viernes, 1 de agosto de 2014

Dark Angel 1 "Un Ángel a Medianoche" cap 25


Yo creo que ya nadie se acuerda en que parte me quedé (jijiji) Yo no me acordaba y con eso digo todo. Se supone que toodos están en la galería y desaparecen dos autos valiosisimos y carísimos. Dos de las Dark han decidido realizar la misión que se les pidió pero llevándose los autos de dos guapos caballeros. Mientras tanto Kendra y Rafael continuan con su apuesta sobre quien caerá primero...




Kendra vio el ceño de Rafael y su expresión incrédula. 



- ¿Pasa algo? – Se vio obligada a preguntar en cuanto él terminó la llamada prometiendo ir enseguida quien sabe dónde. 

- Alexander y Miguel están en una estación de policía. 

- ¿Qué sucedió? –Preguntó preocupada. 

- Les robaron los autos, aquí… afuera de tu preciosa galería. 

- ¡Pero si hay vigilancia!

- Que no sirvió de nada. Se llevaron únicamente esos dos, el mío estaba al lado del de ellos y no lo tocaron. Quizás no les dio tiempo de llevárselo también.

- ¿Vieron a los ladrones?

- Dos mujeres se los llevaron, distrajeron a los de vigilancia y a los vallets parking. 



Kendra sintió ganas de estallar en carcajadas, pero se oirían un tanto histéricas seguramente. Ella sabía con exactitud quienes eran esas mujeres ¿cómo rayos se habían llevado exactamente esos dos autos? ¿y por que? Mejor dicho ¿Por qué no? ninguna llevaba autos cuando se trataba de asistir a una exposición en la galería por que bebían y no se arriesgaban a regresar conduciendo ellas mismas, llegaban sus chóferes o tomaban taxis. Seguro lo que ellas habían tenido que ir a hacer, era urgente y como Alexander, Miguel y Rafael habían sido los últimos en llegar, sus autos debían de ser igualmente los que estaban más a la mano tomando en cuenta la ubicación y proporciones del estacionamiento de la galería. Se apretó los labios para controlar la risa y vio que él la miraba fijamente. 

- ¿Qué es tan gracioso? – Le dijo mirándola sin perder detalle de sus reacciones. 

- Qué pensábamos que tus amigos y las chicas estaban juntos y no es así. 

- ¿Dónde están ellas, por cierto?


¿Qué rayos podría decir acerca de su ausencia? Las habían buscado y no estaban por ninguna parte. 


- Tenemos una importante exposición con un excéntrico pintor que es muy talentoso y muy difícil de convencer para que exponga sus obras, ha tenido un arranque de frustración y nos amenazó con cancelar todo, lo cual resultaría en grave detrimento para nosotras, así que Brisia tuvo que ir a verlo, seguro que Sulin se fue con ella, pues este pintor está un tanto enamorado de la pobre Bri y quiere saltar encima de ella en cada oportunidad que se le presenta. – Le soltó lo que en realidad ya les había pasado antes, aunque no en ese momento. 

- ¿Y tenían que ir a verlo precisamente ahora, cuando hay tantos invitados que atender? – Preguntó escéptico. 

- Como se nota que no conoces a los atormentados genios de las bellas artes. – Le dijo con un gesto de ironía - Todo se tiene que hacer cuando ellos así lo quieren, Brisia es la única que puede convencerlo de no cancelar y tuvo que ir inmediatamente, es lo que me ha dicho Jan Pierre hace unos minutos y seguro surgió algo más, así que debo ir a ver que está pasando y tú debes ir a ver a tus amigos, Jan me ayudará a cerrar todo y tengo también que ver el asunto de la mala vigilancia que permitió el robo de los cochecitos de tus amigos. 

- ¿Cochecitos? Muy graciosa, se han robado un Paganni Zonda y un Ultímate Aero. 

- Y el tuyo seguro es un Koenigsegg CRR. – Dijo burlona. Ella sabía cuales eran los autos más caros del mundo y los más rápidos también, no le sorprendía para nada el tipo de autos que esos tres llevaban. Tanto ella como las chicas amaban la velocidad y tenían autos supremamente rápidos que por supuesto no conducían en Inglaterra, sus conocimientos en materia de autos eran buenos puesto que ellas mismas eran dueñas de autos únicos en su género. Ella poseía un Saleen S7 Twin Turbo en color rojo oscuro comprado a espaldas de su padre por supuesto. 

- Te equivocas es un Bugatti Veyron. – Rebatió él. 


¿Un Bugatti Veyron? Ese era el más caro del planeta. Sonrió emocionada, le encantaría ver ese magnifico auto, conducirlo o en todo caso ver a Rafael hacerlo ¿Qué clase de tonterías estaba pensando?


