrar una parte de la falda y trata de tomarlo, terminamos como dos niñas peleando por un juguete. - ¡Di que te lo pondrás!
-      ¡No lo lleno de adelante!
-      Hay ayudas para eso y lo sabes, ¡necia!
-      ¡No me pondré relleno!
-      No es necesario, tonta, con que uses algo que te los levante y junte…
-      ¡Está bien, está bien, me lo pondré! – Enaí suelta el vestido y caigo sobre mi trasero. -¡Auch! – gimo de dolor, es el segundo golpe en esa zona.
-      Más vale lo hagas o te desnudo en pleno evento si vas con otra cosa. – Me amenaza y desde el suelo le saco la lengua.

1 hora antes del evento infortunado, maldito, desastroso…
Me veo con ojo hipercrítico en el enorme espejo de mi habitación y pese a mi renuencia y miedos la verdad es que me veo bien, me he hecho un ahumado intenso en los ojos, recogido el cabello en alto y puesto unos pendientes que hacen ver más largo mi cuello. Increíblemente lleno el vestido y eso es gracias al regalo que recibí de Enaí hace escasa media hora, un paquete con una nota burlona que decía “ni parecerá que eres plana, lo juro”.
Me veo bien, pero me asaltan las inseguridades ¿Dónde estaban que nunca antes me habían atacado así? ¿Qué me pasa? Tomo el pequeño bolso plateado y meto lo básico, un labial, mi móvil, llaves y una tarjeta de crédito. A punto de salir vuelvo como loca a mi habitación a buscar la invitación para entrar, la meto en mi bolso y salgo otra vez decidida a pasármelo bien e ignorar que probablemente esa noche sea una odisea donde tengo que evitar que mi madre me vea, mis hermanas se burlen a morir y él descubra quien soy.



Hora del evento infortunado, maldito, desastroso y pasteloso.
El lugar elegido era majestuoso, lo conocía muy bien, la entrada parecía sacada de un antiguo palacio francés y se accedía al salón principal por medio de una escalinata doble, había toda una procesión de mujeres bellamente ataviadas y ellos con sus caros y elegantes trajes de etiqueta. En cuanto empecé a subir por un lado de la escalinata sentí la mirada de varias personas, reconocí a algunas e hice breves gestos de saludo que fueron inmediatamente correspondidos, al llegar al final del tramo me sentía a punto de estallar, era una idiota, por supuesto que muchos sabrían quien era y llamaba la atención precisamente por que la hija menor de los Stone raramente asistía a esos eventos de alta sociedad. Tontamente había creído que con controlar a  Madre bastaría.
Empecé a sudar frio, sentí que me faltaba el aire y en una impulsiva decisión regresé por donde había venido ¿cobarde? Sí, mil veces sí. Pero justo cuando emprendía la huida, vi entrar a dos visiones en color azul una y la otra en rojo pasión, Nata y Enaí de lo más lindas entraban, atrayendo miradas e ignorándolas con total naturalidad, de mi madre ni sus luces, sabia que habían controlado que llegara por lo menos un poco tarde, como si hubieran presentido que yo estaba allí y estaba huyendo ambas me miraron sonrieron con complicidad y Enaí me hizo gestos de victoria con las manos, Nata me guiñó el ojo y eso fue todo lo que necesité para volver, sonreí trémulamente estoy segura y caminé como pude. Recordé todas las películas donde la protagonista hacia su espectacular entrada, en un espectacular vestido, disfrutando del momento y de las miradas ¿Cómo rayos podía caminar yo con los nervios que me atenazaban no solo el estomago sino, al parecer las piernas también? Seguro caería redonda por las escaleras. Y la verdad, no quería que me viera nadie, no soy de llamar la atención, no a propósito al menos.
Me paré justo en la entrada del salón, recorrí la estancia con tranquilidad como si buscara a alguien pero dando la apariencia que sabia donde ir sin ningún problema, más recuerdos de las palabras de mi madre para este mundo de etiquetas. Sonreí sin quererlo y de pronto lo vi, ¡Dios! Se veía tan… tan… no sé si decir guapo, se veía espectacular. Caminaba hacia mí sin detenerse y el mundo se detuvo, supe por que la protagonista estilo cenicienta podía controlar las piernas de gelatina, por que al ver al hombre de los sueños de una, nada más importa.
Viene hacia mí ¿verdad? Eso parece sin dudas por la manera en como me ve, como si no existiera nada más. De pronto soy empujada hacia adelante por un esbelto cuerpo femenino que ha pasado corriendo como una posesa, no caigo de milagro. Una belleza, por que aunque por poco me hace caer de bruces, tengo que admitir que parece ser una belleza morena corre, ¿Por qué? Ni idea, pero los ricos tienen sus extravagancias y si quiere correr, pues que lo haga. Quedo paralizada al ver como se avienta con los brazos extendidos hacia Ethan y él que parecía estarla esperando la toma en brazos enseguida.

No se me abre la boca por la sorpresa de puro milagro. Siento que me acaban de dar un puñetazo en el estomago.




3 comentarios:

  1. ¿Qué? Cómo?
    Nooooooooo...
    No m lo puedo creer... otra vez me quedé como una tonta... quiero maaaaas (imaginate una niña con patalera, esa soy yo jajajaja).
    Muy muy bueno JJ, como dije antes quiero más jajajaja.
    Gracias

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  2. jajaj yo también quiero más...aunque anduve haciendo trampa, pero muy feo JJ que te estés contagiando de la EJ y nos dejes intrigadas. Amo esta HC, me río mucho y siempre quiero más de lo que escribes

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  3. El final ya está escrito y subido para esta semana misma, Nata hiciste trampassss, Yola gracias por leer jijij

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