domingo, 8 de abril de 2012

Dark Ángel 1 "Un Ángel a Medianoche" Cap 18


Los siguientes días fueron de trabajo en la galería en Londres preparando todo para la siguiente exposición, las invitaciones fueron enviadas con pocos días de anticipación, pero no dudaban que todos los invitados asistirían, sus eventos se habían convertido en únicos y exclusivos, donde la crema y nata de la sociedad asistía y eso incluía a muchas figuras conocidas tanto del arte, la política e incluso la farándula. Asistir a uno de sus eventos se consideraba toda una oportunidad para salir en la prensa y la televisión. Muchos no iban solo por eso, sino por hacer buenas adquisiciones, pero de una u otra manera, los beneficiados eran los expositores y ellas por supuesto.


-      Briatore ha confirmado su asistencia. – Canturreaba Sulin entrando al despacho de Kendra, esta prefirió ignorarla, Brisia quien también estaba allí cotejando unos datos con Ken, sonrió ante la alegría de su amiga y la supuesta indiferencia de la otra. – Y… -  se detuvo para crear suspenso.
-       ¿Y…? – preguntó Brisia.
-      El otro bizcocho ha confirmado también, y… No solo eso, ¡sino que un tercer bizcocho se ha unido! – Exclamó contenta.
-      Dime una cosa – Habló por fin Kendra – hablas de la exposición o de una pastelería.

Brisia rió y Sulin la miró con el ceño fruncido.