- Precioso auto. Que bueno que no te lo robaron. 

- Lo único que se es que no volveré a traerlo a Inglaterra. – Gruñó él. 

- Esto es culpa de ustedes, por no poderse despegar de sus juguetitos cuando van de un País a otro, podrían haberlos dejado en casa a salvo. Pero no ¿verdad? Era pedir demasiado. – Que hipócrita sonaba a sus propios oídos, ellas llevaban sus autos cuando iban a otros lugares, por que así era como podían usarlos sin levantar una ola de preocupación entre sus familiares. 

- Los trajimos a Inglaterra por que sólo aquí reciben un tratamiento especial para el motor, no los trajimos por que no podamos despegarnos de ellos – La acercó aprovechando que no la había dejado ir y la pegó a él - Tú en cambio no serías algo que me gustaría dejar, mucho menos despegarme. 

- Te esperan tus amigos… - Articuló con algo de dificultad. 

- Seguramente darán caza a esas ladronas ellos solos. 


Eso la hizo reaccionar del trance al que se estaba metiendo por tenerlo pegado a ella, sintiendo su cuerpo tan cerca, no estaba siendo nada razonable sobre todo por que tenía que ir donde Derek quien daba claros indicios de estar mas enfadado a cada momento. 

- No debes dejarles solos ahora. – Insistió ella. – Debes ir. 

- Dame un beso y me voy. 

- ¿Desde cuando pides permiso? – Preguntó ella confusa. 

- Desde que sé que no dudarías en patearme si lo hago sin prevenirte. – Ella rió divertida y él la besó sin darle tiempo a apartarse. 

El beso se intensificó y ella fue la que se pegó a él sin vergüenza alguna deseando que la ropa no fuera un obstáculo entre ellos y sin importarle que otros pudieran verlos. El beso terminó de pronto y él le sonrió burlonamente.


- Tendrás la galería de todas formas. – Dijo arrogantemente. 

Así que ya daba por hecho de que se acostarían ¿no? bueno, ella no estaba dando señales de lo contrario, pero aún así la satisfacción en su voz y la arrogancia de sus palabras la enfurecieron. 


- Claro que la tendré, pero no al precio que tú crees. – Sacó su brazo de su agarre de un tirón. Jan me espera – Se giró para irse y le dio una espectacular vista de su espalda y de su hermoso trasero, ella se detuvo y se volvió a mirarlo. – Y mis condolencias para tus amigos. 

- Esto no se ha acabado, Kendra. No ha hecho más que empezar. 

- Tú lo has dicho. – Fue su respuesta, que lo dejó con la expectación corriendo por sus venas mucho rato después y que le hizo ver que el aburrimiento que se había apoderado de él empezó a abandonarlo desde que la había conocido a ella.



Derek no había hecho gala de su autocontrol con frecuencia cuando era un espía y eso que siempre había razones para ello. Pero desde que tenía en su equipo a tres peligrosos demonios, por que no se sentía con ánimos para llamarlas ángeles, su autocontrol no lo salvaba de estallar. Kendra coqueteando con el enemigo, Brisia y Sulin robándose los autos de un par de hombres que podían provocarles innumerables problemas, y eso era solo lo último de una larga lista. 


- Se robaron los autos de Angellis y Cavendish ¿verdad? – Fue lo que le dijo Kendra al llegar junto a él. 

- Creo que mi pequeño hijo no tendrá a su padre para verlo crecer. Mi corazón no es el mismo desde que las conocí, seguro que ya quiere descansar en paz y olvidarse de todos los inconvenientes que le dan ustedes a mi vida. 


Kendra lo besó cariñosamente en la mejilla. Él se preocupaba mucho por ellas e igualmente ellas por él. 


- ¿Quieres que me encargue de que sean devueltos esos autos? – Le preguntó. 

- Ellas los devolverán y seguro estarán muertas de la risa con esta nueva travesura. 

- Yo las regañaré por ti. – Se ofreció ocultando una sonrisa. 

- ¿Tú? – La miró con cara de no creérselo ni por un segundo. – Lo que harás seguramente es preguntarles todos los detalles y celebrarlo. 

- Odio que me conozcas. – Dijo ella sonriendo esta vez ampliamente. 

- Encárgate de que esos autos estén con sus dueños antes de que amanezca.- Le ordenó con una voz que cualquier general envidiaría. 

- ¡Si señor! – Bromeó ella y le hizo el saludo militar logrando otra mirada fulminante por parte de Derek. 

