Cuidado
con agregar demasiados ingredientes.
Los
resultados no siempre resultarán como uno espera.
Apasionadamente
rico, K. Candy.
Todo estaba resultando un verdadero desastre. Su intención
era ponerse a preparar postres no el besarse toda batida de mermelada con Él y
es que si iba a haber besos por lo menos ella tenía que haber estado bien
limpiecita, oler a rosas, lavanda o algo así, llevar un vaporoso vestido
blanco, una florecilla en el pelo y…. ¿Qué rayos? Se detuvo de su furiosa
retirada y pateó el suelo molesta por los pensamientos que se le habían
atravesado.
-
Oye, que te puedes romper el pie si pateas
con esa fuerza el piso.
Candy levantó la vista azorada y se sorprendió
sobremanera al ver a quien tenía enfrente.
-
¡Mark!
-
El mismo en persona. – Le sonrió, su gesto
dio paso a la preocupación en cuanto vio con toda claridad su lamentable estado.
- ¿Algo salió mal en la cocina? ¿Algunos de tus experimentos no resultaron? Raro,
todo te sale delicioso. – Se acercó a ella.
-
Si supieras…
-
Y yo que pensaba que salirte de Callaham
había sido beneficioso para ti.
-
Créeme, fue sumamente beneficioso, lo único
que lamenté fue el que ya no podríamos vernos como antes. – Mark se acercó y
empezó a limpiarle el rostro con un pañuelo.
-
Ya sé, soy inolvidable. – le dijo él con
una sonrisa sin dejar de limpiar o al menos de intentarlo.
-
Déjalo, creo que soy caso perdido. Necesito
una ducha.
-
¿Necesitas mi ayuda?
-
Muy gracioso. – Le golpeó el brazo.
-
Un entusiasta
grito interrumpió la queja de Mark.
-
¡Drake!
Tanto ella como Mark voltearon a la fuente del sonido.
-
Barbie rosa chicle ha llegado. – Dijo ella con más tristeza de la que debería al ver a la
bella mujer llegar con rostro radiante e ir hacia Drake, quien estaba parado
como una estatua, lo curioso era que veía hacia donde estaba ella y Mark y
parecía ajeno a la presencia de Barbie.
-
¿Barbie rosa chicle? – Mark empezó a reír. –
Necesitas una ducha querida, vamos. – La tomó del brazo sin importarle que eso le ensuciara,
Candy aceptó alejándose de allí, era preferible a quedarse y observar una
escena melosa entre Barbie y Drake.
-
¿Quién era ese? – Fue lo primero que le
dijo a Melissa.
-
Esperaba un hola por lo menos, serás mal
educado…
-
Hola. ¿Quién era ese? No recuerdo haberlo
invitado.
-
Es Mark Callaham, de la famosa empresa
pastelera Callaham, único hijo varón de los dueños, y también el único
agradable por cierto. ¿Quién va ayudarme con mis maletas? ¿Drake? ¡Drake!
-
¿Cómo rayos se conocen? ¿Y qué hace aquí
alguien de esa área? No tiene nada que ver con…
-
¿Con un agradable fin de semana en el
campo?
-
No, conmigo. No tiene nada que ver conmigo.
– Seguía frunciendo el ceño y devanándose los sesos intentando saber qué hacía
allí el tal Callaham.
-
Quizás sí con tu hermano. ¿Podrías por
favor hacer que alguien me ayude con las maletas?
-
Claro. – Pareció reaccionar al fin a la
presencia de Mellisa. – Lo siento. Enseguida
te ayudo.
-
¿Tú? ¿No hay empleados?
-
Muy pocos, lo indispensable. – Vio pasar al
chofer.
-
Charly ayuda a la señorita a llevar esto
¿quieres? Y ¿Has visto a una de las dos personas que trajiste esta mañana?
-
La señora Silk únicamente, está cerca del
lago comiendo fresas.
Candy se había ido del brazo de aquel tipo ¿A dónde? La
lógica decía que a tomar un baño, pero… ¿sola? ¿Sería posible que…? Salió corriendo
en dirección a la habitación de ella. Antes de tocar la puerta, pegó su oreja
intentando oír algo. Tocó y no obtuvo respuesta, volvió hacerlo y nada. Sin pensarlo más abrió y no vio rastro de nadie.
-
¿Candy? – Dijo suavemente, casi con
cautela.
-
Oh cielos, esto es delicioso… - Fuerte y
clara le llegó la voz de ella, ronca, cargada de satisfacción. – Mmm, sí… - Sus
suspiros eran tan fuertes que Él podía oírlos con claridad. – De-li-cio-so… -
Seguía diciendo ella entre suspiros. Lo último fue más claro aún, lo que
indicaba que ya había cerrado la llave de la regadera. Sintió algo caliente
recorrer sus venas, cosa jamás experimentada antes, ahora entendía la expresión
esa de “ver todo en color rojo”. Fue hacia el baño y vio como el vapor ascendía
aun por la ducha, obstaculizándole ver bien hacia dentro. Con furia de un
manotazo apartó la puerta corrediza y se quedó de piedra al ver a una Candy
toda mojada, sola… y desnuda.