-      ¿Acaso no tienes idea de lo que eso significa Ken? – Le increpó.
-      ¿Podrías aclarar lo de los bizcochos y por que es tan importante? – Pidió Brisia, mientras Ken seguía mirando las listas que tenía en las manos, tratando de ignorar a Su.
-      ¿Acaso viven en el fondo del océano? ¡No puedo creerlo! – Se sentó con dramatismo en un sofá cercano y las observó con irritación – Hablo de Angellis por supuesto, es todo un magnate griego, uno de los mejores partidos del mundo, lo mismo que Briatore el multimillonario italiano.
-      ¿desde cuando te interesa eso? – Observó Bri.
-      ¿A mí? Desde que tenemos una galería con una reputación que sostener ¿se imaginan? Vendrán dos de los hombres más perseguidos, deseados y buscados del planeta a nuestra galería y el tercero al parecer entra en esa misma condenada lista. Lo que significa que la exposición será un tremendo éxito y se hablará de ello en todo el globo terráqueo ¿Ya van entendiendo?
-      Ya somos un éxito, Su. – Le dijo Kendra.
-      Sí, pero ahora lo seremos al doble, ¡no! ¡al triple!
-      Como empresarias ya veo el sentido de tus palabras Su. – Dijo Brisia.
-      ¡Al fin! Pero bueno, no solo por eso estoy contenta. – Y les dirigió unas pícaras miradas. – Briatore viene por Kendra, eso ni hablar, y Angellis viene acompañándolo, lo mismo que el otro. Angellis está libre, como el viento lo mismo que tú Brisia. – Y le sonrió inocente haciendo que Brisia abriera los ojos con espanto, ante las ideas que ya creía adivinar corrían por la mente de Su.
-      ¡Ni se te ocurra! – Exclamó – No quiero que empieces a hacerla de cupido.
-      ¿Quién habla de cupido? No hablo de cuestiones del amor, si no de la carne.
-      ¿Perdón? – Interrumpió Kendra.
-      Ya es hora que den uso al cuerpo. – Siguió Su hablando y logrando esta vez toda la atención de las otras dos.  – Y que mejor que con ese par de hombres que están para devorarse, y no, no me refiero al amor, simplemente al placer, y esos dos estoy segura, mas que segura, que son expertos en esas cuestiones. Ya basta de no disfrutar como Dios manda.
-      No creo que Dios mande eso. – Dijo Kendra irónica.
-      Es un desperdicio de tiempo lo que estamos haciendo, no disfrutando de los placeres de la carne sin las complicaciones amorosas, tenemos los mismos derechos que los hombres ¿no? sexo sin compromiso ¿Por qué no? – Suspiró al final.
-      ¿Estamos? ¿Así que sigues… aparentando llevar una vida alocada y no eres más que una chica célibe? – Rieron ante la mirada furibunda de Sulin.
-      Eso ya lo sabían, y solo ustedes conocen ese hecho. – Refunfuñó.
-      Y todos aquellos a quienes les das calabazas. – Añadió Kendra.
-      Pero ninguno admite que no tuvo nada conmigo. – Dijo con sarcasmo Su. – Es una pantalla idónea. No me interesan los que me buscan con finalidades serias, y al ser una Lady, hija única con mucho dinero,  creen que todo debe ir en serio por esas razones y por que les conviene, eso es de lo más exasperante y sobre todo aburrido. Ustedes los rechazan tajantemente y yo salgo y salgo esperando que haya quien no vea mis millones ni mi título y solo quiera pasarla bien.
-      Todas pensamos así querida, pero dudo mucho que haya quien tenga el suficiente valor para estar con una de nosotras con estas condiciones. – Dijo medio en serio y medio en broma Brisia. - ¿Acaso no son las mujeres las que buscan el compromiso siempre? Nosotras no queremos, eso es raro y estupendo ¿Qué les pasa a los hombres que nos rodean? Claro, no entran en esa categoría los genios de las artes – Finalizó diciendo lo último con sarcasmo. Los pintores, escultores, cualquiera que entrara en la categoría de artista, eran perfectos como amantes sin compromiso alguno, pero un tremendo desastre en general como las tres habían comprobado.
-      Ya lo dije: el dinero, la posición social, la oportunidad de entrar a familias de abolengo, al parecer son alicientes más que suficientes para que piensen en un compromiso. Si que es irónica la vida a veces. – Suspiró Sulin.
-      Así que planeas disfrutar de los placeres carnales ¿eh? – Sonrió Kendra y luego se quedó pensando. – No es tan mala idea después de todo.
-      Un momento, Briatore y Angellis son realmente peligrosos, ni siquiera nosotras podemos decir que estamos a salvo. – Apuntó Brisia.
-      ¿A salvo de que? – Preguntó Su.
-      De su encanto letal, de su nata seducción, son guapísimos es cierto, pero su magnetismo va más allá, son de esos hombres que aún sin una libra en el bolsillo, seguirían atrayendo mujeres por montones. - Prosiguió la rubia.
-      ¿Quieres decir que podemos perder el corazón en el proceso de disfrutar de ellos? – Su alzó una perfilada ceja con escepticismo.
-      Puede ser, no es algo seguro pero, prefiero no comprobarlo.
-      No sucederá nada de eso  Brisia, no exageres, somos temerarias por naturaleza y prevenidas a decir basta, ellos son los que no están preparados para nosotras. Eso puedo jurarlo. ¿Qué dicen? Los hombres siempre usan a las mujeres, ¿por que no usarlos a ellos?
-      El corazón es traicionero. – Insistió la otra.
-      Ósea que por muy inteligente que puede ser una mujer nunca tendrá la manera de ver las cosas como un hombre, eso es lo que quieres decir ¿no? Que  para nosotras no es fácil separar los sentimientos del acto sexual, pero, se te olvida algo importante mi querida Bri…
-      ¿Y eso es…?
-      Que si se puede. Todo depende de permanecer con los pies en la tierra. O mejor dicho con el corazón a buen resguardo.
-      ¿ah si? Así de fácil ¿eh?
-      Claro, que mejor prueba que nosotras mismas, ninguna de las tres es virgen y ninguna se enamoró.
-      No me recuerdes ese dichoso acuerdo por lo que más quieras – Clamó Kendra.

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