- De acuerdo a lo programado deben de estar ya en DH, ve para allá sin llamar la atención de nadie y diles que quiero verlas mañana a las diez en punto. 



Muchos de los invitados ya se habían ido, algunos estaban por hacerlo y ella los empezó a despedir alegremente, repitiendo la historia del excéntrico pintor justificó la ausencia de Brisia y Sulin. Una vez terminada la velada, dejó todo en manos de Derek para que cerrar la galería, fue a casa, se cambió de ropa y tomando el Bentley de su padre se dirigió a DH ó Dark House, una preciosa construcción de ladrillo que habían comprado entre los cuatro cuando habían iniciado con este peculiar negocio. Era una pequeña villa de hacía no se cuantos siglos atrás que únicamente conservaba en pie parte de la construcción original, la habían restaurado y les servía para elaborar sus planes antes de tener como fachada las galerías. Cuando ya no había sido tan necesaria, la visitaban de vez en cuando para dejar algunas cosas que en otro sitio no podrían estar al descubierto, como: dinero, joyas, documentos importantes y por supuesto…cuadros. Ella llevaba el que le había quitado a Rafael y tenía toda la intención de dejarlo en la habitación que le correspondía en Dark House, aparte de servir como un banco improvisado, les servía cuando querían pasar unos días en el campo alejados de todo y todos. Así que los cuatro tenían una habitación enorme para cada uno en la casa. 



En poco menos de una hora estaba entrando al camino de gravilla que llevaba a la entrada principal de Dark House, el nombre puesto a la casa aun la hacía sonreír al recordar la cara de Derek cuando había perdido en una votación de tres a uno en la que habían votado para ponerle el nombre a la casa, el nombre que quería ponerle Derek no le gustó a ninguna de las tres y Su había propuesto el que ahora tenía la casa y ellas la habían apoyado enseguida. Así que unas enormes letras forjadas en hierro estaban sobre la puerta principal de doble hoja anunciando a todo el que mirara que acaban de entrar a DH. No vio pista de ningún auto y mucho menos de luces en la casa, pero eso no la sorprendió, dio la vuelta a la casa y a vista de cualquiera parecía que abandonaba el lugar, cuando en realidad iba a los antiguos establos que servían para estacionamiento y una parte de ellos aun fungían como posible residencia de caballos. Podía haber dejado el Bentley de su padre en la entrada, eran las tres de la mañana y el lugar era aislado y solitario, nadie andaba por allí a esas horas, pero la precaución no estaba de más. Con el control a distancia abrió las puertas de lo que parecían ser establos viejos, y eso parecían por que era la impresión que querían dar, de hecho Dark House por fuera parecía un lugar tétrico, abandonado y alejado de la mano de Dios y de nadie. El salón principal y el vestíbulo daban la apariencia de que la casa pertenecía a Drácula. Era muy distinto sin embargo el salón rosa como le llamaban y que se encontraba en la parte más alejada del primer piso de la casa. Había una chimenea, confortables y mullidos sofás y sillones, un enorme librero lleno de libros y novelas con infinidad de temas y géneros. Conexión a Internet e incluso una televisión ya que estar informadas de lo que sucedía a su alrededor por medio de cualquier medio de comunicación nunca estaba de más. Kendra apagó el motor y bajó del auto. 

Una puerta daba acceso a la casa, abrió con su llave y avanzó por el pasillo a oscuras directo hacia el salón rosa. Vio una tenue luz dentro y abrió no sin antes anunciarse. 

- Soy yo. – dijo en voz baja. 

- ¿Trajiste comida? – Fue la rápida pregunta de Su. 

- Conociéndote, tenía que hacerlo. – En la mano traía una bolsa con comida china y vasos de café se los dio a Su. 

- ¿Se puede saber que era el asunto tan urgente que había que atender? – La curiosidad la corroía. 


Brisia estaba acostada en un sofá con unos auriculares sobre sus orejas escuchando música a juzgar por la manera en como movía el pie de un lado a otro al ritmo de la canción que oía y Su que hacía instantes estaba en la alfombra frente a la chimenea dorando bombones, abría los paquetes que Kendra había traído. 



- ¿Podríamos comer primero? – Fue la pregunta de Su y no es que estuviera pidiendo permiso si no dejando en claro que no le sacaría nada mientras no tuviera el estomago lleno. 

- No fue la gran cosa. – Dijo Brisia incorporándose del sofá y yendo hacia la comida también. 

- Soy todo oídos. – Insistió Kendra tomando un vaso de café y un pastelillo y sentándose en un cómodo sofá. 