El enorme grito que Candy dio a continuación casi le
dejó sordo. Pero aun así le costó dejar de ver y darse la vuelta, ella era absolutamente preciosa. Con esfuerzo
supremo le dio la espalda y le pasó la toalla que estaba enfrente, ella se la
arrebató y de pronto antes de que salieran las palabras “lo siento” tiraron de
él hacia la ducha. Sorprendido al máximo
se vio empujado hacia donde estaba la
regadera, una hermosa Candy ya con la toalla anudada a su cuerpo, se acercó a
él con los ojos relampagueando de furia.
-
Creo que no sería un buen momento para
besarte ¿verdad? – Le dijo sonriente.
-
Creo que no. – Dijo ella y alargó la mano y
abrió la llave.
-
¿Qué haces…? ¡No!
Candy
se apartó de inmediato en cuanto el agua empezó a caer, él hizo amago de
moverse.
-
Da un
paso y eres hombre muerto. – Le amenazó ella.
-
No puedo creerlo. – Se limitó a decir y
cerró los ojos mientras el agua caía por todo su cuerpo. De repente ella vio cómo
se movía y se dio cuenta que empezaba a reírse, y a hacerlo con estrepito, casi
ahogándose pues el agua se le metía en la boca también. - ¿Me pasas el shampoo?
– Le pidió sin dejar de reír. - ¿No? ¿El jabón al menos? Yo también necesito una ducha, me manchaste
todo de mermelada.
-
¡¿Se puede saber que te llevó a entrar en
mi habitación y hacer lo que hiciste?!
-
Quería ver como estabas. – Y con quien
estaba también, pero a juzgar por su expresión furibunda, decir eso podría
ocasionarle la muerte.
-
Y por qué diantres no tocaste la puerta.
-
Juro que lo hice…
-
Debiste haber esperado.
-
Lo sé. – Acto seguido se quitó la camiseta.
-
¿Qué estás haciendo? – Le dijo ella con
sorpresa.
-
Bueno, voy a darme un baño.
-
Pe…pero ¿aquí?
-
¿De quién es la culpa?
-
¡Tuya! – Le gritó furiosa.
-
Bueno, sí. Pero no pretendes que salga de
aquí todo empapado y chorreando agua por todos lados ¿no?
-
¡Me vale un soberano pepino!
-
Pues a mí no, así que o sales o te quedas a
ver el striptease y de paso me ayudas a enjabonarme ¿Cómo ves?
Como
respuesta ella le aventó el bote de shampoo y acto seguido el jabón, él los
esquivo y siguió muerto de risa mientras ella salía del baño azotando la
puerta. Pocos minutos después salía envuelto en un albornoz que afortunadamente
era de su talla y vio como ella estaba completamente vestida y se cepillaba la
cabellera sentada frente al espejo, la intimidad de la situación le hizo
anhelar de inmediato tener todo eso y más con ella.
-
Hazme el favor de largarte. – Dijo ella sin
voltear a verle siquiera.
-
¿Quién era el que te limpiaba la cara hace
un rato? – Preguntó ignorando sus palabras.
-
¿De quién hablas? – Preguntó Candy con
confusión. La verdad es que había olvidado todo excepto que él la había visto
desnuda y ella había estado a punto de verlo a él en ese mismo estado. Salir del
baño había resultado francamente difícil.
-
Del tipo que con tanto mimo te limpiaba la
mermelada. – Insistió él.
-
¡Ah, Mark!
-
Sí… Mark.
-
Alguien que conozco, ahora ¿podrías
terminar de irte?
-
¿Alguien que conoces? Y por lo visto
alguien que estaba más que dispuesto a seguir ayudándote a limpiarte ¿no?
-
No tengo por qué… ¡Por eso entraste al
baño! ¡Creíste que estaba con él! – Al ver que no respondía, ella tomó un cojín
de un sofá cercano. – Eres un… - Y se lo lanzó. Él lo tomó y se lo regresó,
ella lo esquivó de un manotazo. - ¡Como te atreves!
-
Tú empezaste… no continúes si no quieres
que yo… - Dos nuevos proyectiles fueron hacia él. – Yo te lo advertí.
Al
ver cómo iba hacia ella, Candy emprendió la retirada, intentó ir hacia la
puerta pero él se la bloqueó. El juego del gato y el ratón comenzó mientras
ella corría por la habitación y él intentaba alcanzarla. Justo cuando había
logrado tomarla por la cintura y ella se debatía en sus brazos la puerta se
abrió.
AYYYYYYYYYY COMO LO DISFRUTÉ!! Casi como si fuera chocolate, ay sis muy lindo y dulce y sexy!! Extrañaba a estos dos...obligada o no, te sale genial, por favor por favor no me hagas tener que pensar alguna treta para obligarte, escribe más!!!!
ResponderEliminartenia que ser silk!!! por que llego a interrumpir con el trabajo que le da candy al pobre drake, hay me encanto se trabaja mejor bajo presion eso quedo comprobadisimo
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