- Unos ejecutivos japoneses de una gran compañía han instalado una filial aquí en Londres – Empezó Brisia mientras usaba sus palillos para tomar un bocado. Se sentó frente a ella teniendo como única luz las llamas que arrojaba la chimenea. – Su sistema de seguridad aparentemente era infalible. Lo único que quería comprobar Derek era si podíamos introducirnos al edificio mientras tenía lugar una junta importante. Así que bajo el pretexto de llevar comida a los pobres asistentes que esperaban el final de la junta para irse a casa y que no estaban en la sala de juntas con sus jefes, entramos y colocamos unos pequeños micrófonos de tal manera que oyéramos la conversación de los asistentes… 

- Quienes por lo regular saben todo sobre los negocios y tratos comerciales de sus jefes como todo el mundo sabe. – Interrumpió Su para luego concentrarse en sus tallarines de nuevo. 

- Hicimos eso e incluso utilizando los ductos de la ventilación colocamos micrófonos justo encima de las cabezas de los que estaban en la sala de juntas. Claro, que antes ya había desactivado su sistema de monitoreo de la sala y de seguridad del edificio. – Prosiguió Brisia. – No fue nada difícil. 

- Ni siquiera emocionante. Entramos y salimos sin problema alguno, hubiera preferido quedarme y seducir al amigo de Rafael y Alexander. – Suspiró Sulin dramáticamente. 

- Pues Steve dice que te fuiste con él. – Rió Kendra. 

- Vi a un impresionante hombre de espaldas que no era Rafael ni Alexander, claro que fui hacia él, pero antes de poder llegar me interceptó Derek y me dijo muy enfáticamente que tenía que irme inmediatamente ¿Viste a Alexander y conversaste con él al menos? – Le preguntó a Brisia. 

- Claro que lo vi. – Y fue lo único que dijo, siguió comiendo sin levantar la cabeza. Provocando miradas especulativas de Kendra y Sulin. 

- ¿Y…? – Insistió Sulin. 

- Es el dueño de “Xander Ángel” - Respondió secamente. 

- ¡¿Qué?! – Dijeron a coro las otras dos. 

- Lo que oyeron ¿recuerdan al ejecutivo de esa empresa con el que tuve que tratar en el tren hace tiempo? 

- Por supuesto. – Dijo Kendra, tanto ella como Su se le acercaron a fin de no perderse ni una palabra. Brisia seguía comiendo y hablando con aparente tranquilidad como si el tema fuera el estado del tiempo. 

- Pues resulta que no se trataba de un ejecutivo de alto nivel, se trataba de nada más y nada menos que del dueño, en persona. Xander es la manera en que sus amigos le llaman, no hay que ser un genio para saber que es el condenado dueño de una tercera parte del planeta ¿verdad? 

- ¡Gracias a Dios ibas disfrazada en esa ocasión! 


Esa vez en un tren, Brisia se había disfrazado y acercado con su laptop al que suponían era un empleado importante de “Xander Ángel” que viajaba en el tren y llevaba información importante en su propia computadora, a fin de penetrar en su intrincado sistema de resguardo de información, había tenido que sentarse frente a él y las únicas palabras que le habían podido sacar después del suceso eran: Es endemoniadamente guapo y el hombre mas arrogante e insufrible que he conocido en mi vida. Después de eso no habían podido sacarle más y como el trabajo se había llevado a cabo con éxito, habían decidido dejarla en paz. 



- Un momento, ¿Qué no lo viste afuera del Hotel cuando fueron por mí el día que devolví el cuadro a Briatore? Dijiste que habías visto un bombón al lado de Rafael ¿Cómo es que no lo reconociste ese día? – Preguntó Kendra. 

- Lo vi fugazmente y vi un hombre guapo pero no me percaté que era él. Anoche en la galería escuché a alguien decir Xander, me volteé a ver quien era y era él, viéndome como si quisiera desnudarme con la mirada, me sentí desnuda ¡Maldito sea! Antes de que lo rodeara un montón de mujeres lo único que puede hacer fue enviarle una mirada asesina. 

- Y como eso no bastó para sentirte bien, decidiste que robarías su auto. – Kendra tomó un sorbo de café para ocultar una sonrisa. 

- Ella fue la de la idea. –Confirmó Sulin. 

- Dije que nos llevaríamos el de él, en ningún momento te dije que tú te llevaras el de Cavendish. 

- ¿Acaso no sabes que se puede saber mucho de un hombre por su auto? Y por cierto, corre como el viento. 

- ¿Cómo despistaron a los de seguridad? 

- Solo eran dos y tanto ellos como los que Vallets parking corrieron en la dirección contraria al momento del robo. Hicimos explotar unos petardos en otra zona. Por los videos de seguridad supimos de quien era cada auto. – Dijo Sulin. 

- Al llegar al estacionamiento íbamos vestidas diferentes por supuesto, aunque no nos sujetamos el cabello por las prisas, por eso saben que dos mujeres se robaron los autos ¿verdad? Pero, no hay problema jamás nos vieron la cara. Las cámaras de seguridad fueron hechas trizas por nosotras mismas. Alertados por el sonido de los autos al arrancar, regresaron corriendo pero lo único que vieron fue quizás el pelo de las asaltantes. 

- Claro que lo vieron y por ello es que saben que fueron mujeres. Seguro ahora mismo buscan a una rubia y una morena, el mismo color de pelo que las dueñas de la galería. – Dijo Kendra riendo. – Suerte que nadie jamás creería que son ustedes a pesar de las coincidencias. 

- Razón por la que nos permitimos correr el riesgo de no ir encapuchadas, aún así no volverá a pasar. – Suspiró Brisia. – Derek ha de estar furioso ¿no? 

- Eso puedes apostarlo. Nos quiere ver a todas mañana, es decir, hoy a las diez. 

- Ya me imagino la bronca que nos echará encima. – Dijo Su mientras remojaba un pastelillo en el café, manía que no dejaba. 

- Debemos regresar los autos ¿Ya han pensado como hacerlo? 

- Lo dejaremos en el estacionamiento del hotel donde se hospedan. – Afirmó Brisia con una mirada diabólica. 

- ¡Dios! Y a veces pienso que eres la más tranquila de las tres. – Dijo Kendra. – No podría estar mas equivocada, había pensado que los dejáramos en algún estacionamiento público y luego dar parte a la policía, pero eso de ir al mismísimo hotel, es una idea… 

- ¡Estupenda! Derek ya está casi a punto de ahorcarnos o algo parecido ¿no? bueno, ya no perdemos nada con esto. – Apoyó Su. – Y tú – Señaló a Kendra – Nos esperarás con otro auto para hacer la graciosa huída. 

- No puedo llevar el Bentley de mi padre. Pero si el viejo jeep que nadie usa y está abandonado en un rincón del garaje en casa. 

Sin mas tiempo que perder regresaron esa misma madrugada, eran casi las cinco de la mañana cuando, esta vez encapuchadas entraron al estacionamiento del Hotel y aparcaron los autos, entraron al viejo Jeep y salieron inmediatamente en medio de risas. Kendra las dejó en casa a cada una, teniendo como amparo todavía la oscuridad, después llevó el Jeep a casa nuevamente, anotando en su mente que tendría que cambiarle la pintura y el aspecto a fin de cubrir cualquier inconveniente que pudiera surgir, aunque quizás lo mejor sería que lo mandara al deshuesadero de autos para que lo hicieran chatarra, reacia a realizar esa idea, pues había sido su primer auto se decantó por pintarlo y hacerle reformas. Treinta minutos después de que habían devuelto los autos Kendra puso su cabeza en la almohada y se durmió enseguida, aunque sus sueños fueron de lo más calientes ya que Rafael fue el protagonista de todos ellos. 

Por los acontecimientos de la noche pasada tanto Rafael como Alexander y Miguel bebían en la suite del primero. La idea de ir a dormir aun no pasaba por la mente de ninguno. Perder un auto como los que ellos habían perdido era de lo más desagradable que le podía pasar a un hombre. Y la idea de irse a la cama solo, sin la mujer que deseaba no era precisamente tentadora pensaba Rafael. La noche al menos terminó bien para dos de ellos. Antes del amanecer, recibieron una increíble llamada por parte de la seguridad del Hotel…


4 comentarios:

  1. AYYYYYYYYYYYYYYYY SIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSSSSSS!! me has dado el alegrón del día con el regreso de las DA, aishhhhhhhhh cómo las extrañaba. Gracias gracias gracias graciassssssssssssssssss! me ha encantado y sigue sigue escribiendo que quiero mássssssss

    ResponderEliminar
  2. La espera fue muy larga y... el capítulo también jijiji.
    Gracias JJ, me gustó mucho. Esperando con ganas el próximo capítulo.
    Muchos besitos

    ResponderEliminar
  3. Ya era hora, malandra!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    Sabes que llego siglos de los siglos, reclamándote esta historia. Me tenías abandonada con mis queridas ladronas. Pero me hiciste enormemente feliz de poder leer un capitulo más de ella.

    Te quiero enana. Sigue escribiendo!!!!

    ResponderEliminar
  4. muchas gracias!!!!...muy buen capitulo, pero no nos hagas esperar tanto para el siguiente....jajaja...un beso grande.

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...